viernes, 23 de mayo de 2014

Te daré gracias ante los pueblos, Señor


Hemos decidido, el Espíritu Santo y nosotros, no imponeros más cargas que las indispensables: que os abstengáis de carne sacrificada a los ídolos, de sangre, de animales estrangulados y de la fornicación.” Son los resultados de la asamblea de Jerusalén, en ella encontramos que fue la inspiración del Espíritu Santo en Santiago, que a más de uno puede parecerle tímida, contemporizadora, de escasa fuerza profética. Pero nos demuestra Dios que es la manera de ir conduciendo una comunidad en cada nueva encrucijada. A unos y a otros el Espíritu Santo los iba modelando para evitar un cisma.

Por otro lado podemos destacar la convicción de Pablo y Bernabé, la manera como se condujo la asamblea, la conclusión a que se llego por consenso, la comunicación dirigida a la comunidad y el envío de refuerzos, Silas y a Judas, como testigos del asentimiento y como representantes que resultan siendo más importantes que cualquier documento. Esta resolución fue motivo de beneplácito y de impulso misionero.

Haciendo un análisis del mensaje culmen, podemos decir que hoy quizás no sea necesario dar explicación detallada pero sin embargo, “carne sacrificada a los ídolos, de sangre, de animales estrangulados” en los pueblos paganos se hacían sacrificios a dioses falsos a imitación de o que ofrecía el pueblo de Israel. Y comparándolo con lo que ocurre hoy, siempre el maligno es un “copietas”, se vale de sus servidores para hacer ritos en su honor y para tener actos de que acusarlos en el juicio.

El pasaje del Evangelio de hoy una vez más se centra en el refinamiento del mensaje de nuestro Señor Jesús: el amor. Y destaca la amistad como una de las manifestaciones del amor. Como símbolo de sinceridad, lealtad y acompañamiento solidario. Dios es quien se fija en el interior de las personas para elegirlas conforme a su santa voluntad. “Soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure.” Con esta frase el Señor una vez más nos exige el cumplimiento de la obra con fe por amor. “Y Esto os mando: que os améis unos a otros.” Siendo así podréis vivir en comunidad y en amistad solidaria. Son las bases fundamentales del gran proyecto de Dios para toda la humanidad. Pero como podemos ver la humanidad prefiere los ídolos, las guerras, el egoísmo, en hacer actos para que el enemigo los pueda acusar en el juicio, al cual tendremos que comparecer todos.


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