miércoles, 19 de febrero de 2014

Llevad a la práctica la palabra y no os limitéis a escucharla


Primera lectura.- Poned «por obra» la Palabra y “éste encontrará la felicidad en practicarla” que gran contenido de esta frase de Santiago. Si solamente escuchamos la Palabra sin ponerla en práctica, nos engañamos. Y agrega: es como quien se mira en un espejo y luego se va olvidándose de su rostro. La fe no es una cuestión abstracta, es algo que nos lleva al cambio, que transforma para bien y para dar ejemplo de vida. Cada uno de los versículos de la Palabra debe llevarnos a un cambio que se note. Los cambios que Dios hace en nosotros produce alegría – En fin la Palabra es el espejo donde se puede mirar todo el género humano.

(Comentario del Evangelio por: Juliana de Norwich (1342-después de 1416), reclusa inglesa
Revelaciones de amor divino, cap. 52)
"¿Acaso ves algo?" Vi que Dios se regocija de ser nuestro padre, Dios se regocija de ser nuestra madre, Dios se regocija de ser nuestro verdadero esposo y de tener nuestra alma por su esposa muy amada. Cristo se regocija de ser nuestro hermano, Jesús se regocija de ser nuestro Salvador… Durante nuestra existencia, nosotros que vamos a ser salvados, conocemos una mezcla asombrosa del bien y el dolor. Tenemos en nosotros a nuestro Señor Jesucristo resucitado, y también la miseria y la malicia de la caída y de la muerte de Adán… Por la caída de Adán quedamos tan quebrantados que, por el pecado y por sufrimientos diversos, tenemos el sentimiento de estar en las tinieblas; ciegos, apenas podemos probar el menor consuelo.

Pero por nuestra voluntad, nuestro deseo, permanecemos en Dios y creemos con confianza en su misericordia y en su gracia; así es como actúa en nosotros. Por su bondad abre los ojos de nuestro entendimiento, que nos muestra a veces más, a veces menos, según la capacidad que nos concede. Unas veces nos eleva, y otras permite que caigamos. Esta mezcla es tan desconcertante que nos es difícil de saber, en cuanto a mí mismo o en cuanto a nuestros semejantes en Cristo, en qué camino estamos, tan cambiante es lo que sentimos. Pero lo que cuenta es decirle un "sí" a Dios a pesar de lo que sentimos, queriendo estar verdaderamente con él, con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma, con todas nuestras fuerzas (Mc 12,30); entonces odiamos y despreciamos nuestro impulso al mal… Permanezcamos en esta disposición cada día de nuestra vida.”


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