lunes, 5 de mayo de 2014

Dichoso el que camina en la voluntad del Señor.


Hoy y mañana la primera lectura nos revela el arresto y la muerte de Esteban, el primer discípulo mártir por la causa de Jesús. A consecuencia de un tumulto popular calumniador. El pueblo, convertido en masa, actúa violentamente. Tal como ocurrió con nuestro Señor Jesús, ambos son acusados de poner en cuestión la institución más sacrosanta de los judíos: el templo.

A partir de la muerte de Esteban se desencadena una persecución contra la comunidad cristiana, la iglesia incipiente fundada por el Maestro. Los creyentes se ven obligados a huir y dispersarse. Pero esta dispersión hace que el “Camino” sea conocido por más gente, la iglesia se multiplicaba por obra Divina.

La lectura del Evangelio nos revela que el Maestro camina sobre las aguas y que la gente lo busca por interés, motiva al Señor para recriminar esa actitud equivoca y enseña que debemos trabajar por el pan espiritual, el que salta hasta la vida eterna; que da vida e ilustra para el Reino de los cielos. “Me buscáis, no porque habéis visto signos, sino porque comisteis pan hasta saciaros. Trabajad no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura.” El Señor nos lleva a pensar, a meditar sobre mis afanes perecederos y que es lo que me impulsa a creer en Jesús.

Los sentidos buscan la complacencia física, pero es más importante, nos lo dice Dios, la fe y la acción. “Y lo demás vendrá por añadidura” pero no se refiere solo a la fe humana, tampoco es suficiente el interés personal, se refiere a la fe divina y a la obra que podamos hacer por los demás, por los que son próximos a nosotros, la acción por nuestro entorno. Y de allí surgirá lo común, lo que le agrada a Dios. En contraposición se manifiesta en nuestro mundo el individualismo, la indiferencia, como que ya nada nos llama la atención, como que todo lo que ocurre sea cuestión del destino. Una simple supervivencia, sin importar la creación, la administración, la vida futura y la relación con Dios. Hoy El nos enfatiza: "la única obra que Dios quiere es que crean en aquél que él ha enviado". ¿Qué significaba para nosotros creer en Jesús, más aun, creer que Él es el enviado de Dios? La Palabra de Dios nos exige revisar nuestras prácticas que pueden estar dedicadas sólo a resolver un existencialismo pasivo y mezquino, sin generar conciencia ante las causas de la acción corrupta y de la injusticia.


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