sábado, 8 de marzo de 2014

“Cuando partas tu pan con el hambriento..., brillará tu luz en las tinieblas”


La lectura de Isaías que previendo los tiempos mesiánicos exige una preparación para ese tiempo de salvación: “Cuando destierres de ti la opresión, el gesto amenazador y la maledicencia, cuando partas tu pan con el hambriento y sacies el estómago del indigente, brillará tu luz en las tinieblas, tu oscuridad se volverá mediodía”. “El Señor te dará reposo permanente, en el desierto saciará tu hambre, hará fuertes tus huesos” Es propicio para este tiempo de conversión, de preparación ara el banquete de la pascua.

Nuestro Señor Jesús ve a Leví y le ofrece seguirle. Es una invitación franca, frente a frente; Dios y el hombre cara a cara. Admirable la misericordia de Dios. Jesús no mira el origen, la ocupación, la fisonomía de la persona; él mira al corazón. Sabe cuál es la intención y su rectitud, sabe que su llamada puede recrear, hacer un corazón nuevo. Conforma la comunidad de sus seguidores con personas con diferencias antagónicas, pescadores y ahora un empleado del poder dominador. Este personaje deja todo y obediente sigue al Señor.

Nuestro Señor Jesús sentado a la mesa con los publicanos no se hace uno de ellos sino que viene a ellos, a buscar lo que ha sido perdido; Este acto de Jesús ante los criterios políticos y sociales era incorrecto, por este hecho se mete en la mente de los fariseos y escribas un sentimiento de escándalo, «¿Cómo es que coméis y bebéis con publicanos y pecadores?» a Jesús no le importan las críticas de sus contendientes, acepta la invitación que le hace Levi, se sienta y a la mesa. Su misión es llegar al pecador que tiene intensión de conversión, para darnos ejemplo de vida realiza su misión a cabalidad, la define muy bien y la realiza.

Hoy esa invitación que hace el Señor es extensiva para todos. La figura del apóstol y evangelista Mateo es muy representativa. Nuestra lógica seria que por sus antecedentes y su puesto que ocupa este personaje, para el Señor no fuera tenido en cuenta. También puede suceder que por nuestra hoja de vida, nuestro pecado pudiéramos sentirnos excluidos de la misericordia de Dios, y por este solo hecho estaríamos pecando contra el Espíritu Santo. Todos estamos siendo llamados por el Señor a seguirle para ofrecernos la vida.


No hay comentarios:

Publicar un comentario