martes, 25 de junio de 2013

No haya disputas entre nosotros dos, pues somos hermanos


En la lectura del Génesis encontramos un pasaje digno de ejemplo de vida, en vez de conflicto, es la paz, el desprendimiento y no a la codicia ni violencia. Da a su sobrino Lot la libertad y Abran, el padre de la fe, confía en el Señor. Lot, por su parte escogió lo agradable a su vista, pero que sin embargo conducía a un lugar de pecado (Sodoma y Gomorra). La encina de Mambré, “donde construyó un altar en honor del Señor”. Lugar destruido hacia el final de la época de los reyes, al igual que los demás lugares sagrados, para que no se perpetuaran las prácticas religiosas de los cananeos (cf.2Re 23). Es en Mambré donde tendrá lugar la alianza de Yahvé con Abran (cf. Gn.15,9), y es también en Mambré donde recibirá a los tres mensajeros celestiales que le anunciarán el nacimiento de Isaac (cf.Gn.18,1).

En el evangelio de hoy Jesús nos propone "No deis lo santo a los perros". Nos previenen contra la banalización de la experiencia cristiana. En la práctica lo podemos percibir, cuantos al escuchar hablar de las cosas espirituales, prefieren evadir, quieren irse, quieren que cambiemos de conversación. En nuestro contexto actual, estas palabras de Jesús, nos indica que debemos comunicar lo que tiene que ver con Dios, cuando se dan unas mínimas condiciones de respeto y de acogida. Pero también el Señor nos normaliza las relaciones entre nosotros, conjugando el respeto y el perdón: "Tratad a los demás como queréis que ellos os traten". Y qué mejor que con amor. Pero que es difícil darlo, cundo no nos dejamos amar de Dios, nadie puede dar de lo que no tiene.

Nuestro Señor Jesús nos propone, además: "Entrad por la puerta estrecha". Lo estrecho y lo ancho es un modo especial de exponer dos formas de conducirse en la vida, »Hoy pongo ante ti la vida y el bien, o la muerte y el mal… Si escuchas los mandamientos del Señor, tu Dios… entonces vivirás... el Señor, tu Dios, te bendecirá… Pero si tu corazón se desvía y no escuchas, si te dejas arrastrar… entonces os anuncio hoy que pereceréis sin remedio... (cf. Deu.30, 15-18) y para mayor claridad, “Esforzaos para entrar por la puerta angosta, porque muchos, os digo, intentarán entrar y no podrán. Una vez que el dueño de la casa haya entrado y haya cerrado la puerta, os quedaréis fuera y empezaréis a golpear la puerta, diciendo: «Señor, ábrenos». Y os responderá: «No sé de dónde sois”. (Luc 13:24-25) Nuestra voluntad apunta a lo fácil que lleva al desvió a la dispersión. Por nuestro pecado y desobediencia, ir por el camino propuesto por el Señor, adhiere una cuota de sacrificio como purificación, rectitud y formación para hacer la voluntad de Dios.


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