jueves, 17 de enero de 2013

Anímense unos a otros, mientras dure este "hoy"


“Ojalá escuchen ustedes la voz del Señor, hoy”. Que no seamos motivo actual para que el Espíritu Santo asuma esta decisión: “Es un pueblo de corazón extraviado, que no ha conocido mis caminos”. Por eso juré en mi cólera que no entrarían en mi descanso” Que reconozcamos sus obras y creamos en el Señor nuestro Dios. Si confiamos en El, en su misericordia, en su poder, en infinito amor, en su divina voluntad, nos dará la gracia de una verdadera conversión y una decidida voluntad en obediencia para permitirle su divina presencia protectora donándonos la paz, el gozo, nuestra liberación, sanación y amistad con El.

Nos dice el Evangelio que “Inmediatamente se le quitó la lepra y quedó limpio” ¿Qué pudo haber en este enfermo para que Dios obrara de tal manera? Confianza, reconocimiento de su divinidad, de su poder y demás atributo de Dios, por lo tanto tuvo fe. Una fe que no fue de momento, sino que sin duda lo había meditado profundamente y en forma decidida opta por el Único que tenía el poder de sanarlo. Este acontecimiento nos mueve a profundizar en nuestra fe. Como es nuestra fe. En qué consiste nuestra fe. Cuando, donde y como. Resaltando nuestro tiempo del año de fe, a donde podremos llegar cada uno de nosotros con respecto a la fe, con respecto a la relación intima con Dios.

Nuestro Señor Jesús ha logrado algo más importante aún que la curación: que este leproso salga de su marginación. La Buena Nueva no se queda en palabras sino que donde haya sido recibida ya no habrá personas marginadas. No cuentes esto a nadie. Con mucha frecuencia, sobre todo en el Evangelio de Marcos, Jesús da esta orden a los que acaba de sanar de su mal (1,25; 1,34; 1,44; 3,12; 5,43; 7,36; 8,26; 8,30). NO quiere una popularidad al estilo de los que se dicen llamar poderosos; quiere una relación espiritual íntima.
Harás tu declaración. Jesús observa la ley, que pedía que los casos de lepra curada fueran confirmados por el sacerdote (Lev 14).

Debemos reflexionar, también, en la labor de la iglesia a ejemplo de Cristo caridad, solidario y generoso; aunque haya habido momentos de receso. La Iglesia ha sido siempre fiel en acción social, la acción apostólica y cultural, con gesto concreto de misericordia solidaria para con los más pobres, los últimos; en favor de los que viven golpeados por el peso de las enfermedades. La historia cuenta el hecho de que los cristianos han sido siempre los primeros en preocuparse de los problemas más agobiantes de la humanidad.


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