viernes, 30 de noviembre de 2012

La fe nace del mensaje, y el mensaje consiste en hablar de Cristo


Pablo utiliza el método de discusión de los judíos de su tiempo. Discurre por el filo de la Palabra y encuentra varias vertientes de pensamiento, la fidelidad en el cumplimiento de los mandamientos, la valoración de la gratuidad del don de Dios para la salvación universal, el reconocimiento de la obra de Dios que da pie a la fe, y todo el contexto de la Biblia vista como una pedagogía integral de la verdad y el deber de la misión apostólica. “Qué hermosos son sobre los montes los pies del mensajero que anuncia la paz, del mensajero de la buena nueva que anuncia la salvación, del que anuncia a Sión. «¡Reina tu Dios!». (Is. 52:7)

Nuestro Señor Jesús elige y llama a los primeros discípulos. La respuesta es rápida e incondicional y le siguen. Es el modelo que se aplicara por siempre. Dios llama por el nombre y estos han de hacerse sus seguidores incondicionales para la misión apostólica, para el anuncio que Dios esta en medio de nosotros y que nos ama con un amor sin igual, que quiere para nosotros la vida eterna junto a El, para disfrutar de su banquete con gozo y alegría perpetua.

Dice el Señor «los haré pescadores de hombres» En medio de nuestra cotidianidad pero como cosa primordial y permanente, ya no son importantes los pescados con la red hecha a mano; como buenos pescadores, es tomar la red divina para atraer a la humanidad al redil del buen Pastor. La aceptación debe ser con decisión, siendo conscientes de las dificultades y contrariedades “Me sedujiste, Señor, y yo me dejé seducir. Fuiste más fuerte que yo, y me venciste. He llegado a ser un hazmerreír todo el día, todo el mundo se burla de mí.” (Jer.20:7s) Pero que la paga es mayor a cualquiera que podamos imaginar, sin embargo tratamos de hacer las dos cosas seguir la ambición del lucro de la pesca por nuestras fuerzas y lo que propone el mundo y a la vez seguir a Dios. “Nadie puede servir a dos señores” a la vez (Mt.6,24). A todos nos pasa cuando el seguimiento de Dios no es una decisión, cuando sobrevienen las pruebas tratamos de hachar pie atrás. “Nadie que pone su mano en el arado y mira hacia atrás es apto para el Reino de Dios.” (Luc 9:62) Porque la situación apremia, “la mies es mucha, pero los obreros pocos”(Mt.9,37). Es necesario ganarle la pelea espiritual al diablo. “Porque si evangelizo, no es para mí motivo de gloria, pues es un deber que me incumbe. ¡Ay de mí si no evangelizara!” (1Co.9:16).


jueves, 29 de noviembre de 2012

Dichosos los invitados al banquete de bodas del Cordero


Los comentarios con relación a las profesáis escatológicamente habrá que ponerlos bajo ciertos criterios, puesto que no es lo mismo para un niño de siete años, para un joven o para un adulto mayor, además hay diferencias por el estado de cada quien. Solo a la luz que proviene del Espíritu Santo se pueden entender las cosas por venir, las cosas eternas. De manera que lo importante es permanecer y perseverar mediante la gracia concedida por Dios.

¿Que hacer? una verdadera conversión, con revisión de vida diaria, con decisión, con un permanecer despiertos para no caer en los engaños, que en muchos casos es por la ignorancia de los que nos rodean, (2Co 11,14-15: “Y nada tiene de extraño, pues el mismo Satanás se transforma en ángel de luz. Por tanto, no es algo extraordinario que también sus ministros se transfiguren en ministros de justicia. Su final será según sus obras”. Aunque nos tilden de fanáticos confiemos siempre en Dios. El con sus obras ha demostrado ser quien es, por sus obras tenemos la certeza de la fe, la cual también debemos pedirla para poder entender y vivirla. Esto nos ayuda en la corrección de nuestros sentimientos, nuestras preocupaciones y a vivir en la alegría de sentirnos hijos y amados por Dios.

La gran tribulación. Nos dice Apo 3:10: “Porque has guardado mi mandato de perseverar, yo también te guardaré a la hora de la tentación que va a venir sobre todo el mundo, para probar a los habitantes de la tierra.” La exención exhibida no es del daño en o a través de la hora de la prueba, sino del mismo período de tiempo (de la hora) que dura la prueba. Tampoco es la remoción de la escena de este mundo, quiere decir que serán guardados del mal y de la tribulación mientras pasa el periodo de la misma. Dios acortara el tiempo para salir airosos y vivir de la liberación providente. “Cuando comiencen a suceder estas cosas, erguíos y levantad la cabeza porque se aproxima vuestra redención.”



miércoles, 28 de noviembre de 2012

Todos les odiarán a causa de mi nombre, pero no se perderá ni un cabello de su cabeza


Mientras los elegidos cantan, el mundo debe prepararse para recibir el pago de sus injusticias.
Nuestro Señor Jesús pone sobre la palestra situaciones que debían y deben acontecer a manera de prefiguración y para dar ejemplo, para que sirva de referente frente a los acontecimientos por venir. Siempre ha sido así y lo será hasta el fin del mal y a partir de ahí será algo completamente distinto, en paz y alegría, sin sobre saltos.

El verdadero signo, el que importa en el plan de Dios, es el conocimiento y la disposición por amor como buenos discípulos para proclamar el Evangelio al mundo entero, (He 13,47). La siguiente prioridad es que nos preparemos para no dar crédito a las falsas alarmas de charlatanes o falsos mesías, y para soportar la violencia y la persecución por parte de los enemigos del Evangelio del reino; así lograremos la oportunidad magnífica de dar testimonio, sin prejuicios, sin miedo, aunque parezca injusto o una derrota “Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá.

Se vislumbra lo justo y la cruz de acuerdo al juicio de Dios, que es por la entrega, el esfuerzo y las pruebas como se alcanza la recompensa del cielo. “Los que compiten se abstienen de todo; y ellos para alcanzar una corona corruptible; nosotros, en cambio, una incorruptible.” (cf 1Co 9,25). - “Al que venza le concederé sentarse conmigo en mi trono, igual que yo he vencido y me he sentado con mi Padre en su trono" (Ap 3,21).

Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas” Sentencia incisiva de nuestro Señor Jesús, la perseverancia requiere de la fortaleza pedida y donada, es lo que nos habilita suficientemente para sobrellevar con alegría las contradicciones. La perseverancia dispensa libertad al ceder la posesión de sí mismo mediante el amor. Con la perseverancia en dejarnos amar por Dios para poder cumplir el mandato divino “que os améis unos a otros” (Jn. 13:34); pero como vemos no leemos ni escuchamos bien, porque lo que se encarno y se aplica es – armaos unos contra otros.


martes, 27 de noviembre de 2012

Que todo se alegre ante el Señor


Los oyentes de Jesús creían firmemente que la morada de Dios en su templo único de Jerusalén era fundamental para el orden del mundo, y no podían imaginarse tal destrucción. Ni en su época ni ahora entendemos que el verdadero templo que Dios quiere para El es nuestro templo particular donde quiere morar. Pero el hombre quiere poner en su templo a ídolos de toda índole; por eso como el Templo de Jerusalén, también será destruido nuestro templo con sus ídolos.

Nuestro Señor Jesús responde a las preguntas con un discurso escatológico, así como será destruido Templo de Jerusalén por enfrentamientos entre judíos y romanos, acontecimientos que tuvieron lugar un poco mas tarde. También pone de manifiesto que siempre habrá impostores, que siempre habrá quien diga tener la verdad y el Señor nos advierte que solo el tiene la verdad, por lo tanto no debemos dejarnos engañar. Que “habrá cosas aterradoras y grandes señales en el cielo”.

Asimismo, en el tiempo serian destruidos los templos que harán los hombres tenidos como su seguridad ante todas las adversidades del mundo, enmarcadas en todo lo que tiene que suceder, es decir lo que hemos visto, lo actual y lo que acontecerá próximamente. Lo cual suscitara la venida del Hijo del Hombre con justicia quien pondrá por término todo mal (lo que conocemos como fin de los tiempos) y Dios retomará su plan inicial hasta el fin del mundo cuando acontecerá el juicio final. Las estancias del cielo deberán ser colmadas, con verdaderos adoradores de Dios en espíritu y en verdad.

Hoy la Iglesia conmemora Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa – con cariño les invito a que hagamos esta oración, con la rogativa de un destino con su amparo:
ACORDAOS (De San Bernardo)
Acordaos, oh piadosísima Virgen María, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestro auxilio y reclamando vuestro socorro, haya sido abandonado de Vos. Animado por esa confianza a Vos también acudo, oh Madre, Virgen de las vírgenes y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados, me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana. No desechéis, oh Madre de Dios, mis humildes súplicas, antes bien escuchadlas y acogedlas benignamente. Amén.


lunes, 26 de noviembre de 2012

Llevaban grabado en la frente el nombre de Cristo y el de su Padre


La bestia tiene que aprovechar el tiempo que le fue concedido, porque ya Cristo reina, y se está preparando el juicio que pondrá fin al mal, Dios retomara su proyecto. El Cordero estaba de pie sobre el monte Sión, su Iglesia, (la Gloriosa, la purgante y la militante). Cristo reina y la represión, las cadenas y la muerte no alcanzan al templo secreto de cada persona, allí donde Cristo comunica su vida.

Los 144.000 Designa a los que son las primicias, la parte mejor de los rescatados, Este numero parece ser simbólico o quizás no, puesto que se entiende por los que su boca no pronuncio la mentira y no mancharon su alma. ¿Quién adulto puede llegar a permanecer en ese estado? La única que conocemos es la Santísima Virgen María. Otra cosa son los salvados que alcanzan la amistad eterna con Dios, y que nos muestra Apo 7:9 “Después de esto, en la visión, apareció una gran multitud que nadie podía contar, de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas, de pie ante el trono y ante el Cordero, …”

La ofrenda de la viuda. Nuestro señor Jesús emplea este acto para ilustrar otro aspecto más de las relaciones que tienen que surgir en la nueva sociedad inaugurada por el reino. Ya no es la cantidad, ni lo aparentemente bastante, ni lo poderoso la medida para juzgar a la nueva sociedad; sino que es el desprendimiento, la generosidad y, sobre todo, la fe y convicción de entregarse y darlo todo por el Reino, es decir, por un modo de vida solidario, fraterno, e igualitario, nadie quedará en realidad desposeído ni desprotegido. En ese caso esta mujer fue la única que supo retribuir a Dios como se merece. Es la personificación de los innumerables pobres que no tienen prácticamente nada y que, sin embargo, se las ingenian para dar algo de lo poco o nada que tienen. Sólo el pobre puede dar eso mismo que necesitaba para vivir. El pobre es el que es capas de dar siempre hasta colmar sin esperar nada a cambio, sin sentimientos de auto justificación ni vanagloria.

Hoy, como casi siempre, las contribuciones pequeñas pasan desapercibidas; pero esto que parece sin importancia constituye al acabado de la obra maestra; de la misma manera favorecen para la vida espiritual, puesto que es la rectitud de conciencia que lo garantiza; y solo Dios las descubrirá en nuestra alma, como sólo Jesús se percató de la generosidad de la viuda.

Una tradición judía del siglo que sigue a los Evangelios afirma que si del Templo ahora destruido, solamente quedó el muro llamado “de las lamentaciones”, esto se debe a que esta parte de la obra se levantó con las ofrendas de los pobres.


sábado, 24 de noviembre de 2012

Pero no es Dios de muertos, sino de vivos; todos viven para Él.


La ley que se lee en Dt 25,5 obligaba a los hermanos de un difunto a que tomasen su mujer para darle un heredero que guardaría su nombre y su heredad. Jesús hace ver que el matrimonio es una realidad temporal, natural y necesaria para la prolongación de la especie. En los países de cultura griega había personas que creían en la inmortalidad del alma, lo que les parecía que formaba parte de la naturaleza humana. Nos precisa el Señor que la nueva vida no será la fusión del alma con el infinito del cosmos, sino una comunión personal con Dios. La inmortalidad es un don de Dios para quienes fueron hallados dignos.

La resurrección no es como un revivir y volver a lo nuestro; es la obra del Espíritu de Dios que transforma y santifica a los que resucita. Los resucitados son hijos de Dios (como se decía de los ángeles), en una forma mucho más auténtica que los de este mundo; liberados del pecado, han renacido de Dios. No es una reencarnación, no es un revestimiento del alma que podría pasar de un anciano a un recién nacido. Dios salva a la persona indivisible (ver las notas en Sab 1.16 y 2.1), el alma se libera del cuerpo. Por eso la esperanza cristiana se funda en la resurrección del cuerpo, aunque por supuesto no se trate del cuerpo presente (1Co 15,35). Si en la muerte el «alma» se libera del «cuerpo», ¿qué sentido tiene recuperarlo, encerrarse o enterrarse de nuevo en él a través de una posible y futura resurrección corporal? Para mejor comprensión nos viene a ejemplo del nuestro Señor Jesús. Murió en la Cruz, fue sepultado su cuerpo y resucito, y al resucitar su cuerpo era parecido pero más perfecto, era cuerpo espiritual, “transfigurado en cuerpo de gloria” (Flp 3,21), en “cuerpo espiritual” (1Cor 15,44). Será entonces cuando aparecerá plenamente la otra cara de la humanidad, en la eternidad.

Lo que tú siembras no revive si no muere. Y lo que tú siembras no es el cuerpo que va a brotar, sino un simple grano...se siembra corrupción, resucita incorrupción...; los muertos resucitarán incorruptibles. Es necesario que este ser corruptible se revista de incorruptibilidad; y que este ser mortal se revista de inmortalidad. (cf 1Cor 15,35-53) “Este –cómo- sobrepasa nuestra imaginación y nuestro entendimiento; no es accesible más que en la fe. Pero nuestra participación en la eucaristía nos da ya un anticipo de la transfiguración de nuestro cuerpo por Cristo... ya que tiene la esperanza de la resurrección” (cf San Ireneo de Lión). En la resurrección ya no habrá necesidad de una serie de cosas que eran necesarias al ser humano, ya que la resurrección no es la simple prolongación de esta vida con sus necesidades y deficiencias, sino un estado de vida absolutamente pleno donde ya no habrá necesidades que satisfacer. Por eso nuestro Señor Jesús prueba con la Escritura que Dios es un Dios de vivos y que por lo tanto la vocación de todo hombre y mujer es llegar a compartir esa vida plena con Dios. ¿Quién resucitará? Todos los hombres que han muerto: “Los que hayan hecho el bien resucitarán para la vida, y los que hayan hecho el mal, para la condenación.” (Jn 5,29, cf Dn 12,2)


viernes, 23 de noviembre de 2012

Han convertido la casa de Dios en una cueva de bandidos


El Templo de Jerusalén, era como el corazón de la nación judía. Los profetas habían denunciado los abusos y Zacarías había anunciado esta purificación que Jesús realiza a su manera (Za 14,21). Para el pueblo judío el Templo es como el más importante emblema religioso, por eso Jesús reclama que se utilice para lo que es: «casa de oración» (Isa_56:7). Purificando el Templo, Jesús rechaza enérgicamente el extremo al que había llegado la «casa de Dios», de emblema religioso y lugar de encuentro de la comunidad con su Dios, había pasado a ser insignia de opresión, cueva de ladrones por medio del comercio. Por este hecho se hace más clara la decisión de las autoridades de eliminar a Jesús, pero no pueden hacerlo porque «todo el pueblo estaba pendiente de sus palabras» (48).

El Templo físico esta siendo utilizado para el comercio por intereses materiales; suplantando el verdadero objetivo ¡Casa de congregación de almas para orar y agradecer a su Creador! Es lo que se debe sentir cuando se acude a este lugar. Sin embargo, es utilizado para beneficio personal y temporal. Cuanto mas habremos convertido en “cueva de ladrones” nuestro templo que debe ser morada digna para el Espíritu Santo.

Les daré alegría… Mi casa es casa de oración” (Is 56,7). Reza el misal Romano: En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque te has dignado habitar en toda casa consagrada a la oración, para hacer de nosotros, con la ayuda constante de tu gracia, templos del Espíritu Santo (1Co 3,16), resplandecientes por la santidad de vida. Por eso, con los ángeles y arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:

La figura debe dejar paso a la realidad. El Rito Nuevo es la palabra de Jesús. De esta manera pasa de la purificación del templo, la presentación de Jesús predicando en él cada día. El culto nuevo se centra en la oración y en la escucha de la Palabra de Dios. «Adoración al Padre en espíritu y en verdad» (Jn 4,24). La institución cristiana es la misma persona viva de Jesús, con su carne entregada y su sangre derramada en la cruz y dadas en la Eucaristía, se da a sí mismo con sus propias manos y su poder «admirable y singular conversión de toda la sustancia del pan en el cuerpo y de toda la sustancia del vino en la sangre de nuestro Señor Jesucristo». (Transustanciación). Ya no son necesarios los bueyes, los becerros, ni los vendedores. Es ineludible ir a unir nuestras vidas a Jesús vivo, a recibirlo como victima por nosotros una vez para siempre.



jueves, 22 de noviembre de 2012

¡Si comprendieras lo que conduce a la paz!


Los cristianos de origen judío se preguntan: si Cristo es el Salvador prometido, ¿por qué la historia de Israel continua en esos desastres? ¿Y por qué el pueblo judío, instruido por la Escritura, no reconoció a su Salvador? Un libro sellado o en lenguaje cifrado. Es que nadie puede entender el plan de Dios, sin la acción del Espíritu Santo; por lo tanto se nos muestra a aquel que revela el misterio de muerte y de resurrección que se cumple en la historia y que también se hizo dueño de este libro, y, al ser desconocido por Israel, pueblo sacerdotal (Ex 19,5), se hizo su propio reino y pueblo de sacerdotes, la Iglesia (cf. 1 P 2,9). Pero el día en que Israel reconozca a su Salvador, será salvado (Rom 11,25).

Y, continuado con el versículo 27 de Lucas – y el 25 de Mateo: hoy después de tantos siglos, el Señor llora por su pueblo elegido. La colectividad judía que no haya creído en Jesús se quedará con su templo en el que ya no estará la presencia de Dios, como en Ez 8. Jesús mirando a Jerusalén, escenario de su confrontación final con los representantes del Israel institucional; identificada como el pueblo escogido. Se lamenta por el porvenir de tantas almas metidas en la arquitectura, y que, también, allí se aloje la violencia, la injusticia y la irreverencia. Por el individualismo vemos un pueblo que no ha sabido reconocer el Dios que nos visita. Que en vez de mostrar a Dios más bien lo ocultamos con grandes contradicciones. “Pues el Señor, tu Dios, suscitará de ti, entre tus hermanos, un profeta como yo; a él habéis de escuchar” (Deuteronomio 18,15). La promesa se ha cumplido en Cristo y no se dan, ni nos damos cuenta.

Nosotros los cristianos, estamos en tiempo de esperanza. Conocemos el final de la historia, sabemos que Cristo ha hecho caer los muros y ha roto las cadenas: las lágrimas que derrama en este Evangelio prefiguran la sangre con la cual nos ha salvado. De hecho, Jesús está presente en su Iglesia, que somos todos. Sin embargo reflexionemos frente a Cristo.

Llorar con Cristo.- “No desprecies al pecador, porque todos somos culpables. Si por amor a Dios te levantas contra él, llora más bien por él. ¿Por qué lo desprecias? desprecia sus pecados, y reza por él, con el fin de ser igual a Cristo, que no se irritó contra los pecadores sino que rezó por ellos (cf Lc 23,34). ¿No ves cómo lloró sobre Jerusalén? Si nosotros también más de una vez hemos sido tentados por el diablo. ¿Por qué despreciar al que como nosotros ha sido tentado por el diablo que se burla de todos nosotros? ¿Por qué, tú que eres sólo un hombre, desprecias al pecador? ¿Porque no es justo como tú? ¿Pero dónde está tu justicia, si no tienes amor? ¿Por qué no lloraste por él? Al contrario, lo persigues. Algunos, por ignorancia se irritan contra otros, porque creen tener el discernimiento de las obras de los pecadores” (Isaac el Sirio)


miércoles, 21 de noviembre de 2012

Dichosos los que escuchan la palabra de Dios


«Negociad hasta mi vuelta». Los galileos acompañan a Jesús a manera de manifestación, suben a Jerusalén a celebrar la Pascua. Mientras ellos creen que se proclamará rey, El Señor sabe que le espera la muerte. Jesús hace alusión a un acontecimiento político, el escándalo en la sucesión de Herodes el Grande. Esta historia la aplica para decir a sus discípulos que no deben esperar su triunfo en Jerusalén sino otra cosa. Él reinará al volver de un país lejano, después de su muerte y su resurrección, al final de la historia cuando venga revestido como juez de justicia. Los suyos mientras tanto tienen a su cargo las riquezas que él les facilitó y que han de hacerlas fructificar; no deben esperar su vuelta cruzados de brazos. En la instauración del reinado de Dios está involucrado cada uno de los creyentes según sus capacidades y dones; todos deben poner su empeño en la instauración del proyecto de Dios. Toda comunidad cristiana debe volverse hacia el mundo que la rodea y que le ha sido confiado.

Nosotros nos preocupamos más por el progreso material, al fin y al cabo es lo que nos propone el mundo, la ciencia y la tecnología. Pero descuidamos lo principal, lo que lleva a un valor incalculable por ser eterno y en presencia de Dios. También es cierto que no es posible trabajar por lo trascendente valiéndonos solamente de nuestras fuerzas; en primer lugar porque son las riquezas de Dios y que están mas allá de nuestro conocimiento y capacidad y también porque quien verdaderamente hace la obra es el mismo Dios. Solo requiere de nuestra entrega voluntaria, con rectitud, con la aceptación de su divina Voluntad, en espíritu y en verdad. Confiados en la acción del Espíritu Santo. Esta “negociación hasta que vuelva” será escolaridad para la vida, será el vestido para la fiesta, será la contribución de la negociación gananciosa de almas. También es de resaltar la amonestación que hace Nuestro Señor el versículo 27 – y los judíos echaron a sus espaldas hasta hoy el versículo 25 de Mateo: “Y todo el pueblo gritó: -¡Su sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos!

La actividad humana, así como procede del hombre, está también ordenada al hombre. Pues el hombre, cuando actúa, no sólo cambia las cosas y la sociedad, sino que también se perfecciona a sí mismo. Aprende mucho, cultiva sus facultades, sale de sí y se trasciende. Si este crecimiento es rectamente comprendido, vale más que las riquezas exteriores que puedan acumularse. El hombre vale más por lo que es que por lo que tiene...Por tanto ésta es la norma de la actividad humana: que, según el designio y la voluntad divina, concuerde con el bien genuino del género humano y permita al hombre individual y socialmente cultivar y realizar plenamente su vocación.” (Concilio Vaticano II - GS 35)


martes, 20 de noviembre de 2012

Al que salga vencedor lo sentaré en mi trono, junto a mí.


Mensaje breve a una Iglesia que se muere. La Iglesia universal tiene las promesas de la eternidad, pero nuestros movimientos, nuestras comunidades pueden desaparecer. Es necesario vestirse de blanco, como realidad interior. Revestirse de Cristo (cf. Ef 4,24). El color blanco significa gozo, alegría.

Este es un mensaje de consuelo y optimismo para los que responden fielmente al Espíritu Santo, aun cuando están enredados en las mil dificultades del apostolado. Amén quiere decir: es verdad, o también: así me comprometo. Cristo es el amén del Padre. Su compromiso con nosotros es el cumplimiento de sus promesas (ver 2 Cor 1,20). Y porque Cristo es «amén», nos llama también a nosotros a un compromiso real con Dios, para realizar sus planes.

Jesús y Zaqueo. Zaqueo es el paradigma del que conociendo a Jesús, no sólo se despoja con prontitud de lo material, sino que permite que su interior también sea transformado por la gracia para comenzar el proyecto de la justicia, muy a pesar de quienes tal vez juzgaban que debía purgar de otro modo sus muchos pecados. ¡Así es la gracia divina! Una vez más Jesús ha demostrado su fuerza: ha destruido el mal salvando al pecador.

El Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido. Hoy, Zaqueo soy yo. Este personaje era rico y jefe de publicanos; yo tengo más de lo que necesito y quizás muchas veces actúo como un publicano y me olvido de Cristo. Jesús, entre la multitud, busca a Zaqueo; hoy, en medio de este mundo, me busca a mí precisamente: «Baja pronto; porque conviene que hoy me quede yo en tu casa» para que Él pueda decirme a mi también: «Hoy ha llegado la salvación a esta casa, porque también éste es hijo de Abraham, pues el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido». Decía san Máximo: «Nada hay más querido y agradable a Dios como que los hombres se conviertan a Él con un arrepentimiento sincero». Que Él me ayude hoy a hacerlo realidad.


lunes, 19 de noviembre de 2012

Al que salga vencedor le daré a comer del árbol de la vida.


La palabra griega «Apocalipsis» se traduce como «Revelación. Dios está a cargo de la historia, y los poderes del mal no pueden prevalecer contra su Iglesia. El que es, el que era y el que viene. Esa manera de designar a Dios amplía lo que había sido revelado a Moisés: «Yo soy el que soy» (Ex 3). El Dios vivo es un Dios que viene. Dios en la persona del Espíritu Santo que nos guía, nos educa, nos hace dignos para recibir el amor de Dios; pero que respeta nuestra libertad, por lo tanto también estamos expuestos caer en tentación es la que viene con el tiempo: se enfría el amor que se había despertado en los primeros momentos de la conversión.

Nuestro Señor Jesús, sana a un ciego. La ceguera se hace sintomática, fue para sus discípulos y es para nosotros. También para todos viene un ejemplo de fe del ciego de Jericó, Timeo hijo, que a pesar del obstáculo personal (la ceguera) y de los impedimentos externos (los que frenan acercarse a Jesús) por fe sabe quien es Jesús y lo que puede hacer por el. Para nosotros aunque tengamos intactos los sentidos, necesitamos de la gracia para conocer a Jesús y para optar por Él. Bartimero era ciego pero tenía las ideas muy claras. ¡Era la oportunidad de su vida! Cuando consiguió estar frente al Mesías le pidió lo que necesitaba: "¡Señor, que vea!".

Para orar bien, es necesario valerse de las ayudas para acercarse a Dios, ponerse ante su presencia. Para que la oración sea eficaz se requiere de fe. Para obtener la fe se requiere la acción de Dios, mediante cierto grado de reflexión y de conversión. Dios lo sabe todo, pero quiere que se lo digamos. Nos pregunta: "¿Qué quieres que te haga?". Entonces, nos escucha y nos lo concede, según nuestra fe.

De este acto divino nace un discípulo y lo primero que ve es a Dios, por lo tanto este se encamina a cumplir la misión que no puede callar, fue a comunicar esa experiencia a todo el pueblo; y consiguió que aquella gente, al verlo, alabara a Dios. De muchas maneras el Señor pasa por nuestro lado y nos pregunta: ¿Qué quieres que haga por ti? O mejor: ¡Pídeme lo que quieras! ¿De qué tienes hambre y sed? ¿Qué quieres beber y comer de Mí? (cf. Juan 7:37-39 y Juan 6:35-36) - Pero muchas veces aparte de ciegos estamos sordos y sin tacto, no le escuchamos, no le vemos, no le sentimos. Pero Dios se manifiesta en todos nuestros aconteceres de nuestra vida, pero no le reconocemos, creemos que todo es cuestión del destino, de la suerte, de nuestras propias capacidades, astucias, engaños y mentiras. ¿De esta manera que puede hacer Dios por nosotros? si lo dejamos pasar de largo.


sábado, 17 de noviembre de 2012

Debemos sostener a los hermanos, cooperando así en la propagación de la verdad


Dios, que es Padre de todos, a todos nos ha creado; espera de nosotros un acercamiento, así como cualquier padre de familia espera de cada uno de sus hijos; sabemos que hablar con Dios es hacer oración. Oración con fe en el que todo lo puede, confiados en su misericordia y dispuestos a recibir su amor, que nos habilita para amarnos y amar a nuestros semejantes. Nuestro Padre eterno esta dispuesto a recibir nuestras suplicas y especialmente se conmueve por los que padecen la injusticia. Sabemos, también, que el mundo padece de conocimiento de Dios, la injusticia impide el Reino de Dios, por eso la humanidad se ha vuelto injusta, azuzada por unos pocos con el poder del dinero, basados en filosofías de muerte.

Jesús, nos recalca la responsabilidad frente al mundo, nos invita pedir a Dios día y noche. Imploremos todos a Dios para que haya justicia en el mundo, como podemos analizar es un pedido muy enorme, asimismo debe ser nuestra oración. Probemos nuestra fe, ofreciendo por esta causa, aunque sea los sábados el santo rosario a la santísima Virgen, veríamos como se les atarían las manos a todos aquellos personajes causantes de injusticia. “Vigilad orando en todo tiempo, a fin de que podáis evitar todos estos males que van a suceder, y estar en pie delante del Hijo del Hombre”. (Lc 21,36).

Los gobiernos se han vuelto injustos con sus pueblos, a la vez las personas se vuelven injustas con sus semejantes por simpatía. Pero quien maneja verdaderamente esta cultura no son nuestros gobernantes sino que tienen la obligación de obedecer directrices macros. La pregunta seria cual obligación? En primer lugar se crea una necesidad para justificar una solución que a la vez esta preconcebida y no queda otra salida ya que la necesidad esta patente.

Esto se da por el desconocimiento de Dios, nosotros creemos que todo lo que ocurre es porque tenía que acontecer. Pero eso no es la verdad, Dios desde un principio nos viene advirtiendo si nos resistimos al modelo de vida que El nos propone tendremos que padecer calamidades e injusticia; por que la verdadera justicia proviene de Dios, la verdad es únicamente de Dios. Si hay un Dios justo, ¿por qué no hace justicia? Porque respeta nuestra libertad, ¡que generosidad tan desagradecida por nosotros! Los hombres nos valemos del engaño y la mentira para sacar ventajas para el acomodamiento personal que esclaviza a los demás.

¿Encontrará fe sobre la tierra? Como también nos lo dice en Mateo 24:10. “Y se escandalizarán muchos, se traicionarán mutuamente y se odiarán unos a otros. Surgirán muchos falsos profetas y seducirán a muchos. Y, al desbordarse la iniquidad, se enfriará la caridad de muchos. Pero el que persevere hasta el fin, ése se salvará”. En los últimos tiempos que precederán al juicio, la fuerza del mal será tal que el amor y la fe se enfriarán. 


viernes, 16 de noviembre de 2012

Que se postre ante ti, Señor, la tierra entera


Revelación del Hijo Dios, Jesucristo- Bajo del cielo y se hizo hombre, para anunciar la buena nueva; para que hiciéramos realidad su mandamiento del amor, manifestación de El mismo; para quedarse como alimento y bebida trascendente (cf. Mc.14, 23-24); para que lo miráramos y quedáramos redimidos; para que nos dejáramos amar de El. Según estaba anunciado; estuvo en medio de los hombres que lo rechazan desde ese entonces hasta el día que vuelva como Dios de justicia; esta sentado a la diestra del Padre y observa la juventud y ve que ya no hay humanidad digna para el futuro. Lo que estamos viendo se parece a los tiempos de Noé y los de Lot.

El hombre no quiere ver a Cristo para ser salvo, (cf. Núm 21:9. Jua 3:15. Hch 17:31); no quiere vivir el mandamiento del amor para tener vida, no quiere alimentarse del pan celestial que es vital para la trascendencia (cf. Jua 6:27 - Jua 6:33). No quiere permitir a Dios en su espíritu en la persona del Espíritu Santo. Palabras más, palabras menos rechazamos a nuestro Creador y dador de vida. Los católicos vivimos atemorizados, preocupados por el mañana y por lo que no hemos logrado, no vivimos en la alegría que da sentirnos hijos de Dios y merecedores del cielo; no agradecemos a Dios por haber sacrificado al Hijo siendo Dios, para devolvernos su amistad eterna; no somos testigos de Cristo; no damos ejemplo de vida; no cumplimos la misión ni el mandamiento del amor; mas bien nos peleamos con Dios y con nuestros semejantes. ¿Qué juventud puede haber para el mañana?

¿Dónde sucederá eso? o ¿cuándo llegaría el Reino de Dios? (17,20) preguntas de lógicas humanas. Es inútil imaginar que toda la humanidad será reunida en el “valle de Josafat” (Joel . 4,2) para un juicio espectacular. El Señor no tendrá que reunir a sus elegidos en un lugar material pues cada uno alcanzará el lugar concordante a sus méritos, a sus frutos; tan cierto como que los buitres se reúnen alrededor del cadáver.


jueves, 15 de noviembre de 2012

El Reino de Dios está ya en medio de vosotros.


El Reinado de Dios quiere hacer su vigencia en el espíritu del bautizado. Es indispensable para que se haga una realidad, cada uno pase por una verdadera conversión y estar vigilante para que permanezca por siempre. Es indispensable limpiar el templo para que habite el Espíritu Santos que es Dios. Nos dice el Señor “está ya en medio de vosotros”. (1Co 6:19) ¿O no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que está en vosotros y habéis recibido de Dios, y que no os pertenecéis?” – (Jua 14:23) “Jesús le respondió: -Si alguno me ama, guardará mi palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él y haremos morada en él”. El Reino es una realidad interior y al mismo tiempo una realidad misteriosa que va transformando al hombre y que se va extendiendo entre los hombres para formar una comunidad digna, a una realidad en “espíritu y en verdad”. El Reino está a nuestro alcance, pero no es una novedad de la que puedan apoderarse los periodistas como primicia para los medios; sino como una novedad que trasforma la humanidad, como una realidad que trasforma el alma y la hace apta para la vida eterna.

Ni se podrá decir: «Mirad, está aquí», o «está allí»; porque, daos cuenta de que el Reino de Dios está ya en medio de vosotros”. El primer día, el día de la Resurrección del Señor, después de haber hecho regresar a los “discípulos de Emaús” estaban comentando lo que cada quien había experimentado ese día, cuando de repente con tal sorpresa hace presencia el Señor y sostiene un dialogo con todos, y de ello quiero resaltar las siguientes citas:
(Mc. 16:16) “El que crea y sea bautizado se salvará; pero el que no crea se condenará”
(Lc. 24:49) “Y sabed que yo os envío al que mi Padre ha prometido. Vosotros permaneced en la ciudad hasta que seáis revestidos de la fuerza de lo alto”
(Jn. 20:22) “Dicho esto sopló sobre ellos y les dijo: -Recibid el Espíritu Santo”
(Mt. 28:20) “… Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo


Vendrá un tiempo en que desearéis ver uno solo de los días del Hijo del Hombre, y no lo veréis
Difícil de entender porque el hombre quiere vivir sin saber de Dios, incluso dentro de los bautizados, cada quien quiere defender sus posiciones frente a lo trascendente; nos rivalizamos por motivos personales sin interiorizar la presencia de Dios respetuoso de nuestra libertad pero que quiere para cada uno de nosotros un futuro con El, nos privamos del gozo y de la paz. Esta amonestación se hace difícil de entender porque estamos en medio del mundo secularizado, individualizado, sin fe, y el hombre quiere mas bien complacencia de sentimientos, quiere salirse del marco de la vida cotidiana para embriagarse de cualquier cosa menos del vino nuevo “del mejor vino” que es Dios viviente en medio de nosotros hasta el fin del mundo, cuando ya podremos vivir presencialmente en la ciudad santa.
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Tres vías que conducen a Dios:
http://www.aciprensa.com/noticias/texto-completo-catequesis-del-papa-sobre-las-tres-vias-que-conducen-a-dios-83827/#.UKTJ6uR1-So


miércoles, 14 de noviembre de 2012

¿No ha habido quien volviera a dar gloria a Dios más que este extranjero?


Los diez leprosos fueron sanados, pero a uno sólo se le dijo: Tu fe te ha salvado. Los diez eran marginados de la sociedad pero no de Dios, los diez habían llegado con la esperanza de una curación y tenían algo de “fe” ya que fueron en busca del sacerdote. Diferente fue el caso del que quiso primero dar gracias a Dios allí mismo donde la gracia de Dios lo había encontrado: tal es la fe que salva y que transforma a las personas. Este uno, del que menos se podría esperar por ser extranjero va en búsqueda de la salvación; por lo tanto nos indica que las apariencias engañan. No fue la extranjería lo que les diferenciaba, fue la humildad que lo llevo a la fe y al agradecimiento. La misericordia de Dios es para todos pero solo uno acepta la salvación, con el gesto de regresar al Señor para darle gracias. Los demás seguramente continuaron sus vidas con un estado de bienestar pero sin la gracia.


Entre tantos que piden favores ¿cuántos aprenderán a amar a Dios? ¿Cuántos se dejaran amar de Dios? ¡Las ironías de la gente!, a quienes divierten se les aplaude y se agradece, en cambio casi nunca a los que hacen el bien. El bien es visto como una obligación y como un derecho merecido, por lo tanto se puede pasar sin pena ni gloria. Aparentemente, la desproporción uno contra diez es exagerada, pero refleja el comportamiento que procede de una falsa interpretación de la Ley, y por tanto de una falsa imagen de Dios. La falta de gratitud es reflejo de soberbia. Para muchos Dios sigue siendo alguien que sólo se limita a exigir el cumplimiento de la Ley; pero no se dan cuenta que cada segundo de vida se lo debemos a Dios y por lo tanto requerimos de conversión para adquirir la fe donada.


En la actualidad hay muchos leprosos con otros calificativos que necesitan ser sanados; es nuestra responsabilidad decirles que El Señor esta muy cerca a ellos para brindarles gratuitamente su amor, su sanación, su liberación, su restablecimiento a la sociedad y lo más primordial la salvación. Sin perder de vista que nosotros también necesitamos las mismas dádivas del Señor y que somos deudores de agradecimiento a los demás y a Dios.


martes, 13 de noviembre de 2012

Somos unos pobres siervos, sólo hemos hecho lo que teníamos que hacer


Se nos recuerda las obligaciones y responsabilidades según cada situación en la vida. Si bien es cierto que la condición de esclavitud fue repudiada y erradicada, también es cierto que la mayoría de la gente de hoy hace menos de lo que le pagan por hacer. La falta de profesionalismo y buena voluntad hace que la labor no sea bien hecha. La falta de honestidad hace que seamos injustos. Motivados sólo por estímulos externos y no valorar la exaltación interior propia, como motor de la acción, nos lleva a la soberbia. Todos somos responsables de todos, de una forma y de otra todos debemos hacer el bien, todos debemos hacer buen uso de todo, dejarlo en su lugar y de la mejor manera. Para lograr una sociedad equilibrada, justa y fraterna; en ejercicio de los derechos y los deberes, con el rechazo de una vida sin Dios. Como resultado debe producir bondad y reconciliación que sacara a los hombres del egoísmo que los paraliza.

En el campo espiritual «Somos unos siervos inútiles; no hemos hecho más que lo que teníamos que hacer». Si lo leemos a la ligera pudiéramos pensar que el Señor nos esta recriminando o desanimando. Por el contrario nos quiere destapar de la ceguera y sordera, nos quiere levantar de nuestro apoltronamiento, nos quiere animar a formarnos para que podamos ser sus servidores con fidelidad, que será posible desde la fe, con alegría y porque todo cuanto tenemos y somos es un don de Dios. Teniendo en cuenta que nadie está exento de desviarse para asumir actitudes contrarias a los valores del reino. Y precisamente eso ocasiona escándalo y desánimo en unos; escepticismo y rechazo a esta nueva realidad, en otros. Pero también recordemos que esta a nuestro alcance la corrección, el arrepentimiento y el perdón.

¿Es que tiene que agradecerle al siervo el que haya hecho lo que se le había mandado? Nos dice el Señor que debemos ser más responsables, si decimos, hacemos, si ayudamos, si nos sacrificamos por los demás, son actitudes propias con calificativo de deber, no para buscar una recompensa para beneficio particular, seria hacerle caso al criterio mercantilista. Sino que es a la manera de Cristo una obra constructora del Reino de Dios. La unión y comunión del servidor con Jesús es indispensable para poder dar fruto. Mas adelante vemos como el Maestro quiere acercarnos mas “Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; a vosotros, en cambio, os he llamado amigos, porque todo lo que oí de mi Padre os lo he hecho conocer” (Jn.15,15). Todos somos necesitados de una formación para llegar a la rectitud a fin de pertenecer a ese Reino tan anhelado.

Antes de la venida del Señor, los hombres buscaban la gloria en sí mismos. Ha venido como hombre para reducir la gloria terrena y aumentar la gloria de Dios. Ha venido sin pecado y nos ha encontrado a todos hundidos en el pecado. Si el Señor ha venido para perdonar los pecados, quiere poner de manifiesto que Dios es magnánimo; toca pues al hombre reconocer esta magnanimidad. Porque la humildad del hombre consiste en su gratitud y la grandeza de Dios se manifiesta en su misericordia” San Agustín.


sábado, 10 de noviembre de 2012

Quien es fiel en lo poco, es fiel en lo mucho


El dinero es algo que se adquiere y que se pierde; no hace crecer ni puede integrarse a nuestra persona; no forma parte de los bienes que son realmente nuestros, todo lo terreno es pasajero. Jesús lo llama injusto porque la preocupación de tenerlo impide que seamos justos, tales como Dios nos quiere.

No se puede ser fiel a Dios cuando convivimos con los pobres y no ejercemos la caridad por amor. Como podemos ser fieles si convivimos con los que no se dejan amar de Dios, sin dar un verdadero testimonio de Cristo. Esto nos indica que debemos emplear el dinero y nuestra voluntad para ganar amigos para el reino de Dios, así cuando nos llegue la hora tendremos quien nos reciba, no perderemos la rica recompensa" (Mt 10,40-42). "Dios" ama "al que da con alegría" (2Co 9,7). ¡Qué buen negocio! Comprar la inmortalidad con dinero; es decir, cambiamos lo caduco por una morada eterna en los cielos.

Incompatibilidad entre el camino cristiano y el apego al dinero. Jesús nos quiere quitar la mascara de la doble actitud cuando pretendemos poner todo nuestro interés en el dinero y por momentos acudimos a Dios para pedirle; pero en el fondo lo que menos interesa es caminar de acuerdo con la voluntad divina. El que se apega al dinero acaba excluyendo a Dios, porque no se puede servir a dos señores.

A muchos les basta tener dinero para convencerse de que poseen la verdad. De ahí que los que idolatran el dinero se sienten autorizados para juzgar y decidir en las cosas de Dios. El dinero posee a quienes lo poseen, y los mismos creyentes llegan a justificar un orden moral que encubre sus propios privilegios, olvidando los valores evangélicos de justicia, de humildad y de caridad; por tanto llega el momento en que no es el dinero sino que es la Iglesia la que se ve despreciada.

No es entendible para los ricos compenetrados en la filosofía de los “iluminados de Baviera”, estos en vez de la justicia, la caridad y el amor. Quieren la muerte, la destrucción de la dignidad humana, aparentando ser justos porque consideran que hay mucha gente en el mundo y que siendo solo unos pocos es mas fácil controlarlos; y en especial atacan la religión católica porque ven en ella un obstáculo para sus propósitos aniquiladores. Lo mas grave es que muchos sin darse cuenta caen en su juego permitiendo la muerte, la permeabilidad de la política, a la economía, a la salud, a la educación, a los medios, a las instituciones, (…) lideran la ilegalidad, el desorden, la descomposición social y de la familia.

“Para la muestra un botón”:
http://www.restauracionacional.org/soros-santos-y-el-pacto-con-el-diablo/


viernes, 9 de noviembre de 2012

Destruid este Templo y en tres días lo levantaré


San Juan de Letrán es el símbolo de la unidad de todas las Iglesias del mundo con la Iglesia de Roma, y por eso esta basílica ostenta el título de Iglesia principal y madre de todas las Iglesias. Ésta no es una catedral, sino un santuario edificado sobre la tumba de San Pedro y el lugar de residencia actual del Papa.

La lectura del libro de Ezequiel nos narra una gran visión de tres cuadros, el nuevo templo, el nuevo culto, la nueva tierra santa. Como señal de restauración. Con símbolos poéticos nos presenta el misterio de Dios que es grandeza, firmeza, estabilidad, tranquilidad y claridad.

Jesús se dirige al Templo de Jerusalén, que era como el corazón de la nación judía. El pueblo necesitaba a los sacerdotes para ofrecer sus sacrificios, y el Templo era el lugar al que afluían las ofrendas y los dones de la comunidad. El Templo que se había convertido en un mercado, ciertamente los vendedores tenía su lugar, pero no respetaban los límites establecidos. Los demás evangelistas sitúan este incidente no en el comienzo sino en los últimos días antes de la Pasión. Este hecho situado poco antes de la Pasión, esta todavía muy fresco en el juicio a Jesús (Mt 26,60). El odio de los jefes de los sacerdotes llevará a Jesús a la muerte.

Purificación del templo. Los profetas habían denunciado los abusos y Zacarías había anunciado esta purificación que Jesús realiza a su manera (Za 14,21). Me devora el celo por tu casa…: véase el Sal 69. Debía ser sustituido por Jesús, el nuevo Templo de la presencia de la gloria de Dios. Jesús viene a transformarlo todo. Nos enseña que no basta con desplazar a los vendedores, sino que es el templo mismo el que debe ser reemplazado, y con él toda religión que se queda en manifestaciones exteriores. ¡Destruyan!, dice, apresúrense a destruir este templo, para que yo pueda construir en tres días el verdadero Templo de la adoración en espíritu y en verdad (Jn 4,23). El nuevo Templo es Jesús, porque Dios se ha hecho presente en él.

“el templo de Dios, que sois vosotros, es santo” (1Cor 3,17)“El templo de Dios sois vosotros.” Templo donde Dios reinará eternamente, somos su tienda porque Él nos acompaña en el camino por el desierto de esta vida temporal, hasta llegar a la tierra prometida. Este templo nuestro debe ser purificado mediante la gracia para convertirnos en aceptadores del amor donado, para darlo a los demás, para edificarnos en el reconocimiento y amor a Dios, de esta trascendencia que podamos edificar en esta vida temporal, depende el grado de santidad; después ya no se puede construir, después de ver a Dios el alma queda tal cual esta. Acontecerá entonces la verdadera dedicación, entonces será edificada la auténtica Jerusalén, no ya bajo la forma de una tienda sino de una ciudad. Nueva humanidad congregada en su iglesia, (Ap. 21,2)


jueves, 8 de noviembre de 2012

Habrá en el cielo mayor alegría por un pecador que se convierta


El rescate de un alma es motivo de fiesta en y para la gloria de Dios. Y si una sola alma se salva es por la absoluta misericordia de Dios. Es la preocupación de Dios por el pecador y la manera gozosa como es acogido. Las noventa y nueve («buenos» y «justos» ) pudiera interpretarse como abandono, pero en realidad estas ya están protegidas y tienen una misión. Entonces la preocupación es por la que se ha extraviado, la que se ha dejado engañar y no sabe como regresar. El Hijo del Hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido. Aquí “buscar” es tan importante como salvar, porque indica un deseo personal de Dios ¡como si al Infinito pudiera faltarle algo! Se manifiesta la locura divina que san Pablo nos narra en la primera carta a los Corintios; esta locura que va en contravía a nuestras apreciaciones (cuando nos sentimos justificados) nos demuestra que Dios busca pecadores. Ciertamente hay algo de “locura” en el misterio de Dios; algo que no podemos comprender, ni alcanzar, ni atrapar con nuestra razón y que se escapa; solo se hace visible a nuestra alma, lo entiende y activa a medida que de parte del Espíritu Santo le va llegado como ciencia infusa.

Por falta de fe y despreocupación no somos capaces de dejarnos amar por Dios, no somos capaces de ser testigos de Cristo. No cumplimos la misión de anunciar a la oveja perdida que ya esta a su alcance el buen Pastor. Las parroquias al parecer se conforman con unas cuantas ovejas, sin caer en la cuenta que a menos de una cuadra hay al menos una perdida, será que discriminamos como los fariseos? ¿Por qué entonces no se hace el trabajo de campo? Es indispensable estar dispuestos a que nos critiquen como a Jesús. La recompensa inmediata es la alegría «Alegraos conmigo, porque he encontrado la oveja que se me perdió».

Cristo, es el buen pastor, el pastor misericordioso agrupó a todo el género humano en una sola oveja, (la perdida); vino por la divina voluntad realizada en María Santísima, en búsqueda de esta oveja para regresar con ella sobre sus hombros en su dolorosísima pasión al Edén. Esta se había perdido y estaba herida con el aguijón del pecado; fiándose de los alaridos del lobo, olvidó la voz del pastor, perdió el camino que conduce al redil de la salvación. Como pastor se hizo la mejor oveja y se coloco en la Cruz, para que las demás ovejas le vean le rodeen y se sanen; luego por su resurrección todas sean conducidas por El al Edén eterno. ¡Qué tan desagradecido es el hombre¡



miércoles, 7 de noviembre de 2012

Quien no renuncia a todos sus bienes, no puede ser discípulo mío


Nuestro Señor Jesús nos lleva por un delineamiento de los que se excusan para no asistir al banquete; nos invita a sostener la lucha para la vida, no invita a una enemistad ni mucho menos con los mas allegados; nos previene porque después de entusiasmarnos por El y dedicarnos a la obra del Evangelio, por debilidad espiritual nos podemos devolver en búsqueda de una vida más “normal” y más segura según el modo común de pensar.

Nos invita a ser firmes, a posponer todo lo que pueda interferir, incluso dejar los ofrecimientos que nos puedan hacer hasta los mas allegados, con tal de no incumplir nuestro compromiso, nuestra enterrega y nuestra misión.

El pasaje de hoy puede escandalizar “Si alguno viene a mí y no odia a su padre y a su madre y a su mujer y a sus hijos y a sus hermanos y a sus hermanas, hasta su propia vida, no puede ser mi discípulo” Originalmente como fue escrito el texto griego dice “el que no odia”, pero este verbo tiene un uso mucho más amplio que nuestro “odiar”, y muchas veces designa a la persona que se pospone, o la cosa que se dejó por otra más deseada. Puede servir para aclarar: “Ningún criado puede servir a dos señores, porque o tendrá aversión a uno y amor al otro, o prestará su adhesión al primero y menospreciará al segundo: no podéis servir a Dios y a las riquezas” (Lc 16,13). En vez de ir contra la iglesia domestica, la familia; nos quiere llevar a su reconstrucción para ponerla en sus manos.

A todos nos esta indicando que nunca seremos libres para responder a los llamados de Dios si nos negamos deponer costumbres, a rectificar y cambiar la manera como deben ser los lazos familiares en el uso del tiempo y la convivencia, de manera renovada en Cristo. La comparación del rey, nos indica que la lucha es contra el “príncipe de este mundo”; quien quita la paz y trata por todos los medios para envolatarnos con difusiones con tal de lograr que nosotros no nos dejemos amar de Dios. Luego como muchos le podemos echar la culpa Dios por nuestros fracasos.

Y la idea de Jesús es que nos empeñemos en la construcción de una sociedad distinta para vivir en fraternidad, solidaridad, dignidad y justicia, empezando por la familia; teniendo presente que Dios es el primer valor de la existencia y llevando esa cruz con amor para ir tras las huellas del Señor.


martes, 6 de noviembre de 2012

Sal por los caminos e insísteles que entren y se llene la casa


Caridad y humildad - la humildad, resultado y condición de una caridad auténtica y duradera. Si el egoísmo es lo contrario al amor, el orgullo es su enemigo capital. Nos lleva a la exhortación que Jesús nos hacia cuando decía que debemos ser como “niños” desde sus buenas cualidades. (cf. Mt.18, 2) Receptivo, aprende fácilmente, obedece, ama. Es una realidad que el niño necesita de cuidados especiales, educación, conocimientos, alimentación (..) Para penetrar un poco más tendríamos que por lo menos en algún momento y en silencio cerrar nuestros ojos y decidirnos a viajar por nuestra vida espiritual. Nos daremos cuenta que somos niños necesitados. Nuestro espíritu y alma esta en formación y si esta formación es asimilada se podrá llevar a la adultez. En cuanto a los niños se debe a sus padres o representantes, pero para nuestro espíritu se debe a Dios nuestro Creador. El fracaso esta en que también hay quienes pueden hacerle daño a los niños y de la misma forma a nuestro espíritu. Pero antes de abrir nuestros ojos asimilemos este detalle importante que el niño tiene una vida temporal y que el espíritu es eterno, en vida o en muerte.

En el Antiguo Testamento se hablaba del banquete que Dios ofrecería a sus fieles servidores cuando viniera a establecer su Reino. Jesús desarrolló este tema, porque el banquete representa a la vez la dicha compartida; la acogida que Dios nos reserva en su mundo y la plenitud humana que acompaña al más alto gozo espiritual. Jesús nos muestra que Dios invita a todos, pero todos no son capaces de desprenderse de las preocupaciones cotidianas por sobrevivir en medio de los sofismas destructivos del mundo que puede llevarnos a que despreciemos la invitación al gran regalo de Dios.

Si los más allegados despreciaron la invitación, Dios hace extensiva su invitación a todos en tiempo y lugar. Es así que los pobres, los que han puesto toda su confianza en Dios y no en el mundo, pueden ser los que gocen de ese gran alimento de vida. Si es que llegamos a conocer la naturaleza terrena y pequeña; luego por gracia podremos conocer lo grande y maravilloso del universo de Dios.

En Jesús, Dios está proporcionando una última oportunidad de salvación para su pueblo, para comenzar a instaurar ya la nueva realidad del reino. El plan salvífico del Padre concretado en Jesús no se paraliza ante la negativa del escéptico; ese proyecto tiene vida propia por el Espíritu Santo y avanza y se realiza aunque muchos lo rechacen y se autoexcluyan del él. 

“Te damos gracias, oh Padre santo, por tu santo nombre que has hecho habitar en nuestros corazones, por el conocimiento, la fe y la inmortalidad que nos has revelado por Jesús, tu Hijo. ¡Gloria a ti por los siglos! Es a ti, Señor todopoderoso, que has creado el universo, a la alabanza de tu nombre; has dado gozosamente alimento y bebida a los hijos de los hombres y a nosotros, nos has hecho la gracia de un alimento celestial y de una bebida para la vida eterna, por Jesús, tu Hijo”.


sábado, 3 de noviembre de 2012

Quien se enaltece será humillado, y quien se humilla será enaltecido


Los primeros puestos. Nuestro Señor Jesús nos quiere indicar que el su Reino seremos todos iguales y a quien corresponde dar un mejor puesto es al divino Anfitrión, quien lo sabe todo y nos conoce a todos. Pero también puede aplicarse a la vida práctica. Jesús aquí retoma un proverbio que invitaba a la modestia en las actividades sociales (Pro 25,6-7); Y luego hace resaltar que lo importante es: “Porque todo el que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado”.

Dos maneras de observar. Los hombres observamos a nuestro convenir y concordante a nuestros sentimientos, los cuales siempre son variables y Dios observa la verdad. Observamos para juzgar y Dios observa para recompensar. Si no somos capaces de observar quien es Jesús, el con sus palabras nos lo demuestra quien es Él y lo que lleva en su corazón: no busca ser honrado, sino honrar; no piensa en su honor, sino en el honor del Padre. No piensa en Él sino en los demás. Toda la vida de Jesús es una revelación de quién es Dios: “Dios es amor”.

En la vida práctica de nuestra época en cualquier sector de la actividad humana, vemos como y permitimos como unos atropellan la dignidad de los demás, para ubicarse en los primeros lugares, por lo general también vemos como hay algunos que “suben como palmas y caen como cocos” como que vemos que recae en ellos la verdad. La verdad es que nosotros no somos nada, lo que vale son las buenas acciones, el buen comportamiento y las virtudes. No para vanagloriarse sino para agradecer a Dios quien ha permitido realizar el bien como manifestación del amor. Sin pensar en nosotros, sino sólo en Él. «Aunque no hubiera cielo, yo te amara; aunque no hubiera infierno te temiera; lo mismo que te quiero te quisiera»



viernes, 2 de noviembre de 2012

Yo soy la resurrección y la vida, dice el Señor


Resurrección de Jesús. El primer día de la semana, puesto en relación con el primer día de la creación (Gén_1:5), simboliza que, con la resurrección de Jesús, comienza la creación definitiva. El acontecimiento mas fundamental para el cristiano de fe.

Así como Dios quiso que viéramos la resurrección del Señor. También ha querido que muchas almas que estando en estado de reparación en la iglesia purgante, puedan sostener dialogo con personas estando todavía en este estado de la iglesia peregrina; para el caso quisiera que entren al siguiente enlace:

Venditas Almas.

http://www.benditasalmas.org/interna_contenido.php?id=8



jueves, 1 de noviembre de 2012

Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo.


Bienaventurados los pobres de espíritu, porque suyo es el Reino de los Cielos. Comprendiendo esta primera bienaventuranza ya se podrá comprender las siguientes. Las bienaventuranzas constituyen un nuevo programa. Así Jesús indica el comienzo del reinado que ya está aconteciendo en la praxis de los pobres.

Felices. Jesús no felicita a los que han hecho buenas acciones, ni da tampoco una regla de vida para ser feliz; simplemente proclama que es una suerte pertenecer a tal o cual categoría que la mayoría de los hombres consideran una debilidad, una mala suerte o un obstáculo para tener éxito; los que llevan ese calificativo deben saber que son los primeros llamados al Reino de Dios.

Motiva interrogantes, especial lo que concierne al dinero, porque la pobreza nos da miedo, y muchos de los que buscan la perfección espiritual la querrían pasar de largo. Da la impresión de una fácil y falsa espiritualización de la dura realidad humana con la esperanza pasiva de una reivindicación en un futuro reinado de Dios. Pero no es así. Sigue el compromiso del empeño por cambiar la realidad y hacer presente el reinado de Dios aquí y ahora. En la práctica los que tienen un corazón de pobre sabrán lo que quiere decir Jesús, porque se han sentido siempre más realizados con menos que con más y no se han dedicado a conseguir ventajas y seguridad. Es en primer lugar la experiencia de una vida renovada. La vida encontró su pleno sentido al abrirse totalmente a la confianza en el Padre. Y por añadidura, tendrá la paz en medio de pruebas. Se sienten comprometidos con la misericordia, la solidaridad, la honradez limpia, la pureza, el trabajo por la paz, la reconciliación, la firmeza ante la persecución.

Los que son llamados felices no lo son porque sufren, lo que significaría dar al sufrimiento un valor que no le corresponde, sino porque sienten en su corazón que son amados por Dios, se sienten felices de hacer la divina voluntad de su Creador, porque han aceptado al Espíritu Santo y porque todo su acontecimiento es por amor y como ofrenda de agradecimiento y de amor al Amado. Rebozan de alegría por haber permitido que sea Dios quien reine en su corazón – su alma. Porque han superado la mirada que desparrama y ya en la iglesia celestial no habrá indiferencias, porque todos reconocerán que se deben mutuamente las gracias que les han merecido la corona y no hay otro deseo que amar y glorificar al Amado.

"El camino de la perfección pasa por la cruz. No hay santidad sin renuncia y sin combate espiritual. Los hijos de la Santa Madre Iglesia esperan justamente la gracia de la perseverancia final y de la recompensa de Dios, su Padre, por las obras buenas realizadas con su gracia en comunión con Jesús" (CIC . 2015-2016).

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Para reflexionar hoy día de todos los santos:

http://www.aciprensa.com/noticias/medicos-confirman-milagro-que-permitiria-canonizacion-de-primera-santa-colombiana-25876/#.UJGfH2_MiVo