martes, 10 de julio de 2012

Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio


La Palabra que nos transmite el Evangelio nos muestra una imagen donde el Señor lleno de misericordia quiere la salvación, la sanación y la liberación de las almas; pero la incredulidad se hace presente infundada por la complacencia a lo que se ve cotidianamente, y que impide una fe madura, impide ver la salvación que es una obra de Dios, mas basta, larga y profunda que las curaciones.

Nuestro Señor ve que en el mundo estamos como ovejas sin pastor. Véanse Núm 27,17; Ez 34,5; Za 10,2; Jn 4,35; Mc 6,34; y Lc 10,2.
Muy interesante y muy necesarios los carismas pero se necesita el despertar de la misión encomendada. Rueguen, dice nuestro Señor Jesús, como cristianos debemos pedir a Dios que se multipliquen los obreros. Y para que a los obreros vivan una conversión permanente, para ser verdaderos discípulos; para que sean consecuentes con la palabra comunidad; y para que cumplan su misión humilde con “ardor”, deseos decididos por la salvación de las almas, decisión amorosa de hacer la divina voluntad de Dios. Con una condición inseparable, la intercesión de la santísima Virgen para que ella ponga a todos en las manos del Espíritu Santo, quien obra en nosotros y en los demás, para que seamos todos templos vivos de su divina presencia y acción. «El alimento que debo comer, ustedes no lo conocen.» (Jn. 4,32)

La gente de hoy es más necesitada que antes, aunque tengan muchas cosas, aunque riamos como payasos, aunque la ciencia y la tecnología faciliten y acelere los procesos. “El hombre no vive solamente de pan, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” (Mt. 4,3-4). Porque Dios nos ha dotado de facultades humanas y divinas. Nosotros todos tenemos ahora la misma necesidad de los discípulos de Jesús, dejarnos formar por las enseñanzas del Maestro; para algún día poder decir como san Pablo “ahora no vivo yo, es Cristo quien vive en mí..(Gl.2,20). Puesto que el Señor nos dice: «¡Levantad los ojos y mirad!”. Mirar a nuestro alrededor para ver los acontecimientos y la historia; y esta mirada a otra cita “En la casa de mi Padre hay muchas habitaciones…”(Jn.14,2) muchas habitaciones vacías y es preciso collevar almas para que las habiten.


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