sábado, 1 de junio de 2013

Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón


Barsirac se dirige con ritmo poético en acción de gracias para glorificar a Dios. Encontramos que la “sabiduría” se busca por medio de la oración... y desde la juventud, como todas las virtudes son dones del Espíritu Santo, pero para que crezcan, permanezcan y den fruto, se requiere de la lealtad y de la docilidad; avanzando por el camino recto y aceptando la divina inspiración... La Sabiduría de Dios es creadora y hacedora de todas las cosas. Como nos dice Sirac, la búsqueda no acaba nunca. Para la persona, es entonces, la sabiduría una actitud y una conducta vital y moral.

La discusión sobre la autoridad de Jesús, no para. Ese grupo de judíos estaban necesitados de la sabiduría providente para reconocer y ver y la autoridad del Señor. Hoy a pesar de tanto conocimiento, del adelanto de la ciencia y la tecnología, desconocemos o relativizamos la autoridad de Dios. Hemos cambiado los conceptos, debido a que solo pensamos en que Dios es solo amor y misericordia, que en realidad lo es. Pero también es justo, y esta justicia lo hace Juez. Para sus paisanos una respuesta de tan solo una palabra no podría convencer a quienes se han opuesto a todo su ministerio con una actitud incrédula y negativa. Para nosotros igual, por nuestra pobreza de fe; si nos oponemos no hallaremos donde está la autoridad de Dios.

Estos no se habían interesado de lo que ocurría en las riveras del Jordán, del movimiento religioso que se estaba desarrollando, solo se dedicaban al mantenimiento del culto y la atención de múltiples cosas entre personas. Lejos de darse cuenta del cumplimiento de la profecía y de la predica de un hombre que vestía con pieles y se alimentada de langostas y miel, considerado de baja estima. ¿Cómo podrían atreverse a pedir su bautismo? Pero no cayeron en la cuenta que tampoco tenían autoridad para pedir explicación sobre la autoridad del Señor. Y como consecuencia quedaron con la incógnita. Actualmente es común escuchar, ¿Porque nos ocurres eso o lo otro? ¿Por qué Dios permite esto o lo otro? ¿Por qué a mí? ¿Por qué existe el mal? ¿Por qué el deterioro humano? ¿Por qué el aniquilamiento del medio habiente? ¿Porque las catástrofes? ¿Por qué los pobres? ¿Por qué los ricos? ¿…? .- Nosotros conque autoridad, con que intensión, con que fe, con cuanto reconocimiento, con qué frecuencia, y con la mediación de quien, acudimos ante nuestro Señor Jesús.


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