viernes, 5 de octubre de 2012

Quien me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado


En la primera lectura encontramos respuestas de Dios a la acusación de Job de que no existe un plan ni providencia en el mundo. Como vemos, las respuestas ofrecen es una serie de contra-cuestiones encaminadas a sacar a Job de su pequeño mundo y abrirle a un horizonte más amplio para llevarlo a luz y a la verdad. Los intereses de Dios van mucho más allá del pequeño mundo de las humanas preocupaciones de Job. El poder creativo de Dios, manifiesta asimismo su providencia, el sostén y la dirección de lo creado, sin contradecir nuestra libertad donada.

Corazaín y Betsaida. Estas dos ciudades tenían escuelas superiores de religión, pero no habían acogido el Evangelio. Tiro y Sidón eran dos ciudades paganas maldecidas por los profetas y luego destruidas (Is 23,1-12; Jer 47,4). Nuestro Señor Jesús lamenta es la incredulidad de los habitantes de estas ciudades y su poco empeño en poner en práctica sus enseñanzas. Nos indica además, cuando contextualizamos que Dios juzga al conglomerado, por ser coorresponsables de todos. También podemos danos cuenta de cuan desagradecidos somos, cuanto nos ha dado Dios y le pagamos con soberbia, “Porque si en Tiro y en Sidón hubieran sido realizados los milagros que se han obrado en vosotras, hace tiempo que habrían hecho penitencia sentados en saco y ceniza”.

Del mismo modo nosotros nos creemos salvos porque no cometemos a diario los pecados mas graves, hasta relativizamos y le mermamos el calibre de nuestras faltas, llegando a justificarlas y hasta pensar que ya no es pecado. Y como se generaliza creemos que vamos derechito para el cielo, “Y tú …¿acaso "serás exaltada hasta el cielo"? "¡Hasta los infiernos vas a descender!" esta expresión manifiesta mas sentimiento por su amor, que de condena, libremente ganada.

En el campo espiritual, pudiéramos decir que todo va encadenado, una falta encadena la otra, un daño personal que liga a los demás. En la misma forma el bien encadena otro bien, el bien recibido y donado por amor hace bien a los demás. El Señor nos hace un llamado a ser receptivos de su Palabra, proclamada así sea por personas imperfectas y falibles, lo que cuenta es su Palabra que nos lleva a unos y a otros a la verdad y a la luz; por el bien nuestro y el de nuestros semejantes. Porque si negamos su Palabra, negamos a Cristo que es el mismo Dios. Si dudamos de su Palabra cometemos el pecado imperdonable, que es pecar contra el Espíritu Santo que es el mismo Dios. Es un ruego de nuestro Dios para que lleguemos a una conversión verdadera para que vivamos el reino e Dios.


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