jueves, 17 de mayo de 2012

No los dejaré desamparados, dice el Señor


Nuestro Señor anuncia su misión cumplida en cuerpo de hombre. Para luego resucitar en cuerpo glorioso y subir al cielo, visto por muchos.
“Entonces Jesús dijo: «Todavía estaré con ustedes un poco más de tiempo, y después me iré al que me ha enviado" (Jn.7,33)- lo repite en (Jn.14,19). Pero también ordena una misión y nos hace una promesa, “enséñenles a cumplir todo lo que yo les he encomendado a ustedes. Yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin de la historia(Mt 28,20). Nos muestra que El venció la muerte causada por el pecado; a partir del nacimiento del agua y del Espíritu, tendremos vida mediante el seguimiento del Señor en obediencia en verdad y en espíritu con oración, vida sacramental y dando ejemplo para dar frutos.

Lo que llamamos muerte, es el paso de una puerta donde al otro lado se encontrara la vida eterna, para salvados y condenados. “Ustedes estarán apenados, pero su tristeza se convertirá en gozo” Los seguidores de Cristo sufrirán y cargaran la cruz que es difícil, pero imposible sin la ayuda del Señor. El paga a todos los hombres el favor que le hizo un hombre de “Cirene, Simón” - “Llegará el momento en que les será quitado el novio, y entonces ayunarán.»(Lc.6,35) Luego, “pero su tristeza se convertirá en gozo”.

Jesucristo es nuestra paz, destruyo los muros de separación, el odio; ha querido que seamos un solo pueblo. “En su propia carne destruyó el sistema represivo de la Ley e hizo la paz… Vino como evangelizador de la paz: paz para ustedes que estaban lejos, y paz para los judíos que estaban cerca... por él - llegamos al Padre en un mismo Espíritu” (Ef.2,14-15)

Examinemos nuestra conciencia para ver si estamos preparados para recibir el gozo y la paz de Cristo, y la paz se vera si somos generadores de justicia, de unidad, de fraternidad, si estamos cultivando para producir frutos que agraden al Padre, ayudados por el Espíritu Santo.


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