sábado, 29 de junio de 2013

Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella.


La primera lectura nos recuerda la liberación de Pedro de la cárcel por obra de un ángel enviado por Dios. Persecución contra el “camino, la verdad y la vida”. Demostración del cumplimiento de las promesas del Señor. "para Dios no hay nada imposible". Acto divino que motiva nuestra fe, en tiempos difíciles para la Iglesia como los que estamos viviendo.

La segunda lectura nos recuerda la despedida del apóstol Pablo a su discípulo amado Timoteo. A quien conoció durante su estancia en Listra, allí se hospedó en casa de su familia, de la que guardó siempre un excelente recuerdo; por las Epístolas conocemos que su madre se llamaba Eunice y su abuela Loida. Pablo lo exhorta a dar un buen combate en la fe tal como lo ha dado él, sin importarle lo consiguiente por tal actitud. Le hace ver que su fe esta puesta en Cristo, quien lo fortalece en los momentos en que se encuentra prisionero en Roma, a la expectativa de lo que pueda acontecer con su vida. Y por su fe y confianza en Cristo, le manifiesta que ha de recibir la corona merecida, confiando en el Señor hasta el final.

Hoy la Iglesia celebra en su liturgia la solemnidad de los santos Pedro y Pablo, columnas y apóstoles de la Iglesia. Ambos en una misma fecha, sin embargo distintos, con estilos diferentes. “Roca - espada. Red - palabra. Llaves – andanzas”. Todos como iglesia somos herederos de Pedro que declara: "Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo". y de Pablo: "He combatido bien mi combate, he corrido hasta la meta, he mantenido la fe".

A partir del texto evangélico propuesto, sobre la confesión de fe como forma de construcción de la Iglesia, encontramos evidente la infusión del Espíritu Santo en el hombre. Pedro hace una declaración afirmativa, acertada y fuerte por ser revelación del Padre; contraria a lo que la gente creía que era Jesús. Nos muestra que con la gracia se puede recibir la acción del Espíritu Santo; pero quien este alejado de Dios, piensa cosas difusas con relación al conocimiento de Dios, de quien es Dios, donde está, que hace y como se manifiesta.

Pedro aparte de sus defectos, tiene fe; ha merecido por infusión divina ver el significado de los hechos y las palabras de Jesús. Pedro confiesa que Jesús es el Mesías según su filiación divina. Que es Dios quien ha venido a visitar a su pueblo; para transmitir la Vida en Dios; a diferencia de las creencias de la reencarnación de muertos. Manifiesta que es «Hijo de Dios vivo» que se ha hecho presente en la vida de la humanidad hasta el final de los tiempos, lo reconoce el «Dios-con-nosotros» (cf Mt 1,23; 28,20).

Ya es una manera nueva a diferencia como en el desierto, Moisés recibió de Dios el don de la Ley (Dt 9,10; 10,4 etc.). Mediante las preguntas y respuestas, Jesús quiere manifestar un modo diferente de vivir el evangelio y de construir la iglesia, al cambiarle el nombre: “Ahora te digo yo: tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo” potestad ordinaria que es suprema, plena, inmediata y universal. Jesús quiere a su iglesia sólida como roca, no frágil a los antojos de los hombres modernos. Y afirma que la llave del cielo la contiene su iglesia y que es donde recibimos el verdadero viatico para el peregrinar hasta el final. Y que además, tiene la facultad de atar y de desatar, no con leyes ni componendas terrenas, sino con la gracia y la acción del Espíritu Santo.


viernes, 28 de junio de 2013

Señor, si quieres, puedes sanarme


La lepra de hoy es el pecado, enfermedad terrible que mata. Por lo que el enfermo se excluye de la comunidad con Dios, de la fe y de la hermandad en Cristo. Puesto que lo que ofrece es aislamiento y mal ejemplo y el enfermo de hoy no va gritando “Impuro” sino que se hace servidor del maligno, puesto que ofrece es contagio, por la práctica de las diferentes formas de exclusión que existen: el individualismo, machismo, racismo, por religión, por clase política, por clase social, por clase económica, por títulos, cargos, en fin y tantas otras que impiden vivir en la comunidad con Cristo. Por tanto, se abandona, no da, ni quiere recibir amor; se genera pobreza, soledad, ingratitud; atrofia los sentidos y la sabiduría por falta de espiritualidad.

Dios es amor y espera que el enfermo se acerque y le diga, “Señor, si quieres, puedes limpiarme." La respuesta de nuestro Señor Jesús no se hace esperar, está dispuesta para todos en este tiempo que es “tiempo de gracia” Dios con nosotros nos ayuda a recuperar nuestra dignidad, pero por nuestra parte debemos cumplir lo que nos exige; y de esta manera podremos incorporarnos a la comunidad y a la sociedad católica de los practicantes. Y de este modo todos podamos pedir al Señor que nos de la facultad de permanecer y perseverar, sin exclusiones, sino con la capacidad de aceptarnos unos a otros, porque todos somos hijos de Dios quien nos quiere unidos a Él.

Dios el medico universal, quiere curarnos tocándonos, es decir quiere entrar en nuestra carne para reparar todas nuestra heridas para que hallemos la sanación y la paz. De nuestra parte requerimos ser conscientes de nuestra enfermedad, puesto que en medio de nuestro drama no siempre precisamos de nuestra situación personal. Dios quiere tocarnos como persona, no como un fantasma señalador de faltas; no como alucinación que quiera ponernos a volar un viaje fantasioso; sino como nuestro Salvador Dios amor, que nos devuelve la vida y la esperanza, nos aumenta nuestra fe y nos concede la paz y la unidad.

Pidamos a Dios que nos sane de la religiosidad, de una Iglesia acomodada a nuestras emociones y apetencias, del acomodamiento de un cristo de quitar y de poner, a medida de nuestra necesidad o conveniencia. Que nos haga ver nuestra enfermedad tal como es, la gravedad que implica o sea sus consecuencias. Que el Señor nos conceda el anhelo de reivindicarnos con sinceridad, con arrepentimiento y contrición; para ser dignos de su divina protección y nos conceda la fortaleza para vivir conforme a su voluntad divina.


jueves, 27 de junio de 2013

El que me ama guarda mi Palabra y mi padre lo amará, y vendremos a él.


Nuestro Señor Jesús, nos señala las condiciones para entrar en el Reino de Dios, bajo la perspectiva del Juicio y la divina voluntad del Padre. Es difícil el camino, porque no es lo que nos propone el mundo. La mayor parte del tiempo, nuestros amigos y los medios nos hablan de cosas que precisamente son contrarias a lo que el Señor exige. Este camino resulta siendo costoso, no en dinero, sino en voluntad, obediencia, sacrificio y el hacer la voluntad de Dios. Es tarea de todos y por siempre, (Catecismo 1029): “En la gloria del cielo, los bienaventurados continúan cumpliendo con alegría la voluntad de Dios con relación a los demás hombres y a la creación entera. Ya reinan con Cristo; con Él "ellos reinarán por los siglos de los siglos" (Ap 22, 5; cf. Mt 25, 21.23).

Es verdad que quien se comprometa a seguir los caminos de la salvación, encuentre dificultades, apariencias, confusiones y aun mas cundo Dios nos prueba para afianzar nuestro carácter y voluntad; pero también, tendrá la protección y la fortaleza para salir airoso por el camino del desierto hasta llegar a la tierra prometida.

«No todo el que me diga: ‘Señor, Señor’, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial» puesto que Dios conoce nuestra intensión, el Señor quiere de nosotros, construcción espiritual responsable, conciencia recta, con una conducta coherente con nuestra misión encomendada, con fe, amor y centrados en Cristo, para recibir la gracia y poder hacer la voluntad de Dios. Permaneciendo y perseverando hasta el final. Que equivale a una construcción sobre roca firme para que cuando vengan las dificultades no demos pie atrás. Es decir frente a los tiempos en que estamos empezando a vivir en el error, por pérdida de la conciencia de pecado, el relativismo, el hedonismo, la pérdida de la fe, falta de compromiso y trabajo practico según el Proyecto de Dios. Por desidia o atenidos a nuestro conocimiento y capacidades pero dejando de lado la sabiduría providente.

Leemos y escuchamos a Jesús, pero no lo vivimos, por tanto no construimos. La construcción sobre la roca contiene la dimensión constructiva y la práctica; pero he aquí que estas fases están fallando. En muchos momentos recibimos formación equivoca, también podemos estar transmitiendo verdades y engaños, por ocultar cosas a conveniencia, por deficiente formación, desinformación y defectuosa preparación. Y por otro lado fallamos en el empleo del discernimiento divino para permanecer y trasmitir la verdad, centrada en lo espiritual no solo en lo filosófico. De manera que las cosas fueran diferentes si todos construimos sobre roca, la voluntad de Dios y no sobre nuestras arenas.


miércoles, 26 de junio de 2013

Por sus frutos los conoceréis.


Para nosotros el tiempo pasa y parece que todo termina, en cierto modo es así, pero no tenemos presente que nuestra vida es eterna y por tanto no podemos perder las esperanzas ni desconfiar de Dios. Abraham “padre de la fe” escucha una promesa de Dios, pasa el tiempo, ya viejo piensa que no habrá alguien de su familia para heredarlo. Pero viene la mano de Dios a intervenir, a cumplir. Abrán anonadado al contemplar lo que Dios le está manifestando, y a pesar de sus dudas y temores, Abrahán le creyó al Señor. Quien decida seguir al señor debe prepararse para la prueba.

Nuestro Señor Jesús, por medio de san Mateo, nos quiere advertir sobre la falsedad. Quizás más que en todo tiempo pasado estamos frente a esa realidad. El hombre de hoy, individualizado, siempre piensa en su provecho avaro y con frialdad pasmosa actúa en contra de la verdad, valiéndose de todo lo que esté a su alcance y de lo que puede convencer. Por lo tanto no podemos declinar de los dones del Espíritu Santo, es con el discernimiento donado que podemos diferenciar lo bueno de lo malo.

También a pesar que debemos confiar en los demás, debemos ser precavidos, como nos lo quiere enseñar el Señor, no debemos fijarnos solo en las apariencias, en las palabras, por ostentar títulos, por ocupar cargos, por lo que tengan o como vayan vestidos. Cuenta lo que lleven por dentro y de esto será su fruto. No solo lo que exteriorizan sino el amor que reflejan, su ejemplo, su coherencia, lo que reflejan sus vidas y sus frutos.

Tampoco podemos ser “lobos vestidos con piel de ovejas”, porque “seremos cortados y echados al fuego”, por más disfraz “entere cielo y tierra no hay nada oculto”, lo que hay es confusión, engaño y mentira. No basta decir: "Señor, Señor!". Como nos recuerda Santiago, la fe se acredita a través de las obras: «Muéstrame tu fe sin las obras, que yo por las obras te haré ver mi fe" (Sant 2,18).


martes, 25 de junio de 2013

No haya disputas entre nosotros dos, pues somos hermanos


En la lectura del Génesis encontramos un pasaje digno de ejemplo de vida, en vez de conflicto, es la paz, el desprendimiento y no a la codicia ni violencia. Da a su sobrino Lot la libertad y Abran, el padre de la fe, confía en el Señor. Lot, por su parte escogió lo agradable a su vista, pero que sin embargo conducía a un lugar de pecado (Sodoma y Gomorra). La encina de Mambré, “donde construyó un altar en honor del Señor”. Lugar destruido hacia el final de la época de los reyes, al igual que los demás lugares sagrados, para que no se perpetuaran las prácticas religiosas de los cananeos (cf.2Re 23). Es en Mambré donde tendrá lugar la alianza de Yahvé con Abran (cf. Gn.15,9), y es también en Mambré donde recibirá a los tres mensajeros celestiales que le anunciarán el nacimiento de Isaac (cf.Gn.18,1).

En el evangelio de hoy Jesús nos propone "No deis lo santo a los perros". Nos previenen contra la banalización de la experiencia cristiana. En la práctica lo podemos percibir, cuantos al escuchar hablar de las cosas espirituales, prefieren evadir, quieren irse, quieren que cambiemos de conversación. En nuestro contexto actual, estas palabras de Jesús, nos indica que debemos comunicar lo que tiene que ver con Dios, cuando se dan unas mínimas condiciones de respeto y de acogida. Pero también el Señor nos normaliza las relaciones entre nosotros, conjugando el respeto y el perdón: "Tratad a los demás como queréis que ellos os traten". Y qué mejor que con amor. Pero que es difícil darlo, cundo no nos dejamos amar de Dios, nadie puede dar de lo que no tiene.

Nuestro Señor Jesús nos propone, además: "Entrad por la puerta estrecha". Lo estrecho y lo ancho es un modo especial de exponer dos formas de conducirse en la vida, »Hoy pongo ante ti la vida y el bien, o la muerte y el mal… Si escuchas los mandamientos del Señor, tu Dios… entonces vivirás... el Señor, tu Dios, te bendecirá… Pero si tu corazón se desvía y no escuchas, si te dejas arrastrar… entonces os anuncio hoy que pereceréis sin remedio... (cf. Deu.30, 15-18) y para mayor claridad, “Esforzaos para entrar por la puerta angosta, porque muchos, os digo, intentarán entrar y no podrán. Una vez que el dueño de la casa haya entrado y haya cerrado la puerta, os quedaréis fuera y empezaréis a golpear la puerta, diciendo: «Señor, ábrenos». Y os responderá: «No sé de dónde sois”. (Luc 13:24-25) Nuestra voluntad apunta a lo fácil que lleva al desvió a la dispersión. Por nuestro pecado y desobediencia, ir por el camino propuesto por el Señor, adhiere una cuota de sacrificio como purificación, rectitud y formación para hacer la voluntad de Dios.


lunes, 24 de junio de 2013

Es necesario que él crezca y yo disminuya

Hoy, celebra la Iglesia la solemnidad del nacimiento del Bautista.No era él sino el Emanuel, con razón, Juan Bautista puedo decir del Señor nuestro Salvador: "hace falta que él crezca y que yo disminuya" (Jn 3,30). Juan: "Él es la lámpara que arde y que alumbra" (Jn 5,35). El último profeta disminuye para dar paso al Evangelio de Cristo. Es el paso de la oscuridad a la luz. Es el posicionamiento de la verdad frente al equívoco. "la voz del que clama en el desierto: «Haced recto el camino del Señor"(Jn.1, 23) Es para nosotros una reflexión para actuar. Para dejar nuestro endiosamiento y que sea Cristo el más importante, mientras que nosotros solo seremos sus siervos inútiles, que debemos ir en su presencia presentándolo a los demás como nuestro salvador. «Te he puesto para ser luz de las naciones, para que mi salvación alcance hasta los extremos de la tierra».(Isa 49:6) 

Ya Dios se lo había dicho por medio de su embajador a Zacarías, entonces siendo conocedor de la misión de su hijo como Precursor del Dios encarnado (1,14-17), entona un canto hermoso de alabanza a Dios -el Benedictus-, en el que reconoce la acción salvadora de Dios con Israel (vv. 68-75), que culmina en la venida del Señor mismo preparada por el hijo de Zacarías (vv. 76-79). Estas dos atribuciones de Dios -Señor y Salvador - son las mismas que el ángel asignará a Jesús en su anuncio a los pastores (2,11).

San Juan no se hace acreedor de vanagloria, entendió muy bien su misión, su embajada tenía como propósito anunciar la proximidad del Mesías: “Él es el que viene después de mí, a quien yo no soy digno de desatarle la correa de la sandalia” (Jn. 1:27)  y con su bautismo de penitencia, Juan quería hacer comprender que había llegado el tiempo de cambio, para aceptar la venida de Dios a visitar a su pueblo para liberarlo de la esclavitud espiritual, para un despertar, para una diligencia; de lo contrario la gente de su tiempo ni siquiera se habría dado cuenta de la presencia de una novedad desconcertante, como fue la de nuestro Señor Jesús y Dios nuestro. 


sábado, 22 de junio de 2013

No os agobiéis por el mañana


San Pablo dice: “No dudaré en gloriarme de mis flaquezas, a fin de que el poder de Cristo habite en mí... Por todo ello acepto de corazón por Cristo las flaquezas, los insultos, los ultrajes, las persecuciones y las situaciones angustiosas. Cuando soy débil... entonces soy fuerte”. Lejos del masoquismo en todo esto. No es el mal ni el sufrimiento lo que desea y tampoco lo rechaza. Se alegra de ser «fuerte», o sea en medio de la debilidad recibe la gracia de Dios para ser fuerte, de ser más fuerte que el mal, de ser capaz de dominarlo. “Te basta mi gracia; la fuerza se realiza en la debilidad” (2Co 12:9)

No es los ídolos a quienes debamos poner nuestra atención. Es en nuestro Dios creador de todo, dueño de todo. Ahí es donde el discípulo de Cristo debe poner su corazón con la aceptación de su Reino en nuestro espíritu, para que gobierne nuestra vida, para que nos guie en la justicia, en el amor y la caridad. Quien busca cumplir la voluntad divina, conforme a las palabras de Jesús recibirá todo lo demás por añadidura (cfr v. 33). «Con el ojo se significa la intención. El que quiere hacer una cosa, primero la pretende: así, si tu intención es lúcida -sencilla, transparente-, es decir, encaminada a Dios, todo tu cuerpo, o sea, todas tus acciones serán lúcidas, dirigidas sinceramente al bien» (S. Tomás de Aquino, Sup. Ev. Matt. in loc.).

Nuestro Señor Jesús nos exhorta a buscar el Reino de Dios, única preocupación por la fe; las demás cosas, como un bien, nos las concede Dios, como premio a nuestro esfuerzo y trabajo. De manera que no traduce en una supresión del dolor ni del trabajo. Es la aceptación a Dios en nuestro espíritu, una comunión, un discipulado para la vida.

El símil de los pájaros no habla sobre una inactividad. Porque vemos que los pajaritos también son activos, la diferencia consiste en que es una actividad serena y Dios colma sus pequeñas necesidades. Si bien lo hace con los animalitos cuanto más con el hombre a quien ama entrañablemente, y sabe de sus limitaciones; sólo Dios en todo tiempo y lugar colma la aspiración más íntima del hombre.

El creyente debe buscar con anhelo el “Reino de Dios” sin preocupaciones, sin inquietudes sino con fe que da seguridad de que “el que busca encuentra” puesto que el principio y el fin es Dios. Tampoco se trata de sentarse en una confianza pasiva, ni desprecio de las necesidades físicas, es ante todo, una búsqueda de lo esencial para el espíritu quien debe permanecer fortalecido para ganarle a las apetencias del cuerpo. Es una aceptación de la voluntad Divina, de trabajo sosegado para huirle al ocio. La confianza en Dios da al creyente una mayor actividad; porque se hace consciente de lo mucho por hacer, en este mundo tan engañado, agobiado y preocupado por lo material. Ante nuestras realidades el Señor Jesús nos dice reiteradamente: ("no estéis agobiados por la vida...; ¿quién de vosotros, a fuerza de agobiarse...?; ¿por qué os agobiáis...?; no andéis agobiados pensando...; no os agobiéis por el mañana"). Traduce en que nuestras luchas físicas y espirituales deben ser con la ayuda de Dios, quien nos habilita para hacer su voluntad.


viernes, 21 de junio de 2013

El Señor libra a los justos de sus angustias.


Nuestro Señor Jesús quiere insistir en la importancia de la vida espiritual, por eso el hombre anhela un tesoro con cuya posesión piensa encontrarla seguridad y a felicidad, y Jesús quiere que no lo busquemos en el lugar equivocado. Hay ocasiones en que el dinero hace falta para juntar tesoros reservas para el cielo, pero con Dios. Con los ojos puestos en Dios y no en el dinero, ni en ningún otro ídolo. “No acumuléis tesoros en la tierra... acumulad mejor tesoros en el cielo” si acumulamos lo material en la tierra, nuestro ojos estarán puestos en ese ídolo y en vez de ser dueño de ello, somos sus esclavos. Y Dios quiere nuestra libertad; es condición primordial para que Dios haga morada en nosotros. Además nosotros lo sabemos que tiene mayor valor la salvación que los ídolos de este mundo. El dinero es necesario pero con los ojos puestos en Dios para hacer la obra en el necesitado y para ganar amigos para el cielo.

El Señor quiere que nos apartemos no solo del dinero sino de todo lo que quita la mirada a Dios. Nos advierte que todo lo material que consideramos como valioso nos lleva a la vanagloria, y nos podemos apartar de Dios, perder su protección y su amistad divina. Entonces es válido vender el tesoro terreno y comprar la salvación.
La lámpara es el símbolo del alama; "Crea en mí, Dios mío, un corazón puro, y renueva en mi interior un espíritu firme". (Sal 51:12) O sea no es lo físico sino la intención; cambiamos a Dios por las cosas, al poner todo nuestra capacidad, intensión y tiempo; cuando lo primero es Dios. Es en nuestro interior donde se componen pensamiento y acciones que nos hacen alejar de Dios. “Lo que sale de la boca procede del corazón, y eso es lo que hace impuro al hombre” (Mat 15:18)

En la práctica diablo puede ayudar al hombre impuro a conseguir dinero, porque sabe que lo tiene asegurado y que lo material no le permitirá sentir la necesidad de Dios; pero si este desgraciado validado por la acción de Dios, acepta y se vuelve a Dios, el diablo le pasa factura de cobro con intereses altos y que ante esta realidad saldrá airoso solo con la paz que Dios concede. Por los tesoros de este mundo el hombre se hace individualista, injusto, avaro; por él se cometen los peores pecados; por él se pierde la fraternidad, la misericordia, el sentido de hermandad, de comunidad y ve al desfavorecido como un parásito. El que acula muestra sus tenencias, no muestra a Cristo; tampoco reconoce que Dios se lo ha permitido. “Entonces le diré a mi alma: "Alma, ya tienes muchos bienes almacenados para muchos años. Descansa, come, bebe, pásalo bien. Pero Dios le dijo: «Insensato, esta misma noche te van a reclamar el alma; lo que has preparado, ¿para quién será?» Así ocurre al que atesora para sí y no es rico ante Dios” (Lc. 12, 19-21)


jueves, 20 de junio de 2013

No se dejen corromper, sean sinceros y fieles


Nuestro Señor Jesús quiere enseñarnos como debemos orar, más que palabras sea un acto de reconocimiento de Dios, su poder y sus obras. Reconocer que somos necesitados y que el verdadero viatico para nosotros es el providente, que somos frágiles y que tenemos la necesidad del amparo y protección de Dios. La oración nos debe sostener en la paz donada y en sintonía con la voluntad divina. Dios ya sabe de nosotros más que nosotros mismos. No se trata de pensar que la oración es como un bono para compra de favores. Lo que el Señor quiere es que la oración sea un acto de reconocimiento, de agradecimiento y de adoración a Dios.

Pero al orar nosotros el Padrenuestro. Quizás estemos interpretando algo que no es y que también pronunciamos de labios sin que nos diga nada la oración que el Señor nos dejó: “Padre nuestro del cielo” no el de la tierra, no el que está lejano sino que es la manera de diferenciar su dividid y que está presente en los justos. “venga tu reino” queremos que su designio de salvación se haga realidad, en vez de querer que se cumpla su voluntad con relación a cada acto de nuestra vida. “danos hoy el pan nuestro de cada día” ¿cuál PAN?, el material – el espiritual? o más bien queremos hoy el pan para todos los días. “perdónanos nuestras ofensas, pues nosotros hemos perdonado a los que nos han ofendido” o más bien pedimos que borre lo mucho nuestro sin antes perdonar lo poco a los demás. “no nos dejes caer en la tentación” ¿si tenemos en cuenta las tres formas más grabes: poder, el prestigio y el dinero?- ¿si queremos huir de estas tentaciones? “sino líbranos del Maligno” imagen de satanás y sus espíritus. ¿Si somos conscientes que si no poseemos la protección de Dios; es para y es el maligno quien dirige nuestra vida, proponiéndola como placentera?

En el juicio particular para todos, no se nos preguntara cuantas oras de oración hueca, sino cuando reconocimos a Dios como nuestro Padre celestial. Si glorificamos a Dios por medio de nuestros actos. Si quisimos hacer la voluntad de Dios acá en la tierra. Si quisimos alimentarnos del Pan celestial, que es el mismo Dios. Cuanta y cuando practicamos la justicia y la caridad en el prójimo. Si quisimos renunciar a satanás y sus obras. Si aceptamos a Dios como nuestro salvador, como nuestro protector, director y guía por el camino a la santidad.

Entonces encontramos que es la práctica de nuestra vida cristiana por amor y comunitaria con Dios, como preparación y acondicionamiento para la vida en la Iglesia celestial. Para ello contamos desde ya con la gracia, la protección y el amor de Dios. Falta la obra en el vivir cotidiano como reflejo de Cristo, como sus verdaderos discípulos cumpliendo el apostolado, la misión para satisfacer el gran querer de Dios, “que todos se salven que nadie se pierda” Dios le apuesta a la vida. “la gloria de Dios consiste en que el hombre viva” (san Irineo)


miércoles, 19 de junio de 2013

Tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará


Pablo exhorta a los corintios y a nosotros a vivir actos de generosidad, a compartir lo que tenemos, para colaborar con la erradicación de la cultura del individualismo, de la injusticia y la carencia de paz. Que también es a la vez, apostarle a la vida. Nos dice san Pablo que “siempre seréis ricos para ser generosos”. Quien se decide a seguir al Señor ha de parecerse en algo a Él, porque el discípulo tiene la responsabilidad de dar testimonio y hacer el bien. Además es una manera de dar gracias a Dios con hechos no solo de palabras sin el mérito.

Nuestro Señor Jesús hoy nos invita a que hagamos todos nuestros actos en la presencia de Dios y para la gloria de Dios, con la seguridad que recibiremos su recompensa rebosante, porque “solo Él es bueno”. Encontramos en el pasaje de san Mateo: Justicia, caridad, formas de obrar por la paz y de hacer el bien a nuestros semejantes. Oración y ayuno, formas de crecimiento espiritual y para interceder por los demás. Y que a la vez es el pequeño aporte por la construcción del Reino de Dios. Todo para dar gloria a Dios y no para nuestra vanagloria frente a los hombres; sin darnos cuenta que acercaríamos a la soberbia, porque los demás nos verían como buenos y bueno solo es Dios.(cf- Mc- 10,18)

No es para llamar la atención, por falta de interiorizar el mandamiento del amor, o para ganar prestigio humano, posición social o adquirir poder para ver al desfavorecido por “encima del hombro”. Es para dar testimonio como discípulos del Señor, para mantener una relación amistosa por amor a Dios y al prójimo, para permanecer bajo su amparo divino, para obrar conforme a su voluntad santa. Se trata pues, de que nuestra intención sea para agradar a Dios y hacer el bien a los demás; y Dios se encarga de hacer fructífero nuestro acto. Es también la manera de quitar la máscara a los que hoy en día se hacen pasar por buenos benefactores, pero que camuflan la injusticia, la corrupción y hasta el dolo; causantes de tantos males que atacan la dignidad humana.


martes, 18 de junio de 2013

Que os ameis unos a otros, como yo os he amado.


El apóstol Pablo, confía que la colecta sea generosa en la comunidad de Corinto, exponiendo razones de comunión eclesial como es debido, de comunión de bienes, testimonios y gratitud con Cristo, que siendo rico se hizo pobre para enriquecer a otros. Pablo sugiere a los de Corinto que la solidaridad sea sensata y por agradecimiento. Es una manera de comprobar el crecimiento en las comunidades. Para nosotros hoy día se marca en gran medida la falta de generosidad y solidaridad, debido al individualismo y pérdida de fe. No caemos en a cuenta que debemos vernos como una familia en Cristo, que el amor debe traducirse en realidades concretas, que va haciendo al hombre perfecto como Jesús nos lo ordena, ser perfectos como nuestro Padre universal es perfecto, Dios está sumergido en el mar inmenso del amor y quiere participarnos de él.

Nuestro Señor Jesús propone amar hasta lo inimaginable hasta llegar donde no es posible sin la gracia, amar al enemigo y a los que nos persiguen, y en cambio de odio, que haya oración y suplica por aquellos que a simple vista no nos damos cuenta que lo que ocurre en su interior es la falta de Dios en sus corazones. Para esto un ejemplo: cuando hay una persona joven o adulto que ha carecido de afecto, ésta busca llamar la atención por diferentes medios, con el fin de buscar lo que necesita y solo mediante el amor esta persona puede superarse, dejándose amar por Dios. El católico debe adoptar esta actitud de amor sin límites, universal, sin esperar nada a cambio; aunque con frecuencia no sean correspondidos. Siguiendo el modelo de Dios, que manda luz, calor, agua y vida a todos por igual; a malos y buenos, a justos e injustos. y que la mayoría no lo reconocemos.

Una razón poco vista, pero importante a los ojos de Dios. Mediante el amor podremos vencer nuestros prejuicios y ver en el prójimo, el que nos odia o persigue es también, un hijo de Dios; y es precisamente allí donde esta Dios en espera de nuestra acción de amor, de misericordia y solidaridad, de nuestro deseo por la salvación incluso de quien consideramos enemigo o contradictor. “cuando lo hicieron con alguno de los más pequeños de estos mis hermanos, me lo hicieron a mí” (Mt. 25, 40) ¿Cómo podremos alegar que a Dios no lo vemos, si está allí escondido en el corazón de quien necesita cambio y conversión? “habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que vuelve a Dios que por noventa y nueve justos que no tienen necesidad de convertirse” (Lc.15, 7). ¿En que medida estamos nosotros aportando para ese gran deseo de Dios, para agradar y dar gloria Dios?


lunes, 17 de junio de 2013

Les digo que no opongan resistencia al que les hace el mal


Nos dice san Pablo, “os exhortamos a no echar en saco roto la gracia de Dios” es el Señor que siempre viene a nuestro encuentro, para que rectifiquemos nuestro vivir, nos invita a que nos dejemos amar por Él, y de lo que nos da como don, podremos dar a los que nos rodean. Nadie puede dar de lo que no tiene. Pero esto implica sacrificios, desprendimiento, aceptación, fraternidad, igualdad, respeto y comprensión mutua.

En la antigüedad se vivió una violencia temeraria y para contrarrestarla se estableció la ley que en su tiempo tuvo una importancia para ponerle freno. la ley del Talión, “ojo por ojo y diente por diente” (Éx 21,3). Pero Jesús quiere dar claridad para ponerle fin a esa cadena de violencia; quiere enseñarnos a purificar nuestras pasiones a fin de que éstas no nos hagan vivir en el pecado; “Aprendan de mí, que soy paciente y humilde de corazón, y sus almas encontrarán descanso” (Mt 11,29)

Pero no con esta conducta deba confundirse con actitud conformista, de omisión, llegando ser permisivos de la maldad y la injusticia. Al leer este pasaje muchos pueden decir también, como reacción, “hay que ser buenos pero no tontos”, para eso estamos listos porque medimos lo que podemos dar; más allá seria impropio en nuestro tiempo.

Nuestro Señor Jesús quiere cristianos trabajadores por la dignidad del hombre, por la justicia, por el amor. Tanto la resignación es indiferencia, como el activismo sin Dios lleva a la violencia y a la injusticia. El cristiano de hoy debe asomarse a ver las realidades de nuestro tiempo, para optar conductas que rompan las culturas del odio, la violencia y la venganza, que aunque cueste, es la manera como se impone la vida y se le podrá decir “no a la muerte”. Es por el camino de amor, el sendero seguro que une y el que acompaña el poder de Dios, lo demás puede conducirnos a la oscuridad y hacer eco a la dispersión y el pecado.

Estamos en una época en que todo aquel que tiene mas es a quien se favorece, es quien tiene derechos y  quien es escuchado; las leyes se acomodan en ese sentido, pero como hemos dicho,  no por ser ley, sea justa; no por tener, sea solidario con el más necesitado y viva el mandamiento del amor.


sábado, 15 de junio de 2013

Al que no había pecado Dios lo hizo expiación por nuestro pecado


Si Dios lo dice entonces es la verdad, y el hombre por naturaleza providente, busca la verdad, trata de encontrarla, así nos creó Dios. Pero el espíritu de la mentira confunde la mente del hombre, le hace ver como cierto lo que no es; “el padre de la mentira” es astuto y lleva al hombre a creer en lo que nos es verdad y a dudar de lo que es la verdad. El hombre no será satisfecho mientras este en la duda y en búsqueda de a verdad. Por eso la paz llega al corazón del hombre cuando encuentra la verdad en Dios.

He ahí el reto: conocer la verdad del mundo, que puede ayudarnos a vivir en él de una manera responsable; conocer la verdad de las personas, acogiendo sus límites y agradeciendo sus capacidades; conocer la propia verdad, asumiendo nuestra historia y mostrándonos disponibles para realizar nuestra aportación al mundo; conocer la verdad de Dios, revelada en Jesucristo, y hacerla eje de nuestra vida.

Nosotros los católicos debemos ser radicales y fieles a la Palabra que es la verdad donada y de la misma forma obrar y ser fieles con la verdad. Porque “nada hay oculto que no llegue a saberse, ni nada escondido que no llegue a revelarse”. En esta tarea nunca estamos solos, si le pedimos al Espíritu Santo nos lo aclarara para entender la verdad y nos dona la capacidad de discernir para reconocer la vedad y rechazar el engaño. Cuantas cosas o leyes se dan como lo verdadero, pero no por ser una ley civil contiene la verdad. Cuantos dirigentes dan cátedra y no por ser persona importante habla la verdad.

Que María haga florecer en tu alma nuevas virtudes y que te guarde. Ella es el mar que hay que atravesar para llegar a las costas esplendorosas de la eternidad. Permanece, pues, siempre con Ella... Apóyate en la cruz de Cristo, a ejemplo de María. Encontrarás un gran alivio y fortaleza. María permaneció, de pie, bajo la cruz, junto a su Hijo crucificado. En ningún momento, Jesús la amó tanto como en aquel trance de sufrimientos inexplicables” (San [Padre] Pio de Pietrelcina)


viernes, 14 de junio de 2013

Te ofreceré, Señor, un sacrificio de alabanza.


San Pablo no agota maneras como demostrar que es un testigo de Jesucristo, quiere por todos los medios darnos ejemplo del afán apostólico. Lleva dentro de si el sentimiento de Cristo, el mayor anhelo de Dios, que es la salvación de las almas. Quiere mostrar la naturaleza y finalidad del ministerio que desempeña y del ministerio cristiano. Su actuar es concordante con lo que manifiesta, aun en medio de tribulaciones y dificultades. Pero, en Cristo, el sufrimiento y las dificultades son camino para la vida gloriosa tras la resurrección.

Todos sabemos que el matrimonio fue instituido por Dios; sin embargo muchas veces y en especial en este tiempo se quiere pretender que Dios cambie, que Él sea quien se acomode a nuestros caprichos, ¡que ilusos somos!. Y que ignorancia, si quien impulsa a que el matrimonio sea deteriorado y se vea como una carga insoportable, es el demonio. Es éste quien ataca a la primera célula de la comunidad eclesial, la familia. Para el “astuto” que todo este desparramado, disperso, pues ahí saca provecho. Porque cuando hay unidad, comunidad en nombre de Dios, allí está el Espíritu de Dios.

Nuestro Señor Jesús, habla del divorcio. (cf. Dt 24,1-4) Moisés lo había tolerado por la dureza de corazón del pueblo hebreo. Pero nos lo recuerda que desde el principio Dios estableció la indisolubilidad del matrimonio (cf.Gn 1,27; 2,24; Mt 19,4-6; Ef 5,31; 1 Co 7,10). La frase «excepto en el caso de fornicación» por causas de interpretación y léxico, no puede tomarse como una excepción del principio de la indisolubilidad del matrimonio que Jesús acaba de restablecer. Esta se refiere a uniones admitidas como matrimonio entre algunos pueblos paganos, pero prohibidas, por incestuosas, en la Ley mosaica (cfr Lv 18) y en la tradición rabínica. De tal manera que habría que interpretar como uniones inválidas por impedimentos desde su principio. 

Sin dejar de tener validez la prohibición del adulterio en la vida matrimonial.- “todo el que mira a una mujer deseándola, ya ha cometido adulterio” (5,28) y resalta el Señor, sobre los pecados de la carne, sobre los instintos como seres de la naturaleza, los cuales hay que controlar a la luz del Evangelio (sexto y noveno mandamientos), porque es el espíritu quien debe fortalecerse por gracia, para que el cuerpo se vulva obediente y no a la inversa como tipo irracional. Este estado ya no es individual, sino que es una familia en comunidad con Dios, como nos lo explica san Basilio: «No debéis creer que por haber escogido el estado matrimonial os es permitido continuar con una vida mundana y abandonaros a la ociosidad y la pereza; al contrario, eso mismo os obliga a trabajar con mayor esfuerzo y a velar con más cuidado por vuestra salvación» 


jueves, 13 de junio de 2013

Todo el que esté peleado con su hermano será procesado


En contraste con los falsos apóstoles, el objeto de la predicación de Pablo es la verdad de Jesucristo, sin componendas ni concesiones. Todo aquel que todavía no percibe la verdad del Evangelio es por sus malas prácticas, que permiten al demonio cegar sus inteligencias. Toda su explicación la basa sobre Cristo y no sobre sí mismo. Pablo utiliza aquí un argumento comprensible para los judíos que le atacaban. La Biblia, presenta a Moisés bajando del Sinaí cubierto con un velo para ocultar el resplandor de su rostro luminoso por el contacto de Dios. Pablo saca otra conclusión: los judíos están siempre bajo ese velo porque es oscuro su entender la Palabra de Dios. Quien no comprende la clarificación que Jesucristo da a doctrina de Dios, queda opaco su entender. Es Cristo y por consiguiente el Espíritu Santo quien nos ilustra sobre la materia de la vida sobrenatural.

Hoy Jesús recuerda en el evangelio el mandamiento principal de la “cultura de la vida” - “no matarás” encierra un gran “sí a la vida”. Por eso el Señor amplía el significado de este mandamiento, vivir peleados es una manera de matar la convivencia, que afecta no solo a la persona sino que también escandaliza a quienes le rodean. Todo aquello que destruya la convivencia, en cualquiera de sus formas, se aleja del querer de Dios. Pero el Señor, nos propone la solución, si “recuerdas que tu hermano tiene algo contra ti” o tú tienes queja contra tu hermano. Lo antes posible es llegar a la reconciliación, antes de buscar la comunión con Dios en la celebración cristiana. No es posible agradar a Dios si no hay una contrición de corazón por la ofensa cometida, cuando hay resentimientos y faltas de perdón impiden la caridad fraterna. Ya que Dios escruta los corazones y juzga según las intenciones.

San Lucas introduce en otro contexto: “Cuando vayas con tu adversario al magistrado, procura ponerte de acuerdo con él en el camino, no sea que te obligue a ir al juez, y el juez te entregue al alguacil, y el alguacil te meta en la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que pagues el último céntimo” (Lc. 12, 58-59) Esta amonestación nos refleja que es imposible alcanzar el Reino de los cielos si no estamos purificados de toda falta, aun siendo leve; de manera que hay un lugar para pagar condena con mucho dolor hasta alcanzar la purificación. (Purgatorio).

El mundo moderno habla mucho de "luchas", de "justicia" y la “paz”... Está bien. Pero también hay que construir la "paz", el "diálogo", la "concordia" actuando con justicia para alcanzar la convivencia pacífica en este mundo donde podemos caber todos y que hay para todos. Pero también hay quienes hablen de muerte del “no a la vida” debido a la soberbia se hacen servidores del maligno para sembrar odio, egoísmo, desesperanza, confusión y que quieren hacer que la vida sean un imposible. Cultura sembradas por la masonería organización secreta, (lo secreto carece de luz); son los dueños del capital mundial, y que dirigen el mundo político, económico y social en forma solapada. Si alguien consulta por Internet, encontrara por ejemplo el lema “fraternidad universal” (pero solo para unos pocos) ante todo, detrás de palabras o frases esta la “nueva era” u “orden mundial”, acepta cualquier cosa menos a la Iglesia católica y los planes de Dios, a Cristo no se le reconoce su divinidad. Por citar algo: las letras "INRI" sobre la cruz, ”Jesús de Nazaret Rey de los Judíos”. Para la organización es, “el fuego de la naturaleza lo renueva todo”.


miércoles, 12 de junio de 2013

Nos ha hecho ministros de una alianza nueva


Frente a un cristianismo blando, carente de virtudes, de principios, relativizado y desobediente a Dios, habría que actualizar el evangelio de hoy. “No creáis que he venido a abolir la Ley y los profetas - sino a dar plenitud”. Las palabras del Señor nos mueven a reflexionar sobre quienes han cambiado la parte literal de la sagrada Escritura para acomodarla a sus caprichos, no leyeron este pasaje. Los que nos acomodamos haciendo vida nuestro propio criterio, no obedecemos a este pasaje. Los que enseñamos algo diferente, los que escuchamos pero que como que no nos dice nada, por nuestra sordera espiritual, tampoco cumplimos. Pienso en la responsabilidad que recae sobre nuestro hombro en el momento del juicio particular, donde yo voy a ver como en una película mi vida, seré el protagonista y juez de mi propio destino.

La plenitud que el Señor quiere dar es el mandamiento del amor complemento del decálogo; nos enseña la obediencia y la autoridad, nada de relativismo; pero al mismo tiempo compasión, ternura y acogida. La ley con amor lo puede todo, recrearlo todo, desde la raíz, desde la nada. A ejemplo miremos el pasaje de la mujer pecadora, “Tampoco yo te condeno; vete y a partir de ahora no peques más" (Jn. 8:11) y (cf.Lc.7, 36-50). Como también el pasaje del hijo prodigo, (leer todo el capítulo 15 según san Lucas). Y para que lo viviéramos en la práctica el mandamiento del amor nos regaló las bienaventuranzas. (cf. Mt. 5, 3-1). 

Como nos lo dice el Papa Francisco: "Las bienaventuranzas son los nuevos mandamientos y solo pueden comprenderse si se abre el corazón a la acción del Espíritu Santo”. Bueno yo dijera que es una actualización frente a las culturas de hoy día que quieren regirse por el dinero, el poder, el placer y la fama, para causar injusticia. De manera que soluciones si hay, es Cristo. Lo que no hay es voluntad en el hombre; está siendo dominado por las fuerzas del mal, este tipo de esclavitud le parece ser su destino y hasta un mal necesario. Es, pues, motivo para que el católico recapacite frente al pecado y sus consecuencias y sienta un verdadero deseo de acercamiento y docilidad a Dios, aunque parezca una perdida; así el hombre podrá recibir la gracia y la protección para obrar en consecuencia; y por la práctica de las virtudes vivamos el mandamiento del amor y que habite Dios en nuestro espíritu, (“Reino de Dios”).


martes, 11 de junio de 2013

La mano del Señor estaba con ellos


La primera lectura nos habla de Bernabé, oriundo de Chipre, al que la Palabra describe como “hombre de bien, lleno de Espíritu Santo y de fe”. Unas pocas palabras para describir toda una vida… San Bernabé, llamado apóstol, no fue uno de los doce, aunque probablemente sí formó parte del grupo de los setenta y dos que Jesús envió a proclamar el Evangelio. Vendió su finca y el producto que de ella obtuvo lo entregó a los apóstoles para distribuir entre los pobres. Fue garante de la conversión de Pablo, en Jerusalén. Envido en misión a Antioquia de Siria, allí le reconocían como profeta y doctor. Fue a Tarso a buscar a Pablo, donde se había retirado. Luego emprenden juntos el primer viaje de Pablo su colaborador. Visitaron las regiones de Chipre, Atila y Perge, Antioquia de Pisidia, Iconio, Listra y Derbe. (cf. Hch.13) Luego con Pablo asiste al primer “concilio de Jerusalén” Más tarde surgió un conflicto con Pablo y se separaron. Para luego encontrarse como amigos, misionando en Corinto. San Bernabé, un “hombre de bien, lleno de Espíritu Santo y de fe”.

“A lo largo del camino proclamen: ¡El Reino de Dios! E inviten a la conversión, Sanen enfermos, resuciten muertos, limpien leprosos y echen los demonios. Ustedes lo recibieron sin pagar, denlo sin cobrar”. Este querer del Señor resuena en nuestros oídos y nos hacen meditar sobre las falencias que tenemos a causa de las corrientes en que nos movemos y que nos hacen desconfiar, nos impiden obedecer plenamente a Cristo. Pensamos en nuestras capacidades que nos hacen incapaces y temerosos. No vemos que la acción es del Espíritu Santo. De ahí que la misión, se vuelva, en la mayoría de los casos, una visita, un vistazo sin siembra, sin obra, sin testimonio y muy distanciado en el tiempo. Mientras que nuestros semejantes separados, lo hacen sin descanso y persistencia.

Es la misión, el anuncio de la buena noticia para que el Espíritu Santo, Señor y dador de vida abra los oídos y el entendimiento; sane los corazones heridos, obtengan la redención los esclavos del pecado y la experiencia de la libertad y la paz providente. Es el poder de Dios primeramente; y ese poder se los da a sus discípulos para mostrar que esa misión es divina como manifestación del amor de Dios (cfr Is 35,5-6; 40,9; 52,7; 61,1). Es su querer que todos lleguen a obtener la salvación. En nuestro tiempo el amor de Dios no ha cambiado, es eterno e infinito. Pero por nuestro comportamiento desobediente, no llegamos a una conversión verdadera la cual debe estar en paralelo con la fe. Y si esto nos falta, no somos aptos para realizar la misión de acurdo con lo que el Señor ordena; carecemos de la protección divina. Debemos pedir a Dios que nos aumente la fe y que nos ayude a vivir una conversión radical, mediante una profunda contrición de corazón, nos devuelva su divina protección y nos impulse a la obra apostólica, puesto que la “mies es mucha y pocos los obreros”.


sábado, 8 de junio de 2013

Éstos re­cibirán una sentencia más rigurosa


Nuestro Señor Jesús enseñaba, valiéndose de todos los medios y acontecimientos, pero estos que creían tener todo el conocimiento, que habían puesto cargas para el pueblo pero que ellos procuraban una vida holgada a dispensas, no le escucharon, oían su prédica y les sirvió fue para la crítica. Al contemplar los sucesos del presente capitulo nos sirve darnos cuenta como el pueblo de Israel ha rechazado el don de Dios y, por ello, Dios se creará un nuevo pueblo a través de una Nueva Alianza en su Hijo. De ahí que quiera ir a todas las naciones, ordene a sus discípulos, “Id al mundo entero y predicad el Evangelio a toda criatura” (Mar 16:15)

“Y su madre guardaba todas estas cosas en su corazón” (Lc. 2, 51). “La devoción al Inmaculado Corazón de María es inseparable de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús. Este movimiento devocional nos viene de San Juan Eudes (siglo XVII), quien, en principio, no separaba a los dos Corazones en su proyecto de culto litúrgico. Más adelante, el Papa Pío XII instituyó esta fiesta (1944), como una celebración independiente a la del Sagrado Corazón de Jesús. María, Madre de Jesús y madre nuestra, nos señala hoy que su Corazón arde de amor divino, el cual nos muestra su pureza total y que, atravesado por una espada, nos invita a vivir el sendero del dolor y de la alegría desde la entrega a la voluntad de Dios. La fiesta de su Inmaculado Corazón nos remite de manera directa y misteriosa al Sagrado Corazón de Jesús. Y es que, en la Virgen, todo nos dirige a su Hijo. Así lo ha comprendido el Concilio Vaticano II.

Los Corazones de Jesús y María están maravillosamente unidos en el tiempo y la eternidad. La Iglesia nos enseña que el modo más seguro de llegar a Jesús es por medio de su Madre. Por ello, nos consagramos al Corazón de Jesús teniendo, como medio de acercamiento, el de María. En este día, nuestra Santa Virgen nos invita a confiar en su amor maternal y a dirigir nuestras plegarias, pidiéndole, a su Inmaculado Corazón, que nos ayude a conformarnos con su Hijo. Venerar esta devoción especial significa, pues, no solo reverenciar el corazón físico sino también su persona como fuente y fundamento de todas sus virtudes. Amamos expresamente su Corazón como símbolo de su fidelidad a Dios y a los demás. Ella, quien atesoraba y meditaba todos los signos de Dios, nos llama a esforzarnos por conocer nuestra realidad profunda, aquel misterioso núcleo donde encontramos la huella divina que exige el encuentro pleno con Dios Amor”.


viernes, 7 de junio de 2013

El Señor es mi pastor nada me falta.


La meditación de estas enseñanzas del Señor es fuente de confianza. Él sabe que somos débiles y limitados, que necesitamos de Él, por eso nos dejó la puerta abierta para que le pidamos, ante nuestras dificultades y la necesidad de salvación. Es para nosotros una seguridad saber que Dios es justo y misericordioso. Nos dice San Pablo puede que un hombre muera por su amigo, pero que lo haga por alguien contradictorio, no lo hay. En el Caso de Cristo, murió por todos nosotros pecadores infractores de la Ley divina; extraviados de los caminos del Señor, injustos y carentes de fe. Aun más solo Dios mismo podía redimirnos a costa de su dolorosísima pasión y muerte, a precio de su sacratísima sangre. «Puso la oveja sobre sus hombros, porque, al asumir la naturaleza humana, Él mismo cargó con nuestros pecados» (S. Gregorio Magno, Hom. in Ev. 2,14,3). Dios lleno de amor loco, enamorado de sus ovejas, siempre está dispuesto, nos llama a cada uno. Depende de nosotros atender el llamado o poner oídos sordos. El mismo va donde el descarriado, pero desafortunadamente y éste muchas veces se niega. En tal caso la culpa es de quien no acude para recibir la gracia.

Las murmuraciones de fariseos y escribas, las aprovecha nuestro Señor Jesús para ilustrar el anhelo grande de Dios por salvar a cada uno de los hombres. Muchos creemos estar en el grupo de las noventa y nueve, ¿no será más bien “la extraviada”?. Creemos que ser católicos es ir a misa solamente y basta; es necesario pero no lo suficiente. Y en muchos casos la persona acude por cumpli-miente. El amigo de Jesús se caracteriza por ser su reflejo, se basa en realidades no en supuestos, no por acudir simplemente; tiene definido el concepto de lo que es el pecado y sus consecuencias. Por lo general tratamos de justificarnos porque en el fondo estamos poniendo nuestro empeño en personas o en cosas y a Dios lo ubicamos en el lugar que no le corresponde. Sin comprenderlo somos idolatras, como nos dice el Papa Francisco: "La idolatría es sutil", todos nosotros "tenemos nuestros ídolos ocultos" y "el camino de la vida para llegar, para no estar lejos del Reino de Dios", implica "descubrir los ídolos ocultos".

Hoy celebra la Iglesia la solemnidad del Sangrante y Sagrado Corazón de Jesús. El Corazón amoroso de Cristo crucificado y resucitados es fuente de misericordia y de gracia. Cuanta falta hace mirar al crucificado con su corazón bombeando hasta la última gota de sangre por nuestro rescate. Pero también es motivo de mirar cuanta sangre inocente derramada en nuestro país a causa de intereses mundanos, cuantos desplazamientos, cuanta injusticia para los colombianos heridos por el odio, la violencia y la corrupción. Igualmente grave, pero no visto como tal; el aborto la ideología del género, el relativismo, el individualismo, las ansias del tener, del poder y de fama, causantes de muchos males para la humanidad y el medio en que nos corresponde vivir. Todo eso por nuestro silencio, nuestra inoperancia, nuestra permisividad y omisión.


jueves, 6 de junio de 2013

Este cáliz es la nueva alianza en mi sangre, que es derramada por vosotros.


Los sacrificios que se ofrecían en el A/T. no podían perdonar pecados. En muchos pasajes se muestra cómo el sacrificio del Mesías es superior a los sacrificios de la Antigua Ley. Éstos tenían que ser retirados al no tener poder. En cambio, el sacrificio de Cristo es único y perfecto. Nuestro Señor Jesús, instituye una nueva realidad: su cuerpo entregado, su sangre derramada «por vosotros» fundan la Nueva Alianza entre Dios y los hombres para la salvación eterna. “Entonces dije. «Aquí estoy -como está escrito acerca de mí en el Libro- para hacer tu voluntad, Dios mío». Ése es mi querer, pues llevo tu Ley dentro de mí. He anunciado la justicia en la gran asamblea; no he cerrado mis labios, Señor, Tú lo sabes bien. No he escondido tu justicia dentro de mi corazón; he proclamado tu fidelidad y tu salvación, no he ocultado tu bondad y tu lealtad a la gran asamblea” dice el salmo.

Hoy, celebramos la fiesta de Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote. Aunque no figura en el calendario de la Iglesia universal, esta fiesta se ha ido extendiendo por muchos países y diócesis. El sacerdocio de Jesús, ha sido perpetuado en la Iglesia por medio del sacramento del orden. Los sacerdotes encuentran como referencia ministerial el Sacerdocio de Cristo. Y Cristo asume y vive la voluntad del Padre, ejerce el sacerdocio como oblación al Padre y desde su obediencia cumple la misión redentora para la humanidad de todos los tiempos. Sacrificio cruento y eterno. No había, no hay y no abra persona humana que pueda con su muerte u otro medio, hacer la gran obra redentora. Solo el mismo Dios humanado, ofrecido por su propia voluntad, se sometió y dio la vida por nosotros, nos compró a precio de su preciosísima sangre. ¡Cuánta deuda Dios mío!

 "El Espíritu del Señor está sobre mí, por lo cual me ha ungido para evangelizar a los pobres, me ha enviado para anunciar la redención a los cautivos y devolver la vista a los ciegos, para poner en libertad a los oprimidos" (Luc 4:18) Se hace presente Dios para responder por la falta del hombre, a cambio pide conversion y la aceptación de Dios como su Rey, para recibir la gracia. «Cuando la Iglesia celebra la Eucaristía, hace memoria de la Pascua de Cristo y ésta se hace presente: el sacrificio que Cristo ofreció de una vez para siempre en la cruz, permanece siempre actual: “cuantas veces se renueva en el altar el sacrificio de la cruz, en el que Cristo, nuestra Pascua, fue inmolado, se realiza la obra de nuestra redención” (Lum. gent. 3).


miércoles, 5 de junio de 2013

El Dios de la gloria escuchó sus oraciones


Continúa la historia de Tobít. Tanto él como Sara, sienten que el mundo se ha acabado para ellos, pero en vez de la desconfianza, entran en oración humilde y piden a Dios para que haga su santa voluntad, con corazón contrito por el pecado cometido o heredado. Al final del relato encontramos que el dedo de Dios viene a solucionar lo que para ellos era un imposible. Como leemos en el Salmo (51:19)  “El sacrificio grato a Dios es un espíritu contrito. Un corazón contrito y humillado, Dios mío, no lo desprecias”.

No es Dios de muertos, sino de vivos”. Dios está donde hay vida. Lo palpamos y lo podemos verificar por medio de la misma acción de Dios. Sin embargo siempre habrá quien quiera desacreditarlo; los aristócratas saduceos, que no creen en la resurrección, pretenden encontrar en el Señor alguna equivocación. Con su respuesta de paso nos quiere ilustrar sobre la vida eterna; ya no es lo mismo, “no se casarán ni ellas ni ellos”, las condiciones de vida cambian, es una dimensión diferente a la nuestra, “a imagen y semejanza de Dios”, es una vida espiritual donde ya no puede haber muerte. Plenitud concedida por donación de Dios, el Señor de la vida. De paso nuestro Señor ratifica así la enseñanza sobre la resurrección.

«Para el hombre esta consumación será la realización final de la unidad del género humano querida por Dios desde la creación (...)(cf.Ap. 21,2,9). La visión beatífica, en la que Dios se manifestará de modo inagotable a los elegidos, será la fuente inmensa de felicidad, de paz y de comunión mutua» (CatC. 1045). Rompe cualquier idea errónea sobre reencarnación o de hombres y mujeres sin espíritu y alma. Todo lo que Dios crea está destinado para su gloria, cuanto será su gozo cuando una criatura que ama, logra superar el paso por el desierto, para llegar a su destino. Es más que el gozo de ver al vencedor de una competencia atlética. “habrá en el cielo mayor alegría por un pecador que se convierta” (Lc.15,7) Para ello Jesús dio la clave: "Si me amas, guarda mis mandamientos" – todos - es necesaria nuestra obediencia para recibir el amor de Dios y poderlo amar en espíritu y en verdad.


martes, 4 de junio de 2013

Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza


En la historia de Tobías, encontramos que Dios se vale de diferentes medios para hacer reaccionar a sus hijos. La ceguera y el reproche a su mujer, lo llevo a entender y a reconocer su pecado de omisión. Pecado tan actual y tan olvidado de confesar hoy por todos nosotros. Tenemos deformado el concepto de pecado, tampoco sentimos contrición de corazón, por tanto no se realiza en nosotros una conversión radical.

Fariseos y herodianos - se unen para tentar al Señor. Pero Jesús, aprovecha esta pregunta difícil para enseñar. Para decirnos a todos que lo primero y principal es Dios. Es Él quien nos dio la vida terrena para que pasemos la prueba por el caminar hacia la tierra prometida. Es quien nos puede dar la vida eterna. Es quien sostiene nuestra existencia. Es quien nos permite disfrutar de toda su obra. Como Padre quiere lo mejor para nosotros; pero nosotros muchas veces nos desviamos y optamos por la idolatría relegando a Dios a un segundo plano. Una son las obligaciones terrenas que hay que cumplir para el buen funcionamiento y convivencia social, pero otra es la importancia de nuestra trascendencia.

El pasaje de hoy, también, tiene un matiz de lo que es la idolatría, tan mal interpretada como pretexto por nuestros hermanos protestantes. Sus pastores están con la mirada puesta en el dinero como un medio de enriquecimiento. Fijan sus ojos en la denominación de la moneda imponiendo cargas pesadas como parásitos y eso es idolatría; estos no tienen su intensión puesta en la caridad y en la justicia. Lo importante es acumular para vivir lo mejor y como seguridad para su futuro. En cambio el sacerdote que vive cumpliendo la Divina Voluntad de Dios, pide la donación voluntaria para el sostenimiento, para mejorar la infraestructura, para obrar en caridad, donde se conjugan la paz, la justicia, la solidaridad y la libertad.

«Tenéis que dar forzosamente al César la moneda que lleva impresa su imagen; pero vosotros entregad con gusto todo vuestro ser a Dios, porque impresa está en nosotros su imagen y no la del César» (san Jerónimo). Como bien lo leemos, nosotros fuimos hechos a imagen de Dios, (Gn. 1,27) Y es nuestra elección el vivir conforme a los valores del mundo o desde el valor infinito y sobrenatural del Evangelio aceptando el Reinado de Dios. Para el hombre es más valioso el dinero, la manera fácil de ver la vida, coloca en lo material todo su empeño, pensamientos y anhelos; Dios para éste, no está en el primer lugar. Para el católico comprometido vale más su entrega decidida a la voluntad de Dios; es lo primero, se considera necesitado de Dios, espera de Dios, lo hace con Dios y para dar gloria a Dios.


sábado, 1 de junio de 2013

Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón


Barsirac se dirige con ritmo poético en acción de gracias para glorificar a Dios. Encontramos que la “sabiduría” se busca por medio de la oración... y desde la juventud, como todas las virtudes son dones del Espíritu Santo, pero para que crezcan, permanezcan y den fruto, se requiere de la lealtad y de la docilidad; avanzando por el camino recto y aceptando la divina inspiración... La Sabiduría de Dios es creadora y hacedora de todas las cosas. Como nos dice Sirac, la búsqueda no acaba nunca. Para la persona, es entonces, la sabiduría una actitud y una conducta vital y moral.

La discusión sobre la autoridad de Jesús, no para. Ese grupo de judíos estaban necesitados de la sabiduría providente para reconocer y ver y la autoridad del Señor. Hoy a pesar de tanto conocimiento, del adelanto de la ciencia y la tecnología, desconocemos o relativizamos la autoridad de Dios. Hemos cambiado los conceptos, debido a que solo pensamos en que Dios es solo amor y misericordia, que en realidad lo es. Pero también es justo, y esta justicia lo hace Juez. Para sus paisanos una respuesta de tan solo una palabra no podría convencer a quienes se han opuesto a todo su ministerio con una actitud incrédula y negativa. Para nosotros igual, por nuestra pobreza de fe; si nos oponemos no hallaremos donde está la autoridad de Dios.

Estos no se habían interesado de lo que ocurría en las riveras del Jordán, del movimiento religioso que se estaba desarrollando, solo se dedicaban al mantenimiento del culto y la atención de múltiples cosas entre personas. Lejos de darse cuenta del cumplimiento de la profecía y de la predica de un hombre que vestía con pieles y se alimentada de langostas y miel, considerado de baja estima. ¿Cómo podrían atreverse a pedir su bautismo? Pero no cayeron en la cuenta que tampoco tenían autoridad para pedir explicación sobre la autoridad del Señor. Y como consecuencia quedaron con la incógnita. Actualmente es común escuchar, ¿Porque nos ocurres eso o lo otro? ¿Por qué Dios permite esto o lo otro? ¿Por qué a mí? ¿Por qué existe el mal? ¿Por qué el deterioro humano? ¿Por qué el aniquilamiento del medio habiente? ¿Porque las catástrofes? ¿Por qué los pobres? ¿Por qué los ricos? ¿…? .- Nosotros conque autoridad, con que intensión, con que fe, con cuanto reconocimiento, con qué frecuencia, y con la mediación de quien, acudimos ante nuestro Señor Jesús.