jueves, 19 de junio de 2014

Vosotros rezad así


“Padre nuestro” Nuestro Señor Jesús, nos dejo por heredad la magnífica oración al Padre. Pero conforme al ejemplo de su oración no se trata de un fragmento literario, sino para emplearlo para dar gloria a Dios y para que aprendamos a vivir.

“Padre nuestro del cielo” Nuestra vida la pasamos sin reconocer verdaderamente quien es, donde está y que hace Dios. Quienes somos nosotros, que debemos pensar, decir y hacer. Por su puesto, si fallamos en el primer trazo de esta oración ¿Cómo podremos glorificar a Dios? Yo no puedo amar verdaderamente a alguien que está en la lejanía, no se puede establecer un dialogo centrado, ni siquiera por internet. ¿Cómo puedo sentir que Dios es mi Padre si no le conozco, si no hablo con Él? ¿Si no percibo sus Palabras sus gestos, sus acciones y demás atributos? ¿Cómo podre sacar la cara por El, como testimoniarlo, como actuar a su imitación si no le conozco para aprender de Él? Contendrá un largo análisis si continuamos con el resto de la oración.

Rezar el Padrenuestro, como nos ha enseñado Jesús, es una pedagogía que nos lleva a lo esencial, a poner a Dios en el primer lugar, sintiendo a los otros como hermanos. Por ello Jesús une ambas cosas cuando nos invita a rezar: Padrenuestro... La Iglesia jamás se ha cansado de obedecer al Maestro repitiendo varias veces todos los días: Padrenuestro... Pero insisto, lo más importante es que esa oración sea dirigida en espíritu y en verdad a Dios y El nos concederá los dones y nos enseñará a vivirlo.

Se hace difícil vivir el “Padre nuestro” porque solemos ser demasiado desagradecidos. Fácilmente somos indiferentes. Nos da lo mismo una cosa que otra. Sometemos todas nuestras potencias a lo que percibimos con nuestros sentidos, olvidándonos que en principio somos seres espirituales, no solamente carnales.

A manera de tarea, reflexionemos sobre el resto de la oración, sin antes añadir: Olvidamos con facilidad que necesitamos perdonar para obtener el perdón, la liberación y la sanación -- ideal grande y difícil. Y tampoco está dentro de nuestra agenda la acción del maligno, el autor del engaño y la mentira, porque su manera de actuar es astuta, raposa, pero que nos puede transportar a la muerte.


No hay comentarios:

Publicar un comentario