lunes, 14 de mayo de 2012

Dios está sobre todas las naciones


El mejor día de madres seria cuando se de testimonio de amor mediante la defensa de la vida de los mas indefensos, de la vida desde el primer momento hasta el fin natural, así sea por medio de leyes hasta llegar a ser por convicción. Son muchos los millones de padres que tienen en sus entrañas el remordimiento de haber matado a su hijo.

Tampoco damos testimonio del amor de Dios, cuando en el mundo hay cultivo de esclavitud física; por doquier, el movido por el astuto quita a otros el pan, la dignidad y la paz; causando pobreza injusta que genera esclavitud. La injusticia social causada por los corruptos, por el enriquecimiento a costa de los derechos de los demás, de la salud, de la libertad humana, de los derechos fundamentales. No son precisamente testimonios del amor de Dios.

Nuestro Señor Jesús, nos dice que debemos permanecer “en” Él. Es permanecer en su amor; dar la vida, ser ejemplo de Cristo ante los demás; guardar los mandamientos, que nos hacen libres; y dar frutos, que dan gloria al Padre.

Cual será el testimonio que estamos dando al querer divino. Sabiendo que somos hijos de un solo Padre, que somos hermanos y que para todos nos tiene preparado un lugar especial y eterno. Porque nos costara tanto la construcción de vida digna (puede ser confundida por la vanidad); la justicia, (confundida por medio de leyes terrenas parcializadas); la paz, (no es una palabra, ni tratados, ni retribución). La vida en fraternidad es vivir las virtudes emanadas de los regalos que el Espíritu Santo nos concede, Así el Señor nos dirá bienaventurados, poseedores del Reino de los cielos.

Bienaventurados los pobres de espíritu, los mansos, los que lloran, los que tienen hambre y sed de justicia, los misericordiosos, los limpios de corazón, los que buscan la paz, los perseguidos por causa de la justicia, bienaventurados seréis cuando por causa mía los insulten, los persigan y les levanten toda clase de calumnias. Alegraos y regocijaos porque vuestra recompensa será grande en los cielos.

En los Hechos se nos narra la designación de san Matías, no solo por ser discípulo, acompañante de Jesús, tampoco para suceder al pedido, ni para llenar una silla o hacer un trabajo, sino que también lo mas importante, por ser testigo de la resurrección del Señor.


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