viernes, 30 de noviembre de 2012

La fe nace del mensaje, y el mensaje consiste en hablar de Cristo


Pablo utiliza el método de discusión de los judíos de su tiempo. Discurre por el filo de la Palabra y encuentra varias vertientes de pensamiento, la fidelidad en el cumplimiento de los mandamientos, la valoración de la gratuidad del don de Dios para la salvación universal, el reconocimiento de la obra de Dios que da pie a la fe, y todo el contexto de la Biblia vista como una pedagogía integral de la verdad y el deber de la misión apostólica. “Qué hermosos son sobre los montes los pies del mensajero que anuncia la paz, del mensajero de la buena nueva que anuncia la salvación, del que anuncia a Sión. «¡Reina tu Dios!». (Is. 52:7)

Nuestro Señor Jesús elige y llama a los primeros discípulos. La respuesta es rápida e incondicional y le siguen. Es el modelo que se aplicara por siempre. Dios llama por el nombre y estos han de hacerse sus seguidores incondicionales para la misión apostólica, para el anuncio que Dios esta en medio de nosotros y que nos ama con un amor sin igual, que quiere para nosotros la vida eterna junto a El, para disfrutar de su banquete con gozo y alegría perpetua.

Dice el Señor «los haré pescadores de hombres» En medio de nuestra cotidianidad pero como cosa primordial y permanente, ya no son importantes los pescados con la red hecha a mano; como buenos pescadores, es tomar la red divina para atraer a la humanidad al redil del buen Pastor. La aceptación debe ser con decisión, siendo conscientes de las dificultades y contrariedades “Me sedujiste, Señor, y yo me dejé seducir. Fuiste más fuerte que yo, y me venciste. He llegado a ser un hazmerreír todo el día, todo el mundo se burla de mí.” (Jer.20:7s) Pero que la paga es mayor a cualquiera que podamos imaginar, sin embargo tratamos de hacer las dos cosas seguir la ambición del lucro de la pesca por nuestras fuerzas y lo que propone el mundo y a la vez seguir a Dios. “Nadie puede servir a dos señores” a la vez (Mt.6,24). A todos nos pasa cuando el seguimiento de Dios no es una decisión, cuando sobrevienen las pruebas tratamos de hachar pie atrás. “Nadie que pone su mano en el arado y mira hacia atrás es apto para el Reino de Dios.” (Luc 9:62) Porque la situación apremia, “la mies es mucha, pero los obreros pocos”(Mt.9,37). Es necesario ganarle la pelea espiritual al diablo. “Porque si evangelizo, no es para mí motivo de gloria, pues es un deber que me incumbe. ¡Ay de mí si no evangelizara!” (1Co.9:16).


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