martes, 11 de marzo de 2014

"Vosotros rezad así"


Amigos del Señor – Dice el profeta Isaías; "Mi Palabra - no volverá a mí de vacío, sino que hará lo que Yo quiero y realizará la misión que le haya confiado.» Para la mayoría de la gente le es fácil creer que la Palabra de Dios es cabalmente inútil en el concierto de las necesidades humanas. Uno ve tanta injusticia, desamor, calamidad y dolor por diferentes medios, de una manera u otra somos testigos diarios de ello, sin que esto nos diga nada; como que se ha vuelto cotidiano, somos mudos y apacibles frente a estas realidades, quisiéramos hacer algo y no hallamos soluciones. Los sentimientos de ira, de impotencia y tolerancia no bastan para compartir la situación de los que más sufren. Llegamos a pensar que a nosotros no nos incumbe, por tanto ni levantamos nuestra voz de protesta ni pedimos a Dios y mucho menos llevamos la Palabra de Dios a aquellos que los aqueja el peso de este mundo para que sea una realidad lo que canta el Salmo: “El Señor libra de sus angustias a los justos”

De momento, pues, como nos aconseja nuestro Señor Jesús, hacer oración y para ello nos enseña el - Padre Nuestro – pero para ello debemos ser conscientes de lo que dice, ¿si identificamos la identidad de esta Persona Suprema que tiene sintonizada nuestra alma permanentemente? - ¿Si santificamos con nuestros pensamientos y actos su santo Nombre? - ¿si es para nosotros nuestro Rey, Él es quien dirige nuestra vida? - ¿si estamos aceptando permanentemente y en todos nuestras contingencias su santa voluntad? - ¿si somos conscientes que todo proviene de su divina providencia? - ¿si perdonamos de tal manera que se convierta en gozo el perdonar? Dios se complace perdonando. - ¿si pedimos y estamos haciendo esfuerzos para no caer en pecado, si estamos resistiendo al diablo para que huya de nosotros? - ¿si somos consientes que somos frágiles y que el maligno nos puede hacer daño y por tanto debemos pedir la protección de Dios? - ¿si confiamos que Dios puede librarnos de todo mal, enfermedades, peligros, de enemigos, (…)

Es la oración que nos une en intimidad con Dios, por medio de la oración del Padre Nuestro, Dios hará cambios en nosotros si oramos con humildad, Dios obra silenciosamente en nosotros; para el soberbio no le dice nada ni le causara nada. En ella hacemos siete peticiones que han de ser extensivas, de intercesión por todos los que nos rodean, como una oración comunitaria, para que Dios con su autoridad y poder germine el bien y la hermandad en nuestro extorno.


No hay comentarios:

Publicar un comentario