lunes, 4 de marzo de 2013

Jesús, como Elías y Eliseo, no es enviado solamente a los judíos


De ese alguien que invita, de quien nos abre los ojos, se vale Dios, para hacer su obra. En el caso de Naamán, es una joven israelita la que suscita y motiva ese encuentro del jefe sirio con el Dios de Israel. En este caso el rey de Israel fue obstáculo. También en distintas ocasiones, nosotros con nuestras actitudes nos convertimos en una piedra de tropiezo, cuando nuestro papel ha de ser el de testimoniar, acoger, servir, ayudar. Ante nuestra falta de fe, siempre esta Dios llevando a cabo sus planes y nuestro capricho no lo pueden alterar. Este pasaje hace referencia al bautismo. Naamán es el hombre que tiene una enfermedad, consecuencia del pecado, según la tradición judía, es el hombre que viene de lejos a la iglesia porque descubre que en ella hay una fuente de vida escondida. Pero para entrar en ella es preciso ser bautizados.

La resistencia de los paisanos de Jesús para ver en él al Enviado de Dios está basada en dos cosas fundamentalmente. En primer lugar, su origen; ven que es un vecino local, “el hijo de José”, habitante de una región que no cuenta para nada ni para nadie pues son personas “alejadas de la ley de Moisés”, y en segundo lugar, porque su lanzamiento no ha estado rodeado por los signos avasalladores de un Mesías esperado capaz de liberarlos políticamente del imperio romano.

Otro dato a destacar, es la actitud de Jesús de salir, retirarse cuando los de la sinagoga deciden despeñarlo. Muchas personas piensan que retirarse ante una actitud embarazosa es un acto de cobardía, pero no es así. Si el retirarse o evadir una situación difícil nos ayuda a cumplir el designio de Dios, no debemos pensarlo dos veces. Es mejor evitar que enfrentar una situación que puede resultar peor, que puede llevarnos a la perdida de la paz. Si Jesús, por hombría hubiera enfrentado a sus atacantes era muy probable que no se cumpliera el plan de Dios de que Jesús fuera preparando a sus discípulos para el relevo y la continuación de su obra.

«ningún profeta es bien recibido en su patria» Jesucristo, de hecho, sólo quiere advertir a sus discípulos que las cosas no nos serán fáciles y que, frecuentemente, entre aquellos que se supone que nos conocen mejor, todavía lo tendremos más complicado. Sin embargo no sera una excusa, para dar ejemplo de vida. San Pablo entendió muy bien lo que el Señor quiso decirnos, fue a las sinagogas donde «hablaba con valentía, discutiendo acerca del Reino de Dios e intentando convencerles» (Hch 19,8).

Acoger a Cristo - Cual pudo haber sido la actitud de la viuda de Sarepta en respuesta a lo que decían los profetas sobre el merito que tenia dar limosna. Y, las palabras de nuestro Señor Jesús “Tuve hambre y me disteis de comer " (Mt 25,35). La viuda acoge al profeta Elías con toda generosidad y agota toda su pobreza en su honor, aunque sea un extranjero de Sidón. Para nosotros que tenemos la oportunidad de reflexionar sobre nuestro futuro espiritual ¿porque tan difícil? debido a muchas cosas que tenemos arraigadas en nuestra carne, lo que nos impide alcanzar el mismo grado de bondad que esta viuda, que no tenia nada. Se hace una evidencia cuando vemos al alguien que se va quedando sin nada lo vamos marginando cada vez mas, y se hace inmerecedor de nuestra caridad. Necesitamos conversión con manifestaciones hacia los necesitados de lo material y especialmente de lo moral, una gran compasión, con el fin de ser dignos de poseer para la eternidad los bienes futuros, por gracia y amor de nuestro Señor Jesucristo.


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