sábado, 18 de enero de 2014

“Él se levantó y le siguió”


Las lecturas de hoy tocan un punto importante, el tema vocacional – en la primera lectura se habla de Saùl y en la segunda de Levi (Mateo). Dios está presente allá donde el hombre asume responsabilidades de orden humano, social, profesional, familiar, político. Quiere Dios interferir en el destino del hombre pero también se adapta a la decisión de los hombres. Dios conoce todo pensamiento, voluntad y rectitud de las personas y por tanto llama a personas, que a nuestra vista no serian los elegibles. Ahora bien que en el trayecto de su vida vocacional cambie la persona por dejarse motivar por el maligno, es otra cosa.

Nuestro Señor Jesús vio a levi y conociendo su interior le invita diciéndole “sígueme”, una palabra central y decisiva. Lo admirable de Levi, cobrador de impuestos hace el mejor negocio, al tratarse de la vida eterna; se levanta, se separa de la actividad que lleva hasta ese momento y le sigue, es como un despertar a una amanecer nuevo, desde ese momento va dispuesto a dejarse transformar. Para cualquiera no será fácil dejar un oficio de responsabilidad pero cómodo, con buenos dividendos que le proporcionan un bienestar. Levi obedece sin preguntas se lanza a una aventura, quizás movido por la curiosidad, posiblemente por el comentario de la gente, pero que aun no sabía la ganancia tan trascendente que va a obtener. San Ignacio de Loyola, describe en una peque frase la vocación: “Dios nuestro Señor así mueve y atrae la voluntad, que sin dubitar ni poder dubitar…” [EE 175]. Es la voluntad de Dios que penetra en el alma de los llamados.

Para Dios, todas las profesiones honestas son incluyentes al discipulado cristiano. Lo que impide ser discípulo de Cristo es creerse «justificado» es decir, no sentirse necesitado de salvación. «No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. Yo no he venido a llamar a justos, sino a pecadores» (v. 17). Que admirable contemplar la imagen de Jesús como médico de almas; su terapia puede durar toda una vida, es su presencia, su estar con nosotros. La eficacia y la misericordia de Dios, la podemos ver operante y gratuita en la vida de Saúl y en Levi. Como podemos ver son situaciones normales pero que Dios actúa mediante el conocimiento interior de cada persona. Y si ésta es dócil al Espíritu Santo, el progreso espiritual se ve y se hace operante como verdadero testigo de Jesús, en medio del mundo en que vivimos.


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