miércoles, 8 de agosto de 2012

El Señor nos guardará como un pastor a su rebaño


Jesús sana a la hija de una pagana al reconocerle la fe que tenia, -“¡Mujer, qué grande es tu fe!” El Señor había dicho que su misión contenía el reunir las ovejas descarriadas de Israel, sin embargo vemos que atiende a extraños; por una razón el pueblo elegido por Dios era preferencia pero su obra salvífica seria extendida a todas las naciones. Su acción en los extraños traería consecuencias, como lo criticaron cuando se acercaba a los pecadores y da a la mujer una respuesta a fin de arrancarle lo que ella tenia, su fe grande, a lo cual ella hace un reconocimiento del Señor, que va servir de ejemplo, -“¡Señor, Hijo de David, - Es verdad, Señor, pero también los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos

Lo cual va ha servir de ejemplo a muchos, inclusive a nosotros hoy día, porque si se trata de la gracia de Dios, las migajas son bastante. Esta mujer cananea tiene lo que necesita pero pide liberación para su hija – lo que significa intercesión, y ayuda para los demás; el Señor se adelanta a la misión que debe ser cumplida por los apóstoles, en especial a san Pablo enviado a los gentiles o sea el resto de las naciones de la tierra.

Debemos tener en cuenta que la gracia de Dios viene a nosotros proporcional a nuestra fe. Y la oración y suplica a Dios será escuchada por los que viven con manos limpias, mente sana e intención sencilla y corazón puro; los que cumplen los mandatos de Dios y permanecen dispuestos a aceptar a Dios y a hacer su santa voluntad.


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