miércoles, 18 de abril de 2012

Proclamemos la grandeza del Señor


Jesucristo ¡”camino, verdad y vida”! (Jn.14,6), distraídos no vemos este aviso.

Quien obra mal, oculta lo malo y le pone un antifaz de bueno, pero sus resultados serán malos, ahí precisamente esta el engaño, la mentira y ya sabemos muy bien quien es el autor de la mentira.

Nuestro Señor Jesús nos habla del mundo, de esa cultura que vivía la gente completamente cerrada a la fe; no le escuchan a pesar de que había sido anunciado con anticipación. Pero también es nuestro mundo de hoy - al hombre en el mundo- que aunque haya cumplido Dios sus promesas y haya anunciado el porvenir, tampoco creemos, nos cuesta delimitar lo que el mundo propone y el seguimiento a Dios por la fe.

Ahora bien, El señor ha pedido al Padre por los que estamos en el mundo y se trata de permanecer con Él, vigilantes, amando al mundo pero como Dios lo ama, en procura de una corrección al bien para salvarlo, y no con entrega al mundo como propuesta al mal.

Todo lo que necesitamos saber para alcanzar la vida ya esta al alcance nuestro, pero el hombre se deja seducir y engañar, una vez entrado en el mundo de maldad, no camina hacia donde esta la luz de la verdad sino que prefiere ocultarse y ocultar sus actos malos, por temor a que la verdad en el sea descubierta, se auto justifica con cualquier pretexto y tarde o temprano tendrá un juicio por desprecio y desobediencia.

Entonces donde estará la clave, esta en el amor; servicio, comunidad, para salvación de las almas como proyecto de vida, que exige conversión permanente, para mantener una relación viva con nuestro Señor Jesús; para recibir del Todopoderoso la gracia – fuerza, capacidad, don, etc.- para hacer la obra que lleva a la santidad; de tal manera que no solo sea la salvación que lleva a la purificación, sino que logremos reparar en este mundo para lograr con la ayuda Divina el paso derechito al cielo.


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