sábado, 11 de febrero de 2012

Sábado 11

En el mundo hay mucha gente padeciendo de hambre, pero también hay mucho alimento, que se vota y otro tanto se lo dan para que se lo coman los animales; humanamente eso es lo que podemos conocer. Pero de acuerdo a lo que el Señor nos enseña, también hace falta muchos discípulos que quieran alimentar a los que tienen hambre, ese alimento que el Señor nos da todos los días, si ofrecido al Señor se lo damos a los que padecen necesidades Él lo multiplica y se saciaran muchos. Lo que ocurre es que somos demasiado calculadores y demasiado cuadrados pero la justicia, el amor, el evangelio de san Mateo 5 no lo queremos practicar.

Aun mas, lo primero que hay que hacer con el que tiene necesidades materiales es llenarle el corazón del mensaje de Dios, para que logre la paz; luego si, éste convertido y habiéndose hecho amigo del Señor, podrá saciar todas sus necesidades. Nos lo muestra el Señor en la segunda multiplicación de los panes a un pueblo pagano, la primea había sido al pueblo de Galilea. Estos acontecimientos seguramente no visto por la gente con la realidad patente, pero si por sus discípulos y que un poco más adelante se dan cuenta del significado Eucarístico.

La misión es lo más importante, ¿que gana una persona que llene su estomago si en la noche muere y pierde su alma para toda una eternidad? El verdadero sentido de la existencia consiste en convertirse a Dios, ayudado por el Espíritu Santo en la fe y en el amor, todos los días y de El recibiremos lo que nos hace falta.

Cuando falta la conversión, y fala la relación directa con Cristo Eucarístico, somos ineptos para cumplir la misión, para ejercer la caridad, para hacer la obra salvífica en el hermano, por falta Dios en nuestro corazón. "Quien come mi Carne y bebe mi Sangre habita en mí y yo en él" (Jn 6,56). - Por la misma caridad que enciende en nosotros, la Eucaristía nos preserva de futuros pecados mortales.(Cat.1395)

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