miércoles, 9 de mayo de 2012

“La paz esté contigo”


El Labrador: quien corta y limpia – la vid: portador de la sabia para producir frutos “ustedes producirán frutos” si permanecemos adheridos a la vid a fin de alimentarnos de lo que dona el tronco de la vid. Sin recibir ese alimento nos volvemos como parasitas inservibles. Si permanecemos adheridos produciremos abundante fruto, que es lo que glorifica al Labrador, al Padre– Nuestra filiación pasa a tener un sentido valioso para el dueño de todo y obtendremos lo más deseado, la salvación para la unión con El por toda la eternidad.

Nuestro Señor Jesús, nos habla de la vid. En él se restaurará la unidad del pueblo de Dios, se dispone con toda garantía para que voluntariamente y por amor nos unamos en su iglesia; y esta propuesta no es para algún grupo donde esta concatenada a humanidad sino para todos. Que aunque perdidos por las consecuencias del primer Adán, concedido pero fue engañado por el “astuto”; ahora es el único Jesucristo Dios que por amor viene al rescate del hombre. “Está escrito que el primer Adán era hombre dotado de aliento y vida (Ge.2,7); el último Adán, en cambio, viene como espíritu que da vida”(1Co.15,45)

La pregunta ¿como puede ser nuestra adhesión a la vid? Congregándonos para ser uno en El, en su iglesia, con fe, obediencia a su Palabra, oración, vida sacramental para recibir la sabia y permanecer y obrar por amor, (No quiere decir que no haya que trabajar para ganar el pan de cada día, además el trabajo dignifica); es allí donde emanarán los frutos apetecidos por Dios Padre. Que bueno satisfacer a Dios, quien es el omnipotente, que todo lo ha hecho, sin embargo su mayor complacencia son los frutos que producen las almas, sus hijos.

El amor de Dios fluye como un mar que cubre toda la tierra, pero muchos nos ponemos una especie de impermeable, lo que impide humedecernos de ese gran portento de Dios; hay quienes no lo vean como un bien sino como algo que no se adapta a las culturas del mundo, el cual se mueve bajo los paraguas del egoísmo, odio, la soberbia y con el de desesperación en su interior.


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