sábado, 22 de diciembre de 2012

Proclama mi alma la grandeza del Señor


La cultura oral judía tenia normas utilices para memorizar todos los  acontecimientos que tenían que ver con Dios. Recitados pasaban de generación a generación sin cambiar palabras ni significado. Muy contrario a lo que nos ocurre hoy que difícilmente se emplea la mente, nos atenemos a lo escrito y lo que hace la tecnología.

"Mi alma canta la grandeza del Señor” mientras caminaba María con destino a su pariente santa Isabel, meditaba todos los acontecimientos, María se ve en el centro de la obra divina, también como un ejemplo al traer a su memoria las palabras en la Anunciación y recordaba las profecías, esto la motivo, (seguramente) para componer este magnifico cántico de fe, reconocimiento, agradecimiento, alabanza y esperanza en Dios. “la humildad de "su" esclava” puede pensarse que la fidelidad a Dios es de quienes son esclavos, en el sentido como nosotros lo vemos; quiere decir que quien rechaza la humildad tampoco puede acoger la salvación, ni exclamar con el profeta: “Dios es mi auxilio, el Señor sostiene mi vida” y “el que se haga pequeño como este niño, ése es el más grande en el reino de los cielos”. (Mt.18,4). Por tal, el Magníficat puede también ser un programa de vida para el creyente. Si reflexionamos nos evoca a ver la obra y el cumplimiento de las promesas de Dios; pilar de nuestra fe, para hacer visible los valores del Reino de Dios; de igual manera nos mueve a la meditación para afirmar una vez más nuestro compromiso como seguidores de Jesús al estilo de María. Todavía con muy poca vigencia aun en nuestro pueblo católico.

Mientras los grandes y poderosos se esfuerzan por conducir la historia bajo los criterios del poder, del tener y de la fama, dejando a su paso, calamidad, marginados, excluidos, hambre, miseria y violencia; cuando ponen como base la injusticia y la muerte. Dios va realizando su acción en el mundo, a través de sus «obras sobrenaturales». María quiere levantarse ante la realidad del hombre de hoy, su cántico es revolucionario a favor de la justicia, la paz y la autentica libertad. Revolución ya empezada con la venida del Salvador y que continuará a lo largo de la historia, (cf. Lc. 6,20). Quiere poner en el corazón del católico lo que puede proclamar con sus labios y también lo que puede realizar con su esfuerzo de cada día, para hacer frente a los espejismos que propone el mundo y que de ninguna manera es lo que quiere Dios.


viernes, 21 de diciembre de 2012

¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?


Al observar la actitud de María, dirigiéndose con prisa a la montaña, obedeciendo a una intuición profética. Con Dios humanado en su seno, lleva a cabo la primera evangelización, lleva a Jesús nonato a Isabel. !Por amor se hacen las cosas más grandes! Quiere compartir su fe y ofrecer su ayuda para testimoniar la manifestación del amor de Dios, también desea asegurarse de lo que ella había entendido en la revelación de san Gabriel. Allí hacen protagonismo, dos niños que aún sin nacer ya están llamando la atención, y el Espíritu Santo por medio de Isabel, quien se lleno de gozo, le dice: “bienaventurada tú, que has creído” le confirma y le bendice el fruto de su vientre; y le da el titulo de “Madre del Señor”. Es la manera cómo Dios actúa en la historia humana. Así lo entienden y lo manifiestan, con la proclama con que se dirige Isabel a María. Y es también lo que acredita María y lo expone en su canto, que la tradición consagró como el «Magnificat».

A nosotros nos deja la enseñanza de Creer, de ser dóciles a Dios para dejarnos amar, a que cumplamos su divina voluntad y a poner todo en sus manos y al servicio del necesitado, que es el medio que ha puesto Dios para hacer nuestra obra a Cristo. Al contemplar los misterios del santo rosario, después de la visitación viene el nacimiento de Dios hijo – Niño. Para nosotros como reflejo, ¿Si María y José, a partir de hoy, estuviesen buscando un lugar para alojarse, un hogar donde pudiera nacer el Niño Jesús, ¿elegirían tu casa, tu familia y todo lo que contiene y representa? O ¿Estará tan ocupado que no haya lugar, a imitación de todos los hogares de Jerusalén y de Belén, y que el Niño tenga que nacer en una pesebrera? Creo tener la razón, hoy muchos hogares estarán con afanes paganos. Esto motiva una exhortación, retomar la vida con una dimensión distinta, contrario a las propuestas del paganismo; retomar la vida con rectitud, sinceridad, con humildad y servicio por amor, para que haya justicia y paz.


jueves, 20 de diciembre de 2012

Del Señor es la tierra y lo que ella tiene


María y la Palabra. «María», símbolo de una porción de humanidad que pese a las situaciones históricas de marginación, rechazo y abandono; confía, espera y está abierta al querer divino. «La Palabra», Dios, que se pronuncia pero no en el «centro» donde todo parece que está dicho y decidido, porque viéndolo bien, Dios mismo ve que allí no hay cabida para Él; la Palabra que obra sin violentar la libertad del creyente, induce a una adhesión y aceptación gozosa de la voluntad divina. María no esta fuera de Dios y recae sobre ella las palabras de los profetas, que afirmaban que Dios sería acogido por la virgen de Israel.

María la llena de gracia, que es mucho más que la amada, la favorecida. A ella el ángel revela la identidad y la misión del hijo que va a concebir. Primero lo expresa con las imágenes del Antiguo Testamento con los anuncios de personajes famosos, después, cuando contesta a María, declara el misterio de Dios Trinidad. María lo llamará Jesús, que quiere decir Salvador. El Mesías, hijo de Dios: será grande, sin más, y no grande ante Dios como se dice de Juan Bautista (1,15). Gobernará al pueblo de Jacob, o sea, de Israel: (cf. Is 7,16; 9,6; Mi 5,2).

El texto dice: “Cómo puede ser esto si no conozco varón”. Conocer tiene aquí el sentido de tener relaciones. Para María las palabras del ángel significan que va a concebir inmediatamente, y ahí es cuando adquiere todo su sentido el título de virgen. Esta virginidad de María después de la concepción de Jesús, cabe recordar que “María siempre virgen” Porque la encarnación del Hijo es obra del Espíritu Santo, que penetra el alma como la luz pasa por medio del cristal, sin romperlo ni mancharlo. Se podría preguntar sobre las relaciones mutuas de María y de José, pero lo único cierto es que ella concibió en ese mismo momento por el Espíritu Santo. Todo se vuelve más transparente y entendible si se piensa que María ya se había reservado para el Único; para que en ella se realizase su alianza definitiva con los hombres, no puede pensarse que María volviera atrás hacia un amor humano, aun cuando fuera José, un perfecto siervo de Dios. Decisión extraña en la mentalidad judía y la nuestra, pero también es cierto que el Evangelio se ha manifestado en todas las épocas por decisiones nuevas y muy sorprendentes. A través de la historia los juicios eternos de Dios se han realizado gracias a la libre respuesta de aquellos a los que llamó.

EVA se cambia en AVE - Dios Hijo ha querido descender a la humildad para hacer la voluntad del Padre. Y no es en el valle donde se paseaba a la hora de la brisa para hablar con Eva, madre de nuestra desgracia; sino en la bienaventurada María, madre de la gracia de Dios. Tal como el Señor suele actuar, María que es la escogida para traer al Salvador al mundo. El acontecimiento más grandioso para la historia de la Humanidad. «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra» (Lc 1,38). María quebranta su voluntad exponiéndose a las consecuencias humanas, no hace su voluntad. No es tan sólo un sí al mensaje del ángel; es un ponerse en todo en las manos de Dios, con integridad se dispone a hacer la voluntad de Dios, un abandonarse confiadamente a su providencia entrañable; este sí es permitir que Dios obre su divina voluntad ahora y en todas las circunstancias.


miércoles, 19 de diciembre de 2012

Que mi boca, Señor, no deje de alabarte


En esos tiempos poco se decía de los niños. Pero el Evangelio quiere contar la historia de Juan el Bautista, que aconteció en el tempo en medio del culto. Es quien va a marcar el fin de lo antiguo, tiempo de promesas y el cumplimiento con la venida del protagonista de la obra quien es nuestro Señor Jesús. Será el "más grande nacido de mujer". Es así como san Gabriel anuncia que Juan, “será grande ante el Señor. No beberá vino ni licor, estará lleno del Espíritu Santo ya desde el vientre de su madre y convertirá a muchos de los hijos de Israel al Señor su Dios; e irá delante de Él con el espíritu y el poder de Elías" para convertir los corazones de los padres hacia los hijos", y a los desobedientes a la prudencia de los justos, a fin de preparar al Señor un pueblo perfecto” Juan Bautista “estará lleno del Espíritu Santo ya desde el vientre de su madre” no será una reencarnación de Elías sino un profeta a su imagen. “Abrirá el camino al Señor”, como el heraldo que precede a su señor, a nuestro Señor Jesús.

Isabel no podía tener familia, aunque Zacarías había deseado un hijo, ya no lo esperaba. “Los dos eran justos ante Dios y caminaban intachables en todos los mandamientos y preceptos del Señor”; también pedía a Dios la salvación que había anunciado a su pueblo y el Ángel viene a decirle: “No temas, Zacarías, porque tu oración ha sido escuchada” el embajador le trae la buena nueva donde Dios le va a conceder ambas peticiones. Porque nada hay imposible para Dios.

Los “nazireos” del pueblo judío eran quienes se consagraban a Dios, separándose del mundo por algún tiempo, no se cortaban el cabello ni consumían bebidas alcohólicas. San Juan seria uno de ellos desde el seno de su madre hasta su muerte, como había sido el caso de Sansón (Jue 13,3). Seria además modelo de austeridad. Dios tiene su propia manera de hacer historia, no desde lo más «importante» para el mundo y la sociedad, sino desde los que no cuentan para nada ni para nadie. Dios quiere hacer el milagro por amor a nosotros, sus criaturas. Sin embargo por el medio en que vivimos se asoma muestra incredulidad, la desconfianza y falta de fe, falta de docilidad a Dios. Para muchos aun no creemos la venida del Hijo de Dios como la salvación del género humano. Con todo esto Dios quiere nuestro cambio, para no correr la suerte de la mudez de Zacarías.


martes, 18 de diciembre de 2012

¡Que en sus días florezca la justicia, y la paz abunde eternamente!


Jeremías se dirige a los pastores y guías de Israel que no habían cumplido su misión como lo exigía su oficio: en lugar de congregar, dispersaron; en lugar de apacentar, desparramaron; en lugar de salvar al rebaño de las fieras, ellos mismos fueron unas fieras que devoraron a las ovejas. ¡Ay de esos pastores que pierden y dispersan! Pero Dios prepara para su pueblo un pastor que cuidará de las ovejas. La imagen del verdadero pastor encarnada en Jesús de Nazaret la encontramos en Jn_10:11. “Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por sus ovejas

La cadena de generaciones finaliza, José es apenas es padre putativo y no tiene hijos propios. El nacimiento de Jesús es el último eslabón, no uno más, sino único, definitivo y extraordinario: un nacido de «virgen» preservada por Dios por obra sobrenatural divina. La maternidad de María no es obra de José, sino del Espíritu Santo. María estaba comprometida. En el pueblo judío esta situación era parecida al noviazgo de hoy, la diferencia era el respeto que se debían mutuamente y tenia una duración de un año o mas; la mujer seguía viviendo en casa de su padre y bajo su autoridad. Toda mujer debía pertenecer a un hombre, ya fuera su padre, su esposo, o su hijo, en caso de las viudas. Ahora bien, muchos sentimientos encontrados debieron pasar por su cabeza; uno de ellos, denunciarla públicamente; pero en principio quiere “repudiarla en secreto”. Como podemos ver en la lectura, en José acontece un sentimiento mas profundo, Dios había fundido en su alma el deseo de cumplir su divina voluntad, que hace en el la “vocación” al servicio del misterio de la salvación. Simplemente la paternidad adoptiva de José encubre y protege un misterio. Se convierte en el padre legal del hijo de María, iniciará su misión, con los cuidados y le pondrá por nombre Jesús, le colmara del amor paternal, hasta el fin de sus días.

Dios es respetuoso de nuestra libertad, María tenía la opción de aceptar o rechazar el plan de Dios. Igual José. Pero Dios conoce a sus criaturas vio en ellos la humildad; no solo pide permiso para que contribuyamos con sus planes, también nos da la gracia y la fuerza para hacerlo con heroísmo. Dios quiso hacerse uno como nosotros, necesitó unos padres; también necesitó el valor de sus padres quienes tuvieron que esforzarse para defender la vida del “pequeño Redentor”.


lunes, 17 de diciembre de 2012

Ven, Señor, rey de justicia y de paz


Jesús es hijo de Abraham, padre de los creyentes; también es hijo de David, tal como debía ser el Salvador prometido a Israel. Esta lista del linaje llega hasta José, que fue padre adoptivo de Jesús. Esta paternidad adoptiva era suficiente para que Jesús fuera, como José, “hijo de David”. En Lucas 3,23 se lee una genealogía más amplia de Jesús que se inicia ¡con Adán! Ambos documentos están indicando de este modo que el Salvador se hace la flor y el fruto de la raza elegida (Is 45,8). Jesús se arraiga en la humanidad al cabo de siglos de una historia marcada por la oscuridad del pecado y también por la luz de la esperanza.

Jesús la "Esperanza de las naciones" ¡Tú eres el esperado de las naciones! (cf.Gn 49,10) Los que te esperan no quedarán confundidos. Nuestros padres te esperaron; todos los justos, han esperado en y confiado en el Señor; y no han sido defraudados (cf Sal. 21,5)... El pasaje de hoy encontramos en la genealogía a reyes, profetas, prostitutas, militares, gente santa y no tan santa. Con ello quiere indicar de una forma didáctica que el evangelio de Jesús es de carácter universal, que está destinado a todos los seres humanos de todos los tiempos, y que la salvación es para todos sin ningún tipo de distinción. Con la seguridad de que el primer advenimiento traería el precio de nuestra redención, y la Iglesia espera segura que su segundo advenimiento que traerá la recompensa con poder, poniendo el fin del pecado; esta esperanza que sobrepasa todo lo terreno, para el gozo de sus promesas y sus bienes eternos.

Entramos en la celebración del advenimiento en la mayoría de familias y comunidades cristianas; y por tradición y resumiendo, estamos llamados a adoptar ante el Espíritu Santo el concepto de la docilidad. Ser sensibles a lo que el Espíritu divino promueve a nuestro alrededor y en nosotros mismos: los carismas que distribuye, los movimientos e instituciones que suscita y los afectos y decisiones que hace nacer de nuestra alma.

Reconozcamos el sentido verdadero de la novena a Dios niño bajado del cielo, quiso mostrarnos que siendo dueño de todo, no poseyó nada; ni siquiera un lugar digno ara nacer. Con ello nos quiere mostrar la humildad que debemos practicar. El humilde espera en el Señor, en el silencio de la Cruz: (Lc 23:28) “Jesús, volviéndose a ellas, les dijo: -Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, llorad más bien por vosotras mismas y por vuestros hijos”. El Señor veía la vanidad y el modernismo de esta humanidad que transita en la oscuridad.


sábado, 15 de diciembre de 2012

Ven, Señor, a salvarnos


En la primera lectura del Eclesiástico (Sirácide), libro escrito por Ben Sirá (hijo de sirá) de nombre Jesús. Encontramos la figura del embajador de nuestro Señor Jesús, profetizada y tenida en cuenta por los judíos. Juan el Bautista, el que tenía que venir a preparar el camino. “e irá delante de Él con el espíritu y el poder de Elías" para convertir los corazones de los padres hacia los hijos", y a los desobedientes a la prudencia de los justos, a fin de preparar al Señor un pueblo perfecto” (Lc.1,17). Quien nos diría que todo lo esperado se ha hecho realidad en el presente en la persona de Jesús. La pregunta sobre Elías llega atraída por la visión del profeta en la transfiguración. Y pensando en una creencia popular, si Elías no ha vuelto aún, Jesús no es el Mesías. Y nuestro Señor Jesús identifica la persona de Elías con la del Bautista. “Elías ya ha venido y no lo han reconocido, sino que han hecho con él lo que han querido. Así también el Hijo del Hombre va a padecer a manos de ellos” (Mt.17,12). Elías no padeció la muerte, sino que fue arrebatado al cielo.(cf.2 Ry.2,11)

Varias veces Jesús anunció su muerte (véanse 16,21 y 20,17). En ningún momento la presentó como un accidente que podría contrarrestar sus proyectos. Jesús habla de sí mismo en tercera persona, “el Hijo del Hombre”, porque mira su propia suerte como desde fuera. Esta es la voluntad del Padre y él no se toma en cuenta a sí mismo. Jesús la deseó como el medio de dar gloria a su Padre y de reconciliar a los hombres (cf.Jn 17). Su propósito es acrecentar la fe de los discípulos a través de la contemplación de su victoria sobre la muerte; de este modo, se podrá asumir todos los requerimientos que debe adjudicarse el discípulo y seguidor de Jesús. También para superar la tentación de un mesianismo glorioso y fácil, lo contrario a un sistema político y nacionalista.

Que difícil para el hombre reconocer la divinidad de Jesucristo. Difícil de entender y de vivirlo por carencia de fe inteligente. Es necesaria una mirada nueva y un corazón nuevo para reconocerle y continuar por el camino trazado por Dios con generosidad, alegría y asumiendo la exigencia y la perseverancia con humildad.


viernes, 14 de diciembre de 2012

El que te sigue, Señor, tendrá la luz de la vida


En la primera lectura, el profeta proyecta una mirada al pasado de Israel y el Señor le muestra el parecido a la perdida del paraíso y a la esclavitud de Egipto. Si hubieran obedecido, se habría realizado el deseo de Yavé de colmarlos de sus bendiciones y se habrían verificado las promesas de Dios. Vendrá pues, su nueva intervención como Redentor, sacrificio divino extensivo a toda la humanidad. “¿qué es el hombre, para que de él te acuerdes, y el hijo de Adán, para que te cuides de él?” (Sal 8:5) A manera de amonestación es para nosotros hoy muy actual, ya que ponemos nuestra mirada en cualquier cosa, le creemos a cualquiera por su elocuencia, seguimos dioses falsos, ideologías que nos alejan de la luz y la verdad, que nos hace torpes. Y no acatamos la sabiduría de Dios.

Nos dice san Pablo: (Rom 1:22) “presumiendo de sabios se hicieron necios” Instalados en un conformismo religioso no aceptamos a Juan que nos invita a la conversión, ni a Jesús, el amigo liberador. No queremos aceptar el reinado de Dios en nuestro ser, vemos como una carga el compromiso, la entrega, la obediencia, la fidelidad; no queremos concientizarnos de su grandeza, de su poder, de sus promesas y de su amor infinito. Le cantamos y le bailamos al demonio mudo y astuto personalizado en la falsedad, el escándalo, la dispensación y los vicios. De ahí la desconfianza, la desesperanza y la falta de fe.

Cuantos de nosotros hemos leído o escuchado los mismos pasajes del Evangelio de hoy y como que no nos dice nada, como que es para los demás. Donde esta la respuesta que debemos dar a nuestro Creador, a quien todo lo puede, a quien sostiene mi vida, a quien me da la gracia de todo bueno lo que acontece en mi y en los míos. Si bien es cierto que el Señor hoy amonesta la falta de fe, también es una realidad nuestra ingratitud con Dios. Si empequeñecemos (humildad) podremos acoger al “pequeño Dios” en este adviento, sin dejarnos contagiar del paganismo que distrae la verdadera esencia de este tiempo en que Dios quiere hace presencia en nuestro corazón.


jueves, 13 de diciembre de 2012

El Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad


La aridez del desierto en nuestro caminar, la aventura al fracaso, la tristeza, el llanto, la desesperanza y, en fin, todo lo opaco y negativo que acompaña al hombre, parece aniquilarlo; pero si confía en el poder y la misericordia de Dios, su futuro se convertirá en otra realidad completamente distinta; Dios hace su obra sin que la percatemos y nos devuelve la esperanza.

Los cambios de lo negativo a la verdad, los cambios de la oscuridad a la luz, la conversión del pecador a la entrega a Dios para hacer su divina voluntad. Da pie a una lucha violenta, salir de un estado cómodo y pasar a la humildad que es completamente opuesto, requiere una violencia, se manifiesta una violencia en el ser. Como seres espirituales, la lucha y la violencia se da en forma espiritual. Imaginemos una persona acostumbrada a mentir, aun sin necesidad – y que quiere cambiar su manera, como opción definitiva – tiene por antonomasia que violentar su manera de ser, tiene que violentar su persona carnal, para dejarse moldear por la verdad que viene de Dios y es el Espíritu Santo quien obra allí, nosotros solos no lograremos erradicar los vicios.

Nuestro Señor Jesús nos habla sobre san Juan el Bautista, sus elogios resaltan la misión profética del embajador, como Elías contenido en la profecía. “Éste es de quien está escrito: "Mira que yo envío a mi mensajero delante de ti, para que vaya preparándote el camino". Y seguidamente lo exalta: “En verdad os digo que no ha surgido entre los nacidos de mujer nadie mayor que Juan el Bautista; pero el más pequeño en el Reino de los Cielos es mayor que él” En la tierra no hay uno mayor que el Bautista. Pero al mismo tiempo en que hablaba el Señor, sin embargo uno de los más pequeños ya instaurado en el Reino de los cielos, era mayor que éste.

Quería nuestro Señor hacernos caer en la cuenta que la salvación y pertenecer al Reino de los cielos, es lo mas grande, lo mas valioso e incomparable que puede acontecerle a la persona. Que las posturas del poder, del tener y de la fama, llevan a la soberbia y que no tienen ningún valor trascendente; las energías humanas provienen de lo terreno, de la oscuridad, de la falsedad. Dios y lo que El quiere para nosotros, es completamente distinto. “Esforzaos para entrar por la puerta angosta, porque muchos, os digo, intentarán entrar y no podrán” (Lc 13,24).


miércoles, 12 de diciembre de 2012

¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?


Dios quiere que se narren los acontecimientos simples y sencillos de los pobres. En el presente pasaje se establece un dialogo ente dos mujeres, que a pesar del machismo, es publicado; la mujer no tenia protagonismo para nada. Los dos niños aun sin nacer de manera espiritual ya sostienen una compenetración divina. Muy distinto a nuestros días que la mujer tiene igualdad, pero que quiere matar a sus niños y se priva de la sutil intervención de Dios en sus vidas y en su vientre. Hoy ni la mujer ni el hombre permiten la presencia del Espíritu santo, porque tenemos machado ese aposento divino que El quiere habitar.

María madre celestial nuestra, por donación divina, es la plena de gracia, la preservada de todo pecado y conservada en la pureza, la bendita entre todas las mujeres, la bienaventurada por su fiat, con razón fue exaltada y para honor de las mujeres ha sido proclamada como Madre de la Iglesia. Nuestra devoción ha de ir más allá de unos sentimientos, pasando por la contemplación imitar sus actitudes y confiar en su divina intercesión para obtener la gracia para el combate espiritual para nuestra protección y salvación.

María recibe el título de “madre del Señor”. ¡Dichosa por haber creído!, porque esta fe era la única cosa que podía ofrecer a Dios y valía para él más que el mundo entero. «María se puso en camino» después que por obra del mismo Dios, se encarna la persona del Hijo, (Eucaristía divina, sobrenatural – primer altar), ella primero acoge a Jesús en su existencia y luego sale a llevar la buena nueva a Isabel la de avanzada edad. Encontramos la figura de María, como la primera apóstol misionera. Como podemos ser a imitación de nuestra santa Madre ser discípulos misioneros? Pues cada vez que acojamos a Dios en nuestro interior como don y podemos sentir verdaderamente el cuerpo de Jesús, oremos con los demás el magníficat, como oración revolucionaria, que revela la imagen de Dios, en forma diferente como la ven los opresores y los carentes de fe; y que no es un cántico de resignación. Es verdad que Dios interviene a favor de los humildes y marginados, pero sólo cuando nosotros con nuestro esfuerzo, con nuestra conversión, con nuestra lucha espiritual, hagamos propicia esa intervención.


martes, 11 de diciembre de 2012

Dios no quiere que se pierda ni uno de estos pequeños


Dios nos ama con ternura particular a todas sus criaturas, con amor puro y mayor que el podamos sentir nosotros, al reconocer este divino atributo de Dios, apartemos y renunciemos a nuestra soberbia y dejémonos amar por nuestro Creador. A esto va dirigida la actividad precursora de Juan Bautista (Mar_1:3; Mat_3:3; Luc_3:4; Jua_1:23). La alegría más grande para los desterrados es saber que Dios mismo está preparando el regreso, que Él mismo allana el camino. Las obras de Dios siempre contienen la verdad, sólo la Palabra de Dios subsiste por siempre.

Nuestra sociedad esta imbuida de palabras, ¿cuál de tantas es la Palabra de Dios? Precisamente el Señor utiliza las comparaciones pastoriles para que nos confundan tanta palabra del presente, que no es otra cosa que la trama del engaño. Es el mismo Señor el buen pastor quien realiza la acción pastoril, rescatando, pastoreando y acompañando. (12-14).- (cf. Jn.10, 7-18). También, la imagen del pastor y su rebaño ha sido fuente de inspiración de muchos. (cfr. Jer_23:1-6; Ez 34),

Es Dios quien va en búsqueda de la oveja perdida. Por tanto no es un Dios excluyente. Quienes despreciamos su ofrecimiento amoroso, por libertinaje, somos nosotros. Dejar las noventa y nueve ovejas para ir en busca de la perdida hasta encontrarla, cargarla sobre sus hombros, alegrarse por su encuentro y participar su alegría para que haya fiesta en el cielo. Amar a la persona perdida no es dejar de amar a las otras que están en fidelidad, sino garantizarles amor si llegaran a perderse, signo de perdón y de comunión. Pero tampoco se queda su acción solo en el saber que le despreciamos su ofrecimiento, siempre espera, una y otra vez espera a quien ha de regresar para colmarlo de amor. (cf. Lc.15, 20)

Como cristianos católicos, como testigos de Cristo debemos concientizarnos que la fraternidad, el apostolado y el pastoreo se construyen desde la paternidad de Dios, que nos impulsa a ir en busca de la persona extraviada, incluso la perdida – la engañada. Que no es algo propio, ni para gloria personal, sino que estamos cumpliendo la voluntad del Padre que «no quiere que se pierda ni uno de estos pequeños» (14). Siempre se corre el peligro que alguien se vaya extraviando hasta perderse, lo vemos después de la primera comunión, de la confirmación, del matrimonio, del orden (…) (¡que responsabilidad tan grande esta sobre nuestros hombros¡ - ¿donde puede quedar nuestra fe?)

…..
"Vuestro Padre que está en los cielos no quiere que ni uno de estos pequeños se pierda". Tú, Señor, me sacaste de los lomos de mi padre; tú me formaste en el vientre de mi madre; tú me diste a luz niño y desnudo, puesto que las leyes de la naturaleza siguen tu mandatos.
Con la bendición del Espíritu Santo preparaste mi creación y mi existencia, no por voluntad de varón, ni por deseo carnal, sino por una gracia tuya inefable. Previniste mi nacimiento con un cuidado superior al de las leyes naturales; pues me sacaste a la luz adoptándome como hijo tuyo y me contaste entre los hijos de tu Iglesia santa e inmaculada.
Me alimentaste con la leche espiritual de tus divinas enseñanzas. Me nutriste con el vigoroso alimento del cuerpo de Cristo, nuestro Dios, tu santo Unigénito, y me embriagaste con el cáliz divino, o sea, con su sangre vivificante, que él derramó por la salvación de todo el mundo.
Porque tú, Señor, nos has amado y has entregado a tu único y amado Hijo para nuestra redención, que él aceptó voluntariamente, sin repugnancia; más aún, puesto que él mismo se ofreció, fue destinado al sacrificio como cordero inocente, porque, siendo Dios, se hizo hombre y con su voluntad humana se sometió, haciéndose obediente a ti, Dios, su Padre, hasta la muerte, y una muerte de cruz
”. (San Juan Damasceno.- 675-749)


lunes, 10 de diciembre de 2012

Hoy hemos visto cosas admirables


Se puede apreciar la interrelación del auditorio que escucha a nuestro Señor Jesús, toda la nación judía está aquí representada. Aquí se va a definir la distancia que existe entre la actividad de Jesús y el papel de estas autoridades del judaísmo. Se va a manifestar el poder de Dios; y se da a conocer como el Hijo del Hombre que tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados, una atribución que es exclusiva de Dios según la doctrina de los fariseos y letrados. Precisamente por esto va a ser el inicio de las contradicciones y ataques; confrontación que terminará con la cruz.

El pasaje de hoy nos hace ver cosas sobrenaturales y extraordinarias, restaura y salva; imposible para las capacidades humanas. El Verbo de Dios ha venido a habitar en el hombre, el querer de Dios ha sido depuesto; podemos comprender la manera significativa y su rechazo. Tampoco es ajeno en nuestro tiempo el rechazo del bien y se da como bueno lo que es malo. Rechazamos a quien viene a hacer el bien a toda la humanidad, ¡que ironía y que desagradecidos! Para Jesús el camino de la cruz tiene su origen en el momento mismo en que comienza a poner en marcha los efectos concretos del año de gracia del Señor y que revela los alcances de la fe.

Tanto el paralitico como los que intercedían por el albergaban en su corazón la fe, ponían toda su esperanza en que el Señor sanaría la parálisis de quien seguramente era muy querido por los suyos, de manera que podemos apreciar, también, que la fe va de la mano del amor y de la misericordia. En efecto, es el mismo Señor quien salva a los hombres, puesto que éstos no pueden, de ninguna manera, salvarse a sí mismos... El profeta Isaías dice: “Fortaleced las manos débiles, y consolidad las rodillas que flaquean. Decid a los pusilánimes. “¡Cobrad ánimo, no temáis! Aquí está vuestro Dios, llega la venganza, la retribución de Dios. Él vendrá y os salvará”(35,3-4). Aquel que solo piensa en lo material con fe humana, no le basta; falta la fe divina. Lo material descrito como prosperidad, felicidad y como integridad física, debe estar acompañado del progreso espiritual; que lo capacite para caminar cargando su cruz por el sendero que ha trazado Dios.


viernes, 7 de diciembre de 2012

Aquel día los ojos de los ciegos verán


La profecía de Isaías va cumpliéndose en quienes alcanzan la conversión y maduran en la fe, en medio de la injusticia promovida por quienes incumplen la práctica los mandatos del Señor “Aquel día los sordos oirán las palabras del libro, y, desde la oscuridad y las tinieblas, los ojos de los ciegos verán.” Porque tanto en su época como la primera venida del Señor y lo será en la futura y definitiva, se cumple este mensaje esperanzador para quienes aún confían en el Dios. Sin embargo, es y seguirá siendo signo de contradicción: (19) “Los humildes aumentarán su alegría en el Señor, y los más pobres exultarán en el Santo de Israel.” los fariseos de siempre, ciegos de profesión, se confirman en su ceguera: «expulsa demonios con el poder del jefe de los demonios»

La escena de hoy, dos ciegos que se le acercan llenos de fe y con el corazón esperanzado. Habían oído hablar de Él, de su ternura para con los enfermos y de su poder. A pesar de su ceguera fueron capaces de ver los trazos que le identificaban como el Mesías. ¿Quién mejor que Él podría hacerse cargo de su desgracia? Y nuestro Señor Jesús quiere mostrarnos el significado de la fe. Es triunfo de la esperanza, todo su ser se ha abierto a Dios, al mismo tiempo que acepta lo esencial de la verdad divina. Observemos como antes de que los apóstoles pusieran a punto las condiciones y el valor de la verdadera fe, Jesús ya la había comprobado entre mendigos harapientos. La obra y la ciencia de Dios superan todo lo humano. En este tiempo de Adviento es propicio para la oración, para la conversión, para despertar nuestra fe en nuestro Dios que todo lo puede, tiempo de ver, de creer para lograr ser.

Toda sanación puede tener un significado que va más allá del hecho físico. Hoy hay muy pocos ciegos físicamente, pero muchísimos más ciegos espiritualmente, debido al medio en que estamos viviendo; se ha puesto frente a nuestros ojos cantidad de sensaciones pasajeras que impiden ver y ser fieles a lo sobrenatural. Por eso hoy el Señor no trae como mensaje central la fe. Si vemos las obras de Dios, su amor por nosotros y sus promesas, se encenderá en nosotros el chispazo de la fe, la cual se acrecentara con otros requisitos que debemos cumplir, hasta alcanzar una fe madura, que será el motor para nuestra vida cristiana.


jueves, 6 de diciembre de 2012

Quien cumple la voluntad del Padre entrará en el Reino de los cielos


Pensando en la navidad - San Nicolás de Bari,(Turquia) obispo, asistió al concilio de Nicea. Desde niño se caracterizó porque todo lo que conseguía lo repartía entre los pobres. Repartió todas sus riquezas heredadas, entre los pobres. Por haber sido tan amigo de la niñez, en su fiesta se reparten dulces y regalos a los niños, y como en alemán se dice "San Nikolaus", lo empezaron a llamar Santa Claus, y en Francia en el tan popular Papá Noel, siendo representado como un anciano vestido de rojo, con una barba blanca, que pasaba de casa en casa repartiendo regalos y dulces a los niños.

Roca y arena. Los que creen tener suficiente fe resultan siendo pesadilla para quien quiera conducirlos a una fe divina y autentica (cfr. Jr 23 - Ez 13, … ). Estos que dicen estar viviendo una fe profunda, pero en parte equivocada, con bases frágiles, y querrán trasmitir sus escasas experiencias para confundir, para llevar a la duda y la desconfianza, a una fe puramente humana; por el agite de la vida cotidiana que impide ver y contemplar la obra permanente de Dios. Precisamente esto es lo que se ve hoy día a puertas del anticristo (1 Jn 2). Por tanto no es cuestión de doctrina correcta, de ortodoxia (rectitud), sino de Ortopraxis (hecho, acción, práctica) y antes de ella va la oración en el silencio del alma con Dios.

“Muchos me dirán aquel día...” Ya sea en la predica o el hacer milagros, estos dones para bien de la comunidad, y que El Espíritu Santos los mantiene o los quita de acuerdo a nuestra conducta e intensión; pero no indican necesariamente que tengamos asegurada la salvación, no es el fortín de la gracia de Dios. La fe que nos salva actúa mediante el amor, que nos lleva al cumplimiento de la voluntad de Dios, que se refleja en nosotros como humildad y acción gratificante. (cf. Ga.5,6. y Sg.2,8)

Para que no llegue la ruina sobre nuestra casa debemos poner como fundamento solido las enseñanzas de Dios, para vivir el día a día de acuerdo a su divina voluntad, en medio del mandamiento del amor actuante. Para el éxito en la cotidianidad, esta debe contener una revisión consciente: del agradecimiento, de la obediencia, de la acción, del error (…), (conversión) para obtener una victoria en la batalla sobre nosotros mismos, y la sumatoria nos va llevando al triunfo de la guerra espiritual.


miércoles, 5 de diciembre de 2012

Habitaré en la casa del Señor toda la vida


Nos habla Isaías de su visión profética sobre la misericordia de Dios contenidos en su iglesia, para gozar de su bondad. Y anuncia un banquete en los nuevos tiempos donde estarán presentes los que han perseverado en medio de todos los pueblos. Por otra parte estarán los que se desviaron y como fin del mal se anuncia el castigo, como se puede ver en el capitulo 17 del Apocalipsis.

Como a orillas del mar de Galilea, Dios continua haciendo milagros, “signo” por el cual Dios nos descubre su amor y el orden invisible del mundo; un “prodigio” que desconcierta nuestras seguridades, una “obra” que sólo Dios puede realizar; son las obras de la mano de Dios, en sus criaturas a quienes no abandona, “llevan tres días conmigo y no tienen qué comer” ¿pero que darle a esa cantidad de gente, allí donde no hay suficiente ni se puede comprar? Dios es quien lo puede todo, nos lo ha demostrado en millones de veces, a pesar de ello no tenemos fe, dudamos, desconfiamos y mas bien hacemos caso a la voz perturbadora que nos dice: “seréis dioses” valiéndose por si mismos, en ti esta la energía y su poder. (Soberbia – nueva era). Y esto no va solo a los ateos y los protestantes, también toca a los cristianos y con mas persistencia a los católicos congregados y consagrados.

Mas que milagro es para los hombres y mujeres necesitados de todos los pueblos y de todos los tiempos para quienes el reinado de Dios trae la liberación definitiva. Ala vez que nos hace ver el sentido de la misión de llevar a otros a recibir la misericordia de Dios. También ellos, al igual que la muchedumbre judía, es el llamado a participar del banquete mesiánico, simbolizado en la abundancia del pan ofrecido y repartido. Quiere convocar a todos a sentarse a la mesa del Señor como una sola comunidad de hermanos y hermanas sin distingo por prejuicios humanos.

Este Dios hecho hombre, que todo lo puede y que nos ama apasionadamente, y a quien necesitamos en todo y para todo. Quiere hacernos caer en la cuenta que también nosotros debemos sentir compasión por los necesitados “no quiero despedirlos en ayunas”. Necesitados del alimento para el fortalecimiento físico y el espiritual vital para la vida. Nuestro Señor Jesús quiere apoyarse en nosotros, y del valor que tiene todo lo que hacemos para Él en el hermano, porque después de todo las leyes naturales, que son sombra de la sabiduría, del orden y de la justicia que hay en Dios, no excluyen en ningún momento la libertad.


martes, 4 de diciembre de 2012

Que en sus días florezca la justicia, y la paz abunde eternamente


Isaías nos presenta este poema que anuncia al Mesías, con la descripción de sus rasgos visibles: descendiente de David; estará lleno de espíritu profético, describe la plenitud de los dones del Espíritu Santo; implantara la justicia y la paz entre los hombres y con la naturaleza. Nos indica la acción del Espíritu Santo dador de vida, que desde siempre ha inspirado en los hombres y como muestra están los profetas, los santos y la conducción de la Iglesia. Nos muestra, además, que los planes de Dios, los quiso llevar a cabo basado en el amor y la misericordia pero que los hombres no la han querido acoger. El pueblo escogido esperaba una tierra prometida, pero su comportamiento los llevo a dar muchas vueltas; Después de Isaías el pueblo espera un Mesías y se lo figuraron a su manera. Pero Dios continuara su empresa y para ello vendrá el Hijos del hombre a imponer su justicia para acabar con el mal. Entonces vendrá un mundo de paz y de justicia entre los hombres en medio de la naturaleza y su morada y convivencia con el hombre será gloriosa.

Sólo los «pequeños», Los pequeños por la humildad. El arrogante considera que no debe nada a nadie. Los humildes no tienen la pretensión de condicionar a Dios ni exigirle que actúe según los intereses personales o de grupo; sólo los humildes y sencillos están capacitados para captar y entender y de aceptar a Jesús. “Muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros veis ahora” entremos en el contexto, después del regreso de los enviados al rescate de las almas, vienen a narrar como el poder de Dios se había manifestado, lo cual nos deja ver que la lucha espiritual es ganada por Dios, esto llena de gozo a Jesús y por eso exterioriza su alegría a través de estas palabras de alabanza al Padre.

Dios Hijo se hizo pequeño para darnos su grandeza; vino a caminar con el hombre para que caminemos en pos de El; se nos entregó, con el fin de que nosotros nos entregáramos a él; vino a demostrarnos su amor, para que viviéramos el mandamiento del amor; entrego su vida para que tuviéramos vida en El; (…). Pero el hombre se resiste a caminar con Dios.

Señor dígnate acoger nuestra humilde entrega y oración y que tu misericordia supla la extrema pobreza de nuestros méritos y concédenos humildad. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.


lunes, 3 de diciembre de 2012

Vendrán muchos de oriente y occidente al Reino de los cielos


La petición del centurión (jefe de cien hombres del ejército romano) deja en evidencia que no ve en Jesús a un curandero sino a uno que detenta un poder divino. Aquí sin embargo Jesús habla de la entrada de los paganos al banquete de los resucitados. Y condena a los hijos de Abraham que pensaban que, debido a los méritos del padre, ninguno de ellos se perdería. Para nosotros, muchos piensan que solo por el sacrificio de nuestro Señor Jesucristo, no se perderán. Pero no basta vivir en el pensamiento del amor, el mandamiento del amor es para vivirlo dejándonos amar por Dios y llenándonos de El, para poder amar a nuestros semejantes aunque tengamos que perdonarlos infinidad de veces, y amarnos nosotros mismos hallando el perdón de Dios. De otra manera habrá en nuestro ser matices de soberbia que nos hace injustos, ofensivos y engañadores.

Cuando nuestro Señor Jesús hace obras está haciendo presente el reinado que lleva consigo la liberación de toda la persona y de todas las personas. Esa y todas sus obras es lo que nos permite afianzarnos en la fe, la confianza, la esperanza, a ser agradecidos y a trabajar por la dignidad y la justicia humana. La obra de Dios nos lleva a la fe y a partir de allí, mediante la gracia podamos controlar nuestros sentidos negativos, para darnos cuenta de nuestras limitaciones y nuestra dependencia de Dios.

Las obras del hombre siempre quedaran cortas si no van acompañadas de la gracia de Dios, todos los sistemas y obras humanas fallan; lo de Dios no falla. La sagrada Escritura esta llena de obras de Dios, pero también hay muchísima obra de Dios que no esta escritas y ni siquiera reconocidas. Porque nuestros ojos esta ciegos y nuestros oídos sordos, de ahí nuestra poca fe y el mucho pecado.


sábado, 1 de diciembre de 2012

Estén siempre despiertos, para escapar de todo lo que está por venir


Hoy finaliza el tiempo ordinario e inicia el adviento. Preparación para el nacimiento de Dios Niño en nuestros corazones. El Señor nos quiere disponer en vigilancia y oración, a manera de prevención para no caer en la cultura del paganismo, la apatía o la desesperanza. Bien sabemos hasta donde ha llevado a la humanidad las preocupaciones de festejos con achaques porque se termina el año o por que viene el nuevo; solo “mirando” sin visión sobrenatural, pasando por un lado los tiempos de Dios, la fe, el mandamiento del amor, el compartir, el dar gracias y el culto a nuestro Creador. En otras palabras vivimos ignorando que somos seres con alma y espíritu; que hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios, en cuanto a nuestro espíritu y la inmortalidad. Vigilar orando en familia, en comunidad y la personal en todo tiempo, a fin de que “podáis evitar todos estos males que van a suceder” con fe, esperanza, revisión de vida, fin de obtener la protección divina, resistir al engaño y escapar del error. Vigilar y orar... La misma indicación que les dio a sus Apóstoles la noche en que fue traicionado.

El Señor nos habla de la embriaguez, todos necesitamos en un momento dado salir del cuadro cotidiano para embriagarnos de algo. Pero siempre nos debemos embriagar de Dios; ¿si no te embriagas de Dios con que te estas embriagando? Ambiciones, ídolos, vicios, fama, poder. Dios es dueño de todos y de todos, a El le debemos la vida y el poder vivirla. Si nos embriagamos de algo que no sea Dios puede suceder que el día menos pensado “sobrevenga de improviso sobre vosotros, porque caerá como un lazo sobre todos aquellos que habitan en la faz de toda la tierra.” Con criterio cristiano debemos discernir para optar por los designios de Dios, con actitudes coherentes con el Evangelio que profesamos.

"En la tarde de esta vida, compareceré delante de vos con las manos vacías, pues no os pido, Señor, que contéis mis obras. Todas nuestras justicias tienen manchas a vuestros ojos. Quiero, por eso, revestirme de vuestra propia Justicia, y recibir de vuestro amor la posesión eterna de vos mismo. No quiero otro trono y otra corona que a Vos, ¡oh Amado mío! A vuestros ojos el tiempo no es nada, un solo día es como mil años; podéis, pues, prepararme en un instante, a comparecer delante de vos..." (Sta. Teresa del Niño Jesús)