miércoles, 1 de febrero de 2012

Miércoles 1

"No es éste el carpintero, el hijo de María" decían sus paisanos, le conocían como el carpintero porque José le había cuidado con esmero y cariño, le había enseñado el arte, había cumplido la misión encomendada por Dios, y recibida por boca del Ángel. El Señor Jesús verdadero Dios y verdadero hombre, por tal había aprendido a vivir normalmente como uno de sus vecinos; por lo tanto se preguntan  "¿Qué sabiduría es esa que le ha sido dada y esos grandes milagros que se realizan por sus manos?" Ellos le conocían como humano, pero desconocieron como muchos, que Él era el Emanuel, quien hablaba con autoridad y que para ellos su doctrina chocaba con mucho de sus costumbres.

"Hijo de María, hermano de Santiago, de José, de Judas y de Simón? ¿Y sus hermanas no viven aquí entre nosotros?". Este pasaje es motivo para creer que María santísima, tubo más hijos; sin comprender que el idioma, el arameo es aún muy pobre en palabras; se le dice hermano a sus parientes cercanos y solo se distingue por la afirmación "Hijo de María" pero no dice (los hijos de María).

Sus paisanos no vieron su gran característica que lo diferenciaba de los hombres, el amor;  nosotros tampoco lo queremos reconocer, quien vive invisible como hombre, pero que permanece con nosotros hasta el fin del mal cuando lo volveremos a ver con toda su majestad de Rey universal. Como ellos la religión, el templo, para nosotros se hace una cotidianidad, sin experimentar el amor de Dios y sin fe. Asistimos por cumpli-miento.

Por falta de fe no hubo allí en ese ambiente ningún milagro. Es por eso que el Señor Jesús, nos pide fe en Él para realizar su obra que supera nuestras posibilidades humanas. Los milagros manifiestan el poder de Dios y la necesidad que tenemos de Él en nuestra vida diaria. Pero la fe no es solo para recibir milagros, es aun para una mayor trascendencia nuestra resurrección. (Jn. 6,40): "Porque ésta es la voluntad de mi Padre, que todo el que contempla al Hijo y cree en él tenga vida eterna, y yo lo resucitaré [en] el último día".

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