miércoles, 2 de octubre de 2013

A los ángeles ha dado órdenes para que te guarden en tus caminos


Nuestro Señor quiere resaltar la importancia del apostolado, con obediencia, acogiendo a los demás por amor, tanto ellos como nosotros tenemos quien atestigüe nuestro comportamiento ante Dios.
Hoy celebramos la fiesta de los Santos Ángeles Custodios, leamos la siguiente reflexión del Beato John Henry Newman: “Los ángeles se ocupan activamente de nosotros en la Iglesia; se nos dice: "¿Es que no son todos espíritus servidores, enviados en ayuda de los que han de heredar la salvación?”(He 1, 149. No hay ningún cristiano que por muy humilde que sea que no tenga un ángel para servirle, si vive por la fe y el amor. Aunque ellos sean tan excelsos, gloriosos, puros, tan maravillosos que su sola vista nos hace postrar en tierra, como le sucedió al profeta Daniel (10,9), con todo ellos son nuestros servidores y nuestros compañeros de trabajo. Ellos velan sobre nosotros; nos defienden hasta al más humilde de entre nosotros, si nosotros estamos enraizados en Cristo.

Ellos son parte de nuestro mundo invisible, en alguna ocasión se manifiestan como al patriarca Jacob (Gn, 28,10s). Él pensó que ¡qué era aquella cosa tan maravillosa que le estaba ocurriendo si estaba dormido! Este era un lugar como todos los otros, un sitio solitario e incómodo; ¡y por tanto, que realidad tan distinta! Jacob no conocía más que el mundo visible; no conocía el mundo invisible, y sin embargo el mundo invisible estaba allí. Estaba allí, aunque Jacob no realizó nada para provocar su presencia, la cual solo se revela sobrenaturalmente. El tiene la revelación en un sueño: " una escalinata apoyada en la tierra, y lo alto tocaba el cielo; los ángeles de Dios subían y bajaban por la escalinata; y el Señor estaba en la cumbre."

He aquí que existe otro mundo: la gente habla como si no existiera nada más después de la muerte. No, existe ya ahora, aunque nosotros no lo veamos: está entre nosotros, en torno nuestro. Así se le mostró a Jacob; los ángeles estaban a su alrededor, allí mismo sin saberlo él. Lo que Jacob vio en sueños, otros también lo han visto...y entendido como los pastores de noche buena. Estos espíritus bienaventurados alaban a Dios día y noche, y nosotros, desde nuestro estado, también los podemos imitar.”


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