lunes, 31 de marzo de 2014

“¿Si no veis signos, no podéis creer?”


La inspiración de Dios, sus deseos, sus planes se cumplen, sencillamente porque “para Dios no hay imposibles”, “porque de Él es toda autoridad y todo poder”, “cuando Dios decide algo hasta los demonios obedecen”. Ahora bien cuando se ¿cumplirán las Palabras de Dios por medio del Profeta? No lo sabemos. Lo cierto es que para que llegue el fin de los tiempos, (que no es el fin del mundo) falta que se cumplan algunas de las señales que también nos lo van indicando; pero de lo que si podemos estar seguros es que estamos cerca porque la mayoría de las señales ya se han cumplido y las estamos percibiendo y lo que falta de tiempo, para la iglesia católica será de mayor tribulación.

En el pasaje de Evangelio encontramos que Dios hace lo que quiere y sin tener que ir, simplemente lo hace cuando hay un poquito de fe en nosotros, el padre del muchacho tubo una pisca de fe pero para creer verdaderamente en Dios tubo que confrontar la hora de la recuperación de su hijo. Nuestro Señor Jesús nos dice: «Como no veáis signos y prodigios, no creéis.» Digo yo, a pesar de la señales, las profecías y los prodigios, es tal la falta de fe del mundo actual que no creemos, nos parece que todo sucede porque simplemente eso tenía que suceder. Una costumbre que se ha calado en nuestro medio es que Dios es amor y que sin que hagamos nada – tampoco ocurrirá nada que nos cueste, nada que nos confronte con la acción del maligno, en otras palabras, que para nosotros no es la cruz, que a nosotros no nos corresponde luchar contra el pecado, porque ya el Señor ha pagado por nosotros y por tanto podemos continuar comiendo y bebiendo sin preocupaciones espirituales, lo que traduce en la poca fe. “tanta será la maldad, que el amor se enfriará en muchos” (24,12). ¿Cuando venga el Hijo del Hombre, ¿encontrará fe sobre la tierra?». (Lc. 18,8)

Mensaje de la Reina de la Paz - del 25 de marzo de 2014: “¡Queridos hijos! Los invito de nuevo: comiencen la lucha contra el pecado como en los primeros días, vayan a la confesión y decídanse por la santidad. El amor de Dios fluirá al mundo a través de ustedes, la paz reinará en vuestros corazones y la bendición de Dios los llenará. Yo estoy con ustedes y ante mi Hijo Jesús intercedo por todos ustedes. Gracias por haber respondido a mi llamado.” Conforme a lo que hemos leído hoy, nos apremia la necesidad de orar, la necesidad de dialogar con el Señor, decirle y escucharle, para que nos trace una vida nueva en fidelidad constante al dueño de todo, quien lo puede todo, lo sabe todo, (…).


sábado, 29 de marzo de 2014

"Os digo que éste bajó a su casa justificado"


Esto es lo que el Señor quiere: misericordia y no sacrificios, conocimiento de Dios más que holocaustos. ¿Qué significa “conocer” a Dios? Puede pensarse muchas cosas, pero se puede conocer a Dios sólo amándolo. Además en el lenguaje de la Biblia, “conocer” significa “amar”. Cualquier otra tesis puede resultar vana. Sólo desde el amor se pueden entender las expresiones poéticas de Oseas: “Su amanecer es como la aurora y su sentencia surge como una luz. Bajará sobre nosotros como lluvia temprana, como lluvia tardía que empapa la tierra.”

La parábola del fariseo y del publicano, que sólo Lucas cuenta, es elocuente e ilustrativa y sermoniosa. Como queriendo decir no mas, mírate a ti mismo y luego mira a los demás. Donde nos presenta la figura del personaje que se siente auto justificado y presumido y por otro lado la manera y la actitud del quien se siente pecador, se ha separado de Dios y por tanto apabullado por haber optado por la esclavitud, pero al mismo tiempo siente amor por Dios y con humildad implora su reconciliación.

El primero se compara con otros, es igual hoy día, (como los demás lo hace, como los demás lo pueden, como los demás lo consiguen, como los demás lo pasan bueno, (…). Y el abstenerse se le considera como una condición tonta, sin sentido. Por tanto a lo bueno hoy ya como que es lo malo y viceversa, lo que antes se le consideraba malo hoy como que es lo que se debe hacer. Se le ha cambiado la información al “chip” para ver si se puede considerar superior a los demás; en otras palabras queremos ser dioses. “Todo el que se enaltece será humillado” Y que difícil erradicar esas posturas puesto que estamos en el mundo que ha sido permeado por el relativismo. Somos más proclives a conquistar que a dejarnos querer y perdonar, pero a Dios le gusta más la humildad y el deseo del perdón, quiere una relación más personalizada.

La segunda postura, “y el que se humilla será enaltecido.” ¿Cómo poder asumir esta postura la cual aconseja nuestro Señor Jesús? Amando a Dios y al prójimo. Sabemos que estamos en medio del pecado, pero también Dios nos ha fundido en nuestra alma el conocimiento de lo bueno y de lo malo. Sabemos que todos somos pecadores, pero también sabemos de la misericordia de Dios, y como lo canta el Salmo: “Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa; lava del todo mi delito, limpia mi pecado. Los sacrificios no te satisfacen: si te ofreciera un holocausto, no lo querrías. Mi sacrificio es un espíritu quebrantado; un corazón quebrantado y humillado, tú no lo desprecias." De manera que la lealtad que le demos a Dios conlleva además, regalarle a Él toda nuestra mala vida. Así de manera providente recibimos la fortaleza para permanecer en el cumplimiento del mandamiento del amor y la voluntad de Dios.


viernes, 28 de marzo de 2014

“ El Señor, nuestro Dios, es el único Señor, y lo amarás”


Nos enseña el profeta Oseas como hacer una oración de perdón: “Perdona del todo la iniquidad ... no volveremos a llamar dios a la obra de nuestras manos.” Es una forma de reconocer que hemos actuado en idolatría, en vez de amar a nuestro Creador. Dios es amor todopoderoso, amor hasta el extremo. Nos hizo a su imagen y semejanza pero nunca iguales a Él, por eso conforme a nuestra lealtad llena nuestro corazón para poder amarlo y amar a los demás. Es una de las maneras para demostrarnos que Dios quiere compartir con nosotros su propia vida. La oración o el hablar con Dios requiere también nuestra escucha, Dios habla a nuestra alma, por medio del salmo nos dice: “Yo soy el Señor, Dios tuyo: escucha mi voz”

A medida de la marcha de las sociedades humanas, se hace necesario las modificaciones a las leyes en procura de justicia, pero también es cierto que por el hecho de ser ley, no quiere decir que todas sean justas. La única ley que lo contiene todo para la conservación de la dignidad humana, la justicia y la convivencia comunitaria es la Ley de Dios. Y por tal, lo primero es el amor y es el amar a quien es nuestro Padre eterno. (Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser) y el Levítico (Amarás a tu prójimo como a ti mismo). Y está contenida la Ley como misterio de amor. Solo quien está cercano al Reino de Dios puede reconocerle y reconocer sus misterios, como el personaje del pasaje Bíblico que le califica de excelente al Maestro.

El mundo actual es muy limitado para amar, debido a la idolatría, ha volcado su potencial en lo material, se ha hecho esclavo del consumismo y de la complacencia de sus emociones; por tal existe mucha desigualdades, como fruto de la falta de amor y de fe, que son la clave para la vida, es requisito a cumplir en cada instante de nuestro existir. Pero sin olvidarnos que somos limitados y que necesitamos del don de Dios para poder hacer su santa voluntad todos los días, lo que implica un dialogo permanente con Él.


jueves, 27 de marzo de 2014

El que no está conmigo está contra mí


"Escuchad mi voz. Yo seré vuestro Dios”. Significa prestar atención a la palabra de Dios y obedecerle. Estamos ya a más de la mitad de la cuaresma, tiempo de escuchar a Dios, de obedecerle, de conversión, de hacer un alto y reflexionar donde están puestas nuestras intensiones; para que no se nos diga, aquí está la gente que no escuchó la voz del Señor su Dios. Y podamos cantar con alegría “este es el pueblo que alaba al Señor” – cantemos el salmo, “Ojalá escuchéis hoy su voz: «No endurezcáis el corazón como en Meribá, como el día de Masa en el desierto; cuando vuestros padres me pusieron a prueba y me tentaron, aunque habían visto mis obras.» 

Nosotros hemos visto la obra de Dios, su grandeza, sus promesas, su divina providencia, su amor por nosotros; por tanto no podemos continuar viviendo sin tener en cuenta en espíritu y en verdad a Dios. Él merece muchísimo más de lo que nosotros o los santos hayan procurado hacer por Él. En este tiempo cuaresmal es propicio para que veamos la luz que viene de Dios, para abandonar la ceguera y la sordera que nos aniquila. La conversión se logra si uno reconoce que nuestra intensión está equivocada.

Nuestro Señor Jesús le restablece la libertad a un poseso. Hoy lo hace también, porque los espíritus del mal no han abandonado la tierra, por el contrario, viven más aferrados a los humanos. Es de entender que no es la fuerza del exorcista ni nuestras fuerzas, sino que solo es Dios quien tiene esa autoridad, es quien hace la liberación, mediante la conversión, la vida sacramental y el vivir en rectitud. Dios conoce nuestra intensión, y el Reino de Dios ha llegado a nosotros, pero respeta nuestra libertad.

La respuesta de Jesús hace ver los efectos de la fe providente y contradice a los que le critican equívocamente y a quienes exigen señales para poder creer. Hoy es igual con algunas diferencias, para la mayoría de la gente como que Dios no hace nada y tampoco se percata de la existencia y de la acción del demonio o si algunos lo reconocen es ara pensar que los espíritus del mal son inocuos. Y en cierto modo así lo es, pero siempre y cuando permanezcamos protegidos por Dios; y dicha protección va hasta cuando nosotros queramos mantener a Dios en nuestros corazones de manera permanente. El Reino de Dios ha llegado a nosotros pero desafortunadamente no queremos vivirlo. Por lo general acatamos a nuestro propio endiosamiento.


miércoles, 26 de marzo de 2014

“Pongan por obra los mandatos”


Dios por medio del libro del Deuteronomio nos enseña que debemos catequizar, contarle los pormenores de la Ley a los nuestros, porque el cumplimiento de ellos nos hace libres, el escritor sagrado los califica de sabios, prudentes y justos. No se trata, pues, de cargas pesadas para hacer la vida humana insufrible sino, más bien, de caminos que conducen a la vida: “Así viviréis, entraréis y tomaréis posesión de la tierra que el señor, Dios de vuestros padres, os va a dar” es la promesa de la vida eterna.

Nuestro Señor Jesús, con su sabiduría infinita quiere hacerle caer en la cuenta al pueblo judío que se le ha interpretado mal. A la Ley la habían convertido en el recurso de los poderosos para controlar al pueblo, con sentido diferente al que Dios le impele; en vez de la fidelidad a Dios se obediencia a las estructuras jerárquicas corruptas; en vez de la convivencia, comunional e identidad de hijos de Dios; se había pasado al miedo de las multas, los sacrificios, la desgracia del aniquilamiento.

Por tanto nuestro Señor Jesús nos dice: “No creáis que he venido a abolir la ley o los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud.” Al darles claridad y plenitud con base en el amor, esta afirmando que los preceptos de Dios son indispensables para la vida. Como nos lo explica en varios pasajes, que la obediencia a Dios debe ser por amor; la cual conlleva a la rectitud y limpieza profunda como participación en el proyecto de Dios. “Si quieres entrar en la vida, cumple los mandamientos (Mt 19,17). “Si uno escucha estas palabras mías y las pone en práctica, dirán de él: aquí tienen al hombre sabio y prudente, que edificó su casa sobre roca.” (Mt 7,24) “Quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos.” Pero si no es por amor la normatividad puede convertirse en barreras, por lo tanto las podemos catalogar como cargas difíciles de soportar y seria un impedimento para el buen comportamiento social, la construcción del tejido humano con justicia y para amar a Dios y al prójimo.


martes, 25 de marzo de 2014

Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad


Solemnidad de la Anunciación del Señor. La iglesia celebra esta solemnidad a nueve meses de la Navidad, en la misa se lee: “Llegada la plenitud de los tiempos, Dios envió su mensaje a la tierra y la Virgen creyó el anuncio del ángel: que Cristo, encarnado en su seno por obra del Espíritu Santo, iba a hacerse hombre por salvar a los hombres”. La Anunciación revela también a la Santísima Trinidad. Aparece la intervención del Padre anunciando por medio de sus mensajeros la Encarnación de su hijo, el Emanuel, el Dios cono nosotros. El Hijo del Altísimo. El mismo que, al llegar a este mundo, dijo: Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, pero me has preparado un cuerpo. Aparece luego la intervención del Espíritu Santo, el dador de vida de Jesús en el seno de María, la llena de gracia. “El Espíritu Santo vendrá sobre ti y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra”.

La llena de la gracia de Dios es María, Dios le dio la fuerza y la preservo exenta de todo pecado, inmaculada, para que fuese la madre de mi Señor. En quien se cumplió la profecía de de Isaías: “La Virgen está encinta y da a luz un hijo”. La que con mucha conciencia dijo: “Aquí está la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra” Según san Lucas, estaba desposada (comprometida en matrimonio con José – debía durar un año este compromiso – para luego celebrar la boda.

El mensajero de Dios, el Arcángel Gabriel, quien comunica a María las noticias más hermosas que jamás se haya anunciado a la humanidad: “El Señor está contigo; concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo; la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra” ante la pregunta inocente de María, le dice: “Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible

Podemos decir algo sobre nuestra duda, las cosas de Dios son difíciles de entender porque tenemos un patrón en nuestro intelecto que requiere la prueba, la demostración real, la visión, la razón. Debido a tanto charlatán e imitador. La mentalidad de otras culturas no requiere de tanto. Nosotros lo creemos porque es el mismo Dios quien se ha hecho presente y lo ha revelado. Es el mismo Dios que se ha válido del medio humano para realizar su acercamiento a sus creaturas con el fin de poderles devolver la dignidad que la humanidad había perdido. La dignidad de hijos de Dios, la dignidad y la guía para regresar al origen que es Dios.


sábado, 22 de marzo de 2014

Arrojará a lo hondo del mar todos nuestros delitos


El pasaje que nos ofrece la sagrada Escritura hoy, es uno de los videos más dicientes sobre la misericordia de Dios, la conversión de sus hijos y vida comunitaria. Todo el pasaje es de gran contenido y me llama mucho la atención el comportamiento del hijo mayor. La convivencia pacífica (comunitaria) en vez del egoísmo. La salvación de todos porque ese es el gran sentimiento de Dios. Dios siempre va donde sus hijos.

Al hijo menor me lo quisiera imaginar recitando el Salmo 103 (102) aunque desviado, añora volver a la casa Paterna. Necesitado de la misericordia y bondad del amoroso Padre. “Él perdona todas tus culpas y cura todas tus enfermedades; el rescata tu vida de la fosa y te colma de gracia y de ternura. No está siempre acusando ni guarda rencor perpetuo; no nos trata como merecen nuestros pecados ni nos paga según nuestras culpas. Como se levanta el cielo sobre la tierra, se levanta su bondad sobre sus fieles; como dista el oriente del ocaso, así aleja de nosotros nuestros delitos.“ Este hijo no perdió la sensibilidad de haber pecado. Como aquel, a nosotros nos corresponde decirle a nuestro Dios que nos perdone y que nos recubra con un traje apropiado para poder entrar al banquete, (Mc.22, 12). No es posible saltarse el corral de las ovejas, (Jn.10,1)

En cuanto al Padre, podemos mencionar muchísimo pero para el caso nos referimos a algunos detalles en cualquier orden y para ello nos sirve la comedia de sus dos hijos, Hasta el momento de la parábola no conocíamos en detalle quien era el Padre, pero nuestro Señor Jesús quiere hacernos una detallada descripción de los atributos de persona del Padre, que nosotros catalogábamos como un Dios de Leyes opresoras y castigador, sin darnos cuenta que el castigo nos lo imponemos somos nosotros mismos. Encontramos que el Padre es un donador de riquezas, nosotros todos las hemos recibido y que no las valoramos, es dueño de todo y lo tiene dispuesto para que lo disfrutemos. Ha querido compartirnos su misma vida. No es un Dios lejano sino que está al alcance de nuestro encuentro. El amor que siente por sus hijos es indescriptible (solo el amor de una madre buena es algo parecido). Cada vez que nos alejamos vuelve a recibirnos con lujo de detalles. Aunque en la parábola Jesús no quiere glorificarse el mismo, el gran don que el Padre nos ha concedido, es precisamente la redención al enviarnos a su Unigénito para nuestro rescate.

Los detalles de la fiesta, podemos resumirla en (Lc. 15, 1-10) “Hay más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierte que por noventa y nueve justos que no necesitan conversión” Pidamos a Dios que nos conceda la dignidad para ser merecedores de entrar al gran banquete que se nos ha ofrecido por nuestro regreso, al cual el Señor nos está preparándonos desde ya en la sagrada Eucaristía.


viernes, 21 de marzo de 2014

Recuerden las maravillas que hizo el Señor.


Contienen mucho de común la historia de José y la parábola de los viñadores homicidas. Dios da a cada persona una vocación para su vida y depende el ésta llevarla a cabo. Dios también es un soñador, sueña con hacer ver a todos los seres humanos su condición de hijos e hijas de Dios. Sueña con un mundo en el que el reinado de Dios acabe con la violencia, la injusticia, la inhumanidad. Pero no se limita a soñar. Acepta visitar la viña de su Padre (Visita, Señor, tu viña, la cepa que tu diestra plantó y que tú hiciste vigorosa). Al llegar a ella, se da cuenta de que no es bien recibido por los labradores (Vino a los suyos y los suyos no lo recibieron).

A medida que Jesús fue presentando la novedad del Reino, que pone por delante a las personas antes que a las estructuras, la libertad y la conciencia de los individuos antes que la ley y la norma. comprendió que su vida corría peligro. Su misión no encajaba con los criterios de quienes se consideraban los “fieles de Dios”. Y lo hace ver a través de sus parábolas. Pero aun mas, el Señor ve que esta situación no tendrá mucho de diferente por toda la existencia de la humanidad, de tal manera que son parábolas que nos incumbe también a nosotros, es presente la situación y la condición nuestra, los que nos consideramos hijos de Dios pero para ciertos momentos, pero que no lesione nuestros intereses. Nosotros también rechazamos los sueños de Dios. ¿En que forma visita hoy esta viña nuestra el hijo del dueño de la viña? ¿A través de qué signos visibles sigue Jesús llega a nosotros? ¿Cómo aceptamos su visita? ¿Le acogemos? ¿le escuchamos? ¿Le obedecemos? ¿Lo entendemos como el mensajero de amor que viene de parte del dueño de la viña? ¿A través de su Palabra encontramos la solución a todos nuestros problemas?



jueves, 20 de marzo de 2014

Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.


La primera lectura nos trae una elocuente presentación por la confianza que le debemos a Dios, Poseedor de la verdad, de la ciencia suprema y dueño de todo, “Yo, el Señor, penetro el corazón, sondeo las entrañas, para dar al hombre según su conducta, según el fruto de sus acciones.» mas el hombre o la materia puede haber equivoco sor la influencia del príncipe de este mundo. “Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos, ni entra por la senda de los pecadores, ni se sienta en la reunión de los cínicos; sino que su gozo es la ley del Señor, y medita su ley día y noche.”

"Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no harán caso ni aunque resucite un muerto."» ni a Jesús aunque haya padecido su dolorosísima pasión y muerte de cruz por la salvación de todos,- aunque por ser Dios haya querido quedarse con nosotros hasta el fin de los tiempos, como transustanciación en el pan y en el vino. Aunque haya instituido su iglesia comunidad y sus sacramentos. Son muchísimos los que quieren solo las complacencias de vida terrena, que ponen su confianza personal, en sus amigos de vicios (desde cualquier perspectiva) y en el materialismo; que les priva de producir frutos para Dios. Todos de algún modo necesitamos de lo material, pero lo que Dios condena es la mala intensión que hay en la conciencia de la persona, en otro pasaje no dice: “Por eso les digo: Utilicen el dinero sucio para hacerse amigos, para que cuando les llegue a faltar, los reciban a ustedes en las moradas eternas.” (Lc.16, 9)

Nuestro Señor Jesús con gran maestría muestra la condición del rico y las del desposeído, marginado y enfermo de quien se compadece Dios. En aquel que se da cuenta que lo supremo solo lo posee Dios. Sabemos muy bien que las grandes riquezas están concentradas en unos pocos y que los “Lazaros” son millones. Y estos pocos que se consideran dueños del mundo, en vez de obrar en justicia, más bien, procuran la muerte del desposeído, porque lo consideran una carga para las elites de la sociedad. Por tal los métodos anticonceptivos, el aborto, la eutanasia, la alteración de los medicamentos, el deterioro de la educación moral, el patrocinio de las guerras, de los vicios de estupefacientes, la ideología del genero, (…). Y todo estamos ahí en medio de tal crudeza. Si el hombre no se considera un “hermano en Dios” para sus semejantes y toda la creación, acaba siendo una fiera capaz de devorar, por destrozar mas no por supervivencia.

Hoy se nos presenta la necesidad de escuchar a Dios y Jesús deja clara la existencia del infierno y describe algunas de sus características. (Lc.16, 24 y 26) Es verdad que es un estado pero también es un lugar de condena eterna; como no hablamos mucho de él, ya como que no nos dice nada, como que ya parece un mito, una fabula, a lo cual no hay que temer. A este lugar va quien por su propia voluntad así lo quiere, porque Dios ofrece la gloria eterna en su presencia al obediente, al que pone su confianza en Él y es leal. ¡Que Dios nos coja bien arrepentidos y confesados!


miércoles, 19 de marzo de 2014

“Su linaje será perpetuo”.


Hoy la iglesia celebra la solemnidad de san José, patriarca de fe, de obediencia y justo. “Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor.” Diría yo; hizo la voluntad de Dios. José de Nazaret descendiente de David, hombre justo, prudente, maestro de vida interior; asumió con obedecía el encargo de Dios. ! Qué gran referente para nosotros hoy día! Hagamos una pequeña reflexión y pongámonos en su situación, ¿seriamos capases de hace lo que Dios ordena mediante el sueño? Seguramente que no, prima nuestro orgullo. San Francisco de Sales (1567-1622), nos hace una bella descripción de José:

¡Oh cuanto este gran Santo, de quien hablamos, fue en esto fiel! no hay palabras para explicar su perfección; porque a mas de ser esta tan grande, ¿en qué pobreza, en qué abatimiento no vivió todos los días de su vida? Pobreza y abatimiento, bajo de los cuales tuvo escondidas y cubiertas sus grandes virtudes y dignidades… ¡Oh! verdaderamente yo no dudo de que los Ángeles, absortos de admiración, no viniesen en hermosas tropas a considerar y admirar su humildad cuando tenía al divino Niño en su pobre tienda, donde ejercía su oficio para sustentar al Hijo y a la Madre que le estaban encomendados.

No hay duda alguna, queridas hermanas, que San José fue más valiente que David y que tuvo más sabiduría que Salomón; no obstante, viéndole reducido al ejercicio de carpintero ¿quién hubiera juzgado esto, sino fuera alumbrado con la luz celestial? tan encubiertos tenía los dones singulares de que Dios le había hecho merced. Pero ¿qué sabiduría no tuvo, pues Dios le dio el cargo de su Hijo gloriosísimo… Príncipe universal de cielo y tierra?… y no obstante, por otra parte, veréis cuánto estuvo abatido y humillado, más de lo que se puede decir ni imaginar…: Fue a su patria; a la ciudad de Belén, y ninguno de cuantos a ella fueron de otras partes fue desechado… Mirad como el Ángel le dice que conviene que vaya a Egipto y va: mándale que vuelva y vuelve. Quiere Dios que sea siempre pobre, que es una de las pruebas más fuertes que con nosotros puede hacer, y él se sujeta amorosamente, y no por algún tiempo, sino por toda su vida.
” 


martes, 18 de marzo de 2014

Aprendan a obrar bien, busquen el derecho


El pasaje del Evangelio de hoy nos insta a no ser soberbios. Quien busca la gloria acá en la tierra, el diablo le da lo que busca para luego pasar la cuenta de cobro con intereses. “El primero entre vosotros será vuestro servidor. El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.» Jesús no pertenecía a la tribu de Leví, de donde salían los sacerdotes. Tampoco era miembro del grupo de los fariseos, estudiosos de la Ley. Jesús es una persona normal y sencilla. Su profundo conocimiento no le permite tolerar la conducta de los que dicen hablar “en nombre de Dios”. Condena la hipocresía, el doble carácter de la simple apariencia. En nuestro tiempo es ídem, observemos cuantas personas se comportan como los personajes que existían en épocas del Maestro. Eso viéndolo desde el punto de vista humano; en el campo espiritual si que es difícil obedecer al Señor. Cuanto nos cuesta comportarnos como hermanos porque somos hechura de Dios. Y cuanto nos cuesta ser servidores de los demás, por amor, sin interés, sin fijarse, con humildad.

Lo que Jesús dice de las autoridades religiosas de su tiempo es igual hoy con personas y grupos religiosos que se han sentado en la cátedra de Moisés sin compenetrarse en lo explícito por el Señor que no vino a abolir la Ley sino a darle centralidad y plenitud espiritual. Para ello fundo su iglesia y nosotros como miembros de esa comunión debemos antes que mirar lo material las conveniencias personales, nuestro acomodamiento, es bajarnos del pedestal de querer ser dioses sin Dios, para servir con humildad, para enseñar y dar ejemplo de vida. Todos pecamos pero somos conscientes del pecado para buscar nuestra conversión por la gracia donada que nos hace aptos para aceptar el Reino de Dios en nuestro acontecer diario, procurando hacer la voluntad de Dios en todo momento. Como miembros de su comunidad todos somos sus discípulos necesitados de la ciencia y la ayuda de Dios. Por tanto debemos obediencia al único Maestro, que nos advierte que no nos dejemos adoctrinar por los falsos referentes.

Sé sincero en tus oraciones. La sinceridad es humildad y ésta solo se consigue aceptando las humillaciones. Todo lo que se ha dicho y hemos leído sobre la humildad no es suficiente para enseñarnos la humildad. La humildad solo se aprende aceptando las humillaciones, a las que nos enfrentamos durante toda la vida. Y la mayor de ellas es saber que uno no es nada. Este conocimiento se adquiere cuando uno se enfrenta a Dios en la oración. Por lo general, una profunda y ferviente mirada a Cristo es la mejor oración: yo le miro y Él me mira. Y en el momento en que te encuentras con Él cara a cara adviertes sin poderlo evitar que no eres nada, que no tienes nada.” ( Beata Teresa de Calcuta)


lunes, 17 de marzo de 2014

Señor, no nos trates como merecen nuestros pecados.


El seguimiento de Jesús, implica hacer el bien de la misma manera como se quisiera para uno mismo. Todos necesitamos y deseamos que nuestro Dios sea compasivo, frente a nuestro mal comportamiento de todos los días – (a diario pecamos de pensamiento – obra – palabra – u omisión) frente a esta realidad Dios se manifiesta como lo que es, amor. Es tiempo oportuno para reflexionar sobre nuestra permanente conversión - ¿si somos compasivos? Por supuesto que nos falta, porque la verdadera misericordia no depende de nosotros, es providente. ¿No juzgamos? Claro que si, porque vemos los defectos de los demás y ocultamos nuestro proceder. Somos incapaces de ponernos en los zapatos del otro, no razonamos, no reflexionamos.

Perdonar significa creer en la capacidad que los seres humanos tenemos de empezar de nuevo. El perdón no es un simple armisticio para hacer tolerable la vida, sino una nueva creación que nos aproxima al plan de Dios. Nos cuesta mucho identificarnos con Dios, nos falta llegar a la verdadera identidad. Por eso se nos hace fácil condenar. Y se hace difícil perdonar. Pero mucho más difícil dar y darnos a los demás. Solo Dios es bueno. La misericordia y la justicia como norma que nos pide nuestro Señor hoy, solo la podremos poner por practica mediante una verdadera conversión y adhesión a Jesús y de Él nos vendrá la gracia para acercarnos a lo que Él mismo nos pide.

«Perdonad y seréis perdonados»; «Dad y se os dará». Y seremos recompensados de manera abundante. De lo contrario tanto individualmente como colectivo seremos juzgados y condenados; seremos revisados en todos los campos de nuestro vivir, en materia de amor: familiar, social, económico, administrativo, político y humano. ¿Quién podría sostenerse ante el tribunal supremo? Cuando vemos al hombre de hoy tan necesitado de amor y de perdón. Ese proceso ha de comenzar en cada persona, en cada familia, en cada pequeña comunidad que puede ir dando pasos hacia la reconciliación, para una renovación ejemplar tanto personal como colectiva.


sábado, 15 de marzo de 2014

“Dichoso el que camina en la voluntad del Señor”


El santo Evangelio de hoy nos vuelve a referir en la necesidad de amar, perdonar y servir. ¡si podemos amar a nuestros enemigos! es por gracia de Dios. El perdonar y el servir por amor no es fácil ya que todos procuramos más bien el interés, el valor que se le pone al servicio o la seguridad de que va a ser recompensado. No se perdona del todo y se guardan resentimientos allá en el cuarto de cosas viejas de nuestra conciencia; eso que se guarda y se acumula perjudica, puesto que no deja vivir en paz; lo guardado se convierte en “odio” listo a devorarnos o a devorar a los demás; y este es siempre una tenencia pendiente de evangelización en el amplio terreno de nuestra personalidad. Necesidad intrínseca para ser perfectos conforme a los sentimientos de nuestro Señor Jesús, que quiere que seamos perfectos como Dios. Y para ello nos da su modelo: “Ámense como yo los he amado”.


El mandamiento del amor, formula de Dios, que lo sabe todo, no es cuestión de una simple formula de vida social, es ante todo un perfeccionamiento, una cátedra, la cual hay que aprobar para pasar el examen para la vida. Nos dice san Juan: “Si alguno dice: «Amo a Dios», y aborrece a su hermano, es un mentiroso; pues el que no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios, a quien no ve” (1Jn 4:20)

“Así seréis hijos de vuestro Padre que está en el cielo” Nuestro Padre celestial que es bueno, que es misericordioso, que es amor. Quien quiere nuestra salvación, por eso sacrifico a su único Hijo para que pudiéramos obtener la vida. Acto de amor por todos y para todos, realidad que por nuestro velo sobre nuestros ojos nos impide verla muchas veces. De ahí nuestra necesidad del cumplimiento del mandamiento del amor, de la práctica de las bienaventuranzas, de la justicia y la paz. También dice el apóstol San Juan:
"Sabemos que hemos sido trasladados de la muerte a la vida porque amamos a los hermanos. El que no ama permanece en la muerte. Quien aborrece a su hermano es homicida, y ya sabéis que todo homicida no tiene en sí la vida eterna. En esto hemos conocido la caridad, en que El dio su vida por nosotros; y nosotros debemos dar nuestra vida por nuestros hermanos." (1Jn 3,14-16)


viernes, 14 de marzo de 2014

“Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir?"


Del Señor viene la misericordia, la redención copiosa” «Si el malvado se convierte de los pecados cometidos y guarda mis preceptos, practica el derecho y la justicia, ciertamente vivirá y no morirá. No se le tendrán en cuenta los delitos que cometió, por la justicia que hizo, vivirá.” Todos de una manera u otra cometemos injusticia y faltamos a la voluntad de Dios. Pero entonces no falta quien diga: estamos en este mundo injusto y es difícil vivir en rectitud. Pues precisamente, es por la falta de la práctica del cumplimiento de los mandatos de Dios (desobediencia), la práctica de la justicia, y la rectitud, es decir la lealtad con Dios y con nuestros semejantes. “Cuando el justo se aparta de su justicia, comete la maldad y muere, muere por la maldad que cometió.”

Por otra parte todos de una manera u otra somos permisivos, al no denunciar el mal que cometen algunos en contra del derecho y la justicia, la corrupción, las leyes (o por ser una ley quiere decir que sea justa) la impunidad, el abuso de poder. (…). De modo que si caemos al estado de muerte, para ello Dios nos plantea la solución, doblemos rodilla en el confesionario para hallar la vida. El deseo de Dios es que el pecador recapacite, se convierta y Dios le devolverá la viva. El verdadero triunfo sobre toda injusticia no es solo la reparación del mal cometido sino la “vida nueva” Dios sabe que estamos en medio del pecado del mundo pero “un corazón contrito y arrepentidos no lo rechaza

Nuestro Señor Jesús nos plantea de manera directa la necesidad de superar los comportamientos faltos de perdón. ¿Si Dios nos da el ejemplo tan grande del perdón, porque nosotros vivimos en resentimientos que tanto daño nos causa?. En este tiempo de cuaresma, Dios nos invita a hacer una reflexión minuciosa para llegar a la conversión y al perdón. “Porque si les perdonáis a los hombres sus ofensas, también os perdonará vuestro Padre celestial. Pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestros pecados.” (Mat 6: 14-15) En la mayoría de los casos de desventuras y de muchas enfermedades se debe a la falta del perdón. Pero lo más lamentable es la muerte que causa la falta del perdón. «Está claro que todos los cristianos, de cualquier estado o condición, están llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección del amor. Esta santidad favorece, también en la sociedad terrena, un estilo de vida más humano» (C. Vat. II, Lum. gent. 40).


jueves, 13 de marzo de 2014

“No tengo otro auxilio fuera de ti, Señor”


Dios nuestro Padre no regala piedras ni escorpiones. Lo suyo son los “panes y los peces”. Por eso, a Jesús lo vemos multiplicando panes y peces como signos de de comunión y de paternidad de su Padre sobre todos sus hijos e hijas. Pero para disfrutarlos hay que buscar o acudir para relacionarse con el Señor, llamar o invocar para pedir para los nuestros a manera de intercesión y la mejor parte nos tocara a nosotros, es la manera como le gusta al Señor, porque tiene un contenido de cortesía y de reconocimiento de quien es dueño de todo, de quien todo lo puede, de quien es toda autoridad y poder. “Si el afligido invoca al Señor, El lo escucha y lo salva de sus angustias.” (Sal.33)

Dios es providente con quien tiene buena intensión, quien comparte y socorre; con quien practica la justicia y ora porque se preocupa por las necesidades de los demás y se siente necesitado para hacer una construcción de convivencia comunitaria, pero que confía y se mantiene en fidelidad con Dios que nos da la paz y las cosas buenas, lo que nos conviene, lo que nos ha de servir para dar gloria al Padre. “Esta es la receta para tu camino de cristiano: oración, penitencia, trabajo sin descanso, con un cumplimiento amoroso del deber.” (Forja, 65)

Existe otra oración interior y continua, que es el deseo. Cualquier cosa que hagas, si deseas aquel reposo sabático, no interrumpes la oración. Si no quieres dejar de orar, no interrumpas el deseo… Callas cuando dejas de amar. ¿Quiénes se han callado? Aquellos de quienes se ha dicho: Al crecer la maldad, se enfriará el amor en la mayoría (Mt 24,12). La frialdad en el amor es el silencio del corazón. Mientras la caridad permanece, estás clamando siempre; si clamas siempre, deseas siempre; y si deseas, te acuerdas de aquel reposo.”(san Agustin)


miércoles, 12 de marzo de 2014

“A esta generación no se le dará más signo que el signo de Jonás”


Y vio Dios sus obras, su conversión de la mala vida; se compadeció” Porque el rey de Nínive había dicho: “Que cada uno se convierta de su mala conducta y de la violencia que hay en sus manos” Hicieron un ayuno sincero y fue aceptado. En el pasaje del Evangelio para la gente que rodeo a nuestro Señor Jesús le costó demasiado trabajo hacerse a la idea que Dios en persona viniera a proponer una conducta basada en el amor y no con la fuerza y poder que ellos querían como pueblo elegido – en otras palabras si en verdad Jesús era el Mesías debería manifestar los signos que ellos querían para poder creer.

Esta situación es igual hoy día, no se diferencia en el fondo, queremos que Dios sea nuestro bombero que apague nuestros incendios, queremos que sea nuestro policía, que sea nuestro banco, en fin, que nos dé una vida sin trabajo, sin que nos cueste sacrificios, renuncias, y entrega. Pero resulta que después de nuestros primeros padres, nos corresponde ganarnos el pan de cada día con el sudor de nuestra frente.

No se trata de vestirnos con sacos ni cubrirnos con ceniza, pero si ofrendar nuestra conducta, nuestra renuncia, rectificar nuestra manera de pensar, cambiar nuestra manera de actuar, mediante la gracia de Dios. Para ello es preciso demostrarle a Dios nuestra intensión y a cambio nos fortalece para el cambio a fin de que seamos sus testigos ante nuestros semejantes, como señal de parte de Dios. Jesús el único signo de vida y esperanza; Él es quien va delante de nosotros señalándonos el camino, dándonos la verdad y fortaleciendo nuestro existir para la vida eterna. Jesús es el verdadero signo, más que los demás, más que la serpiente de bronce de Moisés; (cf.Jn.3 14-15) Es Jesús astado en la cruz para que le miremos obedientes y nos salvemos por Él de la muerte eterna.



martes, 11 de marzo de 2014

"Vosotros rezad así"


Amigos del Señor – Dice el profeta Isaías; "Mi Palabra - no volverá a mí de vacío, sino que hará lo que Yo quiero y realizará la misión que le haya confiado.» Para la mayoría de la gente le es fácil creer que la Palabra de Dios es cabalmente inútil en el concierto de las necesidades humanas. Uno ve tanta injusticia, desamor, calamidad y dolor por diferentes medios, de una manera u otra somos testigos diarios de ello, sin que esto nos diga nada; como que se ha vuelto cotidiano, somos mudos y apacibles frente a estas realidades, quisiéramos hacer algo y no hallamos soluciones. Los sentimientos de ira, de impotencia y tolerancia no bastan para compartir la situación de los que más sufren. Llegamos a pensar que a nosotros no nos incumbe, por tanto ni levantamos nuestra voz de protesta ni pedimos a Dios y mucho menos llevamos la Palabra de Dios a aquellos que los aqueja el peso de este mundo para que sea una realidad lo que canta el Salmo: “El Señor libra de sus angustias a los justos”

De momento, pues, como nos aconseja nuestro Señor Jesús, hacer oración y para ello nos enseña el - Padre Nuestro – pero para ello debemos ser conscientes de lo que dice, ¿si identificamos la identidad de esta Persona Suprema que tiene sintonizada nuestra alma permanentemente? - ¿Si santificamos con nuestros pensamientos y actos su santo Nombre? - ¿si es para nosotros nuestro Rey, Él es quien dirige nuestra vida? - ¿si estamos aceptando permanentemente y en todos nuestras contingencias su santa voluntad? - ¿si somos conscientes que todo proviene de su divina providencia? - ¿si perdonamos de tal manera que se convierta en gozo el perdonar? Dios se complace perdonando. - ¿si pedimos y estamos haciendo esfuerzos para no caer en pecado, si estamos resistiendo al diablo para que huya de nosotros? - ¿si somos consientes que somos frágiles y que el maligno nos puede hacer daño y por tanto debemos pedir la protección de Dios? - ¿si confiamos que Dios puede librarnos de todo mal, enfermedades, peligros, de enemigos, (…)

Es la oración que nos une en intimidad con Dios, por medio de la oración del Padre Nuestro, Dios hará cambios en nosotros si oramos con humildad, Dios obra silenciosamente en nosotros; para el soberbio no le dice nada ni le causara nada. En ella hacemos siete peticiones que han de ser extensivas, de intercesión por todos los que nos rodean, como una oración comunitaria, para que Dios con su autoridad y poder germine el bien y la hermandad en nuestro extorno.


lunes, 10 de marzo de 2014

Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.


Nuestro Señor Jesús, hoy nos habla sobre el fin del mundo, presenta su condición de Pastor, Rey y Juez. El día que Dios Padre quiera acabar con este mundo, «Cuando venga en su gloria el Hijo del hombre, y todos los ángeles con él, se sentará en el trono de su gloria, y serán reunidas ante él todas las naciones.” Y seremos juzgados y seremos plenamente consientes de nuestro comportamiento en la tierra, porque Dios nos volverá a dar la ciencia infusa para comprender plenamente lo que hicimos y lo que dejamos de hacer, por nuestra desobediencia; veremos claro la intención con que actuamos, cuales fueron nuestros intereses y cuál fue el amor que dimos, la caridad y la justicia que ejercimos. Para muchos quizás suene este pasaje del Evangelio como una fabula, pero todos pasaremos por ese juicio, según nos lo dijo el Señor: “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.”

(Mat 24:35). Dice san Juan de la Cruz: «A la tarde te examinarán en el amor. Aprende a amar a Dios como Dios quiere ser amado y deja tu propia condición». Y el Señor se hace solidario con todos nosotros y en especial con el más necesitados, por amor. Y asimismo nos dejo el mandamiento del amor, para que hagamos la obra para Dios en el próximo. La vida cristiana es exigente. Dios vive en comunidad con nosotros pero a El le debemos lealtad, amor y servicio. El Concilio Vaticano II en la Gaudium et spes, resaltando la caridad cristiana, que da sentido a la llamada asistencia social, dice: «En nuestra época, especialmente urge la obligación de hacernos prójimo de cualquier hombre que sea y de servirlos con afecto, ya se trate de un anciano abandonado por todos, o de un niño nacido de ilegítima unión que se ve expuesto a pagar sin razón el pecado que él no ha cometido, o del hambriento que apela a nuestra conciencia trayéndonos a la memoria las palabras del Señor: ‘Cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis’ (Mt 25,40)».


sábado, 8 de marzo de 2014

“Cuando partas tu pan con el hambriento..., brillará tu luz en las tinieblas”


La lectura de Isaías que previendo los tiempos mesiánicos exige una preparación para ese tiempo de salvación: “Cuando destierres de ti la opresión, el gesto amenazador y la maledicencia, cuando partas tu pan con el hambriento y sacies el estómago del indigente, brillará tu luz en las tinieblas, tu oscuridad se volverá mediodía”. “El Señor te dará reposo permanente, en el desierto saciará tu hambre, hará fuertes tus huesos” Es propicio para este tiempo de conversión, de preparación ara el banquete de la pascua.

Nuestro Señor Jesús ve a Leví y le ofrece seguirle. Es una invitación franca, frente a frente; Dios y el hombre cara a cara. Admirable la misericordia de Dios. Jesús no mira el origen, la ocupación, la fisonomía de la persona; él mira al corazón. Sabe cuál es la intención y su rectitud, sabe que su llamada puede recrear, hacer un corazón nuevo. Conforma la comunidad de sus seguidores con personas con diferencias antagónicas, pescadores y ahora un empleado del poder dominador. Este personaje deja todo y obediente sigue al Señor.

Nuestro Señor Jesús sentado a la mesa con los publicanos no se hace uno de ellos sino que viene a ellos, a buscar lo que ha sido perdido; Este acto de Jesús ante los criterios políticos y sociales era incorrecto, por este hecho se mete en la mente de los fariseos y escribas un sentimiento de escándalo, «¿Cómo es que coméis y bebéis con publicanos y pecadores?» a Jesús no le importan las críticas de sus contendientes, acepta la invitación que le hace Levi, se sienta y a la mesa. Su misión es llegar al pecador que tiene intensión de conversión, para darnos ejemplo de vida realiza su misión a cabalidad, la define muy bien y la realiza.

Hoy esa invitación que hace el Señor es extensiva para todos. La figura del apóstol y evangelista Mateo es muy representativa. Nuestra lógica seria que por sus antecedentes y su puesto que ocupa este personaje, para el Señor no fuera tenido en cuenta. También puede suceder que por nuestra hoja de vida, nuestro pecado pudiéramos sentirnos excluidos de la misericordia de Dios, y por este solo hecho estaríamos pecando contra el Espíritu Santo. Todos estamos siendo llamados por el Señor a seguirle para ofrecernos la vida.


viernes, 7 de marzo de 2014

“El ayuno que quiere el Señor"


“Llegará un día en que se lleven al novio y entonces ayunaran.” Cristo es el novio, el nuevo, la eterna novedad transformadora; quien tiene la plena verdad; el camino, no hay otro capaz de trascender; quien da la verdadera vida. Hoy viernes penitencial, quizás haya abstinencia y ayunos tal y como la tradición nos lo ha enseñado, sin embargo lo que nos pide la sagrada Palabra es que vaya acompañado de reflexión y de actos de caridad. La reflexión para establecer nuestra verdadera identidad como hijos de Dios. Es Cristo quien vino a cambiar las ideas erróneas, las costumbres por cultura humana, las prácticas meramente físicas, para indicarnos que lo que tiene valor es la relación espiritual íntima y leal con Dios. Es decir la relación con la santísima Trinidad, vida común con Dios y mis semejantes.

El Señor quiere en primer lugar, que nosotros aceptemos su divina presencia, que Él sea nuestro Rey, quien dirigirá nuestras vidas; que esa presencia divina cause en nosotros alegría y que sea testimonial. El pasaje del Evangelio nos relata que nuestro Señor Jesús defiende a sus discípulos por no ayunar, para nosotros es una lección de vida para darle un sentido más profundo a nuestros actos penitenciales; deben contener un sentido espiritual, un sentido de amor, un sentido de caridad, de justicia, una reflexión de nuestra identidad, una mirada al hermano necesitado y que alejados de todo pecado, como el desmedido consumismo, el relativismo y las ideologías y de lo que nos propone el mundo, para que nuestros actos sean ofrendas agradables a Dios.

Nosotros necesitados, como todo el mundo. Debemos hacer actos penitenciales y orar por todos, miremos como esta la situación actual de la humanidad y sus prácticas; como referencia quiero mirar la situación de Venezuela – de Ucrania, sin dejar de pensar también en nuestro país, violento, nuestros próximos comicios electorales y nuestro deber de elegir a quienes defiendan la vida, la paz y la justicia. Que no carguemos en nuestros hombros la culpa de haber elegido mal.

jueves, 6 de marzo de 2014

“Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor”

En la primera lectura el libro del Deuteronomio nos dice que todos tenemos al frente estas opciones: la vida y el bien o el mal y la muerte. De manera que es a nosotros a quienes nos corresponde decidir: Vivir con la divina presencia de Dios aceptando su Reino, o vivir sin la protección de quien es el poder y la autoridad. Vivir al servicio del maligno haciendo el mal o con la gracia de Dios para vivir con Dios y los hermanos una vida más espiritual y comunional. Pero no llegaremos a tomar la decisión acertada si no reflexionamos; uno de os peores males que padece la humanidad de hoy es la falta de pensamiento, de reflexión para saber y conocerse asimismo, para encontrar su verdadera identidad con la ayuda divina, para poder tomar las mejores decisiones. El hombre de hoy recibe los patrones de parte de los medios y de la sociedad, por los cuales debe regir su vida y Dios que es la verdad y la vida queda en un segundo plano y para cosas mínimas.

La cruz y los crucificados,” Jesús siendo Dios, quiso asumir la condición humana para nuestro rescate. "Así fue como se llevaron a Jesús. Cargando con su propia cruz, salió de la ciudad hacia el lugar llamado Calvario” (jn.1,17) subiendo hacia el “Golgota” Cristo toma su cruz y sube para ser exhibido para nuestra redención. Con autoridad suprema nos dice que tomemos la nuestra, este pequeño sacrificio nuestro unido al sacrificio mayor es el complemento para la conversión de los demás. Es necesaria la cruz para dar fruto, para cumplir la misión, este caminar en nuestra iglesia peregrina requiere de ayuda humana para obtener el poder divino. ¿Por qué tanto sufrimiento y dolor? Es misterio explicado en contra posesión de la vanagloria de la soberbia, de las ansias de poder y de poseer. Y en resumen es el camino del bien, de la vida, frente a la muerte y al mal. A la cruz no se llega directamente, es un hacer de día a día. ¿Hacer Que? La voluntad de Dios que quiere para nosotros la vida, nuestra salvación.

La Cuaresma que ya iniciamos, desde ya se nos invita a cargar con la cruz y seguir a Jesús. Por eso debemos mirar seriamente las implicaciones que esa cruz conlleva como lucha espiritual para nuestra vida; no podemos verla como un signo de maldición sino como un elemento que nos libera, enaltece y hace crecer, que nos configura con Cristo. Es la resistencia al mal, es la aceptación a la voluntad de Dios. Es la resistencia a pecar, a las propuestas que nos ofrece el mundo y los demonios, es la resistencia para no sentir ira, venganza, violencia, injusticia, apegos, acumulación sin compartir. Es la resistencia a permanecer con lealtad y en la confianza en Dios a pesar de que las cosas no sean de nuestro antojo. Jesús con su lógica del Reino nos demuestra cómo perder la vida para ganarla. Esto se entiende cuando no ofrecemos resistencias al proyecto de Dios.


miércoles, 5 de marzo de 2014

“Misericordia, Señor: hemos pecado”


Miércoles de Ceniza – puerta de la cuaresma que nos lleva a la Pascua. Muerte y vida, ceniza y agua conviven en la Cuaresma. En el mismo rito de la imposición de la ceniza escuchamos alternativamente “Acuérdate de que eres polvo” y “Cree en la Buena Noticia”. Morimos al pecado. Las vestiduras de morado y enmudece el aleluya. Conversión y regreso al Padre, aunque no seamos dignos de llamarnos hijos suyos. El Evangelio de hoy nos habla respecto a tres actitudes, oración, ayuno y caridad – con un requisito indispensable para que sea agradable a Dios quien paga todo acto de amor, en secreto sin buscar vanaglorias sino es espíritu y en verdad. Ora ofrece a Dios y “Perfúmate, no desfigures tu cara, no estés cabizbajo”.

“Miremos hoy al Dios compasivo y misericordioso, rico en piedad y leal que proclamamos en el Salmo. Estemos seguros que El nos perdona porque es lento a la cólera y rico en misericordia, es un Dios preocupado por el sufrimiento de su pueblo, un Dios cercano a sus hijos e hijas. Bondadoso y compasivo que borra todas nuestras culpas. Descubramos en esta Cuaresma al Dios que nos reconcilia, siempre y cuando lo permitamos, cuando lo aceptamos y nos ponemos a su alcance. Acerquémonos al Dios de Jesucristo que nos llena, está sobre nosotros y camina a nuestro lado cuando aceptamos su gracia.

Hagamos el propósito en esta Cuaresma de practicar la justicia sin ser vistos, de rezar en lo escondido, donde sólo Dios nos oye, de ayunar de las cosas que nos hacen daño y no le gustan a Dios. Es un buen propósito de Cuaresma pero con cuidado, porque estas cosas, tan típicamente religiosas y apropiadas para este tiempo las debemos realizar según el estilo y las recomendaciones de Jesús.”


martes, 4 de marzo de 2014

Predecían la gracia destinada a ustedes

Todo cambia cuando nos dejamos educar por la Palabra de Dios! Aunque llenos de defectos pero siempre luchando para ser mejores, para ir acogiendo lo bueno y desechando lo malo, eso es conversión. Cada vez más obedientes a Dios, cada vez más diligentes, cada vez mejores servidores. Ahora bien, todos pecamos, no es válido que alguien crea que no comete pecado – de palabra – de obra- de pensamiento – de omisión. Pleno consentimiento, o sin él. Y si llegamos a una verdadera conversión no se podrá lograr por nuestra propias fuerzas en necesaria la misericordia de Dios. Y Dios actúa en nosotros conforme a nuestra voluntad, nuestra intensión,  no es fácil la conversión, hay que pedírsela a Dios.

En el presente pasaje del Evangelio Pedro manifiesta al Señor el sentirse entre los que dejan todo para seguirle. No era muchas las pertenencias que dejaba, solo su familia y su medio de trabajo donde se ganaba lo para el sustento de los suyos. Sin embargo el Señor le dice que quienes dejaron familia y bienes por El y por la Buena Noticia recibirán mucho mas. Quien deja todo para ser discípulo misionero de Jesús sufrirá también persecuciones en el seguimiento pero encontrará en la comunidad cristiana lo necesario para vivir y allí encontrara bienes materiales y afectivos. “En la generosidad de los misioneros se manifiesta la generosidad de Dios, en la gratuidad de los apóstoles aparece la gratuidad del Evangelio” (Documento de Aparecida 31). La cantidad de amor la paga Dios, con sobre medida, Dios no se deja ganar en generosidad. Quien da amor al parecer queda como el ultimo, para servir y estos recibirán la gracia de Dios para ser mejores que aquellos considerados los primeros, sabios o con mejores atributos.


lunes, 3 de marzo de 2014

No han visto a Jesucristo, y lo aman; creen en él


El joven del Evangelio desea alcanzar la vida con el cumplimiento de la Ley, pero tiene su corazón puesto en las riquezas que posee y esto le impide escuchar la invitación que Jesús le hace: “Una cosa te falta: ve, vende cuanto tienes y dáselo a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo; después sígueme”. No pudo ser discípulo al tomó la dirección contraria “se marchó triste” el ave triste, creído de sus tenencias que le proporcionaban una seguridad terrena, por tanto volaba con una libertad que para éste era la única y vital. Conocer a Jesucristo y seguirlo tiene un contenido supremo, superior al dinero, es trascendente. Como nos decía el Evangelio de ayer “Nadie puede estar al servicio de dos amos” o se ama a Dios o se pone la confianza en el dinero. “La pobreza es amor antes de ser renuncia. Para amar es necesario dar. Para dar es necesario estar libre de egoísmo” (Madre Teresa de Calcuta).

No se trata de juzgar a quien tiene dinero, pues el dinero es necesario pero no es un fin; la confianza y la esperanza no pueden estar en el dinero, este dios terreno no puede ofrece seguridad, solo es un medio. Cuanto pecado se comete con este elemento, cuanta injusticia. Quien tiene su afán por el poseer pasa por encima de la dignidad de los demás, por encima de la justicia divina. Tanto dinero acumulado servirá para dejar pleitos, cuantos ricos pretenden auto justificarse y comportan su dinero conforme a la ley, pero no por ser así será suficiente, falta la caridad y la justicia frente a la humanidad y el amor, la lealtad y la confianza en Dios.

Miremos lo inservible del dinero y de quien lo posee, cuando es puesto por seguridad positivista en los bancos. Habiendo tanto desempleo tantas personas necesitadas. Tampoco se trata de una lucha de clases tampoco es cuestión de echarle la culpa a los ricos de la miseria del mundo, sino que haya caridad para que pueda haber agradecimiento como una respuesta del amor de Dios. “La alegría del discípulo no es un sentimiento de bienestar egoísta sino una certeza que brota de la fe, que serena el corazón y capacita para anunciar la buena noticia del amor de Dios. Conocer a Jesús es el mejor regalo que puede recibir cualquier persona; haberlo encontrado nosotros es lo mejor que nos ha ocurrido en la vida, y darlo a conocer con nuestra palabra y obras es nuestro gozo” (Documento de Aparecida 29).


sábado, 1 de marzo de 2014

Suba mi oración como incienso en tu presencia, Señor.


Santiago nos invita a la confianza en Dios y formulando una serie de exigencias desde realidades concretas, en las cuales se debe tener en cuenta su experiencia y la confianza en Cristo resucitado. Afirma que la oración hecha con fe, sana. Nuestra oración ha de ser una súplica confiada, no vacilante, ni intermitente donde manifestamos nuestras necesidades, nuestras aspiraciones y esperanzas. Como no sabemos pedir, por decir las cosas de labios solamente si la confianza y sin tener en cuent la presencia de Dios, deberíamos poner nuestra oración en manos de nuestros intercesores, como es la santísima Virgen, para que ella sea nuestra mediadora. No como una religiosidad sin una oración y confianza en espíritu y en verdad.

Nuestro Señor Jesús nos invita a dejar nuestro endiosamiento para que seamos como niños. La acogida del Reino tiene una paga el Maestro advierte: «Yo os aseguro: el que no reciba el Reino de Dios como niño, no entrará en él» Por su inocencia el niño sin saberlo confía en lo que le dicen y lo pone por cierto y en práctica. No hay en el niño recelos, desamor o desconfianza. "Si no os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos". Esta invitación ha de ser acogida como ellos, pero como adultos pensando en Dios, nuestro Padre. Es la invitación a vivir a la sombra de Dios Padre, confiada en Él, segura de Él.

En contraposición de la cogida y el amor por los niños, hoy día miremos como desde el seno materno, desde el abandono, desde puesta su educación en otras personas, desde la libertad en los juegos electrónicos, desde la guianza y formación de internet, se les mata. De manera que es una responsabilidad no descuidar a los que el Señor tanto amó y de quienes «es el reino de los cielos» y el futuro del mundo.