martes, 4 de marzo de 2014

Predecían la gracia destinada a ustedes

Todo cambia cuando nos dejamos educar por la Palabra de Dios! Aunque llenos de defectos pero siempre luchando para ser mejores, para ir acogiendo lo bueno y desechando lo malo, eso es conversión. Cada vez más obedientes a Dios, cada vez más diligentes, cada vez mejores servidores. Ahora bien, todos pecamos, no es válido que alguien crea que no comete pecado – de palabra – de obra- de pensamiento – de omisión. Pleno consentimiento, o sin él. Y si llegamos a una verdadera conversión no se podrá lograr por nuestra propias fuerzas en necesaria la misericordia de Dios. Y Dios actúa en nosotros conforme a nuestra voluntad, nuestra intensión,  no es fácil la conversión, hay que pedírsela a Dios.

En el presente pasaje del Evangelio Pedro manifiesta al Señor el sentirse entre los que dejan todo para seguirle. No era muchas las pertenencias que dejaba, solo su familia y su medio de trabajo donde se ganaba lo para el sustento de los suyos. Sin embargo el Señor le dice que quienes dejaron familia y bienes por El y por la Buena Noticia recibirán mucho mas. Quien deja todo para ser discípulo misionero de Jesús sufrirá también persecuciones en el seguimiento pero encontrará en la comunidad cristiana lo necesario para vivir y allí encontrara bienes materiales y afectivos. “En la generosidad de los misioneros se manifiesta la generosidad de Dios, en la gratuidad de los apóstoles aparece la gratuidad del Evangelio” (Documento de Aparecida 31). La cantidad de amor la paga Dios, con sobre medida, Dios no se deja ganar en generosidad. Quien da amor al parecer queda como el ultimo, para servir y estos recibirán la gracia de Dios para ser mejores que aquellos considerados los primeros, sabios o con mejores atributos.


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