Tus palabras, Señor, son espíritu y vida

Dentro de los misterios de Dios, esta el haber puesto en camino a un pueblo escogido por Él, un camino donde siempre Dios se reserva la iniciativa, precisamente porque solo Él es la verdad, la luz, el camino. Reprochan a Juan por su austeridad, le acusan y le calumnian. Y nuestro Señor Jesús por su falta de austeridad, y hasta le acusan de recibir poder del maligno a quien el Señor ataca para podernos salvar.

Juan preparó los caminos (Lc 1,76), y la predicación de Jesús necesitaba estos comienzos para que se cumplieran las profecías – (para que quedara constancia)(Mt 3,15). El Evangelio es escuchado con gusto pero no es tomado en serio donde se ignora el arrepentimiento y la conversión. De la misma manera es tarea para nosotros hoy día, trabajar para cuestionar la sociedad que se ha tornado estéril y casi muerta. Todo lo que se entiende por el mal a la luz de la Palabra de Dios, se le quiere dar un giro y ponerlo como lo moderno y bueno. Asimismo lo que a la luz de Dios es bueno se le quiere hacer ver en sentido contrario.

Llega para cada quien en forma individual o colectiva, el momento en que todo se aclarará, se verá tal cual es, se descubrirá el engaño y la mentira, la ceguera y la sordera. (Iluminación de las conciencias) nos dice san Pablo en 1 Co. 13, 12: “Porque ahora vemos como en un espejo, borrosamente; entonces veremos cara a cara. Ahora conozco de modo imperfecto, entonces conoceré como soy conocido”

El mundo tiene una prioridad ineludible, el arrepentimiento y la conversión y para esto nos llama Dios incesantemente. No es preciso contagiarnos de la relajación, nuestra verdadera conversión es de cada instante. Es tiempo de penitencia luego será tiempo de recompensa, es tiempo de renunciar a la soberbia para recibir el don de la humildad, solo el humilde acepta a Dios y Dios esta atento a ayudar a los que se alejan del mal.

-------
La humanidad se profundiza en la oscuridad.
http://www.aciprensa.com/noticias/matrimonio-gay-abre-puertas-a-incesto-y-poligamia-alerta-cardenal-frances/#.UFmvbrLiZcQ