viernes, 18 de enero de 2013

No olviden las acciones de Dios


“Que ellos también lo cuenten a sus hijos para que en Dios coloquen su esperanza, cumplan los mandamientos del Señor y no echen al olvido sus hazañas” – “…daban gloria a Dios, diciendo: “¡Nunca habíamos visto cosa igual!”. ¿Quien en el mundo y en el tiempo ha hecho cosas tan imposibles para el hombre? A no ser, con engaños y por dinero, que una persona se haga el enfermo. Como lo suelen hacer las sectas. Para que la gente entre en el engaño. Dios solo puede hacer el bien en forma completa y fidedigna. Por eso cuando uno hace algo bueno es por la gracia de Dios, sin su gracia siempre será incompleto y para gloria del hombre.

Con este milagro del paralítico perdonado y sanado, Jesús da tres respuestas a la vez: al enfermo, a sus amigos y a los fariseos. El premio a la fe operativa, del paralitico y de sus ayudantes. El perdón de los pecados, solo Dios pudo saber la causa de su parálisis, algún pecado le había arrebatado su paz y le había llevado al quebranto de su salud. «El Señor Jesucristo, médico de nuestras almas y de nuestros cuerpos, que perdonó los pecados al paralítico y le devolvió la salud del cuerpo, quiso que su Iglesia continuase, con la fuerza del Espíritu Santo, su obra de curación y de salvación, incluso en sus propios miembros. Ésta es la finalidad de los dos sacramentos de curación: del sacramento de la Penitencia y de la Unción de los enfermos» (Catecismo 1421).

Para los oyentes “Hijo, tus pecados te quedan perdonados”. ¡Qué palabras tan extrañas! ¿Cómo podría perdonar Jesús los pecados si el hombre no es consciente de falta alguna y si, al mismo tiempo, no está arrepentido y en espera del perdón? Sin duda el evangelista no puede narrar lo que acontece en el interior de este hombre y el conocimiento de nuestro Señor Jesús. Por eso le perdono antes de sanarlo. Se escandalizan por las palabras de Jesús; por supuesto que sólo Dios puede perdonar los pecados. Pero los fariseos no le reconocieron como Dios. Esperaban la venida de Dios pero se lo imaginaban de otra manera, no como Dios Amor. Estas palabras y hechos de Jesús revelan quién es su persona y una manera nueva del sentido salvador, de la actuación de Cristo.


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