viernes, 1 de febrero de 2013

Que Dios Reine en nuestro ser.


Las parábolas del Reino de Dios. Nuestro Señor Jesús, habla a las gentes de manera que sea fácil la comprensión, toma como ejemplo lo que la gente es consciente.  Sabemos que una semillita se pone en el ambiente propicio y sin darnos cuenta ella germina. El Reino de Dios germina allí donde el ambiente es adecuado, donde se le acepta.

Por el mal comportamiento de nosotros los católicos, hay mucha gente que actúa como nos dice san Pedro en su segunda carta 3,3-4: “Tened en cuenta, ante todo, que en los últimos días vendrán hombres que se burlan continuamente de todo y que viven según sus propias concupiscencias, y que dirán: «¿Dónde está la promesa de su venida? … si “todo continúa como desde el principio de la creación”.

El Reino de Dios está escondido en el corazón del humilde, del recto, del pobre de espíritu, del que hace la voluntad de Dios. Y para todos con justicia en el fin del mal “Últimos tiempos”. Los hombres de hoy abusan de la libertad donada, se creen dueños del mundo económico, político, social y religioso y por tal pueden hacer lo que le plazca; en efecto y como apariencia lo observamos; pero no es así, Dios pone la mano para hacer justicia y para cortar el mal. Y al final vendrá el tiempo donde habrá una "manifestación de los hijos de Dios", y los justos "resplandecerán como el sol en el reino de su Padre" (Rm 8,19; Mt 13,43).

Cuando vienen los fracasos los días parecen igual. Cuando vienen las cosas sobrenaturales, los días parecen igual. Tales son el poder y la virtud escondidos en lo visible; y son manifestadas cuando Dios lo quiere, para bien y para contrarrestar el mal...Pero que nosotros no entendemos. Es la voluntad de Dios y que nosotros lo pedimos todos los días cuando oramos “hágase tu voluntad”. Y la voluntad de Dios es que todos alcancemos la amistad eterna con El. Para ello debemos ser tierra buena para que la semilla germine; porque también espera de nosotros frutos, de la semilla que El sembró en cada quien. El mandamiento del amor, las bienaventuranzas, la entrega, la caridad, la justicia… Gradualmente en crecimiento dinámico, como lo hace la semillita de la mostaza. Nos dice san Pablo: “Os falta constancia para cumplir la voluntad de Dios y alcanzar la promesa. «Un poquito de tiempo todavía, y el que viene llegará sin retraso; mi justo vivirá de fe, pero, si se arredra, le retiraré mi favor.» Pero nosotros no somos gente que se arredra para su perdición, sino hombres de fe para salvar el alma." Animo que la salvación está al alcance de todos y cada uno puede ayudar a los demás, quienes son dignos de ayuda porque están en la ignorancia y sometidos por imposición del maligno.


No hay comentarios:

Publicar un comentario