martes, 13 de agosto de 2013

“Deben hacerse como los niños”


En la primea lectura encontramos que Moisés llega a ver la tierra prometida pero no la ocupa por mandato de Dios fue privado de esta meta; lo cual se debió a por no haber dado la gloria a Dios, cuando hizo brotar agua de la roca. Y Josué es quien lo hace en compañía de Caleb, quienes fueron los únicos dos que salieron de Egipto, por haber cumplido y dicho la verdad en la misión encomendada. (cf. Números 14,30).De manera que la relación con Dios es de suma seriedad, ya que El cumple sus promesas.

Nuestro Señor Jesús quiere, una vez más, revelar el corazón amoroso de Dios. Y como ejemplo de pequeñez toma a un niño y lo pone en medio. Nuestra pequeñez no es "ser pequeño", sino "hacerse pequeño" y se da cuando nuestro espíritu, por obra de Dios es fortalecido, capaz de dominar el cuerpo. Es decir a medida que nuestro espíritu se hace con Dios, vive la presencia de Dios, el cuerpo empequeñece. Dicho de otra manera cundo ya no son las cosas de este mundo, lo material, lo que ocupa la mente del creyente, ni busca vanaglorias o poder, sino que es el amor que lo mueve a sentir la presencia de Dios, a aceptar al hermano como es, se hace obediente y recibe la gracia para vivir la voluntad de Dios.

Y por ello el Señor nos invita la conversión, a aceptar el reino de Dios. «Si no cambiáis y os hacéis como los niños, no entraréis en el Reino de los Cielos» ese cambio debe ser dejar lo que nos aparta de Dios y de los hermanos, para pedir a Dios sus dones Para vivir las virtudes, humildad, obediencia, fe, caridad, compromiso, vida recta, manos limpias y corazón puro(…) los niños también nos pueden dar lecciones para prender lo que Dios quiere de nosotros.

Estamos en este mundo tan contrario a lo que Dios quiere, pero siempre estará la mano de Dios dispuesta a levantarnos cuando caemos, dispuesta a rescatarnos cuando nos perdemos y la respuesta nuestra ha de ser dejarnos amar por Dios. Miremos como en el cielo hay fiesta, el cielo entero, el mundo espiritual se alegra por cada uno que se deje amar por Dios.


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