miércoles, 15 de febrero de 2012

Miércoles 15

¿Cuando Señor, nosotros también podremos verte y contemplar tu divino rostro? Nosotros que estamos ciegos espiritualmente, como podremos tocarte para que podamos ver la luz y huir de las tinieblas. “Tú entonces, al verlo, te pondrás radiante, palpitará tu corazón muy emocionado” Is.60,5)

Poder ver por primera vez el ciego de nacimiento y contemplar la naturaleza es maravillo, cuanta alegría puede experimentar. En el caso particular el Señor nos hace ver que por la fe este ciego pudo ver, pero aconteció en tres etapas para superar la ceguera, lo que nos indica que la fe va en crecimiento y Dios se va manifestando en consecuencia, mediante dialogo y complacencia, Dios quiere que todo quede bien hecho no a medias; que todo lo podamos ver claramente, sin nubarrones de oscuridad.

Lo condujo fuera de su cotidianidad, fuera de su estado dependiente, de los roles que impuestos por la cultura; el Señor quiere devolverle su dignidad para reiniciar su vida como hijo de Dios; el segundo momento, también lo podemos interpretar con el sacramento del bautismo y el tercer momento con el de la confirmación, cuando el Espíritu santo, viene a hacer claridad en nosotros, donde a partir de este momento por gracia podremos recibir la luz, la verdad y de acuerdo a nuestra docilidad podremos experimentar y dar buen fruto con los dones que nos proporciona. Para poder ver a los demás no como objetos sino como hermanos hijos de un solo Padre. De tal manera que por don de Dios paso a paso creceremos en la fe y seremos capaces de ver con claridad, de interpretar con sabiduría el significado trascendente de la obra sublime del Mesías crucificado para llegar con El a la gloria de la resurrección.

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