miércoles, 19 de junio de 2013

Tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará


Pablo exhorta a los corintios y a nosotros a vivir actos de generosidad, a compartir lo que tenemos, para colaborar con la erradicación de la cultura del individualismo, de la injusticia y la carencia de paz. Que también es a la vez, apostarle a la vida. Nos dice san Pablo que “siempre seréis ricos para ser generosos”. Quien se decide a seguir al Señor ha de parecerse en algo a Él, porque el discípulo tiene la responsabilidad de dar testimonio y hacer el bien. Además es una manera de dar gracias a Dios con hechos no solo de palabras sin el mérito.

Nuestro Señor Jesús hoy nos invita a que hagamos todos nuestros actos en la presencia de Dios y para la gloria de Dios, con la seguridad que recibiremos su recompensa rebosante, porque “solo Él es bueno”. Encontramos en el pasaje de san Mateo: Justicia, caridad, formas de obrar por la paz y de hacer el bien a nuestros semejantes. Oración y ayuno, formas de crecimiento espiritual y para interceder por los demás. Y que a la vez es el pequeño aporte por la construcción del Reino de Dios. Todo para dar gloria a Dios y no para nuestra vanagloria frente a los hombres; sin darnos cuenta que acercaríamos a la soberbia, porque los demás nos verían como buenos y bueno solo es Dios.(cf- Mc- 10,18)

No es para llamar la atención, por falta de interiorizar el mandamiento del amor, o para ganar prestigio humano, posición social o adquirir poder para ver al desfavorecido por “encima del hombro”. Es para dar testimonio como discípulos del Señor, para mantener una relación amistosa por amor a Dios y al prójimo, para permanecer bajo su amparo divino, para obrar conforme a su voluntad santa. Se trata pues, de que nuestra intención sea para agradar a Dios y hacer el bien a los demás; y Dios se encarga de hacer fructífero nuestro acto. Es también la manera de quitar la máscara a los que hoy en día se hacen pasar por buenos benefactores, pero que camuflan la injusticia, la corrupción y hasta el dolo; causantes de tantos males que atacan la dignidad humana.


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