viernes, 27 de junio de 2014

Dios nos amó


Hoy la iglesia celebra la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, nos debería cuestionar sobre la manera en que debemos amar al amado, para llenar nuestro corazón del amor a Dios. Y en el pasaje del Evangelio de hoy nos encontramos con una plegaria de Jesús en la cual bendice al Padre por revelarse a los sencillos y pequeños en el amor, y ensalza cómo el mandamiento del amor no sólo es la llave de acceso a la Trinidad Santa sino también para la vida y la convivencia comunitaria entre hermanos e hijos del mismo Padre.

“Soy paciente y humilde de corazón” el presente saludo por Santa Faustina Kowalska:
Te saludo, misericordiosísimo Corazón de Jesús,
Viva fuente de toda gracia,
Único amparo y refugio nuestro,
En ti tengo la luz de la esperanza.

Te saludo, Corazón piadosísimo de mi Dios,
Insondable, viva fuente de amor,
De la cual brota la vida para los pecadores,
Y los torrentes de toda dulzura.

Te saludo, Herida abierta del Sacratísimo Corazón (Jn 19,34),
De la cual salieron los rayos de la misericordia
Y de la cual nos es dado sacar la vida,
Únicamente con el recipiente de la confianza.

Te saludo, inconcebible bondad de Dios,
Nunca penetrada e insondable,
Llena de amor y de misericordia, siempre santa,
Y como una buena madre inclinada sobre nosotros.

Te saludo, Trono de la misericordia, Cordero de Dios,
Que has ofrecido la vida por mí,
Ante el cual mi alma se humilla cada día,
Viviendo en una fe profunda.


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