viernes, 28 de febrero de 2014

El Señor es compasivo y misericordioso.


El Evangelio de hoy nos presenta la polémica por el tema del divorcio propuesto por los fariseos, y Jesús da actualidad al mandato inquebrantable del amor de pareja: «lo que Dios ha unido no lo separe el hombre». La luz, la verdad, el camino, la vida son atributos de Dios. Nosotros llegamos apenas a una obediencia que en casos es mediana y relativa. Sin embargo Dios sueña que seamos y nos comportemos conforme a sus planes, querernos incondicionalmente. Nosotros por falta de identidad como hijos de Dios y de obediencia para vivir conforme a la voluntad de Dios se nos hace una carga. Carecemos de un carácter bien formado por faltas de preparación (hacemos preparativos para la boda pero no para el matrimonio) para comportarnos generosamente, incondicionalmente, desinteresadamente, fielmente y para siempre. No obstante estas virtudes las queremos en nuestra pareja, pero no hacerlas vida en nosotros.

Las parejas quieren una unión por fuera de los planes de Dios. Hoy la gran mayoría de las parejas si es que llegan al matrimonio, pero por la vivencia sacramental del Dios que bendice y santifica el amor de la pareja, mas bien por uno de tantos eventos sociales y conveniencias, para poner a la otra persona a su servicio, para no estar solos o por interés material y no con un propósito definido de obediencia “hasta que la muerte los separe” sino hasta cuando nos alcance la tolerancia o bien (hasta que el otro o la otra sea causa de separación)

Jesús es enfático en la exigencia que nos lanza a sus seguidores: buscar en nuestras relaciones de pareja lo realmente esencial y trascendente: la vivencia del amor de dos personas unidas en el sacramento del matrimonio, unión que, pese a las dificultades, sigue recreándose a pesar del transcurso del tiempo en la vivencia renovada de la donación del uno al otro y para los fine que el Dios de la vida lo ha querido; y siendo de esta manera no faltará la gracia, la ayuda y la protección de Dios; por eso ha instituido este sacramento de modo esencial de esa fusión que permite a un hombre y una mujer «no ser ya dos, sino uno solo».

Nos aconseja San Josemaria: “Si –por tener fija la mirada en Dios– sabes mantenerte sereno ante las preocupaciones, si aprendes a olvidar las pequeñeces, los rencores y las envidias, te ahorrarás la pérdida de muchas energías” y muchas desventuras. Los separados sufren mucho y las consecuencias peores las cargan los hijos de los padres separados para menoscabo de una vida digna y pacifica en el medio social.



jueves, 27 de febrero de 2014

Todos serán sazonados a fuego


La antítesis del humilde es el rico, aquel que pone su confianza exclusivamente en los bienes materiales poniendo todo su empeño en la acumulación, sin el compartir sin justicia y lo mas grave dejando a Dios por lo material. Para ello se vele de los medios que muchas veces no son sanos. Detrás de las durísimas palabras que Santiago dedica a los ricos esta la convicción de que la única riqueza en la que hay que poner el corazón es Dios, en sus manos está nuestro destino, y quien pone su confianza en Dios no puede vivir de espaldas al necesitado.

Salados al fuego.- ¿Por qué las personas sabias son humildes? Quizá porque han comprendido que no pueden fiarse de sus fuerzas. Esta humildad no tiene nada que ver con una autoestima baja sino con una percepción muy profunda de la condición humana, de la grandeza de Dios, de su amor, de su voluntad. De las responsabilidades que tiene como hijo de Dios. Y la sensibilidad frente al necesitado, la justicia y la paz. Para que el Reino de Dios, sea en nosotros una realidad.

El seguimiento de Cristo hemos de encontrar una opción vital por ser sal del mundo. De esta exigencia surge la necesidad de no escandalizar a aquéllos que vienen comenzando el camino de su seguimiento. Por el contrario debemos ser siervos del Señor para atraer a los alejados e indiferentes. Se trata de entender y comprometernos con nuestra libertad de la esclavitud del pecado para nuestra salvación y la de nuestros semejantes; Dios se vale del hombre para salvar a los hombres.«si la sal pierde su sabor, con nada podrá ser sazonada».


miércoles, 26 de febrero de 2014

Deben decir así: "Si el Señor lo quiere"


Dios trabaja silenciosamente, nosotros con lo poco creemos ya ser dioses. Todo lo bueno pasa por la voluntad de Dios. La vanagloria nos lleva a creernos dueños de nuestro destino. Por su puesto que por soberbia nos incapacitamos para reconocer que de por medio se presentan situaciones que impedirán la realización de nuestros deseos. Solo se puede llegar a feliz término con la autorización de Dios. De manera que nos corresponde ser agradecidos y pedir a Dios su gracia para lograr nuestros buenos propósitos.

La amonestación del día de hoy de parte de nuestro Señor Jesús, es para nosotros también, esa amonestación va contra los celos que siempre dentro del seno de nuestras instancias; pensamos que solo cada uno de nosotros es el capaz, cada uno de nosotros es quien se ha capacitado, los demás no tienen ni la gracia ni las capacidades, que Dios esta solo con nosotros; como si nosotros fuéramos los únicos capaces de hacer el bien. Como si nosotros poseyéramos en exclusiva la presencia y la inspiración del Espíritu Santo.

Dios trabaja silenciosamente, allí donde se lucha por los humildes, por el necesitado, allí donde alguien hace el bien, allí donde con espíritu puro y rectas intensión se combate por la fraternidad y la justicia, allí está el Reino de Dios. Existen muchos cristianos anónimos que silenciosamente y sin saberlo hacen la voluntad de Dios, obrando en misericordia. De tal manera que Dios lo sabe y deja bien establecido que: «quien no está contra nosotros, está a nuestro favor», afirmando de esa manera que el don de Dios hacia la humanidad no es exclusivo de un grupo, de un pueblo o de una comunidad determinada; es universal.

782 del Catecismo.- “Es el Pueblo de Dios: Dios no pertenece en propiedad a ningún pueblo. Pero Él ha adquirido para sí un pueblo de aquellos que antes no eran un pueblo: "una raza elegida, un sacerdocio real, una nación santa" (1 P 2, 9)… -"Su ley, es el mandamiento nuevo: amar como el mismo Cristo mismo nos amó (Cf. Jn 13, 34)". Esta es la ley "nueva" del Espíritu Santo (Rm 8,2; Ga 5, 25). – Su misión es ser la sal de la tierra y la luz del mundo (Cf. Mt 5, 13-16). "Es un germen muy seguro de unidad, de esperanza y de salvación para todo el género humano". - "Su destino es el Reino de Dios, que el mismo comenzó en este mundo, que ha de ser extendido hasta que él mismo lo lleve también a su perfección" (LG 9).


martes, 25 de febrero de 2014

Encomienda a Dios tus afanes, que él te sustentará


«El que acoge a un niño como éste en mi nombre me acoge a mí; y el que me acoge a mí no me acoge a mí, sino al que me ha enviado.» para ilustrar el ejemplo, el Señor toma un niño, uno de los que era marginado, que no contaba para nada en la época, lo acoge con ternura, manifestando amor y los mejores deseos para que ese niño llegase a ser un buen hijo de Dios y un alama para el Reino de los cielos. Según las promesas de nuestro Señor Jesús es muy fácil acoger a Dios, ¿tú qué opinas? Resumido en dos palabras, servicio a los demás. Servicio sin interés, de buena intención, pero con valentía para defender las cosas de Dios, la justicia, la paz. Es necesaria la organización con jerarquía, con autoridad pero con la regla de oro: el servicio.

Pero como diferenciamos el servicio a la manera de Dios, cuando se hace con rectitud de conciencia, por amor, cuando se tiene verdadera intención por la salvación de las almas; lejos de protagonismos, fama, poder o interés económico, o para sacar beneficio personal. Quitando de nosotros los celos que imprecan muchos de los considerados evangelizados. La soberbia es el mal para el alma más difícil de erradicar, nos gusta que nos alaben, nos resentimos cuando no se nos nombra y exalta.

La aptitud del cristiano ante las dificultades y enemigos del alma, que salen imponerse, es proceder con la humildad; con la similar actitud que llevó al Hijo del Padre a remontar la cruz. La humildad es la virtud que se antepone a la soberbia, es la que se aprende mediante la renuncia y el discernimiento y el agradecimiento diarios. Para ser buenos cristianos debemos ser humildes, (no tontos) si falta este requisito entonces parecerá que la cruz de Cristo es locura, contradicción, perdida, un sin razón, fracaso o una mentira.

“¿Lo menosprecias por el hecho de que encendió una lámpara, su propia carne, y que barrió su casa, purificando el mundo del pecado, para buscar la moneda de plata perdida, perdiendo la belleza de su efigie real por su Pasión? (Lc 15,8s; Mc 12,16)… ¿Acaso lo consideras inferior porque se ciñe un delantal para lavar los pies de sus discípulos, mostrándoles que el medio más seguro para ascender, es descender? (Jn 13,4s) ¿Te quejas a Dios porque Cristo desciende, inclinando su alma hacia la tierra, con el fin de levantar con Él a los que caen bajo el peso del pecado? (Mt 11,28) ¿Le reprochas por haber comido con publicanos y pecadores para su salvación? (Mt 9,10) ¿Cómo acusar a un médico que estudia los sufrimientos y las heridas de los enfermos para aportarles la curación?” San Gregorio Nacianceno


lunes, 24 de febrero de 2014

Creo; pero ayuda mi falta de fe


La primera Lectura es muy elocuente y que bueno ponerla por obra. Y referente al pasaje del Evangelio no habla de fe y de liberación. La fe para nosotros pareciera que fuera algo que crece con nuestro crecimiento físico, y al llegar a cierta edad, no la percibimos y simplemente la abandonamos; en primer lugar la fe es un don y por tal para el servicio a los demás. No es algo que se vende o se compra. No es una simonía – esta palabra viene de un tal simón brujo que quiso comprarle los poderes espirituales a los Apóstoles Pedro y Juan.(cf.HCH.8) la fe no crece porque no se usa para el servicio a los demás, es decir los dones que confiere el Espíritu Santo, son temporales y pueden permanecer conforme a nuestra intimidad leal. “Por lo tanto, quitadle el talento y dádselo al que tiene los diez. »Porque a todo el que tiene se le dará y tendrá en abundancia; pero al que no tiene incluso lo que tiene se le quitará. En cuanto al siervo inútil, arrojadlo a las tinieblas de afuera: allí habrá llanto y rechinar de dientes». (Mat 25:29-30)

La filosofía escudriña minuciosamente los conceptos y muchos teólogos se quedan en la mera filosofía – de lo que el hombre común puede ver, tocar y razonar. De tal manera que el pasaje de hoy seguramente no puede caber nada más que una enfermedad en el caso del niño poseso. Pero claramente lo dice la sagrada Escritura: “curaba enfermos y expulsaba demonios” – además hoy lo podemos presenciar cuando se hacen procesos de liberación. Que entre otras cosas es muy peligroso jugar con estas cosas; ya que cuando no se hace lo debido que es, llevar al poseso a una confesión bien hecha y con seguimiento para que no caiga de nuevo y llegue a ser peor su situación que antes.

Freud pone el origen de la fe en las debilidades del hombre, que busca en la religión un consuelo a sus frustraciones. Y en parte le daría mi asentimiento, porque muchas veces nosotros al carecer del don divino y al sentir el peso de la cruz lo asumimos como una maldición. «tengo fe, pero dudo; ayúdame». Esto nos ocurre a todos, faltos de madurez en la fe. Descansamos más bien en nuestras propias capacidades y no confiamos en quien lo puede todo. “Él respondió: Lo que es imposible para los hombres es posible para Dios.” (Luc 18:27)


sábado, 22 de febrero de 2014

“El Señor es mi pastor, nada me falta”


Aun hoy cuando las idolologías y las religiones experimentan grandes crisis, el nombre, el recuerdo, su doctrina, su presencia, su actitud y su voluntad del nazareno, de Cristo es vigente alimentado por la fe, por su verdad, por sus promesas, por la esperanza. Hace que el hombre conozca de manera significativa a Dios. Hoy en la lectura del Evangelio no presenta una gran fiesta, la de san Pedro; remembranza del “príncipe de los apóstoles”. Cuando el Señor quizo conocer los sentimientos de los mismos discípulos, el primero en confesar al Señor es aquel que es el primero en la dignidad de apóstol. Pedro yendo más allá que la gente, reconociendo en Jesús al Mesías, al Hijo de de Dios.

El Señor pregunta a los apóstoles cuál es la opinión que los hombres tienen de él. Y todos, a lo largo del tiempo que exponen las dudas que provienen de la ignorancia humana, dicen lo mismo. A la respuesta de Pedro, inspiración del Espíritu Santo; se hace acreedor para que nuestro Señor Jesús le cambia el nombre significando una nueva vocación y misión en su vida, haciéndolo misionero como Él, compañero de Jesús para el anuncio del Reino. En eso estriba la importancia del recuerdo de esta fiesta petrina, a partir de Pedro todos los discípulos son enviados y mientras permanezcan fieles a este servicio ningún poder, ni terreno ni sobrehumano los podrá acabar. “Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo.


viernes, 21 de febrero de 2014

"Dichoso quien ama de corazón los mandatos del Señor"


Cuando el hombre vive desparramado, disperso de la unión con Dios, piensa en sus preocupaciones, en sus propias fuerzas para este caminar en la iglesia peregrina. Cuando debería poner su confianza solo en Dios, mirar siempre a Cristo crucificado y resucitado y ofrecer todo para que cumpliendo con la voluntad de Dios, todo sea del agrado y gloria de Él. Así, a la vez se puede dar testimonio de vida y lo que lleva a que el cristianismo sea una propuesta de vida es el testimonio que se comunica desde la coherencia entre la fe y las obras. Muchas veces son otros nuestra cruz o también, puede ser que seamos cruz para otros. Lo cierto es que hay esta relación: un y otra cruz no son dos cruces. El compartir las cruces, se hace más llevaderas y es Cristo quien da la superación ante lo que nos oprime. Ante lo que nos parece un imposible.

Necesitamos la confianza en el dueño de todo, quien todo lo ha hecho para bien nuestro, quien lo conoce todo, Jesucristo es “el camino, la verdad y la vida” Dios no va haciendo valientes para caminar a su paso, ayudándonos a cargar nuestra cruz. Porque nuestra tendencia es a dejar nuestra crus al lado del camino y el Señor reprocha esa actitud. Quizás optemos más bien por la fama, el poder y el tener. Y el Señor nos dice: ¿de qué le sirve al hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida? ¿O qué podrá dar uno para recobrarla? Es con el encuentro personal con Cristo para conocerlo y tratarlo, con compromiso y la adhesión a Jesús. Es a pulso firme que el cristiano va ha ser formado, mediante la obediencia, la humildad y la disposición sensible a la inspiración del Espíritu Santo.

Enséñame la ciencia que consiste en amar el menosprecio, la injuria, la abyección... Enséñame a padecer con esa alegría humilde y sin gritos de los santos... Enséñame a ser manso con los que no me quieren, o me desprecian... Enséñame esa ciencia que Tú desde la cumbre del Calvario muestras al mundo entero. Mas ya sé..., una voz interior muy suave me lo explica todo..., algo que siento en mí que viene de Ti y que no sé explicar, me descifra tanto misterio que el hombre no puede entender... Yo, Señor, a mi modo, lo entiendo..., es el amor..., en eso está todo... Ya lo veo, Señor..., no necesito más, no necesito más... es el amor, ¿quién podrá explicar el amor de Cristo?... Callen los hombres, callen las criaturas... Callemos a todo, para que en el silencio oigamos los susurros del Amor, del Amor humilde, del Amor paciente, del Amor inmenso, infinito que nos ofrece Jesús con sus brazos abiertos desde la Cruz. El mundo loco, no escucha...” San Rafael Arnaiz B. (1911-1938)


jueves, 20 de febrero de 2014

Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha


Sabemos que Dios está en todas partes, que lo sabe todo y que todo lo puede, pero también Dios ha querido quedarse con nosotros de una manera especial y hace esa presencia especial solo en la Eucaristía. Si nosotros no fallamos al menos los días de guarda a la Eucaristía y vivimos los mandamientos y los sacramentos, podremos ir comprendiendo quien es Jesús. Pero si por circunstancias fallamos a este mandato, quizás nos hace falta hacernos una retrospectiva y cuestionarnos para saber quién es Jesús.

A todos nos hace esta gran pregunta el Señor «Y vosotros, ¿quién decís que soy?» ¿Quién es Jesús para ti? S no es el centro de su vida, entonces falta hacer un alto en el camino para poder responderle con sinceridad. La prueba de esta falta de madurez la tenemos a continuación, cuando sus discípulos oyen el primer anuncio que Jesús les hace de su pasión y muerte. No acaban de entender el sentido que Jesús da a su mesianismo: eso de que tenga que padecer, ser condenado, morir y resucitar. Pedro recibe una de los regaños más duros del evangelio: «Apártate de mi vista, Satanás. Tú piensas como los hombres, no como Dios».

También esta reprimenda sea para nosotros hoy día, cuando pensamos solo como los hombres, como el mundo y no como Dios. Si en verdad aceptamos a Jesús en toda su profundidad, o con una selección de aspectos según nuestro gusto. Claro que «sabemos» que Jesús es el Hijo de Dios. Entre otras cosas, Marcos nos lo ha dicho desde la primera página. Pero una cosa es saber y otra aceptar su persona juntamente con su doctrina y su estilo de vida, incluida la cruz, coherentemente. Para otros aspectos de la vida tendríamos que viajar, hacer gastos onerosos, pero para poder responder la pregunta de Jesús no cuesta sino nuestra voluntad y el Espíritu Santo nos va a mostrar quien es el que murió en la Cruz por y por ti y por mi y que luego resucito y está vivo y hace su presencia en medio de nosotros. Para empezar veamos (Mc. 14, 22-24;  15, 39; 16, 14-15)


miércoles, 19 de febrero de 2014

Llevad a la práctica la palabra y no os limitéis a escucharla


Primera lectura.- Poned «por obra» la Palabra y “éste encontrará la felicidad en practicarla” que gran contenido de esta frase de Santiago. Si solamente escuchamos la Palabra sin ponerla en práctica, nos engañamos. Y agrega: es como quien se mira en un espejo y luego se va olvidándose de su rostro. La fe no es una cuestión abstracta, es algo que nos lleva al cambio, que transforma para bien y para dar ejemplo de vida. Cada uno de los versículos de la Palabra debe llevarnos a un cambio que se note. Los cambios que Dios hace en nosotros produce alegría – En fin la Palabra es el espejo donde se puede mirar todo el género humano.

(Comentario del Evangelio por: Juliana de Norwich (1342-después de 1416), reclusa inglesa
Revelaciones de amor divino, cap. 52)
"¿Acaso ves algo?" Vi que Dios se regocija de ser nuestro padre, Dios se regocija de ser nuestra madre, Dios se regocija de ser nuestro verdadero esposo y de tener nuestra alma por su esposa muy amada. Cristo se regocija de ser nuestro hermano, Jesús se regocija de ser nuestro Salvador… Durante nuestra existencia, nosotros que vamos a ser salvados, conocemos una mezcla asombrosa del bien y el dolor. Tenemos en nosotros a nuestro Señor Jesucristo resucitado, y también la miseria y la malicia de la caída y de la muerte de Adán… Por la caída de Adán quedamos tan quebrantados que, por el pecado y por sufrimientos diversos, tenemos el sentimiento de estar en las tinieblas; ciegos, apenas podemos probar el menor consuelo.

Pero por nuestra voluntad, nuestro deseo, permanecemos en Dios y creemos con confianza en su misericordia y en su gracia; así es como actúa en nosotros. Por su bondad abre los ojos de nuestro entendimiento, que nos muestra a veces más, a veces menos, según la capacidad que nos concede. Unas veces nos eleva, y otras permite que caigamos. Esta mezcla es tan desconcertante que nos es difícil de saber, en cuanto a mí mismo o en cuanto a nuestros semejantes en Cristo, en qué camino estamos, tan cambiante es lo que sentimos. Pero lo que cuenta es decirle un "sí" a Dios a pesar de lo que sentimos, queriendo estar verdaderamente con él, con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma, con todas nuestras fuerzas (Mc 12,30); entonces odiamos y despreciamos nuestro impulso al mal… Permanezcamos en esta disposición cada día de nuestra vida.”


martes, 18 de febrero de 2014

Cuídense de la levadura de los fariseos.


Dios es Espíritu Puro con poder sobrenatural por tanto puede estar en todas partes; todo lo ve, lo sabe y lo gobierna. Que paciencia la del Señor! – los discípulos no entendían lo importante, la presencia de Dios; y se preocupaban por el pan que debía servirles de alimento. Mientras que el Señor les hablaba de los cuidados para no caer en la tentación. A pesar de estar sintiendo de cerca el calor (ese fuego que encendió el corazón de los discípulos de Emaús), a pesar de vivir con el Maestro, les costaba entender. Esto nos indica que aunque no entendamos mucho, debemos permanecer al lado del maestro, Él tiene la calma suficiente para ir formándonos como a sus discípulos.

Lo grave seria no querer aceptar a formación que nos inspira Dios. No entender es normal, nadie nace enseñado. Dios quiere que cada día sea un paso más por este desierto de la vida terrena, pero permitiendo la ayuda divina, puesto que no tenemos el conocimiento ni la fuerza necesaria para valernos por si solos. Dios nos ama de manera particular a cada uno, quiere llevarnos de la mano hasta la tierra prometida. Pero nosotros muchas veces ante sus advertencias y exigencias nos vamos por las ramas, no llegamos a lo importante del asunto, la terquedad de nuestra mente y del corazón para entender el estilo típico de Jesús hace repetir hoy esta pregunta ¿Aún no entienden?

¿Pero qué es lo que tenemos que entender? El poder, la autoridad, el amor infinito, inmenso e incondicional. Su doctrina, su ternura y la liberad donada para poder vivir esa amistad sincera y leal que nos ofrece Dios. Entender que así como Dios nos da, también debemos dar a nuestros semejantes. Así como quiere nuestra salvación, también deseemos la de los demás. Así como somos necesitados de Dios, también ayudemos a otros a levantarse de sus caídas, de sus desconfianzas, dudas y desvíos. Quiere que entre todos construyamos un mundo con vida más digna y más justa y que aprendamos a rechazar la levadura del mal.


lunes, 17 de febrero de 2014

"Al ponerse a prueba vuestra fe, os dará constancia, y seréis perfectos e íntegros"


El signo que Dios da al hombre es Jesucristo es quien vino a revelarnos a la Santísima Trinidad, no hay mejor señal; y está anunciado desde el Génesis hasta el último libro de la sagrada Escritura, no puede ser otro de una manera particular y fácil. Nosotros quisiéramos que con el solo hecho de pertenecer a una denominación cristiana se tuviera ya resuelto el problema de la salvación. La vida eterna la da Dios mediante nuestra aceptación, mediante nuestro comportamiento concordante con la divina voluntad de Dios. El Reino de Dios en nuestro interior.

Las dudas, los interrogantes, su endiosamiento, de los fariseos nos sirvió a nosotros para comprender mejor, si miramos bien nos ahorraron muchas preguntas. Esta vez piden una señal para creer. ¿No era suficiente todo lo que habían visto? Igual que nosotros después de tanto y por falta de conocimiento por estar engreídos en el materialismo y falta de obediencia y de entrega continuamos preguntándonos cosas que el Señor ha mostrado hasta la saciedad. Pedimos señales, con el agravante de que aunque de señales no se va a creer. De tal manera que el Señor se va para la otra orilla. Para evitar la ausencia del Señor, debemos aferrarnos a una fe simple, sencilla y viva, creamos en El, que tiene palabras de vida eterna, descubramos los milagros de la cotidianidad, de la presencia de Jesús. “¡Dichosos los que creen sin haber visto!” «¿Por qué esta generación pide una señal?» (Mc 8,12). Juan Pablo II, comentando este episodio de la vida de Jesucristo, dice: «Jesús invita al discernimiento respecto a las palabras y las obras que testifican (son “señal de”) la llegada del reino del Padre»


martes, 11 de febrero de 2014

¡Qué deseables son tus moradas, Señor de los ejércitos!


Hoy se celebra la Jornada Mundial del Enfermo. Dia para reflexionar sobre el mandamiento del amor, la caridad, la ayuda al necesitado. Y el Señor hoy nos interpela sobre nuestras muchas costumbres en contraste a nuestra poca fe. Nuestro Señor Jesús quiere enseñarnos que para estar más cerca de Dios es necesario convertirse y seguirlo de corazón, siendo su testigo. “En esto hemos conocido el amor: en que él dio su vida por nosotros. Por eso también nosotros debemos dar la vida por nuestros hermanos.” (1 Jn 3,16). Cuando hacemos algo por los demás, de corazón, con alegría y sin esperar nada a cabio, sentimos mucha alegría, puesto que es la manifestación del amor de Dios. “Pues es notorio que sois una carta de Cristo, redactada por nuestro ministerio y escrita no con tinta sino con el Espíritu de Dios vivo; no en tablas de piedra sino en tablas que son corazones de carne.” (2Co. 3, 3)

Por eso denuncia la hipocresía y la falsedad de las prácticas farisaicas. "La Antigua Ley (cfr Ex 30,17ss.) prescribía unos determinados ritos que significaban la pureza moral con la que había que acercarse a Dios; la tradición judía los había ampliado a otros ámbitos -como las comidas- para dar una significación religiosa a todas las acciones. De esta forma la pureza exterior era muestra de la pureza interior. Sin embargo, en tiempos de Cristo el legalismo de las normas rituales establecidas por tradición humana había ahogado el verdadero sentido del culto a Dios. Jesús denuncia esa actitud sirviéndose de un texto de Isaías (Is 29,13) y proponiendo un ejemplo en el que la tradición humana había acabado por ser una excusa para no sujetarse a un mandato divino. Te damos gracias Señor por tu palabra sincera y valiente. Gracias porque nos has dicho que prefieres una religión de amor y de libertad.


lunes, 10 de febrero de 2014

“Levántate, Señor, ven a tu mansión”


El Evangelio de hoy nos muestra a nuestro Señor Jesús atareado, como quien tiene la agenda copada, no le queda tiempo de más. La gente acude a Él, por montones, quieren sacar su propio beneficio físico. Tal vez muy pocos beneficio espiritual. Pero en fin el Señor se deja encontrar para que acudan a Él y sin importar, a todos les sana y les devuelve la dignidad y los reincorpora a la sociedad; con un gran propósito, quiere que cada conglomerado viva en comunidad motivados por el mismo favor divino.

No porque tocaran el manto quedaban curados, sino por la fe en Jesús como Mesías y Salvador y esto le abre el paso al milagro, la curación y el perdón de sus pecados. Para luego seguirle y darle la gloria a Dios. Qué relación podemos sacar para nuestro tiempo actual? Seguramente mucho si reflexionamos sobre la carencia de Dios en la humanidad. Pero encontramos también, mucha falta de compromiso, oposición interna y externa, incredulidad, otros afanes, idolatría. Es decir si vamos con el rumbo que traza el Señor hay muchísimos que encontramos a pasos agigantados en sentido contrario. Sin embargo el Señor sale al paso para hacerse el encontradizo pero la gente anda ciega y sorda a lo espiritual, a lo trascendente, no le interesa la vida. La seducción por el materialismo, el sensacionalismo, lo de moda. Que son las distracciones que pone el maligno, para poder oponerse al gran sentimiento divino de amor y misericordia por el género humano.


sábado, 8 de febrero de 2014

“Te doy un corazón sabio e inteligente, como no lo ha habido antes ni lo habrá después de ti”.


Jesús, pastor y profeta - "Andaban como ovejas sin pastor". Al contraste de la Palabra de Dios, podemos observar que hoy como ayer, la gente anda despistada, corriendo de un lugar a otro, escuchando a uno y a otro, tomando opciones diferentes para encontrar lo que le pueda llenar su corazón. Cuando lo que debe es propiciar un encuentro personal con el Señor, para llenar el corazón y este se llena sirviéndole a Dios y a nuestros semejantes. Dios va purificando y llenando el corazón del hombre a medida de su entrega y servicio, a medida de su intensión y voluntad; a medida de su docilidad y discernimiento.

Entonces si andamos como ovejas sin pastor, ¿Qué hacer? Acudir a Dios a ejemplo de Salomón para pedirle “Da a tu siervo un corazón dócil para gobernar a tu pueblo, para discernir el mal del bien, pues, ¿quién sería capaz de gobernar a este pueblo tan numeroso?» quien podrá vivir conforme a la divina Voluntad de Dios, en medio de este pueblo tan relativizado, tan egoísta, mercantilista, tan interesado, tan falto de paz, tan soberbio, tan idolatra de dioses terrenos. Solo Dios puede tener la solución, solo El llena los corazones vacios. Solo Dios da la luz, ante la ceguera espiritual; da el discernimiento de lo bueno y lo malo; da la gracia del trabajo desinteresado, solo El da la paz, la salud y la vida.

Todos los momentos son buenos para evangelizar, Jesús nos enseña a aprovecharlos y hasta cambia lo programado para enseñar a la gente; su mayor deleite son las almas que quieren buscarlo, sin importar su condición. De hecho hay muchas personas valientes y generosas que a imagen de Cristo, lo hacen; que “huelen a oveja” porque la encuentran y la cargan. Pero también hay quienes lo hacen faltos de la misma actitud y aptitud, creyendo ser los mejores.


viernes, 7 de febrero de 2014

Bendito sea mi Dios y Salvador


Hoy vemos de manera dramática el rechazo al evangelizador, en la época sobre la muerte de Juan y los factores que, según el relato de Marcos, intervinieron en ese desenlace. Pero como siempre, habrá oposición a las cosas de Dios, hoy también encontramos muchos que son perseguidos por la cusa del Evangelio y por muchos, de una forma u otra. Los hombres aparentemente tiene el poder de decisión en las cosas del mundo, pero la mujer consigue lo que le parece.

Al leer el pasaje y los motivos que llevaron al martirio de Juan, podemos enumeran una cantidad de situaciones que las encontramos en la sagrada Escritura, pero es como un ejemplo a lo que acontece hoy, incluso dentro de nuestra propia iglesia. El celo, el odio, el resentimiento con quienes nos dicen verdades y que tocan contra nuestros criterios. La manera habilidosa como se relativiza; la trama para poner al margen a los que nos quieren desenmascarar nuestros defectos, nuestros comportamientos, nuestras conductas, nuestras faltas contra la sana doctrina, etc.

Hoy, en este pasaje de Marcos, también se nos habla de la fama de Jesús —más que aquel Juan; más que cualquiera de los profetas que hablaban en nombre del Altísimo: Él era el Hijo de Dios hecho Hombre, Perfecto Dios y perfecto Hombre. Este Jesús —presente entre nosotros—, como hombre, nos puede comprender y, como Dios, nos puede conceder todo lo que necesitamos.



miércoles, 5 de febrero de 2014

Convertios y creed en el Evagelio


"Hoy, el Evangelio relata la primera de las misiones apostólicas. Cristo envía a los Doce a predicar, a curar todo tipo de enfermos y a preparar los caminos de la salvación definitiva. Ésta es la misión de la Iglesia, y también la de cada cristiano. El Concilio Vaticano II afirmó que «la vocación cristiana implica como tal la vocación al apostolado. Ningún miembro tiene una función pasiva. Por tanto, quien no se esforzara por el crecimiento del cuerpo sería, por ello mismo, inútil para toda la Iglesia como también para sí mismo»

El mundo actual necesita —como decía Gustave Thibon— un “suplemento de alma” para poderlo regenerar. Sólo Cristo con su doctrina es medicina para las enfermedades de todo el mundo. Éste tiene sus crisis. No se trata solamente de una parcial crisis moral, o de valores humanos: es una crisis de todo el conjunto. Y el término más preciso para definirla es el de una “crisis de alma”.

Los cristianos con la gracia y la doctrina de Jesús, nos encontramos en medio de las estructuras temporales para vivificarlas y ordenarlas hacia el Creador: «Que el mundo, por la predicación de la Iglesia, escuchando pueda creer, creyendo pueda esperar, y esperando pueda amar» (san Agustín). El cristiano no puede huir de este mundo. Tal como escribía Bernanos: «Nos has lanzado en medio de la masa, en medio de la multitud como levadura; reconquistaremos, palmo a palmo, el universo que el pecado nos ha arrebatado; Señor, te lo devolveremos tal como lo recibimos aquella primera mañana de los días, en todo su orden y en toda su santidad».

Uno de los secretos está en amar al mundo con toda el alma y vivir con amor la misión encomendada por Cristo a los Apóstoles y a todos nosotros. Con palabras de san Josemaría, «el apostolado es amor de Dios, que se desborda, con entrega de uno mismo a los otros (...). Y el afán de apostolado es la manifestación exacta, adecuada, necesaria, de la vida interior». Éste ha de ser nuestro testimonio cotidiano en medio de los hombres y a lo largo de todas las épocas."


“Perdona, Señor, mi culpa y mi pecado”


El problema de la “familiaridad” con el evangelio y la Buena Nueva, para nosotros los católicos, es que creemos saberlo mejor que los demás y por tanto ya no nos dice nada nuevo. Nuestra ceguera espiritual nos impide ver la esencia, la trascendencia, nos cerramos y decimos, “¿Me va a enseñar usted a mí?, a mí, que soy un cristiano curtido... siempre voy a la iglesia... ya me sé todo”. Asimismo el Evangelio que trasmitamos no va decir nada a los demás y por tanto impedimos la acción del Espíritu Santo. Se cumple la parábola del sembrador y muchas veces sin alcanzar ningún tipo de porcentaje.

Nosotros hoy, si confiamos en el Señor? Al leer el pasaje, notamos que sus coterráneos dudan, de lo que estaba haciendo Jesús, no encontraban respuesta a su falta de fe. Hasta hacia pocos meses lo habían visto como una persona muy querida dentro de un hogar religioso, pero normal; y de un momento a otro se manifiesta haciendo milagros y hablando con autoridad. Para estos, en cierta medida sería justificable, pero para nosotros a mas de dos mil años, como es posible que no tengamos fe.

Un detalle más, veamos lo facilito que es para nosotros impedir que Dios no pueda obrar ante nuestras dificultades y necesidades, el solo hecho de dudar basta para que Dios no pueda hacernos favores. Esto lo vemos en muchos pasajes de la Sagrada Escritura, empezando desde el Génesis 3, «¿Es cierto que Dios les ha dicho: No coman de ninguno de los árboles del jardín?» … «No es cierto que morirán. Es que Dios sabe muy bien que el día en que coman de él, se les abrirán a ustedes los ojos; entonces ustedes serán como dioses” El diablo sembró la duda, aparece la desconfianza y Dios tiene que retirar su protección. El diablo no pide permiso y se vale del engaño, la astucia, la distracción, la mentira. 

La falta de fe para nosotros los humanos es fatal.


martes, 4 de febrero de 2014

Contigo hablo, niña, levántate


Al reflexionar sobre el santo Evangelio para hoy, encontramos dos situaciones de enfermedad, que causaron sufrimiento continuo y muerte. Habían sido tratadas con la medicina de la época, sin lograr la salud y la vida. Pero el Señor siempre viene en busca del enfermo, del afligido del necesitado para devolver su estado natural.

Dos casos que ameritan fe, dos casos donde se manifiesta el amor y la misericordia de Dios. Tal como ocurre hoy día. Cuando la ciencia no puede contra la enfermedad, se dice por parte de los mismos médicos a sus familias, este caso se sale de nuestras manos. Solo Dios, el Dios de la vida, de la gracia, del amor, a medida de nuestra fe, puede dar vida.

En el marco Evangélico de hoy, acontece un doble acto de fe, que es la certeza íntima de que se recibirá lo que otros no se atreven a pedir o que se obtendrá pasando por encima de las normas religiosas. La mujer no podía toca a nadie, tenía que mantenerse a distancia, porque los que la tocaran quedaban impuros; esta mujer por fe viola las normas y arranca de Dios su sanación y su condición ciudadana, en un acto que para ella es el único y último recurso. «¿Quién ha tocado mi ropa?» aparece lo admirable, es la misericordia de Dios, quien todo lo ve y sabe la intención que hay en nuestro ser.

En el caso de la niña nuestro Señor se encuentra frente a la muerte y da la vida a la niña. Se presenta la oposición de algunos que dicen ya no hay nada que hacer, «Tu hija ha muerto; no sigas molestando al Maestro» Jairo confía y las palabras del Maestro suenan como algo absurdo, pero el poder y la autoridad de Dios se hace evidente. Estos y todo lo acontecido durante la vida pública del Señor están orientados a la salvación de las almas, quiso devolvernos su confianza, quiso retirar de nosotros la duda, demostró que El es la luz que ilumina nuestras tinieblas, «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida” (Jn. 14, 6) "Cristo murió por nuestros pecados, como dicen las Escrituras; que fue sepultado; que resucitó al tercer día, también según las Escrituras; que se apareció a Pedro y luego a los Doce. Después se dejó ver por más de quinientos hermanos juntos, algunos de los cuales ya han entrado en el descanso, pero la mayoría vive todavía. Después se le apareció a Santiago, y seguidamente a todos los apóstoles. Y se me apareció también a mí,(1 Co. 5, 3-8)


lunes, 3 de febrero de 2014

“Vete a casa con los tuyos y anúnciales lo que el Señor ha hecho contigo por su misericordia.»


La presencia de Jesús resultaba demasiado perturbadora en muchas circunstancias. El interés de nuestro Señor Jesús, devolverle la libertad al poseso. La gente no lo entiende muy bien y le piden que se baya de su presencia. Es una triste y equivocada reacción de "autodefensa". Cerramos las puertas a una posible salvación que necesariamente desmantela nuestros criterios.

«¿Qué tienes que ver conmigo, Jesús, Hijo de Dios Altísimo? Por Dios te lo pido, no me atormentes.» es un reconocimiento de los espíritus, no del poseso. Ahora bien, como ellos sabían que tenían que obedecer y abandonar ese cuerpo donde estaban descansando, quieren hallar otro destino al menos parecido, pero los cerdos se arrojaron al mar. A Jesús le importo la liberación de aquel pobre; a eso ha venido a traer la liberación – con una premisa, «Vete a casa con los tuyos y anúnciales lo que el Señor ha hecho contigo por su misericordia.» es decir baya a cumplir la misión, lleve la buena nueva a los tuyos, sea testigo de lo que Dios ha hecho contigo.

En muchos pasajes del Evangelio encontramos la presencia de espíritus del mal, la pregunta es: ¿será que hoy día ya no existe esa manifestación? La respuesta es sí. Resultara perturbador para ellos. Muchos somos testigos presenciales de tales manifestaciones. Lo que si ocurre es que los espíritus del mal no se manifiestan mientras que alguien no pretenda desalojarlos, mientras que alguien que esté en gracia y sienta amor por las almas y sienta interiormente el ardor por su salvación; pero para infortunio de la humanidad estas personas resultan siendo muy pocas. De ahí que muchos no se den cuenta de ser aposento de descanso para los espíritus que eternamente están en desgracia.

Nos corresponde a nosotros y es preciso que Dios sea quien haga presencia en nuestro espíritu, porque lo que ha querido Dios para nosotros es que seamos templos vivos del Espíritu santo. Que aceptemos el Reino de Dios en nuestros corazones. «Si alguien me ama, guardará mis palabras, y mi Padre lo amará. Entonces vendremos a él para poner nuestra morada en él. El que no me ama no guarda mis palabras; pero el mensaje que escuchan no es mío, sino del Padre que me ha enviado. ... En adelante el Espíritu Santo, el Intérprete que el Padre les va a enviar en mi Nombre, les enseñará todas las cosas y les recordará todo lo que yo les he dicho.” (Jn. 14, 23-26)


sábado, 1 de febrero de 2014

"¿Por qué tienen miedo? ¿Cómo no tienen fe?".


En la Biblia se habla con frecuencia del Dios que domina las aguas del océano, que es capaz de dominarle con autoridad y fuerza. Y los encuentros con el Resucitado van siempre rodeados de misterio, del problema de la identificación, del temor a estar ante un fantasma. El Evangelio de hoy nos ofrece para nuestra reflexión algo más que una descripción de fases que implica la navegación en alta mar. En este caso Nuestro Señor Jesús se muestra con poder para increpar las olas, ordena y estas se calman. El Maestro interviene en pos de su iglesia incipiente. Por eso los grandes teólogos a lo largo de la historia retratan la iglesia en esta escena, cuando pareciera que va a sucumbir, aparece la voz y la autoridad de Dios para devolverle la esperanza de manera imprevista que muchas veces ha tenido que expresar “¿Quién es éste?”. Para escuchar la voz del Señor que dice; «¿Por qué sois tan cobardes? ¿Aún no tenéis fe?»

La invitación que nos trae el texto del Evangelio es la de superar todo temor y toda falta de fe. Jesús está vivo, ya ha resucitado y ejerce su Señorío y permanece con su iglesia hasta el fin. Nosotros discurrimos en la idea que solo nuestras capacidades son suficientes para resistir el oleaje del mal. Dios da la garantía que por su inmenso amor no abandona nunca al creyente.

… La más pequeña tempestad podría hundirme,
Sumergiendo mi barca en el torbellino de las olas,
Si no vigilaras sobre mi Tu Mismo, oh Dios,
En cada momento de mi vida, en cada instante.

Todo alrededor es horror y espanto,
Pero mi paz es más profunda que las profundidades del mar
Porque quien está Contigo, Señor, no perecerá
Me lo asegura Tu amor divino. … (Santa Faustina Kowalska)