martes, 19 de noviembre de 2013

El Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido.


Zaqueo es cobrador de impuestos y además rico. Pero ese mismo puedo ser yo con mi propio nombre, quizás necesite crecer espiritualmente para poder ver a Dios, quizás necesite subir un poco en calidad, para escucharlo, para obedecerle; quizás tengamos que ir contra corriente, la gente puede impedirnos descubrir quién es el Señor, el árbol de encino puede ser nuestra humildad faltante, nuestro comportamiento consecuente. El Señor ha venido a buscar al que está perdido, es su voluntad universal, Él nos llama por nuestro propio nombre, valiéndose de los hombres para salvar al hombre.

Zaqueo según los relatos, lo tenía todo para vivir cómodamente, pero le faltaba algo, el encuentro personal con el Señor y por tanto siente la necesidad de vaciar su corazón para darle espacio a Dios. Se desapega, se entrega y hace reparación por sus culpas. Esto nos motiva para hacer un examen de nuestra deuda, de nuestra injusticia, para poder tener un encuentro personal con el Señor, para que venga a nuestros corazones para que ejerza su Reinado en cada uno de nosotros. Porque hoy quiere alojarse en nuestra casa.

Poco importa el ayer – es hoy – cuando el Señor detiene su camino, nos mira, nos está llamando, es hoy el encuentro personal, es hoy cundo debemos arreglar nuestra vida frente al visitante, nuestro Dios. Es hoy cuando Jesús te está mirando y te dice: «Hoy ha sido la salvación de esta casa” – de esta alma, templo vivo del Espíritu Santo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario