sábado, 25 de febrero de 2012

Sábado 25

Cuando dejemos nuestra actitud agresiva, ofensiva, opresiva, todo gesto falto de amor, seamos servidores por amor más que por la paga, compartamos lo que viene por la divina rovidencia; si amamos y honramos a Dios, le obedecemos y nos comportamos agradecidos. El Espíritu de Dios hará presencia en nosotros, atenderá nuestra suplica, nos llenara de paz y delicia.

Solo con la religiosidad nos exponemos a creernos superiores a los demás y a crear barreras donde Dios no las quiere. Dios aborrece el pecado y quiere que el pecador se convierta, reciba sus dones y su amor, no importa la hoja de vida que tengamos, no mira nuestras credenciales, El Señor rompe las barreras sociales; nos llama a servirle tal como somos, sujetos de la salvación por Él donada; en esta cuaresma Dios quiere nuestros corazones contritos «Dios te ha escogido débil para darte su propio poder» (San Agustín).

El Señor hoy nos llama a seguirlo a ejemplo de san Mateo, sin pensarlo, sin mirar atrás, sin anteponer disculpas. Quiere que seamos sus discípulos y participes de sus misterios; Él nos llenara de sus dones para hacerlo cada día mejor, “háganse un corazón nuevo y un espíritu nuevo” (Ez.18,31) dejando la cultura del pecado y haciéndonos participes de la nueva alianza, de esta manera agradaremos a Dios y a su Corte celestial para que haya fiesta (Lc.15,7) Entonces la recompensa de ustedes será grande y serán hijos del Altísimo, que es bueno con los ingratos y los pecadores. (Lc.6, 35)

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