sábado, 14 de junio de 2014

Tú, Señor, eres el lote de mi heredad.


“No juréis en absoluto: ni por el cielo, que es el trono de Dios; ni por la tierra, que es estrado de sus pies” son necesarias unas condiciones para que el juramento sea lícito, como por ejemplo, que haya una causa justa, grave, seria, que sea la verdad, que sea necesario y que conduzca al bien. El Señor nos invita a decir “si” o “no” en todos los casos; el Señor sabe que siempre queremos quedar bien ante los demás, que buscamos nuestra gloria a si sea empleando la mentirilla que en muchos casos la llamamos “piadosa”

Ser discípulos de Jesús implica que diariamente realicemos un serio y profundo examen de conciencia, para cambiar aquellas situaciones que siguen siendo difíciles de corregir, por tanto impiden el comportamiento correcto como cristianos. Nosotros estamos obligados a reflexionar continuamente, el discernimiento por gracia del Espíritu Santo nos lleva a la excelencia en la fidelidad y la coherencia.

La intención de Eliseo era optar por la libertad para poder servir al Señor, así como por medio de las palabras del salmista, supo ver que el Señor es su mayor bien, su alegría y toda la herencia que se puede ansiar. Pero qué difícil vivirlo así nosotros tantas veces… el Señor nos invita a un comportamiento humilde y que nuestro sí, sea sí y nuestro no, sea no. Así lo afirma Jesús en el evangelio de hoy. Lo demás, viene del Maligno, no de Dios. Dice el santo Cura de Ars: «La razón de que tan pocos cristianos obren con la exclusiva intención de agradar a Dios es porque la mayor parte de ellos se encuentran sometidos a la más espantosa ignorancia. Dios mío, ¡cuántas buenas obras se pierden para el Cielo!».

"sí" o "no". Lo que pasa de ahí viene del Maligno.» el objeto de la ley es enseñarnos a no hacer lo que no queremos a contra de nosotros y que nos hace sufrir. Como represión a hacer el mal y procurar el bien. Pero aparte de esto el Señor quiere que expulsemos definitivamente de nuestro ser, el odio como engendro de la soberbia. Los deseos del placer, la vanagloria y en fin todas las pasiones.


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