martes, 26 de agosto de 2014

Conserven las tradiciones que han aprendido


En la primera lectura San Pablo se preocupa por la iglesia y dice que lo importante es hacer una revisión de vida, y permanecer fieles, estar siempre atentos porque nadie sabe el día ni la hora; el día del Señor viene como un ladrón... (cf.Mc. 13. Mt 24; Lc. 21) “Que Jesucristo, nuestro Señor, y Dios, nuestro Padre que nos ha amado tanto y nos ha regalado un consuelo permanente y una gran esperanza, os consuele internamente y os dé fuerzas para toda clase de palabras y de obras buenas.” Y en la misma tónica se manifiesta el salmo que resintamos hoy.

Ay de vosotros,… hipócritas” que aparentan obrar en rectitud, pero que en el fondo practican otra cosa bien distinta, falta la congruencia, la falta de mesura o equilibrio entre el modo de mirar a los otros y de mirarse a sí mismo. En nuestro tiempo y por un momento miremos, cuanta ignorancia, cuanta injusticia, cuanta necesidad y cuanto dolor padecen nuestros semejantes. Nuestra vida se mueve en medio de copas y platos relucientes pero atiborrados de robo, desenfreno, injusticia, mentiras, abusos, violencia… “Que nadie en modo alguno os desoriente”, Y Nuestro Señor Jesús nos repite, hoy también, que no se trata de apariencias, que lo que tiene importancia es la pureza interior.

Nos quedamos en el afán conseguir lo necesario para pasarlo bien, de conseguir sin compartir; de aprender lo que requerimos para nuestro propio beneficio, pero sin orientar debidamente, sin compartir para que otros puedan superarse. Haciendo cosas que aparentemente nos habilitan para hacer nuestra voluntad, pero sin hacer la voluntad de Dios. Nuestro interior permanece ciego, sordo y mudo; sin revisión de vida, quien no revisa su vida no hace méritos para la presencia de Dios. Si tuviéramos fe sería mucho más fácil la vida interior, la vida de oración, que las actividades humanas.

Cuando lo importante es el trabajo por el reino de Dios. Queremos que Dios sea el huésped solamente; pero el huésped solo puede hacer lo que el dueño del aposento determine. Es nuestro deber cambiar esa idea, lo que debemos tener muy en presente es que Dios debe ser nuestro Rey; y un rey es quien determina lo que se debe pensar, decir, hacer y desear.


lunes, 25 de agosto de 2014

El Señor se ha glorificado en ustedes, y ustedes en él


Cuando se jura por la ley se hace responsable; pero cuando se jura por certificarse su credibilidad, sobra; basta decir sí o no. Me parecen duras las críticas del Señor contra los escribas y fariseos, quiere erradicar de ellos la cultura de la hipocresía como su modo habitual de vivir. De manera que al analizar esta situación, vale para todos que de un modo o de otro somos ciertamente hipócritas. El evangelio de hoy constituye una crítica frontal al legalismo. Basta leer la primera lectura cuando san Pablo habla a los de Tesalonica, encontramos la razón cuando el Señor Critica a los que se comportan así.

Nuestro Señor Jesús cuestiona a los que quieren hacer cumplir la ley de manera minuciosa como la finalidad de la existencia humana. Los considera hipócritas, guías ciegos y corruptores del pueblo. En ellos la ley es solo una estrategia de dominación y de enriquecimiento con múltiples impuestos, sacrificios y ofrendas. En nuestros día quizás tenga mucho de parecido sofisticado con tendencias similares, cuando se desplaza la razón de la Ley, sin llegar al fondo del sentido espiritual como restablecimiento de la dignidad humana. A Jesús le importa mucho más la gente que las cosas.

Jesús quiere hacernos entender que la ley es una mediación humana para el cumplimiento de la voluntad de Dios, que consiste en la realización plena de la humanidad, lo material es secundario, es lo añadido. Quiere que corrijamos el dobles, quiere poner al descubierto donde esta puesto mi corazón, mi interés y que valor doy a la realización humana. Como parte de su iglesia, relativizo cuando procuro no tener problemas con ciegos y sordos que quieren guiar a necesitados de Dios y de su misericordia. Y el verdadero sentido del cumplimiento de la ley es la intención dignificadora que hay en toda ley. Y no el interés para defender los intereses perversos de los que están en el pedestal. 

De manera que encontramos un desafío como cristianos, como miembros de su iglesia a trabajar y a imponerse para poner al ser humano en el centro de todo proyecto y desde ahí delinear todo el interés a favor de la dignidad. -Temo que estamos lejanos a lo que Dios quiere del ser humano - porque prevalece en nosotros lo material y no la trascendencia, ni quien la concede. porque falta la certeza que es Dios Espiritu Santo quien santifica a la iglesia. Nosotros vestimos la concupiscencia-(Cf. Mc.1,24)


sábado, 9 de agosto de 2014

El justo vivirá por su fe


La religiosidad es criticada por nuestro Señor Jesús, aquel puñado de discípulos seguidores de Cristo, hasta entonces era un grupo religioso, pero carente de fe. La vida de quien se considere seguidor de Cristo, debe contener ingredientes esenciales, fe, agradecimiento y disposición. Todos sabemos que la fe es un don, nadie puede llegar a tener fe, si antes no ha habido en él intervención del Espíritu Santo. La fe como todos los dones son efusiones para el alma que aumentan o disminuyen. (Cf.Mt.25, 14-30) Dios ve con quien se puede contar, en quien puede confiarse. Dios evalúa el modo o el cómo se han hecho multiplicar sus talentos. Este es el gran pecado de las sociedades decadentes en las que se consume y se aniquila lo que se ha recibido: la formación humana, los conocimientos, la cultura, el ejemplo de vida, las riquezas de la naturaleza, el conocimiento de Dios, su Palabra y sus designios.

La oración que hace el papá del niño epiléptico y poseso ha quedado como uno de los modelos de oración cristiana; si nos dirigimos a Dios en la oración es porque tenemos fe; pero en ese mismo movimiento descubrimos la pobreza y la fragilidad de nuestra fe. La fe tiene un potencial transformador: hace que seamos capaces de confiar en el poder y la autoridad de Dios para actuar, para realizar los imposibles para los humanos. Por eso debemos también diferenciar la fe humana, que consiste en la confianza de nuestras capacidades, en cuanto a lo material – (Ej. Yo vivo bajo este techo sin temores porque confió en que cundo fue construido se hizo bien). Y a fe divina es la que procede de Dios.

Os aseguro que si fuera vuestra fe como un grano de mostaza, le diríais a aquella montaña que viniera aquí, y vendría. Nada os sería imposible.» la carencia de fe nos hace ineficaces para afrontar situaciones incompatibles. A lo que nos anima el Señor es que tengamos fe aunque sea pequeñita, que tengamos plena confianza en su poder para posibilitar la acción divina. Es Dios quien puede hacer cambios en las cosas imposible y nuestra fe se desvanece cuando lo hacemos por nuestra propia cuenta; en primer lugar no lo lograremos y en segundo lugar le robamos la gloria a Dios. Entonces caemos en a cuenta que lo principal es permitir que Dios obre y que sea Él quien se gane los aplausos. Nosotros apenas llegamos a ser sus dependientes (inútiles).


viernes, 8 de agosto de 2014

¡Ay de la ciudad sangrienta!


Según el Evangelio, el Señor pregunta «Según el parecer de la gente, ¿quién es este Hijo del Hombre?»… «Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?» Pedro contestó: «Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo.» a partir de entonces nuestro Señor Jesús anuncia su Pasión. Y ante esto Pedro se gana una reprimenda “Tus ambiciones no son las de Dios, sino las de los hombres.» (cf. Mt.16) por tanto el Señor quiere explicarnos que no solo se dará en Él lo de su dolorosa pasión, sino que todos nosotros también debemos sufrir en carne propia nuestra propia pasión. «El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga.

Todos sin lugar a dudas queremos seguir a Cristo quien es, camino, verdad y vida. Pero el Señor pone una condición, “la Cruz” manifestada en la renuncia, en la entrega, en el servicio, en a caridad, en el amor; todo amor verdadero procrea sacrificio de una u otra forma. Con esta manifestación nuestro Señor Jesús nos sitúa claramente frente al maligno, al mundo y a la carne. A lo cual precisa nuestra renuncia “cruz”. Debemos sobreponernos a la insinuación del maligno, la soberbia, el querer ser dioses sin Dios, y la idolatría… La renuncia a lo que ofrece el mundo, el poder, la fama, el poseer, de manera desmedida y sobre todo la inutilidad para el bien en los demás, y en cambio sí, puesto en contra de la justicia y al amor. La renuncia a la carne, los placeres las sensaciones, la vanidad, la vana gloria, y sin sacrificios, sin obras, sin caridad, sin culto al divino Creador, sin obediencia y sin dialogo con El. Esto explica que es Ganar y que es perder la vida. Porque según Dios, la vida podemos ganarla o perderla.

La propuesta universal del reino de Dios, conlleva como premisa determinante, el amor a Dios y al prójimo cercano y compañero en este peregrinar. Meditemos sobre la voluntad divina y pidamos en oración, poder hacer la voluntad de Dios; para ello hemos sido dotados de dones, de talentos, que por obra del Espíritu Santo nos hace virtuosos. El santo Papa Francisco nos está invitando a leer y a releer el capitulo 5 y el 25 de san Mateo, para que meditemos y en estos dos lecturas vamos a encontrar lo que es cargar la Cruz y seguir en por se Cristo. Allí veremos que nuestra vida debe ser virtuosa por gracia de Dios, porque por lo contrario nuestra vida se puede perder.


miércoles, 6 de agosto de 2014

“Esta voz del cielo la oímos nosotros”


Conmemoramos hoy la Transfiguración manifiesta en la Gloria de Cristo nuestro Señor y nuestra victoria, por Él. Todos somos hijos de Dios por filiación divina, somos su pueblo de los bautizados en nombre de Dios Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Es decir Dios es quien nos ha consagrado y nos ha introducido dentro de sus elegidos, ha hecho de él su propiedad personal; sin que haya sido por nuestros merecimientos, ni tampoco ningún tipo de grandeza. Solo Dios es grande y es quien tiene el poder y la autoridad, solo las tres personas de la Santísima Trinidad son dignas de honor, alabanza, suyo es el poder y la gloria.

La transfiguración, acontecimiento de difícil entendimiento para nosotros, pero si podemos sacar algunas luces al respecto, ¿Quién es Dios? “El no es Dios de muertos, sino de vivos, y todos viven por él.»(cf. Lc. 20, 34-38) lo podemos corroborar hoy cuando hacen presencia Moisés y Elías, fallecidos ya hacía mucho tiempo. ¿Quién es el Padre? Es quien ha enviado a su Unigénito a cumplir la misión redentora para todos nosotros. Por tanto es lógico que haya querido hacer un dialogo personal con su Hijo en presencia de humanos para que dieran testimonio de la vida verdadera. ¿Quién es el Hijo? «Yo soy: YO-SOY.» (Ex.3, 14) «Éste es mi Hijo, el amado, mi predilecto. Escuchadlo.»… reflexionemos en silencio. ¿Si lo honramos verdaderamente? ¿Si le escuchamos? ¿Si le obedecemos?

¿Y luego qué? Ya sabiendo lo anterior veamos pues cual es nuestro destino. Si vemos que Dios vive y que con el viven muchos de los que han sido separados de este mundo y sabemos que nuestro Señor Jesús resucito y que en el pasaje de hoy nos da una pequeña muestra de la gloria del cielo. Pues entonces nosotros conforme a sus promesas tenemos nuestro destino asegurado, pero depende de nuestro comportamiento, «Éste es mi Hijo, el amado, mi predilecto. Escuchadlo.» y en (Jn. 2,5) «Hagan lo que él les diga.» nos dice María madre de Jesús y Madre nuestra. «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí." (cf. Jn. 14, 1-31)


martes, 5 de agosto de 2014

Señor, Tú tienes palabras de vida eterna." Jn 6, 68


“¿Por qué gritas por tu herida? Tu llaga es incurable; por el número de tus crímenes, por la muchedumbre de tus pecados”… Serán sus hijos como en otro tiempo… “Vosotros seréis mi pueblo, y yo seré vuestro Dios.” Pero será en todo caso, necesaria la conversión por fe y por amor a Dios. “desde el cielo se ha fijado en la tierra, para escuchar los gemidos de los cautivos y librar a los condenados a muerte” ¿Quién otro o que cosa podrá librarnos de la muerte? “¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él?” el único razonamiento conclusivo es porque Dios es “Amor”. Por eso vino a multiplicar lo necesario para nuestro bien y a caminar sobre las aguas para que tuviéremos fe.

«¡Qué poca fe! ¿Por qué has dudado?» Poca fe – Este reproche del Señor es para sus mejores discípulos, también para nosotros hoy día, a fin de convencernos de que todavía nos falta mucho (cf. 6,30; 8,26; 16,8; 17,20). De la misma manera, Nuestro Señor, en varias ocasiones invitaba a no tener miedo, a confiar en Él; pero para nosotros faltaría una y otra cosa más, para poder creerle a Dios. En primer lugar si no cresemos espiritualmente, es porque no meditamos – es porque no hablamos con el dueño y Señor de todo. Mientras tanto no podremos confesar como sus discípulos: «Verdaderamente eres el Hijo de Dios» (Mt 14,33).

Todos habremos visto en los barrios o en lugares donde a la gente le parece cómodo botar las basuras. Para corregir estas culturas se colocan avisos prohibitivos, se hacen campañas de limpieza, de concientización, de educación. Pero lo grave es que por más que se luche seguirá apareciendo basuras. Lo mismo pasa con nuestras culturas de pecado, Dios dice, sus servidores lo pregonan y el hombre no deja de mentir, de robar, de odiar, de matar, no deja la avaricia, la injusticia… larga lista. A todo esto, así veamos a Cristo en la Cruz para darnos vida, así lo veamos multiplicando nuestro pan o caminando sobre las aguas de este mar agitado.


lunes, 4 de agosto de 2014

Ananías, tú has inducido al pueblo a una falsa confianza


Todos querían proclamarlo rey, (la tentación) pero nuestro Señor Jesús los deja solos, para  que comprendieran que el era Rey capaz de satisfacer a todos con abundancia, pero no a la manera judía, quería que comprendieran cuál es el verdadero reinado de Dios. Luego se presenta caminando sobe las aguas. No podemos olvidar estas manifestaciones mediante las cuales Dios quiere resaltar el poder del espíritu sobre la materia, y aun más, descubre el esplendor que irradia de la persona del Hijo, aun en su condición mortal. El relato es bastante claro, en lo que tiene que ver con la confianza en el proyecto de Dios anunciado por Jesús. Quiere hacernos ver lo fatal que puede ser la falta de fe. La duda sobreviene cuando nos fijamos mas en las fuerzas de la naturaleza o de las distracciones mundanas, desconfiando de la fuerza y la autoridad más poderosa, Dios.

“¡Señor, sálvame!” Le decía santo Tomas Moro a su hija desde la prisión: No quiero, mi querida Margarita, desconfiar de la bondad de Dios, por más débil y frágil que me sienta. Más aún, si a causa del terror y el espanto viera que estoy ya a punto de ceder, me acordaré de san Pedro, cuando, por su poca fe, empezaba a hundirse por un solo golpe de viento, y haré lo que él hizo. Gritaré a Cristo: ¡Señor, sálvame”. Espero que, entonces, él tendiéndome la mano me sujetará y no dejará que me hunda.

Y, si permitiera que mi semejanza con Pedro fuera aún más allá, de tal modo que llegara a la caída total y a jurar y perjurar (lo que Dios por su misericordia, aparte lejos de mí, y haga que una tal caída redunde más bien en perjuicio que en provecho mío), aún en este caso espero que el Señor me dirija, como a Pedro, una mirada llena de misericordia (cf Lc 22,61) y me levante de nuevo, para que vuelva a salir en defensa de la verdad y descargue así mi conciencia, y soporte con fortaleza el castigo y la vergüenza de mi anterior negación.

Ten, pues, ánimo, hija mía y no te preocupes por mí, sea lo que sea que me pase en este mundo. Nada puede pasarme que Dios no quiera. Y todo lo que él quiere, por muy malo que nos parezca, es en realidad lo mejor
.”


sábado, 2 de agosto de 2014

Escúchame, Señor, el día de tu favor


Al reflexionar sobre el crimen de san Juan Bautista, se queda uno perplejo ante tanta injusticia. El A/T. nos narra otros casos injustos como el de David con su soldado Urias. Pero también son innumerables los casos en el N/T. y sobre todo en nuestro tiempo. “Oyó el virrey Herodes lo que se contaba de Jesús, y dijo a sus ayudantes: «Ese es Juan Bautista que ha resucitado de entre los muertos, y por eso los Poderes actúan en él.» (Herodes Antipas, hijo de Herodes el grande.) La seducción de una muchacha condujo al embriagado mandatario a dictar una condena de muerte injusta, por no querer figurar como débil frente a sus condescendientes. Pero no tardo en sentir el poder y la autoridad de nuestro Señor Jesús, quien tomo la bandera de Juan para remover los cimientos de los opresores del pueblo de Israel. Para el desventurado rey lo que sentía no era deseos de conversión sino quizás, su conciencia, la voz de su alma que clamaba por su purificación.

Que otros queden maravillados de que Juan haya sido anunciado por los profetas, anunciado por un ángel..., nacido de padres tan santos y tan nobles, aunque de edad avanzada y estériles..., que en el desierto haya preparado el camino del Redentor, que haya convertido los corazones de los padres hacia los hijos y los de los hijos hacia los padres (Lc 1,17), que haya sido digno de bautizar al Hijo, escuchar al Padre, ver al Espíritu (Lc 3, 22), en fin, que haya combatido por la verdad hasta dar la vida y que, para ser precursor de Cristo incluso en el país de los muertos, haya sido mártir de Cristo ya antes de su Pasión. Que otros se queden maravillados de todo esto” (Beato Guerrico)

Este acontecimiento del más grande de los profetas, se vincula como la intima relación que existe entre el Mesías y su precursor. Además, describe de manera ejemplar que la misión del discípulo es mantener una actitud crítica en defensa de la justicia y la paz, frente a la sociedad y a las culturas contrarias a los valores del evangelio, aunque sea incómodo para aquéllos que buscan para sí mismos el poder, el tener y la fama, pasando por encima de los humildes y necesitados, por la gente de bien. Al respecto dice san Pablo: «No nos predicamos a nosotros mismos sino al Señor Jesucristo» (2Co 4,5).


viernes, 1 de agosto de 2014

Que me escuche tu gran bondad, Señor.

El hijo de María y de José, “¿Acaso ella dio a luz por obra de su carne?”. Lo que obró el Espíritu santo, fue para los dos. Justo el varón y justa la mujer (cf.Mt.1,18) El Espíritu Santo, quien obra con el Padre y con el Hijo, dio el hijo a ambos. «¿De dónde saca éste esa sabiduría”? - ¿acaso no es: …? Si, (Dios). No supieron definir, como tampoco muchos hoy identificamos plenamente quien es Dios, como actúa, que hace, como lo hace, cuando lo hace, porque lo hace y para quien. De ahí los desvíos y los interrogantes. Por eso el gran misterio de la ceguera. “Por más que oigan no entenderán, y por más que miren no verán... Sus oídos no saben escuchar, sus ojos están cerrados. No quieren ver con sus ojos, ni oír con sus oídos y comprender con su corazón..” (Mt. 13, 14-15)

Los paisanos del Señor, conocían los orígenes y a sus parientes; pero desconocían el verdadero origen y parentesco más hondo, más radical, nunca supieron definir la concepción de que “Por él se hizo todo, y nada llegó a ser sin él.” (Jn.1, 3) No supieron acoger los signos que suministraba los antecedentes como anuncio de esa verdad. Tanto se había acostumbrado el pueblo elegido a que Dios siempre que se desviaba, Él venía en su rescate. Es igual hoy día, nos extraviamos por caminos oscuros y Dios en su infinita misericordia va y, de una manera u otra, nos suministra la luz para volver al camino; pero que tampoco, en la mayoría de los casos, caemos en la cuenta que es Dios el artífice. Somos incapacitados para decir de conciencia y de corazón, como Pedro: «Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo.»(Mt.16,16 ».

El mismo nuestro Señor Jesús nos da la clave para poder entender y adquirir sabiduría: «Felices los que tienen el espíritu del pobre, porque de ellos es el Reino de los Cielos.” (Mt.5,3) los que son capaces de despojarse de todo lo que está contra la voluntad de Dios, los que logran empobrecer su conciencia de las cosas del mundo y enriquecerse con la sabiduría de Dios. El mismo Nuestro Señor Da gracias al Padre porque así lo quiso: «Yo te alabo, Padre, Señor del Cielo y de la tierra, porque has mantenido ocultas estas cosas a los sabios y entendidos y las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, pues así fue de tu agrado." (Mt. 11,25) De manera que el camino de Jesús no es de triunfalismos o de vanaglorias, es de aceptación por la fe y lleno de esperanza, porque conduce a la vida – basado en el amor, “El que no ama no ha conocido a Dios, pues Dios es amor.” (1 Jn.4,8)


jueves, 31 de julio de 2014

Separarán a los malos de los buenos


Las empresas y los juiciosos y ordenados hacen al final del mes un balance para analizar el estado y los resultados de sus finanzas; eso mismo deberíamos hacer nosotros todos los días en su final, es aun mas indispensable nuestra confrontación personal, para ver como esta nuestro comportamiento y revisar nuestro pecado de pensamiento, de palabra, de obra y de omisión. De allí surgirá nuestra contrición y nuestra conversión tan indispensable. Es llegar a la docilidad para que Dios nos moldee conforme a su voluntad santa, a imagen del alfarero según la lectura de Jeremías.

Diferenciar y separar son actividades que hacemos todos los días, en cuanto a lo material. Porque no entonces hacer también, durante nuestra vida una distinción de lo que es bueno y para bien, de lo que es malo y para el mal. “Examínenlo todo y quédense con lo bueno. Eviten toda clase de mal, dondequiera lo encuentren.” (1 Ts.5,21-22) Par ello se requiere reflexionar y pedir al Espíritu Santo el discernimiento, no olvidemos que estamos en medio de una sociedad caótica, que se desenvuelve entre verdad y falsedad, entre lo bueno y lo malo, valores y antivalores, complicada y centrada en el poseer sin justicia, sin caridad. Por tanto los Ángeles de Dios deberán separa los unos de los otros.

A todos no ocurre en algún momento de nuestra vida, nos encerramos en nuestro mundo y hacemos nuestro propio juicio, con nuestra propia capacidad, sobre el dolor, el sufrimiento, el odio, los placeres, los antojos; confinados en una cárcel que hemos construido para nosotros mismos y que nos parece infranqueable. Negamos la acción y la autoridad de Dios al olvidarnos de Él. No caemos en la cuenta del contenido de una vida sin Dios en las buenas y en las malas; confrontada con la esperanza y la docilidad a Dios que por su amor infinito es capaz de cambiar todas las situaciones. Meditemos las parábolas de nuestro Señor Jesús, de ellas sacaremos enseñanzas siempre nuevas que nos ayudan a nuestra conversión y para adaptarlas a nuevas circunstancias.


miércoles, 30 de julio de 2014

Si vuelves, estarás en mi presencia


Evangélicamente hablando, el afortunado es el de corazón humilde y sencillo, este encuentra el mayor tesoro. “Dichosos los pobres en el espíritu” Nadie es más rico que aquellos que agradecen a Dios por lo que les ha sido concedido y lo ponen al servicio para ganar amigos para el cielo. Los que se despojan de la avaricia, de cierto modo viven en pobreza porque dan, ayudan, enseñan y sirven por amor. En cambio y como ejemplo encontramos el personaje rico que se acercó a Jesús y le preguntó qué debía hacer para obtener la vida eterna, que ante la propuesta del Maestro bueno, por culpa de sus apegos regreso por donde vino entristecido. No supo apreciar la tentadora oferta de Jesús,

La parábola contiene connotaciones espirituales, Aquel que por uno u otro motivo es capaz de reflexionar sobre el vacío que siente, reacciona ante su pobreza interior, llega a darse cuenta que hay algo mas pero que aun no lo posee y por gracia lo encuentra, Dios no se hace esperar para mostrarle el gran tesoro, Para aquel que lo ha buscado todo y que no ha logrado complacer su alma, la propuesta de Dios es un tesoro porque este sí que llena, si satisface, si da paz y porque el reino de los cielos tiene un contenido muy mayor que lo percatado en nuestro planeta tierra.

Pero hay algo mas, aquel que busca y que no encuentra y que no puede llenar su faltante, es posible que no se dé cuenta que existe un tesoro escondido y aunque lo vea, tampoco es capaz de identificarlo para acogerlo. Se puede fijar más en su renuncia que en el don ofrecido; pues toda acción conlleva a una reacción, en este caso es indispensable la conversión, “la venta de lo que posee”, el cambio de la manera de pensar, para reflexionar y llegar al cambio de vida. Para llegar a ser un solo cuerpo en Cristo, como nos dice san Pablo. “Que el amor sea sincero. Aborrezcan el mal y procuren todo lo bueno. Que entre ustedes el amor fraterno sea verdadero cariño, y adelántense al otro en el respeto mutuo. Sean diligentes y no flojos. Sean fervorosos en el Espíritu y sirvan al Señor. Tengan esperanza y sean alegres. Sean pacientes en las pruebas y oren sin cesar. Compartan con los hermanos necesitados, y sepan acoger a los que estén de paso… más bien derrota al mal con el bien.” (cf. Rm.12,1-21) es como la escolaridad para la vida terrena y en el reino de los cielos.


martes, 29 de julio de 2014

No como quien sirve a hombres, sino como esclavos de Cristo.


En la primera lectura de Jeremías, encontramos cantidad de lamentos e interrogantes. Que nos ponen a pensar porque le ocurre tanto daño al pueblo escogido? Solo encontramos que la cusa principal es por la falta de lealtad a Dios, sacaban a Dios y quedaban desprotegidos. Sin embargo nuevamente el pueblo elegido, era levantado de la calamidad, por la bondad de Dios y pasado un tiempo volvían a poner su interés en otros dioses. La esperanza no estaba en Dios, no reconocían ni se disponían para recibir el amor de Dios que es para todos y por todos los tiempos. Nos ocurre hoy igual, nuestro afán no permite vivir la esperanza segura de la bondad de Dios, confiamos más bien en nuestras propias fuerzas y para peor de los males llegamos a creer mas en personas y en lo material, que a Dios quien nos ama y que quiere lo mejor para nosotros. De esta manera por nuestra propia decisión y por ignorancia nos volvemos cizaña propicia que el maligno está dispuesto a plantar en el campo de la viña del Señor.

Tiempo – impaciencia, Amor - esperanza. Los procesos requieren tiempo. nos puede invadir las preocupaciones, nos cansamos y renunciamos. Deberíamos vivir confiados en el poder y la autoridad de Dios y gozar de la esperanza y de su gran amor, para vivir en la divina voluntad de Dios nuestro creador. Como nos dice san Pablo: “llevamos este tesoro en vasos de barro, para que esta fuerza soberana se vea como obra de Dios y no nuestra. (2 Co.4,7) La prisa se apodera de nosotros la llevamos a flor de piel para tratar de ser dioses sin Dios; en vez de la decisión para convertirnos, para cambiar nuestra manera de pensar para cambiar nuestra manera de vivir.

La salvación que ofrece nuestro Padre por la persona de Cristo quien venció la muerte por el pecado, es para todos. El seguir a Jesús con esperanza y por amor, es garantía de salvación. «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí.” (Jn.14,6). Pero por supuesto, el caminar en pos de Cristo conlleva, conversión, esfuerzo y lucha, porque quiere que nos dejemos librar de la muerte, es mejor cargar nuestra cruz siguiendo al Maestro en vez de sufrir la muerte. Ya el Señor extendió voluntariamente sus brazos sobre el madero de la salvación, para que tuviéramos por Él, resurrección y vida.


lunes, 28 de julio de 2014

Y vienen los pájaros a anidar en sus ramas


Si comparamos ambas parábolas, la cuales contienen elementos diferentes de la naturaleza, como que no hallamos relación entre ellas, pero que consiste en el resultado de ambas. De lo menos a más. De lo minúsculo a lo macro. La esperanza está en conocer el potencial contenido y aguardar los resultados.

A través de estas comparaciones nuestro Señor Jesús habla del reinado en el corazón del hombre, que al comienzo tiene una connotación minúscula y germinal, que necesita tiempo, activación en estado propicio y que puede llegar a ser, por la gracia, una fuerza transformadora que hará que todas las realidades se vean y actúen de distinta manera siempre superior; que en vez de raquitismo inoperante se convierte en gozo activo y servicial. Es un don que llega por la esperanza y deseo humilde. Un don que los sabios y entendidos de este mundo no saben aceptar y con razón dice el Señor que por las cualidades de humildad y sencillez, el hombre podrá recibirlo.

Traducido al discípulo del Señor nos indica que es un camino que lleva de la oscuridad a la luz, de la renuncia a la activación del amor para servir de fermento y de posada. El fermento de la misión y la posada para el Espíritu Santo. Todos los bautizados somos la iglesia de Cristo, por tanto la iglesia está compuesta por discípulos del Señor, que aceptan su reinado y cumplen la misión, por amor.

Ser Iglesia es ser Pueblo de Dios, de acuerdo con el gran proyecto de amor del Padre. Esto implica ser el fermento de Dios en medio de la humanidad. Quiere decir anunciar y llevar la salvación de Dios en este mundo nuestro, que a menudo se pierde, necesitado de tener respuestas que alienten, que den esperanza, que den nuevo vigor en el camino. La Iglesia tiene que ser el lugar de la misericordia gratuita, donde todo el mundo pueda sentirse acogido, amado, perdonado y alentado a vivir según la vida buena del Evangelio.” (Papa Francisco)


sábado, 26 de julio de 2014

Dejen que crezcan juntos cizaña y trigo


Hoy, Dios por boca de Jeremías, nos hace ver que nuestro comportamiento cotidiano carece de sentido como correspondería frente a las cosas de Dios. Nuestra vida espiritual carece de autenticidad, nuestro culto a Dios contiene sentimiento hipócrita y de momento. “llega la hora, y ya estamos en ella, en que los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad.” (Jn. 4, 23). Mientras que la mayoría del tiempo lo empeñamos a otros dioses, como son: El poseer (cf.Lc. 12,15) “No son sus posesiones las que le dan la vida”. A la avaricia se le quiere justificar con el consumismo, moda, ocio, vanidad, comodidades desmedidas, odios, venganzas, placeres, (…). Son contaminantes que esclavizan, que impiden la perfecta coherencia con Dios, que relativizan y nos vuelve insensatos, incapaces de practicar la justicia y la paz.

En el pasaje del Evangelio, se nos habla de la maleza en medio del cultivo productivo y servicial. Dios sabe de nuestras limitaciones, sabe que no somos capaces, por nuestras propias fuerzas, de erradicar la cizaña del pecado. Su respuesta nos anima a ser valientes para lograr una madurez en la fe, para alcanzar una coherencia definida y decidida de nuestra amistad con Dios.

La cizaña simboliza todo lo que se opone al Reinado de Dios en nuestras vidas. El Señor (escribe recto en renglones torcidos) de allí donde abunda el pecado, sobreabunda la gracia, Dios no quiere la muerte del pecador, quiere es, que se arrepienta y viva para servir. Cuando germine el trigo la realidad será evidente, manifestada en el fruto.

En la concepción del evangelio, permite distinguir lo bueno de lo malo y la hegemonía de lo uno sobre lo otro. Pero cuidado de juzgar, esto es solo de la incumbencia de Dios, cuando solo Él sabe la intención y la rectitud de corazón. Pues es, también, una de nuestras malas costumbres, rechazamos al pecador, lo juzgamos y lo condenamos. Sin darnos cuenta que el poder y la misericordia de Dios es universal y eterna. El rechazo es una de las peores lacras que manifiesta nuestra sociedad contemporánea, debido a ignorancia, a causa de la falta docilidad al Espíritu Santo. Si estuviéramos dispuestos a la acción de Dios Espíritu Santo, cambiaría la situación de la parábola, no habría semilla de cizaña para plantar.

Dejadlos crecer juntos hasta la siega y, cuando llegue la siega, diré a los segadores: Arrancad primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo almacenadlo en mi granero.» La parábola contiene, además, un sentido profético; es lo que acontecerá al final de los tiempos.


viernes, 25 de julio de 2014

Llevamos en nuestros cuerpos la muerte de Jesús.


Santiago, llamado «el mayor», era hijo de Zebedeo y de Salomé (Mc 15,40; Mt 27,56) y hermano mayor de Juan el evangelista. Junto con él fue llamado entre los primeros discípulos de Jesús, y siempre se le cita entre los tres primeros apóstoles en el Nuevo Testamento. Fue testigo privilegiado de la resurrección de la hija de Jairo (Mc 5,37), de la transfiguración de Jesús (Mt 17,1) y de la agonía de Jesús en Getsemaní (Mt 26,37). Fue decapitado hacia el año 44, en tiempos de Herodes Agripa, en los días de la Pascua (Hch 12,1-3).

Encontramos en el Evangelio de hoy una petición y una respuesta del Señor. En segundo lugar la reacción de los otros discípulos contra los dos hermanos y la actitud de Jesús frente a todos los discípulos. Por su puesto que la petición es disonante con el programa que Jesús le ha ido trazando a sus discípulos mientras van subiendo a Jerusalén. Y por tanto dice: “no saben lo que están pidiendo”. Aparece la incomprensión del misterio de la cruz. El pueblo creía que el Reino de nuestro Señor Jesús, tendría lugar con la conquista de poder que tenían los romanos. Y de ahí que se procuren obtener posiciones dentro del sistema político. Por tanto era de esperarse, también, los celos expresados dentro de la comunidad apostólica por los primeros puestos.

Se demuestra lo difícil que es para la humanidad el reconocimiento de la persona de nuestro Señor Jesús y su Palabra y el significado grandioso y pleno del cumplimiento de su misión encomendada por nuestro Padre Dios. Aun no entendemos completamente contra quien fue la “pelea” en el misterio de la cruz y sobre todo no entendemos que si somos del bando de Jesús, también nos corresponde correr la misma gesta, la misma lucha para alcanzar la vida conquistada por el Señor.

Frente al recelo y división, el Señor la aprovecha para corregir pedagógicamente los fallos de los discípulos de todos los tiempos. El Maestro pronuncia unas reflexiones sobre el nuevo concepto de la autoridad transformada en servicio. Explica la manera como se impone la autoridad en el régimen político de las naciones. Y censura que esta manera de ejercer la autoridad no puede ser el modelo de las relaciones en la comunidad de los discípulos. Porque la novedad consiste en trabajar para rescatar y en servir incondicionalmente a los que nos rodean, que gracias a la tecnología, son todo el mundo. Como cumplimiento de la ordenanza de nuestro Señor Jesús “Vayan, pues, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos.” (Mt.28, 19). Capaces de testimoniar su vida, quien no vino a ser servido sino a servir y a dar la vida en rescate por todos.


jueves, 24 de julio de 2014

Me abandonaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron aljibes agrietados.


En la primera lectura que es muy diciente para los tiempos que estamos viviendo, Jeremías enfoca la bondad de Dios para el hombre y a la vez se refiere a los responsables del pueblo, por no hacer su trabajo esencial que es conducir a los hombres a Dios; «interrogar sobre Dios»: "¿dónde está el Señor?" Los especialistas de la Ley, no fueron enfáticos en el reconocimiento de Dios; considerado como una traición de los clérigos y de los intelectuales. Los mandatarios se dedicaron solo regir su gobierno conforme al parecer para sostener su poder, en vez de hacer política según el espíritu de Dios. También los profetas fallaron se les hizo más fácil la religión de los nativos que era muy popular dando culto a Baal. ¿Tendrá algo de parecido a nuestros tiempos?

El Evangelio de hoy es una continuación del pasaje de ayer cuando los discípulos hacían una pregunta sobre la comparación del “sembrador”, ¿porque las parábolas, en vez del lenguaje común? Y es el Señor quien hace una explicación detallada de lo que significa y porque las parábolas. Imaginémonos que el Señor solo hubiese utilizado el lenguaje común, que hubiese pasado en la época y hoy día cuando para el hombre todo es relativo. Se hubiese cambiado la interpretación con más facilidad y se hubiese puesto en boca del Señor mucho contenido de mentira y de engaño. Gracias a las parábolas a manera de (cuento) se conserva la verdad dicha por el Señor.

El Señor sabía que era difícil para sus contemporáneos y para nosotros hoy, entender los misterios de la salvación y de la vida verdadera. “Por eso les hablo en parábolas, porque miran sin ver y escuchan sin oír ni entender… son duros de oído, han cerrado los ojos; para no ver con los ojos, ni oír con los oídos, ni entender con el corazón”. Algún tipo de justificación pongo en aquellos, debido a su cultura y al cambio tan repentino que estaba proponiendo el Señor. Pero para nosotros no hay disculpas, cuando siendo dóciles al Espíritu Santo, lo entenderíamos y lo haríamos muy bien. No cabe por simple razón sino por atracción el alejaros de Dios. Es porque queremos ser dioses sin Dios, por falta de conversión, por no aceptar su Reinado en nuestro corazón, por no dar testimonio de Cristo a los hermanos; y cabe decir, que no solo se debe a nosotros los laicos, también movidos por las corrientes sociales, están a su vaivén muchos consagrados. No queda ante nuestra realidad cruda y visible, otro camino que doblar rodilla ante Dios. Le propongo ahora mismo al menos un Padre Nuestro a nuestro Creador. “En el momento fijado te escuché, en el día de la salvación te ayudé. Este es el momento favorable, éste es el día de la salvación.” (2 Co.6,2).


miércoles, 23 de julio de 2014

Mi boca contará tu salvación, Señor.


Encontramos hoy en el Evangelio de san Mateo, la pedagogía de nuestro Señor y Maestro, que nos exhorta a pensar, nos incita a reflexionar- “El que tenga oídos, que escuche.”. y es si que sus discípulos quedaron con interrogantes. Por lo mismo, la respuesta del Maestro es muy diciente para nosotros hoy día, caminamos, nos movemos como que estamos vivos, pero no vemos, no escuchamos, no entendemos, no meditamos, para seguir en las mismas. La Palabra de Dios no nos mueve, no cambiamos; cuesta la conversión. Sin embargo Dios permanece buscándonos, sin importar nuestra condición social, para Dios cuenta es el valor de nuestra alma.

Que ha importado que el Hijo de Dios viniera a rescatarnos a precio de sangre, nuestra conversión es incompleta. Y es debido a que hay alguien que nos roba lo poco y lo cambia por los afanes de lo del mundo. Quizás algunas veces podemos sentir motivaciones que nos entusiasman a ser obedientes a Dios. Pero llega alguien o algo que contradice nuestra motivación y abandonamos. Sobrevienen los acosos de lo material, las necesidades económicas y tomamos el camino de nuestras capacidades de nuestro propio esfuerzo, el interés personal, para ir perdiendo la fe y lo que Dios quiere de nosotros.

“El sembrador salió a sembrar” Dios quiere que seamos dóciles a su divina voluntad, que interioricemos sus enseñanzas, que seamos capaces de retenerlas para que se queden haciendo vida en nosotros. Aunque hayan contradicciones, aunque haya fracaso y resistencia, porque no faltará la acción del maligno que quiera deslumbrarnos con sus engaños, aunque quiera hacer ver el mal como bueno o mejor que el bien. Y la responsabilidad está solo en nosotros, por nuestro pecado de pensamiento, de palabra, de obra y de omisión. Esto nos impide reflexionar y cambiar. “No quieren ver con sus ojos, ni oír con sus oídos y comprender con su corazón... Pero con eso habría conversión y yo los sanaría.”(Mt.14, 15)


martes, 22 de julio de 2014

Encontré el amor de mi alma


Hoy la lectura del evangelio nos presenta a María, la de Madala que es una población rivereña del mar de Genesaret, personaje protagónico en la vida del Señor. Se cree que fue a quien el Señor libero de una posesión demoníaca, la que lloro a sus pies y se los perfumo, estuvo al pie de la cruz venciendo los miedos y temores por amor al Señor y hoy es testigo de la victoria del Señor resucitado.

Las preguntas que el Señor hace a María, (misionera) son para nosotros hoy, ¿Por qué lloras? ¿A quién buscas? Lloramos quizás por los sentimientos que causan las pérdidas y el Señor nos invita a que lo busquemos a Él, quien suplirá toda perdida, toda angustia, todo desconcierto, toda tristeza, toda soledad, toda falta de paz, (...).

¿Qué buscamos hoy día nosotros? Muchas cosas que suplan nuestros deseos mundanos, buscamos idolatrar personas y cosas, para tratar de llenar el vacío que hay en nuestro interior. El Señor repetidamente formula esta pregunta ¿A quién buscas? “El que busca encuentra” pero esta afirmación del Señor se refiere a lo mejor, a lo realmente necesario para la vida, que se dirige personalmente a cada uno de nosotros y nos anima a vivir en su amor. Búsqueda, también es, reconocer a aquel que te reconoce a ti. La búsqueda del Cantar de los Cantares, es la inquietud que se despierta, es el deseo del Señor y se vuelve búsqueda apasionada, vital, como expresión simbólica del amor de Dios por su pueblo.

En el discurso del cap. 14 Jesús había hablado de su partida; y había garantizado su resurrección. Esta promesa se da como cumplida en la alegoría de la parábola del grano de trigo que muere y la de la vid y los sarmientos. Se cumple en nuestro Señor Jesús, que muriendo da mucho fruto, habla de la importancia de su muerte para que los creyentes vayan a Él y de la fecundidad apostólica de sus discípulos. Por tanto Jesús es también la vid en la que los sarmientos deben estar adheridos para producir fruto abundante. Jesús es la fuente de la vida de los creyentes y de las obras buenas que por gracia pueden producir.


lunes, 21 de julio de 2014

Te han explicado, lo que Dios desea de ti


«Pueblo mío, ¿qué te hice o en qué te molesté? Respóndeme.” Te libre de la muerte eterna, te saque de la esclavitud del pecado, de la esclavitud de la mentira, de la esclavitud de la ignorancia, te doy lo que necesitas para el paso por este desierto de la vida temporal, te envié por delante a mi Hijo amado para que te conduzca por el “camino”, te envié al Espíritu Santo para que te de la luz necesaria para la vida, te puse en tu compañía a María, como amparo. ¿Por qué caminas destino a la destrucción? vas camino a la perdición. “Lo que Dios desea de ti: simplemente, que respetes el derecho, que ames la misericordia y que andes humilde con tu Dios

«Si eres Hijo de Dios, manda a esta piedra que se convierta en pan.»… «Te daré poder sobre estos pueblos, y sus riquezas serán tuyas, porque me las han entregado a mí y yo las doy a quien quiero.”…. «Si tú eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo, … Dios ordenará a sus ángeles que te protejan” (cf.Lc. 4, 1-13) Todo servidor del maligno emplea este tipo de estrategia para tentar, para escandalizar. La mayoría de la gente de hoy de una manera o de otra tratamos de tentar al Señor. Cuando la fe, el amor y el servicio es lo encomendado ¿para que tratar de ver con minucias la acción de Dios?, quien todos los días obra milagros en nosotros, pero que somos incapaces de reconocerlo y mas difícil agradecerle.

De manera que no fue solo cuestión de los fariseos y letrados, nosotros queremos saber todos los detalles, no tanto para creer sino para poder juzgar y contradecir. Nosotros también queremos signos que podamos utilizarlos para verificar si Dios nos escucha, si Dios es real, si lo que dice es verdad. Las cosas de Dios son misterio lucido pero no visible a nuestra vista, debido a la ceguera producida por el pecado. Entonces el Señor retoma lo que está escrito en Dt. 1,35: “Esta generación perversa y adultera” (la relación de Dios con su pueblo tiene connotación matrimonial) y complementa con el anuncio de los misterios de salvación: “pues tres días y tres noches estará el Hijo del hombre en el seno de la tierra.” La muerte no tiene el poder ni la última palabra. “De hecho, se presentó a ellos después de su pasión y les dio numerosas pruebas de que vivía.” (cf.Hch,1, 1-11) “Al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios” (Sl.49) «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí.(Jn.14,6) En nuestro Señor Jesús se cumple toda profecía y se realiza todo reinado. No tenemos que esperar ni pensar en nadie más. Jesús es el mayor signo de Dios, que se nos ha dado.


sábado, 19 de julio de 2014

Codician los campos y se apoderan de las casas


“Los fariseos planearon el modo de acabar con Jesús.” Aquellos convencidos de estar por encima de la ley y de ser sus verdaderos interpretes. Resultan siendo unos ilusos, cuando el único poseedor de la verdad plena es Dios. Al saber el Señor sobre sus componendas, quedaron destemplados. No hace un cuestionamiento acerca de la calidad de testimonio que daban y su coherencia como miembros del pueblo elegido, el Señor los deja. No se trataba de una lucha porque Jesús vino fue a traer la paz, a dar ejemplo de amor y el no a la guerra ni la violencia.

Vino para implantar el derecho Jesús evita la confrontación y continúa anunciando e implantando esa ley nueva (el derecho y la esperanza de las naciones) que porta en su corazón, continúa curando, perdonando, anunciando, restableciendo, (…) Jesús es testimonio de de vida. Ante las realidades enfermas y moribundas, Jesús ni quiebra la caña cascada, ni apaga el pábilo vacilante, sino que endereza y reaviva.

Esta compostura de muerte existe desde cuando el maligno engaño por primera vez, cuando convenció con mentiras; así es como hoy vivimos en gran medida la cultura de muerte en sus diversas manifestaciones. El ser humano atraído por el poseer y la fama a cualquier precio, ha generado en nuestro mundo contemporáneo la exclusión, el utilitarismo y el deterioro humano; donde solo se le da valor a las pertenencias o capacidades, cuestiones que coadyuvan a la injusticia y hasta la violencia; y no se mueve un ápice por la dignidad de la persona humana. El mundo de los que viven este tipo de cultura, como si fuera poco, minan por todas partes ataques contra la fe y la Iglesia católica; porque saben que es élla la que se opone a la cultura de muerte y le apuesta a la vida, a la dignidad del género humano, a la presencia del resucitado como cabeza, pastor y sacerdote eterno, movidos por el Espiritu Santo.

La misión del discípulo de Jesús es levantar al que esta caído y dar fuerza a quienes lo necesitan y se encuentran en dificultad, como coherencia cristiana. No limitar nuestra acción a la simple administración o conservación, sino ir a todos y que somos todos necesitados de Dios, a “conocer la cultura” como nos dice el Papa Francisco. Conocer las luces y sombras de las personas, para llevarles la alegría del Evangelio.


viernes, 18 de julio de 2014

He escuchado tu oración, he visto tus lágrimas


Dios dono la libertad, como capacidad para nuestra propia autodeterminación, a los seres humanos con el fin de que la obediencia a Dios fuese por amor, mas no por imposición, sino como medio de salvación. Sin embargo el hombre no vive el mandamiento del amor; por tanto Dios recordó a Moisés la obediencia que le debemos, y para que el pueblo de Israel se regulara, éste reglamento el decálogo con una cantidad de normas. Frente a lo que Dios nos ordena el ser humano tiene la necesidad de regularse a sí mismo, pensar y decidir las pautas de su comportamiento.

Difícil vivir la misericordia hoy día, ya que ha cundido el concepto del relativismo debido al modernismo, la ciencia y la tecnología. Quedando atrás y viendo las cosas de Dios como del antaño, como pasadas de moda; como queriendo decir, si hay faltos de misericordia la culpa no es nuestra, es Dios quien tiene que acomodarse a nuestros caprichos. Del amor a Dios y a nuestros semejantes se ha pasado a una mentalidad interés personal. La dignidad del hombre se mide solo por lo que se posee y que a su paso quiere más por querer ser dios sin Dios. Cuando la conquista de la vida es por medio de la práctica del amor con testimonio fiel dado de acuerdo con las situaciones reales de los seres humanos.

Nuestro Señor Jesús es más de lo que nos imaginamos, ve la necesidad, conoce la falta de dignidad del ser humano, ve la muerte por el pecado y espera de nosotros una respuesta de acción cuando nos dice: “Si comprendierais lo que significa "quiero misericordia y no sacrificio" Por todas partes encontramos gente necesitada mas de Dios que de pan, pero nosotros en vez de ayudar a llenar su necesidad espiritual más bien le negamos el pan físico, cuanta falta del compartir como hermanos, cuanto apropia-miento de lo ajeno, cuanta procura de interés pisoteando la dignidad del otro, cuanta injusticia social. En resumen vivimos, más bien, como en salvajismo donde se predica “sálvese quien pueda”

jueves, 17 de julio de 2014

Carguen con mi yugo


«Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré.” Todos por motivos diferentes nos agrupamos en múltiples categorías, pero para nuestro Señor Jesús estas distinciones son cambiantes; por tanto llama a todos que de un modo u otro estamos cansados y agobiados. El Señor no ha vendió a establecer fronteras o divisiones sino que quiere unirnos en el descanso que solo puede dar por su poder divino. Además, todos necesitamos alivio, misericordia, perdón y salvación.

Su invitación es un llamado sin imposición, con respeto, espera de nosotros la respuesta con libertad. Es una exhortación a la confianza en Dios Padre, que se preocupa por todos y quiere nuestro bien, incluso en la adversidad, como lo expresa el profeta Isaías. Pero que implica responsabilidad. Consistente en renunciar a muchas cosas y acudir y permanecer siempre con Cristo. Si para nosotros es un “Yugo” vivir el mandamiento del amor, el Señor nos ofrece el alivio, el descanso, por la práctica de su ley, porque se trata de la eterna voluntad salvadora de Dios.

De modo que aunque es difícil vivir rectamente, conforme a la voluntad divina, nuestros pensamientos, nuestras palabras y nuestros actos, pero contamos con el auxilio divino para poder cumplir los designios de Dios, y es con Cristo que podemos lograrlo, solo con El. También, porque todos de un modo o de otro estamos cansados de las opciones que propone el mundo, porque no sacian, no llenan el vacío del interior del hombre, ¿quién puede estas satisfecho en medio de tanta violencia, odio, confusión, mentira, engaño, corrupción, (…)?



miércoles, 16 de julio de 2014

El Señor no rechaza a su pueblo.


Hoy nuestro Señor Jesús entona un canto de alabanza y acción de gracias a su Padre, que se revela a quienes tienen en su corazón humildad. Los que son capaces de practicar la justicia sin falsedad, basada en el amor fraterno. Capaces de abandonar las conductas arrogantes para procurarse escalones de poder, de tener y de fama. Capaces de abandonar las conductas agresivas generadoras de violencia. Capaces de mantener un comportamiento comunitario razonable, como relación interpersonal y social con respeto. De esta manera el hombre se hace merecedor de la sabiduría donada que lo va formando y capacitando para una vida mejor, para una convivencia de hermandad, es decir se va adaptando para la vida junto a Dios.

“Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.» No se trata de pensar que Dios quiera discriminar, sino que la soberbia heredada de Lucifer, aparta al hombre de Dios, lo incapacita para vivir conforme a la voluntad de Dios. Y esta se manifiesta cuando confiamos en una seguridad excesiva en sí mismo, la pretensión de salvarse por las propias fuerzas, confiando en la riqueza, el poder o la fama, todo esto genera ceguera espiritual para entender y aceptar las verdades esenciales y eternas. Nos incapacita para comprender y confiar en el poder y la autoridad de Dios. Nos creemos dueños de todo, cuando todo es de Dios. Nos incapacita para conocerle, amarle y servirle.

Se trata de la humildad como virtud sólo delante de Dios. Sólo con Cristo la humildad adquiere su verdadero significado: “Era rico y se hizo pobre por nosotros para que nos hiciéramos ricos por medio de su pobreza” (2 Cor 8, 9). Para mejor entendimiento dice san Pablo: “Tened los mismos sentimientos de Cristo Jesús, el cual siendo de naturaleza divina, no se ensoberbeció con su igualdad respecto a Dios, sino que se despojó de sí mismo y asumió la condición de siervo, llegando a ser igual a los hombres, se humilló a sí mismo haciéndose obediente hasta la muerte y una muerte de cruz, por eso Dios lo exaltó sobre todo nombre.... (Ef, 2, 5-8).

Hoy día se esta generado una anti-fe de milagreros, por todas partes aparecen servidores del maligno que embaucan a las gentes con manifestaciones curativas, con actos que afecta la parte sicológica de las personas llevándolas a creer que provienen de Dios, cuando en verdad son acciones del maligno que engaña, que miente, que utiliza el poder que Dios le dio para matar las almas y la gente por ignorancia llega a creer y a separarse de la fuente de la verdad, del camino de salvación, de la verdad, de la luz. Y esto se debe a la ignorancia y también la falta de testimonio de nosotros los que pertenecemos a la gran familia universal de Cristo.


martes, 15 de julio de 2014

Dios ha fundado su ciudad para siempre.


En la primera lectura al final del texto nos dice, “si no creéis, no subsistiréis”, afirman que la salvación del ser humano depende sólo de Dios. Esto parece de difícil comprensión, cuando hay situaciones tan extremas que parecen conducir sólo o a la muerte, o que para sobrevivir, exigen renunciar a la fidelidad y a la coherencia personal, a la honestidad (...) En esas circunstancias parece que nos ahogamos y hasta podemos perder la fe con tal de ganar una porción de vida (de bienestar, de seguridad, etc.) a cambio de vender el alma y la dignidad, renunciando a nuestras convicciones profundas.

Sabiendo el gran amor que el Señor siente por sus hijos, debe ser muy grande el dolor que siente al ver que las almas se pierden, al saber que somos desobedientes, al saber que es tanto lo que hace por cada uno de nosotros y no correspondemos a esa bondad divina; es, entre otras, consecuencia de nuestro desagradecimiento, de nuestra falta de lealtad; resulta más atractivo lo novedoso aunque sea efímero. La reprimenda la tenemos bien ganada, Dios es misericordioso, pero es que estamos poniendo en juego el alma, que es lo más valioso para Dios. No hay excusa, no hay inmunidad cuando uno es reprendido por la mismísima Verdad, merece nuestra humildad y responsabilidad para atender el llamado a la conversión.

En el mismo contexto quiere y espera el Señor de nosotros que seamos sus testigos sin rodeos ni omisiones, para ello debemos luchar contra nuestros respetos humanos y poner a nuestros amigos frente a las verdades eternas, (los novísimos) la muerte y el juicio, donde veremos toda nuestra vida como en una película y el alma se encuentra con su próximo destino. "Mira al fin en todas las cosas, y de qué suerte estarás delante de aquel Juez justísimo, al cual no hay cosa encubierta, ni se amansa con dádivas, ni admite excusas, sino que juzgará justísimamente. ¡Oh ignorante y miserable pecador! ¿Qué responderás a Dios, que sabe todas tus maldades?". (San Alfonso María de Ligorio)

lunes, 14 de julio de 2014

Al que sigue bueno camino le haré ver la salvación de Dios.


Los actos religiosos, como oraciones, ofrendas y sacrificios, no funcionan de manera automática; y aunque quisiéramos no compromete la voluntad divina. Todos nuestros pensamientos, palabras y actos contienen una intencionalidad y es lo que cuenta para Dios. Uno puede tratar de auto justificarse para obtener el favor de Dios, sin cambiar su manera de pensar y su conducta. No te postres ante esos dioses, ni les sirvas, porque yo, Yavé, tu Dios, soy un Dios celoso.” (EX.20,5) Celoso en el sentido de no dar a otro lo que solo a Él pertenece. De esta manera es preciso hacer siempre una elección de lo que deben contener nuestro pensamiento y conducta, pero no siempre es fácil.

La Cruz y la espada - propuesta por nuestro Señor Jesús, es como una paradoja de vivir la fe: la posibilidad de enfrentarnos, incluso con los más próximos, cuando no entendemos quién es Jesús, el Señor, y no lo percibimos como el Maestro de la comunión. Nuestro Señor Jesús no está a favor de la violencia, pero si dice que ha venido a traer la espada y no la paz, es porque tomar partido por Él no es una elección fácil y pacífica, porque elegirle a Él es lo mismo que renunciar y denunciar el mal, aprender a obrar bien, buscar el derecho, enderezar al oprimido, defender al huérfano y a la viuda. Todo esto resulta siendo contradictorio en medio de tanta ambición e idolatría en que vive el mundo.

El amor de Dios está para todos y en todas partes, solo todo no somos aptos para recibir y obrar por amor. El amor unifica y Dios se complace en el. Por tanto Dios paga todo bien que hagamos por sus hijos, el mal disgrega y lleva a la violencia.Cuando lo que Dios quiere es que, empezando por nuestra casa y familia, seamos constructores de un mundo nuevo en paz terrena mediante la gracia divina.


sábado, 12 de julio de 2014

Yo, hombre impuro, he visto al Señor de los ejércitos


Hoy nos motiva el evangelio a reflexionar sobre la relación maestro-discípulo; lo cual implica precaución en la difracción, la distorsión, las mezclas, el relativismo a la hora del anuncio de la “buena nueva” por otra parte el Señor nos advierte sobre los peligros y ante ellos nosotros podemos sentir miedo; es propio del ser humano, especialmente cuando se trata de cuestiones que no corresponden a nuestro entendimiento ni a nuestro control. Sus efectos son variados, puede producir indecisión, impedir avanzar, echar para atrás, hacer tomar otro camino, paralizar, atrapar... Pero también puede ser un sentimiento adaptativo cuando nos previene de peligros reales y nos hace tomar las precauciones necesarias. Cuestión distinta cuando el miedo se hace presente en todas las circunstancias de la vida para vivir huyendo de todo y de todos.

“Ni un pajarito cae en tierra sin que lo sepa vuestro Padre...No temáis!” - Y el Señor hoy nos dice: “No tengáis miedo”, “no temáis” es la palabra repetida siete veces por Mateo en su evangelio, cuando los seguidores de Jesús parecen echarse atrás ante lo nuevo, lo desconocido, ante la dificultad, el riesgo. Ante tal realidad el Señor anima a sus discípulos exhortándolos a la confianza y a la valentía frente a la persecución que puede ocurrir. Es el consuelo para que superen el miedo y la angustia que trae consigo la misión. Nuestro Señor Jesús hace la comparación de los gorriones, si el Padre cuida hasta de los animalitos con mayor razón de nosotros, aunque seamos pecadores. Lo decisivo no es el mal que pueda hacer el hombre sino la vida que da Dios.

Los creyentes tenemos derecho a sentir miedo, juegan en nuestro interior miedo y confianza. Pero a la vez sabemos que el mundo y la vida están en manos de Dios. Y que Él tiene el poder y la autoridad frente a toda situación. De manera que nada podrá impedir la proclamación abierta del mensaje de salvación, de vida, de la verdad, y que acabara siendo públicamente reconocido en todos los rincones de la tierra, por la fuerza del Espíritu Santo. Y para los que atestigüen a Jesús, El se pondrá de su parte ante el Padre.


viernes, 11 de julio de 2014

Yo los envío


El Señor hoy nos advierte y nos anima a permanecer fieles a la misión encomendada. En la actualidad la Iglesia en general vive un contexto diferente a la que nos narra san Mateo. Sin embargo hoy existen otro tipo de dificultades, que cada seguidor de Jesús debe ser conocedor para afrontarlo especialmente con las armaduras de Dios. Porque la misión es proyecto de Dios con carácter permanente hasta el fin de los tiempos.

Aunque los actos de violencia por la causa sean aislados y en algunas partes del mundo, de manera general si cunde el odio por la causa del evangelio, pero con la gracia providente se podrá permanecer, resistir y perseverar hasta el final. Jesús nos prometió: «Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo» (Mt 28,20); pero también nos advirtió: «Seréis odiados de todos por causa de mi nombre» (Mt 10,22). La persecución de la iglesia en el mundo por la fuerza del autor del engaño y la mentira, se hace una realidad porque logra poner en sus filas a las mayorías que son activos de una vida de pecado, de muerte y de ignorancia.

Debido al pecado (o mejor al autor del pecado) la Iglesia y el mundo son incompatibles. El mundo, como estructura apartada de Dios, obedece a otro señor, que el Evangelio de san Juan denomina como “el señor de este mundo”, el enemigo del alma; a quien el cristiano por filiación bautismal divina renuncia y por tanto recibe la gracia para no caer en sus garras y del mismo modo recibe la gracia para pertenecer sólo a Dios y a la Madre Iglesia que le ha engendrado en Jesucristo. «El que persevere hasta el fin se salvará» Y dice además: «Si os mantenéis en mi palabra seréis de verdad discípulos míos; conoceréis la verdad y la verdad os hará libres» (Jn 8,31). Pero no obstante estamos en el mundo y por nuestra propia libertad donada, muchos deciden convertirse opositores a Dios. "¿por qué me persigues?»... «Yo soy Jesús, a quien tú persigues.(cf. Ech.9, 4-6)



jueves, 10 de julio de 2014

Gratuitamente deben dar


Con las palabras de Oseas, Dios repasa la historia de amor a su pueblo, “correspondida” con infidelidad reiterada. “Se me conmueven las entrañas. No cederé al ardor de mi cólera... que soy Dios y no hombre”. Como bien dice el Señor, no es la lógica razonable de los hombres que llevaría al abandono o a la venganza del que ha sido infiel. El amor de Dios sobrepasa nuestras pobres concepciones, pues sale en búsqueda de aquél a quien ama, para salvarle. Cuando alguien es capaz de amar al otro no porque sea bueno, sino porque es hijo/a de Dios, eso tiene mucho parecido a la manifestación de Dios amor. Sin embargo seguimos apegados al egoísmo disfrazado de razonabilidad.

Hoy encontramos en el evangelio las implicaciones del anuncio del reino de Dios, nuestro Señor Jesús nos envía a proclamarlo y agrega, “curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, echad demonios. Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis. No llevéis en la faja oro, plata ni calderilla; ni tampoco alforja para el camino, ni túnica de repuesto, ni sandalias, ni bastón

La misión contiene una profunda reflexión, condición, aceptación y compromiso sobre el Reinado de Dios, que aunque somo inútiles, recibamos la gracia discipular para prestarle a Dios nuestra parte física y es Dios quien interviene en la sanación de enfermedades, libertad de muerte por el pecado y de demonios. Con el mismo sentimiento como lo hiciera el mismo Señor Jesús, con el mismo interés, no para sacar provecho personal, sino para dar gloria a Dios. Esta misión ha sido encomendada desde hace ya más de dos mil años, sin embargo la humanidad continua padeciendo de muchas enfermedades (la medicina es calmante, por negocio), continua padeciendo de muerte espiritual, también invadida por espíritus del mal.

¿A que se deberá esta situación? ¿Quizás nos atrevamos a pensar que Dios ya no es operante? ¿Qué Dios ya no tiene autoridad? - Equivocación. Lo que ocurre es que no hemos sido obedientes, creemos que estamos salvos con una religiosidad pasmosa, egoísta, interesada, discriminatoria y separatista. Contarle a la gente y ser testigo de la buena noticia de Vida es algo que se vuelve casi imposible porque nuestro comportamiento no es consecuente, ¿como puede guiar a un ciego otro ciego.? ¿Cómo podemos anunciar el Reinado si no lo aceptamos? ¿Cómo podemos ser testigos de vida si vivimos en muerte espiritual? ¿Cómo podemos sanar si somos enfermos de mente y de espíritu? ¿Cómo podemos llevar a cabo esta misión si pensamos que somos nosotros los reyes, los dioses y que somos los autores de la transformación que ocurra en los demás? Pensamos y queremos sentir que somos los merecedores de la vanagloria y le robamos continuamente la gloria por la acción y la autoría por amos de Dios. Es motivo de reflexión – de hacer un alto y de recomponer nuestra manera de pensar, de hablar y de actuar.


miércoles, 9 de julio de 2014

Es tiempo de consultar al Señor



Con el envío empieza la historia de la Iglesia evangelizada y evangelizadora. Jesús vino “a traer fuego a la tierra”, el fuego del Evangelio. Y entregó su llama a los que llamo y convivieron con Él. No eran seres superiores. Tampoco moralmente intachables. (En una prueba de selección de personal, no sabemos qué hubiera pasado). Pero fueron llamados por su nombre. Como tantos hombres y mujeres a lo largo de los siglos. Y el Maestro puso y pone en ellos su confianza. Aunque siempre ha habido y abra infidelidad.

“Proclamen que el Reino de los Cielos está cerca”
"Debemos tener la valentía de la fe y no dejarnos guiar por la mentalidad que nos dice: «Dios no sirve, no es importante para ti», y así sucesivamente. Es precisamente lo contrario… ¡Dios es nuestra fuerza! ¡Dios es nuestra esperanza! Queridos hermanos y hermanas, debemos tener nosotros, en primer lugar, bien firme esta esperanza y debemos ser de ella un signo visible, claro, luminoso para todos…
Nuestra esperanza de cristianos es fuerte, segura, sólida en esta tierra, donde Dios nos ha llamado a caminar, y está abierta a la eternidad, porque está fundada en Dios, que es siempre fiel… Que haber resucitado con Cristo mediante el Bautismo, con el don de la fe, “para una herencia que no se corrompe” (Rm 6,4), nos lleve a buscar mayormente las cosas de Dios… Ser cristianos no se reduce a seguir los mandamientos, sino que quiere decir ser en Cristo, pensar como Él, actuar como Él, amar como Él; es dejar que Él tome posesión de nuestra vida y la cambie, la transforme, la libere de las tinieblas del mal y del pecado.
Queridos hermanos y hermanas, a quien nos pida razón de la esperanza que está en nosotros (cf. 1 P 3,15), indiquemos al Cristo resucitado. Indiquémoslo con el anuncio de la Palabra, pero sobre todo con nuestra vida de resucitados. Mostremos la alegría de ser hijos de Dios, la libertad que nos da el vivir en Cristo, que es la verdadera libertad (Rm 8,21), la que nos salva de la esclavitud del mal, del pecado, de la muerte. Miremos a la Patria celestial: tendremos una nueva luz también en nuestro compromiso y en nuestras fatigas cotidianas. Es un valioso servicio que debemos dar a este mundo nuestro, que a menudo no logra ya elevar la mirada hacia lo alto, no logra ya elevar la mirada hacia Dios."
( Papa Francisco) 


martes, 8 de julio de 2014

El pueblo de Dios confía en el Señor.


Es tanto el amor que nuestro Señor Jesús siente por la humanidad que la compasión brota a flor de piel, en todos sus actos nos demuestra su misericordia al compadecerse de todos los sufrientes, necesitados, a los de menos; como que quisiera mostrarnos con sus atributos que a los ojos de Dios todos somos iguales; que las diferencias son físicas pero que lo más valioso que es el alma contiene una igualdad en dignidad a los ojos de Dios. Su compasión lleva a pedirnos que oremos para que Dios envíe más trabajadores más testigos suyos capaces de sentir compasión por los descarriados como ovejas sin pastor.

El interrogante de hoy, ¿será que Dios continúa haciendo lo mismo, y que las personas se enfrentan a las mismas situaciones donde solo la mano de Dios puede con su poder y autoridad remediar? Lógicamente, aunque el mundo lo vea de otro modo, las cosas de Dios están ocultas a los ojos de los soberbios y Dios las hace comprensibles a los humildes. Tampoco ha culminado el accionar del demonio y también esta en medio de nosotros buscando a quien matar.

La compasión del Señor es tan humana que llega mucho más cerca de las simples miradas a distancia o desde un parámetro jerárquico. El amor de Dios es tan grande que nosotros estamos en medio de él y no lo percibimos, nos toca y nos invade y nosotros lo confundimos. San Pablo nos lo explica de manera pedagógica: “El amor es paciente y muestra comprensión. La El amor no tiene celos, no aparenta ni se infla. No actúa con bajeza ni busca su propio interés, no se deja llevar por la ira y olvida lo malo. No se alegra de lo injusto, sino que se goza en la verdad. Perdura a pesar de todo, lo cree todo, lo espera todo y lo soporta todo. El amor nunca pasará.” (I Co. 4-8)



lunes, 7 de julio de 2014

El Señor es clemente y misericordioso

El pasaje que leemos hoy nos narra un doble episodio de acto de fe, que no es la fe en un credo o la fidelidad a prácticas religiosas; es la certeza íntima de que se recibirá lo que otros no se atreven a pedir o que se obtendrá pasando por encima de las normas religiosas. Fe que requiere fidelidad y es la que permite que Jesús actué y pueda curar y sanar. Fe que salva, la fe que es requerida para el Reino. «El que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que esté vivo y crea en mí, jamás morirá». (Jn 11,25-26). De esta manera nadie lo pide, no sólo porque se crea que es imposible sino porque se intuye que se transgrediría el límite fijado por Dios, dueño de la vida y de la muerte. Una fe contraria a la que experimentaron sus conciudadanos cuando en la sinagoga, Jesús proclamara su misión: “El Espíritu del Señor está sobre mí. El me ha ungido para llevar buenas noticias a los pobres, para anunciar la libertad a los cautivos y a los ciegos que pronto van a ver, para poner en libertad a los oprimidos y proclamar el año de gracia del Señor.”(Lc. 4, 18)


El acto de Jesús con las mujeres es o solo de misericordia sino que también es para elevar la dignidad de la mujer, pues según se narra, en su tiempo estaban completamente subordinadas a los varones –al padre hasta los 12 años y, a partir de entonces, al marido- y que su palabra no tenía valor en los actos públicos. Pero el Señor viene a cambiar las practicas discriminatorias y quiere hacer entender a la gente de ayer y de hoy que “Tomen a cualquiera que cumpla la voluntad de mi Padre de los Cielos, y ése es para mí un hermano, una hermana o una madre.» (Mt. 12,50) y san Pablo lo sintetiza en el versículo 28-29 de Gálatas 3: “Ya no hay diferencia entre judío y griego, entre esclavo y hombre libre; no se hace diferencia entre hombre y mujer, pues todos ustedes son uno solo en Cristo Jesús. Y si ustedes son de Cristo, también son descendencia de Abrahán y herederos de la promesa.”


sábado, 5 de julio de 2014

Vino nuevo, en odres nuevos


Solemos entender la Palabra de Dios escasamente de manera literal; sin profundidad, sin ponerla en contexto, sin tener en cuenta el momento histórico, sin pedir el discernimiento al Espíritu Santo y sobre todo sin verla desde el amor que Dios nos tiene, su interés por la salvación de todos y su vigencia que es eterna.

Dice la primera lectura: "Haré volver a los cautivos de Israel". El guión profético es siempre el mismo. Primero se advierte las consecuencias para que el cuerpo reaccione, para crecer en la vida espiritual y poder hacer ver el amor, la misericordia y las promesas de nuestro Dios viviente que constituye en real posibilidad de un mejor mañana para el hombre nuevo. Porque Dios quiere unirnos a Él y participarnos de su vida, aunque cueste hacerse a la idea de que así es como avanza la vida verdadera.

En el evangelio también se respira aire de novedad. Los "amigos del novio" no guardan luto porque el novio está con ellos, como una exigencia concreta, la de ser nuevos odres para recibir el vino nuevo – la ley del amor. El novio representa la irrupción de lo nuevo. Aunque el mundo promulgue que las cosas de Dios se quedaron en el antaño, que no esta actualizado conforme al modernismo humano, como queriendo decir: Dios es quien tiene que acomodarse al capricho humano, como resultado de una tradición multisecular. Pero lo mejor es que siempre tenemos que reaccionar frente a la novedad, la novedad de Dios, por su manifestación y por su Palabra. Cada vez que un hombre o una mujer se deja transformar ante las palabras de Jesús, es como si naciera a un mundo nuevo, que anima a la construcción de una mejor sociedad, como semilla del Reino de Dios.


miércoles, 2 de julio de 2014

Retirad de mi presencia el estruendo del canto; fluya la justicia como arroyo perenne.


“Es mi manera de ser y de actuar, creo que lo que hago lo hago bien y para mi bien”. Podría ser las frases de auto-justificación que resonaban en nuestra mente juvenil y rebelde, pero cuantos también nos quedamos así hasta viejos, hasta que venga la muerte. Sin dejarnos ayudar de por Dios, pesar de estar en estado de esclavitud y de muerte. Posiblemente fue la razón de los habitantes de Gerasa, que no soportan a Jesús llevando el favor a los habitantes de su comarca.

Para una varadera conversión se requiere la ayuda de Dios. Todos sabemos de nuestra fragilidad, limitación y nuestra complacencia a las sensaciones de pecado. La conversión es de todos los días de nuestra vida. Estamos obligados a reflexionar sobre nuestra conducta para poderla corregir. Eso es lo que quiere Dios, un corazón contrito y arrepentido El no lo desprecia.

La narración del Evangelio de hoy, nos trae a colación, la presencia de espíritus del mal, que hacen presencia en algunos seres humanos. Que fácil penetran, sin embargo requieren de la voluntad de la persona de vida de pecado. Pero que difícil huir del pecado debido a que son muchos los que están al servicio del maligno y nos inducen. Ero caemos solo por ignorancia, puesto que al reaccionar, reflexionar y acudiendo a Dios. Podremos estar preservados del mal. ¿hasta dónde estamos dispuestos a dejar que Jesús vena a nuestro espíritu en vez de los espíritus del mal? ¿Estamos dispuestos a que el Señor venga a liberarnos? ¿Estamos dispuestos a renunciar a Satanás y sus obras para permitir que el Señor sea el Señor de mi vida?

La libertad humana: “la gente le suplicaron que se marchara de aquella región”
Creado por Dios en la justicia, el hombre, sin embargo, por instigación del demonio, en el propio exordio de la historia, abusó de su libertad, levantándose contra Dios y pretendiendo alcanzar su propio fin al margen de Dios. Conocieron a Dios, pero no le glorificaron como a Dios. Oscurecieron su estúpido corazón y prefirieron servir a la criatura, no al Creador (Rm 1,21-25). Lo que la Revelación divina nos dice coincide con la experiencia. El hombre, en efecto, cuando examina su corazón, comprueba su inclinación al mal y se siente anegado por muchos males, que no pueden tener origen en su santo Creador. Al negarse con frecuencia a reconocer a Dios como a su principio, rompe el hombre la debida subordinación a su fin último, y también toda su ordenación tanto por lo que toca a su propia persona como a las relaciones con los demás y con el resto de la creación.” ( Concilio Vaticano II) 

viernes, 27 de junio de 2014

Dios nos amó


Hoy la iglesia celebra la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, nos debería cuestionar sobre la manera en que debemos amar al amado, para llenar nuestro corazón del amor a Dios. Y en el pasaje del Evangelio de hoy nos encontramos con una plegaria de Jesús en la cual bendice al Padre por revelarse a los sencillos y pequeños en el amor, y ensalza cómo el mandamiento del amor no sólo es la llave de acceso a la Trinidad Santa sino también para la vida y la convivencia comunitaria entre hermanos e hijos del mismo Padre.

“Soy paciente y humilde de corazón” el presente saludo por Santa Faustina Kowalska:
Te saludo, misericordiosísimo Corazón de Jesús,
Viva fuente de toda gracia,
Único amparo y refugio nuestro,
En ti tengo la luz de la esperanza.

Te saludo, Corazón piadosísimo de mi Dios,
Insondable, viva fuente de amor,
De la cual brota la vida para los pecadores,
Y los torrentes de toda dulzura.

Te saludo, Herida abierta del Sacratísimo Corazón (Jn 19,34),
De la cual salieron los rayos de la misericordia
Y de la cual nos es dado sacar la vida,
Únicamente con el recipiente de la confianza.

Te saludo, inconcebible bondad de Dios,
Nunca penetrada e insondable,
Llena de amor y de misericordia, siempre santa,
Y como una buena madre inclinada sobre nosotros.

Te saludo, Trono de la misericordia, Cordero de Dios,
Que has ofrecido la vida por mí,
Ante el cual mi alma se humilla cada día,
Viviendo en una fe profunda.


jueves, 26 de junio de 2014

Líbranos, Señor, por el honor de tu nombre.


Hablando de lo espiritual, No hay nada más peligroso que la religiosidad, para muchos es, y sin darse cuenta que, practican una de las manifestaciones de la soberbia. La religiosidad como vida cotidiana; en estos casos, la oración no es en espíritu y en verdad, sino mas bien es un envoltorio que disimula la lucha de la vida real, la conversión no se da y se continua con los mismos vicios. Tampoco esta persona puede estar capacitada para hacer la obra que pide Dios. Esta mediocridad ha sido desde siempre, por eso nuestro Señor Jesús se refiere a ella en el evangelio de hoy: "No todo el que me dice Señor entrará en el Reino de los cielos".

Nuestro Señor Jesús como Dios lo sabe todo y echa mano a la parábola para indicarnos de manera grafica como debe ser nuestro comportamiento como “roca” no como “arena” de tal manera que debemos poner es este orden nuestra fe, nuestra conversión, nuestra oración, nuestros actos, nuestras palabras y nuestros actos; sobre todo en momentos de tormentas. Aunque haya tormentas nosotros los cristianos sólo ponemos nuestra confianza en el Señor, que es el único que siempre cumple su palabra.

Por tanto la parábola de hoy como “roca” nos invita a comprender que no somos perfectos, que también estamos expuestos por nuestra concupiscencia, sino que, como buenos cristianos debemos se comentarnos en la roca que es Cristo. Para afrontar las tormentas, las lluvias y los vientos de la vida.

¿De qué nos sirve hablar de vida, cuando aprobamos de manera solapada y desinteresada el aborto, la corrupción, la violencia y la guerra en nuestras situaciones concretas, haciendo «la vista gorda» ante tales realidades? ¿De qué nos sirve hablar de paz, cuando la industria de la guerra alimenta a nuestros hijos, a nuestros vecinos y lo toleramos? Las solas buenas intenciones no bastan, también hace falta las buenas acciones. Recordemos que el mal existe por la ausencia del bien.



sábado, 21 de junio de 2014

Le mantendré, eternamente mi favor.


Es tajante, no se puede servir a Dios y al dinero. Nos dice la sagrada escritura que Dios debe ser el primero, antes que todo; se le sirve con la entrega, el compromiso, con testimonio de vida, con la misión, con vida sacramental, viviendo los mandamientos, adorándolo en espíritu y en verdad con todas nuestras fuerzas, centrados en Cristo y que nuestros pensamientos, palabras y actos sean conforme a la voluntad santa de Dios.

Erróneamente se puede pensar que al pobre, al necesitado, al desamparado, haya que consolarlo diciéndole que la situación en que se encuentra es la “voluntad de Dios”, y que en el “cielo” tendría su recompensa. Nuestro buen Dios, nos sigue hablando hoy y enseñando que no se trata de huir de la sociedad para vivir una vida ermitaña y miserable, no es eso lo que Dios quiere para nosotros. Dios quiere que vivamos en su comunidad, haciendo uno por otros, respetándonos y amándonos, respetando y cuidando la naturaleza, que es parte de la creación y que ha sido donada para nuestro bien y no para destrucción o acaparamiento avaro.

Tampoco debemos caer en la tentación de transformarnos en seres pasivos, y achacar desgracias y pobreza a la voluntad de Dios, muy por el contrario nuestro afán se debe centrar en trabajar y esforzarnos en hacer todo lo que esté a nuestro alcance, para que cada persona tenga una vida digna, derecho a un trabajo, a una buena educación, a una buena salud. Si cada uno, desde su lugar se preocupa por el bien común, y los derechos de igualdad en la sociedad en que le tocó vivir, y se entrega confiado y seguro en los brazos de Dios, “Sobre todo buscad el Reino de Dios y su justicia; lo demás se os dará por añadidura”

Debido al egoísmo sobrevino el salvajismo que se incrusto en la mentalidad del ser humano, su lucha se hace superviviente y agresiva, se tiene que pensar en el mañana, se tiene que vivir en zozobra, se tiene que perder la paz, la fe y el sentido trascendente. Perdimos el sentimiento valioso y social de la caridad. Por eso tenemos que escuchar de parte de Dios: “no os agobiéis por el mañana, porque el mañana traerá su propio agobio. A cada día le bastan sus disgustos.”


viernes, 20 de junio de 2014

El Señor ha elegido a Sión, ha deseado vivir en ella.


Dios no puso en esta tierra, obra se sus designios y nos concedió toda la naturaleza para nuestro bienestar, pero compartida; con derechos para vivir cómoda y dignamente. De tal manera que la crítica que nuestro Señor Jesús hace va dirigida hacia quienes además de tener de sobra, acumulan, esconden, guardan; no comparten, no donan, no actúan con misericordia, por el contrario quieren mas. Pero sobre todo y lo más grave es que ponen en primer lugar lo que atesoran, acumulan y cuidan; pero Dios para ellos es una apariencia o si para ellos existe Dios, es para ciertos momentos y para ciertas cosas.

Por lo tanto estas personas carecen de la luz donada, la sabiduría para la vida solamente la dona Dios, y cuando una persona no tiene a Dios como su Señor de su vida, está en la oscuridad, no tienen la capacidad para ver lo trascendente y menos para darse cuenta que existen muchas personas que apenas pueden sobrevivir con lo poco que poseen, esos son los que tienen el ojo enfermo, están llenos de oscuridad pues son incapaces de conmoverse con los necesitados del mundo, aquel que tiene de sobra sólo se preocupan por amontonar, no por supervivencia sino por ambición y para un goce falso.

En cambio aquel que tiene el ojo sano, es porque comprende que todo es de Dios y para hacer el bien a los más desposeídos, puede tener mucho o poco materialmente hablando, pero mantiene en sintonía con Dios, para agradecerle y reconocer que todo proviene de su divina providencia. Se dispone a servir y a obrar en misericordia con el más necesitado, es decir está dispuesto a ayudar y compartir con otros. De esta manera permanece iluminado su interior y como tesoro verdadero esta en ser y no en poseer.



jueves, 19 de junio de 2014

Vosotros rezad así


“Padre nuestro” Nuestro Señor Jesús, nos dejo por heredad la magnífica oración al Padre. Pero conforme al ejemplo de su oración no se trata de un fragmento literario, sino para emplearlo para dar gloria a Dios y para que aprendamos a vivir.

“Padre nuestro del cielo” Nuestra vida la pasamos sin reconocer verdaderamente quien es, donde está y que hace Dios. Quienes somos nosotros, que debemos pensar, decir y hacer. Por su puesto, si fallamos en el primer trazo de esta oración ¿Cómo podremos glorificar a Dios? Yo no puedo amar verdaderamente a alguien que está en la lejanía, no se puede establecer un dialogo centrado, ni siquiera por internet. ¿Cómo puedo sentir que Dios es mi Padre si no le conozco, si no hablo con Él? ¿Si no percibo sus Palabras sus gestos, sus acciones y demás atributos? ¿Cómo podre sacar la cara por El, como testimoniarlo, como actuar a su imitación si no le conozco para aprender de Él? Contendrá un largo análisis si continuamos con el resto de la oración.

Rezar el Padrenuestro, como nos ha enseñado Jesús, es una pedagogía que nos lleva a lo esencial, a poner a Dios en el primer lugar, sintiendo a los otros como hermanos. Por ello Jesús une ambas cosas cuando nos invita a rezar: Padrenuestro... La Iglesia jamás se ha cansado de obedecer al Maestro repitiendo varias veces todos los días: Padrenuestro... Pero insisto, lo más importante es que esa oración sea dirigida en espíritu y en verdad a Dios y El nos concederá los dones y nos enseñará a vivirlo.

Se hace difícil vivir el “Padre nuestro” porque solemos ser demasiado desagradecidos. Fácilmente somos indiferentes. Nos da lo mismo una cosa que otra. Sometemos todas nuestras potencias a lo que percibimos con nuestros sentidos, olvidándonos que en principio somos seres espirituales, no solamente carnales.

A manera de tarea, reflexionemos sobre el resto de la oración, sin antes añadir: Olvidamos con facilidad que necesitamos perdonar para obtener el perdón, la liberación y la sanación -- ideal grande y difícil. Y tampoco está dentro de nuestra agenda la acción del maligno, el autor del engaño y la mentira, porque su manera de actuar es astuta, raposa, pero que nos puede transportar a la muerte.


miércoles, 18 de junio de 2014

Sed fuertes y valientes de corazón, los que esperáis en el Señor.


Con la afirmación: “Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados” (Mt 5,6). Y la exhortación de hoy: “no practicar vuestra justicia delante de los hombres” no indica que tenga un sentido contradictorio o de confusión, no es que el Señor quiera decir lo contrario, las dos enseñanzas son complementarias. Es hacer el bien por amor gratuito y no por deseos tenues de vanagloria. No por buenas razones se podrá justificar el mal. “Nunca hacemos tan perfectamente el mal, como cuando lo hacemos de buena fe”( Decía Pascal). Todos nuestros pensamientos, palabras y actos deben ser para dar gloria a Dios.

“hacer justicia”, es compartir, es reponer un poco de equilibrio en la distribución de los bienes. Desde este punto todos estamos en la obligación de compartir, sin tener en cuenta el cálculo de mi propio beneficio. Sino como un sentimiento que brota del corazón. El Señor hoy nos enseña una manera extraordinaria para dirigirnos al dueño de la vida, a nuestro Creador y el que ve lo que está escondido lo verá cual es nuestra verdadera intención. Rezar no significa hablar mucho ni querer imponer a Dios nuestra voluntad, sino dejar nuestra vida en las manos del Padre que nos ama.

San Agustín hace una reflexión perfecta: "Cuando oréis, dice Jesús, entrad en vuestra habitación» ¿Cuál es esta habitación sino el mismo corazón, como lo indica el salmo en el que está escrito: «lo que digáis en vuestro corazón, en vuestra habitación lamentadlo? « (Ps 4,5). «Y después de haber cerrado las puertas orad, dijo, a vuestro Padre en secreto» no basta con entrar en su habitación, si la puerta permanece abierta a los inoportunos, por esta puerta se introduce subrepticiamente las banalidades de fuera, que invaden el interior. Desde fuera, como hemos dicho, las realidades pasajeras y sensibles penetran por la puerta, en nuestros pensamientos, es decir, por nuestro sentido y perturban nuestra oración, por una muchedumbre de fantasmas vanos. Es preciso pues cerrar la puerta, lo que quiere decir resistir a los sentidos para que una oración plenamente espiritual suba hasta el Padre, brote de lo profundo de nuestro corazón, donde oremos al Padre en secreto."



martes, 17 de junio de 2014

"Misericordia, Señor: hemos pecado"


Así seréis hijos de vuestro Padre que está en el cielo, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos”. ¿Qué podemos reprochar nosotros? Cuando Dios de un solo tajo nos corta los sentimientos de rencor, de odio y de venganza. Y por el contrario nos exhorta a “Amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen”. Qué manera y qué actitud tan distinta, que incluso puede llegar a chocar contra nuestros criterios, (del yo perdono pero no olvido) cuando guardamos resentimientos, deseos de venganza por el odio, sentimiento de ser mas que los demás, por la soberbia.

Nuestro Señor Jesús parte del supuesto de que todos tenemos “enemigos”. Por desgracia este supuesto lo confirma nuestra propia historia, unos más otros menos, pero hay alguien, de quien hemos tenido que apartarnos. Desde la historia incipiente de los dos hermanos –Caín y Abel-, llevamos inscrita en algún lugar de nuestras entrañas la incurable costumbre de enemistarnos. Viendo el Señor esta cruda realidad, nos propone lo inédito: “Atrévete a amar a quien ni te ama, ni se lo merece”.

Pero tú me dirás: “Mi enemigo me ha hecho tanto mal que de ninguna manera le puedo amar.” Tú miras lo que te hizo este hombre y no miras lo que tú has hecho a Dios. ¡Examina atentamente tu conciencia: tú has cometido sin darte cuenta muchas más faltas contra Dios que un hombre haya cometido contra ti. ¿Con qué osadía esperas, pues, que Dios te perdone lo mucho cuando tú no perdonas lo poco?”(San Cesáreo)

El Señor nos invita, por nuestro bien, a ir más allá de lo correcto, más allá de lo que la sociedad considera como un buen ciudadano o una buena persona, el Señor nos ha dado el ejemplo hasta el último momento, (en el calvario) “Padre perdónales porque no saben lo que hacen” (Lucas 23:34.) muchos hacen el mal sin meditar en lo que hacen, ni en el daño que causa; pero nosotros si lo sabemos que somos a imagen y semejanza de Dios, estamos hechos para la eternidad, precisamente porque somos espíritus que estamos, transitoriamente cumpliendo un estado humano como escolaridad para ser perfectos como nuestro buen Padre-Madre Dios es perfecto.


lunes, 16 de junio de 2014

Atiende a mis gemidos, Señor.


Toca las lecturas de hoy, con lo que tiene que ver con la gente que lo quiere todo sin mucho esfuerzo, Algunos movidos por su necesidad pero en la mayoría son los quieren un poco más de lo han logrado. Por tanto el salmista nos recita una súplica a Dios para pedir su divina protección. Nuestro Señor Jesús nos da unas líneas de conducta para adoptarlas en vez de entrar en el choque y en el desamor. Aunque para alguien puedan verse como un absurdo, el Señor nos aconseja que más bien perder algo de lo material que entrar en conflictos, que muchas veces resultan irreparables.

Nos indica que antes se tenía tal o cual conducta, como en el caso del “ojo por ojo, diente por diente”. La ley llamada del talión, establecida en (Ex 21,23-25), quería poner freno a la venganza, esa fuerza negra que sigue haciéndose sentir terriblemente, incluso entre quienes se dicen cristianos. Pero el Señor nos quiere conducir por la línea sin violencia, la verdadera justicia no consiste solo en castigar al que hace mal, sino más bien en corregir, en educar y perdonar. Que no es dejar las cosas como están, (como tolerancia del mal) por el contrario, es actuar para que quien este en el error, comprenda, cambie y rectifique su vida. El querer de Dios es la construcción una sociedad nueva con seres humano rectificados al bien, como ley que contiene y perfecciona todas las demás.

De esta manera, revela que hay algo más allá de la justicia equitativa. Y nos abre a la conducta de la misericordia. El opuesto o enemigo se desbarata al hacerlo amigo, así no se compartan sus conductas pero es mejor que declarar guerras. A propósito, el resultado de las elecciones de ayer en Colombia, nos dan una lección al respecto, pero también nos ha de llevar a un gran compromiso con responsabilidad, Colombia se merece el cese de los grupos armados al margen de la ley. Y para lograrlo, por un lado hay que seguir los consejos del Señor. Y por otro lado exigirle al gobierno en pleno el cese de la corrupción y que haya respeto al derecho, mas justicia social; no podrá haber paz donde reina la injusticia. Pidamos pues, a Dios que nos ayude y que con su poder y autoridad se haga una realidad el sueño de la paz.


sábado, 14 de junio de 2014

Tú, Señor, eres el lote de mi heredad.


“No juréis en absoluto: ni por el cielo, que es el trono de Dios; ni por la tierra, que es estrado de sus pies” son necesarias unas condiciones para que el juramento sea lícito, como por ejemplo, que haya una causa justa, grave, seria, que sea la verdad, que sea necesario y que conduzca al bien. El Señor nos invita a decir “si” o “no” en todos los casos; el Señor sabe que siempre queremos quedar bien ante los demás, que buscamos nuestra gloria a si sea empleando la mentirilla que en muchos casos la llamamos “piadosa”

Ser discípulos de Jesús implica que diariamente realicemos un serio y profundo examen de conciencia, para cambiar aquellas situaciones que siguen siendo difíciles de corregir, por tanto impiden el comportamiento correcto como cristianos. Nosotros estamos obligados a reflexionar continuamente, el discernimiento por gracia del Espíritu Santo nos lleva a la excelencia en la fidelidad y la coherencia.

La intención de Eliseo era optar por la libertad para poder servir al Señor, así como por medio de las palabras del salmista, supo ver que el Señor es su mayor bien, su alegría y toda la herencia que se puede ansiar. Pero qué difícil vivirlo así nosotros tantas veces… el Señor nos invita a un comportamiento humilde y que nuestro sí, sea sí y nuestro no, sea no. Así lo afirma Jesús en el evangelio de hoy. Lo demás, viene del Maligno, no de Dios. Dice el santo Cura de Ars: «La razón de que tan pocos cristianos obren con la exclusiva intención de agradar a Dios es porque la mayor parte de ellos se encuentran sometidos a la más espantosa ignorancia. Dios mío, ¡cuántas buenas obras se pierden para el Cielo!».

"sí" o "no". Lo que pasa de ahí viene del Maligno.» el objeto de la ley es enseñarnos a no hacer lo que no queremos a contra de nosotros y que nos hace sufrir. Como represión a hacer el mal y procurar el bien. Pero aparte de esto el Señor quiere que expulsemos definitivamente de nuestro ser, el odio como engendro de la soberbia. Los deseos del placer, la vanagloria y en fin todas las pasiones.


jueves, 12 de junio de 2014

“Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad”


Aquí empiezan las oposiciones: “Ustedes han escuchado, pero yo les digo..” Todos los cristianos, por el hecho de estar bautizados, gozan y participan de la consagración sacerdotal de Cristo, tal como nos dice el Ritual del Bautismo. Sin embargo Jesús fue un laico, no formó parte de la casta sacerdotal, con la que, por otra parte, chocó abiertamente, tanto, que ella misma le condenó a muerte. Vino a rectificar el sacerdocio conforme a la voluntad de Dios.

Nuestro Señor Jesús no cuestiona las exigencias de la Biblia ni se contenta con hacer un comentario de las mismas; la ley de Cristo es un llamado a la purificación del corazón, es decir, a enderezar las intenciones y deseos. Es una nueva lucidez que nace de la mirada puesta en Dios. Cuando nos volvemos hacia el Padre (y esa es la gran novedad: imitar a Dios-Padre: 5,48 Por su parte, sean ustedes perfectos como es perfecto el Padre de ustedes que está en el Cielo.) descubrimos cuán imperfectos son los criterios humanos en cuanto a la legalidad.

Nuestro Señor nos invita a cuestionarnos, como parte de nuestra conversión, como reflexión para cambiar la manera de pensar para cambiar la manera de actuar, como buenos cristianos. Nos invita a perdonar por amor y no por miedo o estrategia. “vete antes a hacer las paces con tu hermano; después vuelve y presenta tu ofrenda.” Por respeto, tolerancia, sinceridad, por legalidad ¡qué grande y hermoso es el amor de Dios! Que nos capacita para poder amar al hermano de esta manera.

Y a la vez el Señor nos amonesta: si no es de esta manera no estamos en el camino de la santidad, aunque no estemos en estado de condenación, si tendremos un castigo hasta pagar toda deuda de amor, de fraternidad, de hermandad. El Señor pone tanta importancia al perdón por amor que va por encima de cualquier valor material en ofrendas, porque un corazón arrepentido adquiere la dignidad de Dios. Pensemos por un momento la importancia y la necesidad de perdonar en nuestro medio impregnado de odio, de violencia, de mentira, de engaño, de ambición y de soberbia.


miércoles, 11 de junio de 2014

“Era hombre de bien, lleno de Espíritu Santo y de fe”


El relato de la primera lectura nos presenta a Bernabé es un personaje con cualidades atractivas, poseedor de los dones del Espíritu Santo que lo hacen virtuoso, modelo evangelizador, mediador, unificador en medio de la diversidad.

Permítame preguntarte como bautizado(a) que acredita el discipulado ¿Qué puedes hacer tú hoy cundo está recibiendo del Señor esta misión? “ld y proclamad que el reino de los cielos está cerca” el primer requisito la oración para pedir la gracia para que el Espíritu Santo llene su alma de los deseos de salvación propia y la de los demás y para hacer tu ofrecimiento con decisión, porque no se podrá ¡poner las manos en el arado y volver la mirada atrás! (Lc.9,62) «El que pone la mano en el arado y mira hacia atrás, no sirve para el Reino de Dios.»

El evangelizador no deberá ser un profeta de desgracias o castigos; pero debe ser conscientes que la obra la hace el Espíritu Santo, nuestras fuerzas, por mas buenas intensiones, no alcanza para combatir el poder de la muerte a causa del pecado, el pecador cuando ha perdido la gracia, ya ha entrado en estado de muerte espiritual, y el rescate lo hace el mismo Dios mediante la persona del Espíritu Santo, dador de vida. A nosotros nos corresponde el anuncio de “buenas noticias”. Con conocimiento de causa, con fidelidad, por amor y por fe.

Ahora bien, los signos que acompañan la misión, como es: “Curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, echad demonios.” Corresponde a la acción de Dios, y si nuestra misión la cumpliéramos a cabalidad, con la debida fidelidad, Dios haría muchas cosas más. Pero por causa de nuestra vanagloria, el Espíritu Santo hace su obra esencial en silencio sin bullicios.

El discípulo debe ir previsto de lo necesario solamente, sin llevar ninguna preocupación que interfiera su labor. Así lo vivieron los primeros apóstoles, con entusiasmo y radicalidad. Es el caso de san Pablo y Bernabé apóstol, cuya fiesta celebramos hoy. Asumir el estilo de vida apostólico implica dejar de lado pensamientos, intenciones, palabras, comentarios, prejuicios, intereses, etc. Solamente el firme propósito de cumplir la divina voluntad de Dios. Lo esencial es el mensaje, la noticia que lleva a la salvación, el testimonio de la persona de Cristo Redentor.

martes, 10 de junio de 2014

Haz brillar sobre nosotros, Señor, la luz de tu rostro.


Quisiera que los dones del Espíritu Santo no solo se hayan visto el día de Pentecostés, sino que se lleven a la fidelidad, puesto que depende ella el Espíritu Santo los conserva y los aumenta.”Si somos fieles en lo poco se nos dará más”. Retengamos con fidelidad y profundidad el don de: Inteligencia (Entendimiento). Que es una gracia para comprender la Palabra de Dios y profundizar las verdades reveladas. Hoy en la primera lectura encontramos la figura de Elías. Cuyo nombre permanecerá como el más grande entre los profetas. Cuando Jesús se transfigure (cf. Mc 9,2), Elías estará a su lado. Frente a la infidelidad idolatra de todo su pueblo, “entiende” lo que el Señor quiere y se dispone a obedecerle. Se siente responsable de la causa de su Dios y actúa sin esperar que otros hayan empezado. (Stg. 5,17) lo presenta como modelo de fe. Y

Vosotros sois la luz del mundo”. Aquí, en las palabras "Vosotros sois la luz del mundo", se encuentra todo un programa de vida. Sin que tengamos que hacer cosas extraordinarias. O de someter a nadie. La tarea es simple pero con profundidad, se trata de reflejar la luz a través de un rostro encendido en la Luz que es Cristo (Yo soy la luz). El objetivo de ser luz lo expresa bien Jesús: “Que den gloria a vuestro Padre que está en el cielo.” Sólo refleja luz que ilumina, quien está recibiendo la Luz divina. Por eso no todos los esfuerzos misioneros, dan buen fruto.

Jesús nos ha pedido que encendamos nuestro pequeño cirio en el gran cirio que es Él, es decir que recibamos de Él la gracia para ser dóciles al Espíritu Santo, que es quien tiene el poder iluminador. “En adelante el Espíritu Santo, el Intérprete que el Padre les va a enviar en mi Nombre, les enseñará todas las cosas y les recordará todo lo que yo les he dicho.” (Jn.14, 26) Como esa luz que nos corresponde reflejar no es propia, es satelital, por tanto se hace difícil creer.

Es por la gracia, es el Espíritu Santo el “dador de vida” quien nos capacita y es quien penetra en el alma del próximo, no son nuestras simples palabras que llegan solo hasta el oído hueco del pecador, del que no tiene el don de “entendimiento” de nada sirve luchar por sí mismos, nuestras fuerzas no son capaces de vencer el poder de la muerte que causa el pecado, como bien nos lo quiere decir el Señor en la metáfora de la sal y la luz. ¿Para qué la sal que no da sabor?, ¿para que la luz que no ilumina? De manera pues que debemos ser servidores fieles del Espíritu Santo para ser constructores de una nueva sociedad en una nueva forma de pensar para poder ser y servir.