sábado, 10 de mayo de 2014

¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?


Leemos en el pasaje de los Hechos lo que la iglesia apostólica realizaba y como se iba construyendo, comportándose con fidelidad al Señor y se multiplicaba animada por el Espíritu Santo. Al reflexionar se encuentra uno con la cruda realidad de hoy, más bien, como se disgrega y como proliferan las sectas. Dios no dejar nunca de actuar y los que hemos fallado somos los católicos, esta iglesia se ha dejado impregnar del individualismo y el Señor quiere es comunidad. La fe sola no basta, muestra fe debe ir acompañada con el actuar, contra el demonio, contra la injusticia, contra el individualismo, contra el materialismo, (...) para progresar mediante la gracia de Dios.

El Señor quiso hacernos ver que en su tiempo también había incredulidad, como la hay hoy, no para desanimarnos sino para emprender acciones. El Evangelio nos muestra que los discípulos se escandalizaron por que el Señor decía que debemos comer su Cuerpo y beber su Sangre y por tanto decimos, “Este modo de hablar es duro, ¿quién puede hacerle caso?” y la verdad es que las cosas de Dios en muchos aspectos chocan contra nuestros criterios mundanos, es decir contra lo que el maligno proyecta en nosotros.

Dios conoce nuestros pensamientos y nuestras intensiones y es el Espíritu Santo quien actúa en los hombres de buena voluntad, “El Espíritu es quien da vida; la carne no sirve de nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y vida. Y con todo, algunos de vosotros no creen.” Cuando conducimos nuestra vida carente de uno de los dos timones, fe y acción, puede resonar en nosotros y sentir aquellas palabras del Señor, «¿También vosotros queréis marcharos?» Vemos de frente el compromiso, no es fácil aceptar ser servidores sufrientes del reino junto con Jesús. Pedro, inspirado por el Espíritu Santo, le responde, quizás en representación nuestra, “A quién iremos Señor, tú tienes palabras de vida eterna”. Para nosotros hoy, ¿Quién podrá instruirnos espiritualmente? Solo el Espíritu Santo. ¿Al lado de quien lograremos algo mejor o más acertado? Solo “Tú tienes palabras de vida eterna".



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