viernes, 11 de julio de 2014

Yo los envío


El Señor hoy nos advierte y nos anima a permanecer fieles a la misión encomendada. En la actualidad la Iglesia en general vive un contexto diferente a la que nos narra san Mateo. Sin embargo hoy existen otro tipo de dificultades, que cada seguidor de Jesús debe ser conocedor para afrontarlo especialmente con las armaduras de Dios. Porque la misión es proyecto de Dios con carácter permanente hasta el fin de los tiempos.

Aunque los actos de violencia por la causa sean aislados y en algunas partes del mundo, de manera general si cunde el odio por la causa del evangelio, pero con la gracia providente se podrá permanecer, resistir y perseverar hasta el final. Jesús nos prometió: «Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo» (Mt 28,20); pero también nos advirtió: «Seréis odiados de todos por causa de mi nombre» (Mt 10,22). La persecución de la iglesia en el mundo por la fuerza del autor del engaño y la mentira, se hace una realidad porque logra poner en sus filas a las mayorías que son activos de una vida de pecado, de muerte y de ignorancia.

Debido al pecado (o mejor al autor del pecado) la Iglesia y el mundo son incompatibles. El mundo, como estructura apartada de Dios, obedece a otro señor, que el Evangelio de san Juan denomina como “el señor de este mundo”, el enemigo del alma; a quien el cristiano por filiación bautismal divina renuncia y por tanto recibe la gracia para no caer en sus garras y del mismo modo recibe la gracia para pertenecer sólo a Dios y a la Madre Iglesia que le ha engendrado en Jesucristo. «El que persevere hasta el fin se salvará» Y dice además: «Si os mantenéis en mi palabra seréis de verdad discípulos míos; conoceréis la verdad y la verdad os hará libres» (Jn 8,31). Pero no obstante estamos en el mundo y por nuestra propia libertad donada, muchos deciden convertirse opositores a Dios. "¿por qué me persigues?»... «Yo soy Jesús, a quien tú persigues.(cf. Ech.9, 4-6)



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