viernes, 3 de febrero de 2012

Viernes 3:

Nos narra el Evangelio que la fama de nuestro Señor Jesús, se extendía por todas partes, el gobernante Herodes quería imaginar a san Juan, vuelto a la vida terrena, por haberlo hecho matar y que estaría dispuesto a destronarlo de su pedestal. Pero lejos de querer entender que Jesús era el Mesías, que venía para rescatar a los pecadores inclusive al mismo Herodes homicida de san Juan, por defender la Ley frente a su comportamiento desordenado.

No es ajeno este comportamiento en la humanidad hoy día, nosotros de manera cercana o distante, hemos visto casos muy arecidos, sin la misma trascendencia, por su puesto. Lo que nos indica que el enemigo se vale de personas en pecado, para propagar el mal, ayer hoy y también lo hará mañana. Ante el actuar del enemigo debemos estar muy despiertos vigilantes y pedir al Señor que nos libre de las tentaciones, de la acción del maligno.

Una virtud precede a otra; un bien preexiste otro bien; también un mal antecede otro mal, todo se encadena se acrecienta. Que nuestra Madre celestial nos ayude en el crecimiento de virtudes, para nuestro bien, para ejemplo de los demás y para gloria de Dios.

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