Hoy, celebra la Iglesia la solemnidad del nacimiento del Bautista.No era él sino el Emanuel, con razón, Juan
Bautista puedo decir del Señor nuestro Salvador: "hace falta que él crezca
y que yo disminuya" (Jn 3,30). Juan: "Él es la lámpara que arde y que
alumbra" (Jn 5,35). El último profeta disminuye para dar paso al Evangelio
de Cristo. Es el paso de la oscuridad a la luz. Es el posicionamiento de la
verdad frente al equívoco. "la voz del que clama en el desierto: «Haced
recto el camino del Señor"(Jn.1, 23) Es para nosotros una reflexión para
actuar. Para dejar nuestro endiosamiento y que sea Cristo el más importante,
mientras que nosotros solo seremos sus siervos inútiles, que debemos ir en su
presencia presentándolo a los demás como nuestro salvador. «Te he puesto para
ser luz de las naciones, para que mi salvación alcance hasta los extremos de la
tierra».(Isa 49:6)
Ya Dios se lo había dicho por medio de su
embajador a Zacarías, entonces siendo conocedor de la misión de su hijo como
Precursor del Dios encarnado (1,14-17), entona un canto hermoso de alabanza a
Dios -el Benedictus-, en el que reconoce la acción salvadora de Dios con Israel
(vv. 68-75), que culmina en la venida del Señor mismo preparada por el hijo de
Zacarías (vv. 76-79). Estas dos atribuciones de Dios -Señor y Salvador - son
las mismas que el ángel asignará a Jesús en su anuncio a los pastores (2,11).
San Juan no se hace acreedor de vanagloria, entendió
muy bien su misión, su embajada tenía como propósito anunciar la proximidad del
Mesías: “Él es el que viene después de mí, a quien yo no soy digno de desatarle
la correa de la sandalia” (Jn. 1:27) y con
su bautismo de penitencia, Juan quería hacer comprender que había llegado el
tiempo de cambio, para aceptar la venida de Dios a visitar a su pueblo para
liberarlo de la esclavitud espiritual, para un despertar, para una diligencia;
de lo contrario la gente de su tiempo ni siquiera se habría dado cuenta de la
presencia de una novedad desconcertante, como fue la de nuestro Señor Jesús y
Dios nuestro.
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