miércoles, 16 de mayo de 2012

Que alaben al Señor todos sus fieles



En ese momento nuestro Señor Jesús nos dice que falta algo mas por revelar, como es lo que decimos cuando oramos el “credo”, aquello que el Padre ha dado a conocer al Hijo; y que el Espíritu Santo toma para iluminarnos en la verdad plena a las generaciones de hoy. Que fuera sin Él, hoy con tanto relativismo, pluralidad e interculturalidad religiosa, “el Espíritu de la Verdad, los guiará en todos los caminos de la verdad”. La "llave del conocimiento"(Lc 11,52) que había sido otorgada a los consagrados del pueblo de Israel, es ahora en persona el Espíritu Santo, que hace presencia nos lleva y nos abre la puerta, “Cristo” y quien no entra por esa puerta no puede tener alimento ni vida, (Jn. 10,3-5).

El Espíritu Santo, es quien ilumina nuestra alma, por él y en él podemos ser iluminados en la verdad plena, y viéndonos como somos podremos ser purificados. Primero en el bautismo concediéndonos la gracia santificante y devolviéndonos la disposición de llevar a cabalidad los planes que Dios tiene para cada uno, (que por el pecado se truncan, porque interviene la tentación y se pierde la gracia). Pero que luego podemos recuperar la amistad con Dios mediante la acción del Espíritu Santo y la gracia merecida por nuestro Señor Jesucristo.

El Espíritu Santo coopera con el Padre y el Hijo desde siempre y en los últimos tiempos, inaugurados con la Encarnación, es cuando el Espíritu se revela y nos es dado, cuando es reconocido y acogido como persona en particular, con un obrar propio y un carácter personal.Del mismo modo como mediadora la Santísima virgen, nuestra Madre celestial. Como vemos tiene una misión y una permanencia, todo esta dicho y hecho, no podemos entender, falta la aclaración, la luz para nuestros ojos cegados y el oído sordo por la culpa. “El tomará de lo mío para revelárselo a ustedes, y yo seré glorificado por él. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso les he dicho que tomará de lo mío para revelárselo a ustedes” (Jn. 14, 12-14). Nosotros seguimos desconociéndolo fríamente, ¡que indiferencia!

Es tanto el amor que tiene Dios para con nosotros que se vale de mil y mas maneras para que nos dejemos amar y aprendamos a amar y para que caminemos bajo la tutela de la guía, quien nos conducirá por el camino de la rectitud hasta llegar al destino que nos tiene preparado.  


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