viernes, 7 de septiembre de 2012

Él iluminará lo oculto de las tinieblas y pondrá de manifiesto las intenciones de los corazones


Podemos apreciar nuevos conflictos entre Jesús y los grupos religiosos de su tiempo. Tenían un concepto de impureza meramente físico y un ayuno sin espiritualidad, sin entrega, sin reconocimiento. Lo que se buscaba con la trasmisión de la ley, eran precisiones que protegieran sus exigencias fundamentales. Es así como el Señor nos hace ver donde esta la vida perfecta: “Amad a vuestros enemigos, haced el bien y prestad sin esperar nada por ello; y será grande vuestra recompensa, y seréis hijos del Altísimo, porque Él es bueno con los ingratos y con los malos. Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso” (Lc.6, 35-36) _ Como vemos no es fácil, cuesta pero es la manera de Dios, con las solas prácticas religiosas siempre se corre el riesgo de creerse superior a los demás y de crear barreras donde Dios no las quiere.

Jesucristo nos enseña que en la vida hay un tiempo para ayunar y rezar, y que hay un tiempo para comer y beber. La misma persona que reza y ayuna es la que come y bebe. La diferencia esta en los momentos de cada situación, en la intensión, la obra, el reconocimiento y la relación con Dios. No es rasgar en el momento de coser – o en el momento de rasgar cosamos. Las preocupaciones de la vida natural nos impiden sostener una intimidad espiritual con Dios.

De manera que podemos entender que la venida del Hijo de Dios marca un cambio tan profundo como el de nuestra cronología, que divide el tiempo en antes y después de Él. Jesús deja a un lado el molde de las prácticas humanas y hace pasar a otra etapa, la definitiva, y que los mismos cristianos católicos frecuentemente tardamos en descubrir. Nuestra religiosidad hiela a nuestra Iglesia; cuanto cuesta separarnos del materialismo para entrar un poquito en lo espiritual. Debemos orar y ayunar más, porque mañana moriremos y las reparaciones es mejor hacerlas en esta vida y no el suplicio del purgatorio.

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El deterioro humano se mina en todos los ámbitos y los políticos gustan de jugar con candela para ir con más fuerza contra la dignidad humana. Se revive lo de Sodoma y Gomorra.

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