viernes, 4 de mayo de 2012

El mensaje del Señor llega a toda la tierra


En su mayoría la gente de hoy día también se hace las mismas preguntas, a lo cual la Palabra de Dios que es actual y eterna, nos responde acertadamente. Contrario a nuestros criterios ya que nosotros decimos hoy una cosa mañana decimos otra, el mundo es hoy tal cual y mañana cambiara, pero la Palabra de Dios no cambia; aunque a nosotros nos parezca desactualizada, por ceguedad nosotros quisiéramos que Dios cambiara sus planes y su Palabra para que reinara el príncipe de este mundo.

En las cosas de Dios debemos ser como niños. Pero queremos ser mas bien libertinos sin ayuda; como nos dice San Josemaría, es una torpeza caminar solos sin ayuda de nuestra Madre María “con Ella, ¡qué fácil!” Además es un peligro, un niño no tiene la experiencia, la habilidad ni la fuerza suficientes para defenderse y para ir al destino sin equivocaciones y confusión. Con María iremos seguros a donde su santísimo Hijo y El clama al Padre por nosotros con el amor de Dios, “Padre, ya que me los has dado, quiero que estén conmigo donde yo estoy y que contemplen la Gloria que tú ya me das” (Jn.17,24)

Cantando decimos: “por el desierto bajo el sol, no podemos avanzar sin la ayuda del Señor”. “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí” la manera de conocer al Señor es teniendo un encuentro personal con El, siendo conscientes que su camino es el nuestro. Pasando por la cruz, que es reparación,esfuerzo, obediencia y el despojo de todo lo que nos estorba y sobra, conquistaremos nuestra propia verdad y llegaremos a la vida. Para gozar luego de la amistad eterna con todo el linaje Celestial, «Donde yo estoy, también estaréis vosotros» Para tener a felicidad de contemplar el Rostro del Padre, “Nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquellos a quienes el Hijo se lo quiera dar a conocer” (Mt.11,27)

Jesús nos invita a la calma y a confiar. En medio de este mundo incapaz de vivir el mandamiento del amor y del perdón; La cultura impuesta al mundo, zarandea el corazón, lo inquieta al activismo estéril y va quedando el estrés, enfermedades, egoísmo, violencia, destrucción y muerte (…)

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