martes, 31 de julio de 2012

Yo soy la luz del mundo, dice el Señor


“El campo es el mundo.” Nuestro señor Jesús nos invita a considerar el reino de Dios como una realidad que cubre toda la vida del mundo. La sagrada Biblia no es solamente la historia antigua del pueblo de Israel, es más bien toda la historia humana de la que Cristo resucitado es el Señor.

“Déjenlos crecer juntos hasta la hora de la cosecha.” (Mt.13,30) El bien y el mal estarán mezclados en cada individuo y también en las instituciones. No corresponde a notros la decisión de erradicar, despreciar o separar a quienes consideramos malos, solo nos corresponde de manera inteligente actuar contra el mal haciendo el bien, aconsejar y orar por ellos; además nosotros no tenemos la facultad o el poder de conocer el interior de cada uno, por lo tanto decir que estos o aquellos no deben existir, es un error; Dios respeta a los hombres; sabe que la tentación es a menudo más fuerte que sus buenas intenciones; sabe que necesitan tiempo para afianzarse en el bien.

Nuestro Señor Jesús se manifiesta repetidamente con el titulo de El Hijo del Hombre, Hijo de hombre es, en hebreo, la manera habitual de decir: “alguien”. Cuando se habla del juicio. Lo cual nos quiere decir que volverá como Juez Supremo, revestido de la majestad y el poder divino. (cf. Dn 7,13. Todos asistiremos al juicio particular y al final al juicio colectivo, nuestra vida va a ser juzgada por el que ve el fondo de los corazones, es una de las bases de la visión cristiana de la existencia. Así se comprende el carácter dramático de las decisiones que tomamos día tras día y que van trazando un camino hacia la verdad o un rechazo de la luz. Pero son muchos los que no se interesan y dejan sus vidas a la deriva del mal, quizá con el único criterio que Dios es amor y que Jesús ya pago por nuestros pecados y que por lo tanto estamos salvos. Dios es misericordioso pero también es justo y puro y solo donde hay manos limpias y corazón puro El puede habitar, para dotarnos de lo necesario para la vida.

Existe la indiferencia y la falta de discernimiento para llegar a la verdad de un modo y de otro, celos por reprimir por deseos de preservar lo que consideramos bueno, pero en el fondo se cree más en la fuerza o la autoridad; La eficacia sin caridad sólo es malicia. Lo mejor para la fe, seria permitir los equívocos, ayudar con ejemplo de vida para dejar que las personas tengan la posibilidad de pensar y de equivocarse a fin de que lleguen a la experiencia y opten por la corrección, por la conversión verdadera. El mal forma parte del misterio de la cruz (Rom 12,21) “más bien derrota al mal con el bien.”


viernes, 27 de julio de 2012

Dichoso el que es fiel a la enseñanza del Señor


¿Quién acogerá la palabra de Dios? No se trata de cuestión de inteligencia, capacidad para reflexionar o de interés por las cosas religiosas: la reciben los que están abiertos a la esperanza, a la amistad eterna con Dios, los puros de corazón, los limpios y castos, (cf.Catecismo 2337-2359)

Nuestro Señor Jesús no pretende distinguir entre buenos y malos: describe una realidad e indica por qué la Palabra no puede ser acogida por la mayoría. El Maligno arrebata la palabra, y esto se refiere a todos los que no estaban en las condiciones que les hubieran permitido entender, interiorizar. El maligno ciertamente tiene la facultad de tentarnos y por lo tanto viene para nosotros la disculpa, el facilismo, el relativismo, la desconfianza, nos hacemos servidores del mal. De que nos sirve las preocupaciones que impiden hacer la voluntad de Dios "¿Quién se quedará con lo que has preparado? Esto vale para toda persona que amontona para sí misma en vez de acumular para Dios.»" (Cf.  Lc. 12, 16-21)- "Los que quieren ser ricos caen en tentaciones y trampas; un montón de ambiciones locas y dañinas los hunden en la ruina hasta perderlos." (1 Tm.6,9)

Estamos llamados a ser testigos, a dar ejemplo de vida, a ser discípulos del señor con ansias por la salvación de las almas en vez de dejárselas a dispensas de la perdición eterna. Nos vamos o dejamos de asistir a los diferentes eventos de la iglesia como católicos profesos, porque pensamos en la comodidad, en el goce, en las tendencias del mundo, las sensaciones, no nos interesa el compromiso. "En cambio, el fruto del Espíritu es caridad, alegría, paz, comprensión de los demás, generosidad, bondad, fidelidad, 23 mansedumbre y dominio de sí mismo" (Gl.5, 22). Estamos llamados a ser lo suficientemente honestos para enfrentar la responsabilidad que nos incumbe como cristianos, a respetar a los hermanos en la fe, aunque opinen diferente en materia de soluciones, a ser verdaderamente católicos para servir a nuestra iglesia, a permanecer en obediencia a Dios mediante la vida sacramental. Es la preparación o el anticipo de vida con Dios. 

Es nuestro deber cultivar preparar nuestra viña con Dios, es tarea nuestra quitar las piedras, la cizaña, los cardos a fin de preparar la tierra buena para que Dios siembre, plante, abone y riegue; sin perder de vista que la acción de Dios se hace extensiva a toda nuestra actividad humana, para dar buenos frutos; porque sin Dios nada podremos hacer, o si lo hacemos, posiblemente sea de nuestro agrado pero no hay ninguna garantía que sea la divina voluntad de nuestro Creador. "Mi Padre es glorificado cuando ustedesproducen abundantes frutos: entonces pasan a ser discípulos míos." (Jn.15, 8).


jueves, 26 de julio de 2012

“Me abandonaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron aljibes, aljibes agrietados, que no retienen el agua.”


Nuestro Señor Jesús enseñaba mediante imágenes, pero ahora las imágenes no ayudan a comprender, sino que al contrario parece que ocultan la verdad. ¿Acaso Jesús habla en parábolas porque los oyentes no quieren comprender o para que no comprendan? Tal vez lo uno y lo otro al mismo tiempo. Quizá la parábola no sea tergiversada igual que el lenguaje llano.
Se nos ha dado el misterio del Reino de Dios a quienes responden al llamado y se han integrado a su iglesia en su comunidad para que seamos sus discípulos, el Maestro nos revelará poco a poco el modo de actuar de Dios. En un primer momento Jesús se dirigía a las muchedumbres, ahora en cambio a los que acatan su llamado. Y este llamado es un don de Dios, felices los que escuchan la voz del Señor sin ver, felices los que ven la luz de Dios, la verdad que proviene de Dios, sin meterse en los interrogantes que al estar sin la gracia, el enemigo hace ver o creer lo que no es, porque es capaz de engañar y de dispersar.

Al que tiene se le dará más. El verbo “tener” aquí significa producir, como el árbol que tiene frutos. Es decir, que se dará al que hace fructificar los dones de Dios. El que pone en práctica las virtudes el Espíritu Santo va aumentando sus dones para el crecimiento personal, para el servicio a la iglesia y para su santidad.
El reino de los Cielos. O lo mismo el Reino de Dios. Podemos equivocar este uso, pensando que el Evangelio solamente hablaba del Reino de Dios en el Cielo, después de la presente vida. En realidad Jesús proclamaba que Dios había empezado a reinar entre los hombres.

También nosotros queremos cosechar, o sea, gozar de los frutos del Reino de Dios, que son la paz social, la justicia y la felicidad. Y muchos se extrañan que con el paso de los años después de Cristo, los hombres sigan aún tan malos. Hay que entender que todo lo del “reino de Dios” en el presente mundo queda y quedará como una semilla y que nadie lo captará si sólo se interesa por los frutos que se podrían cosechar. El reino de Dios está donde Dios reina, y Dios está reinando donde puede actuar como Padre y donde sus hijos reconocen los proyectos que tiene sobre ellos; donde se le escucha, se le obedece y se le acepta como Dios soberano.   «Recibe, pues, la imagen de Dios que perdiste por tus malas obras» (San Agustín).

Podemos decir que sólo aprendemos porque ya sabemos. Lo mismo podría decirse de la visión: sólo vemos lo que ya conocemos; sólo escuchamos lo que ya entendemos, es como una aparente contradicción; la sabiduría de Dios crece en la medida en que la cultivamos. El acatamiento de los ‘misterios del Reino’ exige cambios de percepciones y actitudes; para lo cual podemos preguntarnos: ¿Cómo percibo la experiencia religiosa del común de los creyentes? ¿Qué puedo aprender de la religión popular? ¿Qué me enseña la Biblia de la experiencia del Pueblo de Dios? ¿Cómo transformó el seguimiento de Jesús la vida de los primeros creyentes y cómo puede transformar la mía?


miércoles, 25 de julio de 2012

Llevamos en el cuerpo la muerte de Jesús


El calendario litúrgico celebra hoy la fiesta de Santiago apóstol.
No sabemos los sentimientos de la madre y de sus hijos Santiago y Juan, lo que se aprecia es que creían en un reinado terrenal a la manera de los monarcas que ellos tenias conocimiento. Y también por cierta forma de celo por las preferencias puestas en Pedro.
Para nosotros ya hoy es claro que Dios concede hasta lo imposible, si somos obedientes y cumplidores de sus mandatos, si nos conviene, de acuerdo a nuestra intención; pero calla y no escucha a quien vive en pecado.
Ante la petición de Santiago y Juan, el Señor va a decir nuevamente a sus discípulos que no camina hacia el triunfo sino hacia la muerte.
Beber la copa y bautizarse son expresiones que indican, en forma figurada, la dolorosísima pasión y muerte de Jesús.

Nuestro Señor Jesús ha venido a servir, y su servicio a la humanidad será su muerte voluntaria: Fil 2,8. Según lo que podemos ver, pero el trascendental servicio es el rescate, la nueva alianza, la liberación de la muerte eterna y la amistad definitiva con Dios. Los jefes de las naciones: puede referirse a los soberanos paganos, pero no necesariamente. Estas palabras de Jesús podrían indicar que no se hacía muchas ilusiones sobre la Iglesia que gobernarían sus apóstoles, y esto es más evidente todavía en Lc 22,24. Jesús no se equivocaba con respecto al tipo de santidad que se encontraría en ella; aun cuando el Padre quisiera darle el reino, era probable que allí se peleasen por otras ventajas. 

Para nosotros la invitación actual del Señor a que participemos del martirio espiritual, la renuncia a muchas cosas mundanas para poner en paz nuestra alma, penitentes por los pecadores, con actitud obediente, humilde y amorosa a Dios. Santiago y Juan hijos del Zebedeo, no murieron mártires, y sin embargo se les dijo a ellos que beberían el cáliz. En efecto, aunque Juan no murió mártir, sin embargo, los sufrimientos que no pasó en su cuerpo, los probó en su espíritu. Es la manera como podemos darnos cuenta que también podemos ser mártires sin pasar por los martirios físicos. «Santiago vivió poco tiempo, pues ya en un principio le movía un gran ardor: despreció todas las cosas humanas y ascendió a una cima tan inefable que murió inmediatamente» (San Juan Crisóstomo).


martes, 24 de julio de 2012

Señalando a los discípulos, dijo: "Éstos son mi madre y mis hermanos"


Su madre y sus hermanos. Si se tratara de verdaderos hermanos de Jesús, el evangelio diría: “Su madre y los hijos de su madre”, ya que esa era la forma hebrea de expresarse cuando se nombraban juntos a la madre y a sus hijos. Por lo tanto es un tema del cual hay que hablar bastante por dos razones. Primero, porque algunos lo tratan con una ligereza que a veces raya con la mala intención, sin considerar siquiera textos bíblicos perfectamente claros; segundo, porque el hecho de que Jesús es el hijo único de una madre siempre virgen cambia profundamente la imagen que podamos formarnos de él. Todas las discusiones al respecto se basan en dos argumentos.
– El primero es la mención que se hace de cuatro hermanos de Jesús y de sus hermanas en Mc 6,3 y Mt 13,55. Uno de ellos, Santiago “hermano del Señor”, es mencionado en varios lugares del Nuevo Testamento (Gál 1,19).
– El segundo es el sentimiento (o el prejuicio) de que en un ambiente judío María no podía no querer tener más hijos ni permanecer virgen al lado de su marido.
La Iglesia nunca dudó de que María hubiera sido siempre virgen y que Jesús fuera su hijo único, como es el hijo Único del Padre (ver comentario de Lc 1,26). ¿Por qué, entonces, se habla aquí de sus hermanos y hermanas?
Ante todo digamos que en hebreo se llama hermano a cualquier pariente, y es preciso notar que la Biblia griega, cuyo vocabulario adoptaron los evangelios, nunca remplazó la palabra hermano cuando se trataba de un primo, un pariente o alguno del mismo clan.
Cuando quiere precisar que alguien es un hermano carnal, usa la expresión hijo de su madre o, si se trata de un medio hermano, hijo de su padre (Dt 13,7; 27,22...). En el caso presente, si estos “hermanos” fueran hijos de María, al nombrarlos junto con su madre, la única manera correcta de expresarse habría sido: “llegaron su madre y los hijos de su madre”.
Una tradición antigua suponía que los “hermanos de Jesús” eran hijos de un matrimonio anterior de José, pero hasta el momento no se ha aducido prueba alguna que lo avale.

Por otra parte, es sabido que, en la primera comunidad cristiana, había un grupo importante integrado por la parentela de Jesús y sus vecinos de Nazaret que eran llamados, en forma global, «los hermanos del Señor», y uno de ellos, Santiago, pasó a ser después de Pedro el responsable de la comunidad de Jerusalén (He 12,17). Fue apedreado por orden del sumo sacerdote en el año 63.
Estos hermanos de Jesús son nombrados cuando Jesús pasa por Nazaret (Mt 13,55); son Santiago y Joset (Mateo dice Josef), Judas y Simón. Ahora bien, entre las mujeres que estaban al pie de la cruz, Marcos menciona a una tal María, “madre de Santiago el menor y de Joset” (Mc 15,47 y 16,1). Juan nos precisa que esta María era hermana (o pariente) de María, madre de Jesús (Jn 19,25).
Santiago y Joset eran los hijos de esta otra María (Mt 28,1) que formaba parte del grupo de las mujeres de Galilea (Lc 23,55). Simón y Judas, por su parte, eran primos más lejanos, pues de no ser así Marcos no los habría nombrado después de ellos.
¿Qué hace aquí María con esos hermanos de Jesús? No podemos sin más condenar a estos parientes que iban a constituir un grupo importante de la Iglesia primitiva. En el contexto judío, María, viuda de José y dejada sola por Jesús, sólo podía vivir al lado de ellos, y eso debió ser una buena parte de su cruz hasta el día en que Juan la tomó a su cargo.

Para nosotros hoy el Señor también quiere señalarnos como su madre y sus hermanos. Como católicos muchas veces afrontamos el dilema de seguir afuera o de entrar para participar en inactividades de espiritualidad, retiros, conferencias, programas de formación o acciones de evangelización. Actividades que nos unen a la familia del Señor para comprender y vivir la divina voluntad de Dios.


lunes, 23 de julio de 2012

Al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios


Jesús no hizo milagros aquel día porque aquellos versados en la religión le pedían cuentas en vez de escucharlo. El Señor escucha a quien cumple sus mandatos, a quien le ama y a quien ama al prójimo; pero no escucha la oración del desobediente.

Adúltera: es un modismo de la Biblia para decir: infiel a su Dios. Son los que, después de haber hecho una alianza con Dios, lo abandonan para darse a otros amos. Muy pocos judíos tenían entonces dioses extranjeros, pero igual que nosotros, fácilmente nos disponemos a la esclavitud de lo que no es Dios. Ya nuestro Señor Jesús había realizado suficiente para demostrar que era el Mesías, el enviado del Padre y que era Dios en la persona del Hijo; no es mas ciego que quien no quiere ver.

No se les darán las señales imponentes que se esperaban para el tiempo del Mesías. El Hijo del Hombre es el que pasará a ser una señal, para Israel primero, y también para todas las naciones- (Lc 2,32-34), igual que Jonás fue señal para los paganos de Nínive. Todos deberán reconocer la mano de Dios en su persona, en su predicación, en su rechazo y en su resurrección. El Señor en actitud profética les va a demostrar con su resurrección que es quien vence la muerte eterna, la verdadera muerte; que es quien nos va a sellar con su propia sangre la nueva y definitiva alianza con nuestro Creador.

“Porque así como Jonás fue una señal para los habitantes de Nínive, de igual manera el Hijo del Hombre será una señal para esta generación.” (Lc 11,30) «Si nuestra existencia está unida a él en una muerte como la suya, lo estará también en una resurrección como la suya» (Rm 6, 3-5)

“Los ninivitas creyeron en la advertencia de Dios y ordenaron un ayuno, y se vistieron de saco desde el mayor al menor.” (Jonás 3,5.) La conversión de los ninivitas es prefiguración de nuestra conversión, pero esta es para nosotros, para toda la vida y de cada instante.

La reina del sur: (cf- 1Re 10.) Es una gran tentación para el Señor cuando su creatura le exige milagros a su manera, para sus antojos, para su complacencia pero no para creer y amar a Dios.


jueves, 19 de julio de 2012

La voluntad de Dios es santa


La humildad de Jesús nos revela la de Dios mismo que nunca trata de rebajarnos o intimidarnos, sino que por el contrario quiere elevarnos hacia él, quiere para nosotros dignidad como hijos suyos. Hoy como ayer el hombre carga sobre si muchas cargas e impone cargas, reflejadas por el apego, por las ambiciones y las sensaciones. Y el cumplimiento de estas exigencias mundanas sólo lleva a la angustia y la desesperación. La propuesta de nuestro Señor Jesús implica en este contexto una exigencia altísima, pero también una la liberación y la tranquilidad. (Jer 31,25; Os 10,11; Pro 3,17)

Se asemejan: (1) Aprendan de mí porque soy paciente y humilde de corazón. (2) Sean mis discípulos porque yo soy un buen maestro. Aprendan de mí: Jesús se pone como ejemplo.
Vengan a mí. No les quitaré la carga, sino que, al imponerles mi yugo, les daré el medio de llevar su carga. La obediencia a Dios, la practica de las virtudes, los valores del respeto y la humildad no sólo son un modo de relacionarse mejor con los demás, sino que se convierten en un camino de liberación humana. Es preciso redescubrir en cada uno de nosotros el significado de la propuesta primordial de amor a Dios, al prójimo, a nosotros mismos y el buen cuidado y administración de nuestro entorno. Solo en Dios esta la verdad, la autentica autoridad y el poder. (Jer 6,16; 1Jn 5,3)

Nuestro Señor Jesús nos dijo que fuéramos pacientes y humildes de corazón, pero también nos enseño y nos dio ejemplo de oración. Para un católico no puede ser una dificultad o una carga la oración en espíritu y en verdad; la humildad y la oración se desarrollan de oído, de mente y de boca que viven en silencio con Dios, porque en el silencio del alma es donde habla Él.

Benedicto XVI en una de sus Catequesis: «Dios tiene una voluntad con y para nosotros, y ésta debe convertirse en lo que queremos y somos. La esencia del cielo estriba en que se cumpla sin reservas la voluntad de Dios, o para ponerlo en otros términos, donde se cumple la voluntad de Dios hay cielo. Jesús mismo es “cielo” en el sentido más profundo y verdadero de la palabra, en Él en quien y a través de quien se cumple totalmente la voluntad de Dios. Nuestra voluntad nos aleja de la voluntad de Dios y nos vuelve mera “tierra”. Pero Él nos acepta, nos atrae hacia Sí y, en comunión con Él, aprendemos la voluntad de Dios».


miércoles, 18 de julio de 2012

Escucha, Señor, mi voz y mis clamores


Este texto es una revelación de cómo es Dios y quién es Dios, y nos lleva mucho más allá de los “tal vez” filosóficos. Dios renegaría de sí mismo si se pudiera descubrir al cabo de una argumentación. Si es Dios Amor y si está en su naturaleza inclinarse hacia lo que es pequeño, habrá que buscar en esa dirección. Él se manifiesta gustoso en la experiencia común de la gente humilde.

Tampoco condena a sabios y entendidos; Dios ha buscado servidores y amigos en estado de heredad de riquezas humanas; pero estos sin un determinado grado de humildad no hubiesen sido tenidos en cuenta por Dios. Dicho en otras palabras lo que impide la cercanía de Dios es la soberbia y lo que nos acerca a Dios es la humildad. Quien busca desaforadamente el poder, la fama o el tener, carece de humildad.

La humanidad no quiso llenarse del conocimiento que Dios le ofrece y se desvió de los caminos trazados a su pueblo y por ello envió a su Unigénito para salvarnos con la locura de la cruz, que no es una perdida sino que es la manifestación del poder de Dios contra el maligno, contra la muerte por el pecado. (Jn 7,48; 1Cor 1,17; 1Cor 1,26)

«La noche es propicia para los misterios; es entonces cuando el alma —atenta y humilde— se vuelve hacia sí misma reflexionando sobre su condición; es entonces cuando encuentra a Dios». (San Clemente de Alejandría). El conocimiento espiritual va mas allá del intelecto humano, la filosofía nunca podrá reemplazar a la revelación. Dios da ha conocer algunas cosas a la gente sencilla, honesta, que confía y que ama realizar la voluntad de Dios dentro de las posibilidades que ofrece el amor y la misericordia. Por allí vemos la relación con los niños en (Mc. 10,15). Tampoco se trata de un conocimiento llano y merecido sino que es el poder de Dios manifestado a los humildes que aman a Dios en espíritu y en verdad. Tampoco es el mucho hablar, es el mucho tener en cuenta a Dios, para que sea quien dirija nuestra vida, haciendo con confianza, sin miedo y sin omisiones. Pues en el poder de nuestro Señor Jesús esta nuestra vida eterna, en sus manos debe estar nuestra confianza y nuestro deseo de ser santos, los que no tienen un juicio y una condena. (Mt 28,18; Jn 3,35; Jn 13,3; Jn 17,2)


martes, 17 de julio de 2012

Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio


Ante tanta incredulidad, nuestro Señor Jesús, nos hace advertencias. Son tantos los beneficios de parte de Dios y sin embargo seguimos en la terquedad, sin amar a Dios, sin obedecerle y dejándonos llevar por las corrientes mundanas. No reconocemos las obras de Dios que son manifestación de su amor, por lo tanto pecamos por nuestra ingratitud y donde no hay fe, Dios no actúa. (Mt 13,58; Jn 15,24)

Corozaín y Betsaida. Estas dos ciudades tenían escuelas superiores de religión, pero no habían acogido el Evangelio. Tiro y Sidón eran dos ciudades paganas maldecidas por los profetas y luego destruidas – la justicia de Dios recae tarde o temprano – es un exabrupto querer oponernos con desobediencia a Dios. (Is 23,1-12; Jer 47,4) (Is 23,1; Ez 26,2- 8; Jl 3,4; Am 1,9; Zac 9,2; Est 4,1).

El hombre con su soberbia ha tratado de ser dios sin Dios, porque no mira la eternidad, no se da cuenta que Dios cumple sus promesas; quiere valerse de sus propias fuerzas, se fija en lo material, sin darse cuenta de su verdadera escancia que es su alma y su espíritu; vive una vida de pecado que con el trascurrir se vuelve mas ciego y mas sordo, el maligno le conduce por la oscuridad y al abismo eterno. (Is 14,13; 2Pe 2,6)

Dios ha querido que el hombre viva bajo unos parámetros religiosos, políticos y sociales que hagan posible la vida digna y común. Y para ello debemos confiar en la alianza que Dios ha sellado con el hombre. Nuestro Señor Jesús llama a la conversión. Esta llamada es una parte esencial del anuncio del Reino: "El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; convertíos y creed en la Buena Nueva" (Mc 1,15). Pero este querer de Dios va mas allá de nuestra propia persona también incumbe la responsabilidad con nuestra patria, nuestra localidad, nuestra sociedad, nuestra política, nuestro progreso digno, nuestro trabajo y nuestro ejemplo de vida. No hagamos caso a aquellos que mucho hablan, escuchemos más bien la voz de Dios.


lunes, 16 de julio de 2012

Perdona a tu pueblo, Señor


Hoy la iglesia celebra la solemnidad de la Virgen María, del “monte Carmelo”, “María es la Madre espiritual que acompaña el desarrollo de nuestra vida cristiana hacia la plenitud de Cristo, desde las aguas bautismales hasta la entrada en la gloria. El don del Escapulario como signo de protección, estímulo de imitación, promesa de las realidades escatológicas de nuestra vida cristiana, viene a ser una síntesis de nuestra devoción a la Virgen, madre y reina del Carmelo”

"No piensen que he venido a traer la paz" La paz del creyente nace de la certeza de que es amado por Dios: así lo dicen los ángeles en Belén (Lc 2,14). La paz del mundo, en cambio, encubre habitualmente un orden injusto impuesto por el más fuerte o una mediocridad compartida. Y el Evangelio la pone en tela de juicio.

El cristianismo ha sido perseguido cuando pone la ley divina por encima de la autoridad política o de los poderes, tampoco es extraño para el católico practicante frente a sus propios familiares y amigos. Desde Jesús podemos volver a entender los lazos familiares, vistos desde otra perspectiva. Tal vez ha llegado el momento de romper costumbres, para mirar con nuevos ojos a los que amamos y así comenzar a amarlos verdaderamente. De alguna manera declara Jesús su divinidad cuando pide que se le prefiera a él antes que a aquellos que más se ama. Pero ese sacrificio no es para nosotros una pérdida, sino muy por el contrario, una verdadera ganancia, porque nos liberamos y conquistamos así nuestra propia persona.

Nuestro Señor Jesús hoy nos ofrece una serie de sentencias, con las que pretende instruirnos. Jesús nace como príncipe de la paz. Pero ser fiel a su Palabra, puede traer el conflicto. Y a sus seguidores nos deja esa paradoja: “El que encuentre su vida la perderá, y el que pierda su vida por mí la encontrará”. Su Palabra nos invita a vivir centrados en lo importante, con viveza de corazón y docilidad al Espíritu Santo. El que no se responsabilice y cargue su cruz y vaya en pos del Señor, no es digno 38. Hoy el hombre se comporta de manera que todo sea facilito sin ningún esfuerzo, y esto estaría bien; pero lo malo es que en ese orden de ideas perjudica al prójimo incluso sin conocerlo, se acomoda en los vicios, relega el testimonio, se detiene el progreso digno y se pierde el sentido de la caridad, la justicia y la paz. 


sábado, 14 de julio de 2012

Escucharé las palabras del Señor


Nuestro Señor Jesús, lo tildaron de endemoniado, hasta de glotón, de modo que si a El lo descalificaron y aun lo hacen que pueden esperar sus seguidores. También las corrientes religiosas, sociales y políticas, que hacían temer a sus discípulos, es hoy día motivo de preocupación; porque la oposición y la persecución a la iglesia de Cristo no para. También decía no teman, cuando invitaba a confiar en el poder de Dios y no sentir la seguridad en el dinero. Ahora añade: “Si ustedes no pueden abandonar sus temores, piensen dónde está la mayor amenaza, con Dios o con los hombres”. En verdad Dios no amenaza con “echarnos al infierno”; más bien nos advierte y recuerda que perderlo a Él es perdernos a nosotros mismos.

A la palabra alma, san Mateo da un sentido diferente del que tenía en la cultura hebrea, en la que se identificaba con la vida. El alma que no muere ni termina con la muerte. El Señor nos dice que debemos tener cuidado con los que pueden arruinar nuestra alma, los que pueden conducirnos a la condenación eterna, en primer lugar al maligno que se vale de la tentación y en segundo lugar a sus servidores. “9 Sé que sufres y eres pobre y, sin embargo, eres rico. Sé cómo te calumnian los que pretenden ser judíos y no lo son, pues su sinagoga es la de Satanás. 10 No tengas miedo por lo que vas a padecer. El diablo meterá a algunos de ustedes en la cárcel para ponerlos a prueba. Serán diez días de prueba. Permanece fiel hasta la muerte y te daré la corona de la vida.”(Ap.2, 9-10)

Al que se ponga de mi parte. Después de recalcar el poder soberano de su Padre, Jesús se eleva al mismo nivel: él decidirá nuestra suerte eterna. De tal manera que la fidelidad a Cristo Maestro es el máximo reconocimiento del que podemos gloriarnos: «Por todo aquel que se declare por mí ante los hombres, yo también me declararé por él ante mi Padre que está en los cielos» (Mt 10,32).


viernes, 13 de julio de 2012

Dichoso el que es fiel a la enseñanza del Señor


Los testigos de Jesús serán perseguidos. Nuestro Señor Jesús llevó a cabo su misión en circunstancias difíciles, y nunca le faltaron las amenazas, incluso antes de los grandes enfrentamientos en Jerusalén.

Dar testimonio. En griego “testigo” se dice mártir. A menudo sabemos de mártires y los habrá en el futuro. Hoy en día los cristianos son perseguidos en muchos países sin que la prensa, sometida a grupos de inmenso poder político y económico, hable de ello. Hay que recordar que ser mártir es una gracia y que no se concede a todos. Frente a los estados de violencia, de corrupción y de tergiversación, preferimos someternos y acomodarnos. Pero lo que si nos pide el Señor es que al menos demos testimonio de vida como verdaderos cristianos, con prudencia, sencillez y sin miedo, para que la evangelización avance, aunque tengamos que ir a otro lugar, no faltara donde poder trabajar por la salvación de las almas, hasta la venida del Señor. Y para esta acción y cualquier tipo de defensa seremos dirigidos por el Espíritu Santo.

¡Cuídense de los hombres! tener cuidado según la prudencia; tampoco debemos olvidar que el mayor enemigo somos nosotros mismos cuando nos dejamos dominar del mundo, el demonio y la carne. Este tipo de batalla la debemos librar con la ayuda del Espíritu Santo; es además la mas difícil, puesto que de la persecución podremos escapar yendo a otro lugar , mientras que esta la llevaremos donde vayamos. La lucha espiritual no es contra personas sino contra los espíritus del mal dirigidos por satanás, que se ponen a todo lo que es considerado divino y sagrado.

Para resistir y perseverar hasta el final. Jesús nos prometió: «Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo» (Mt 28,20); pero no ha prometido a los suyos un camino fácil, por el contrario, les dijo: «Seréis odiados de todos por causa de mi nombre» (Mt 10,22). Esto por consecuencia del pecado, la desobediencia a Dios; la cual nos hace esclavos del mundo y servidores del enemigo. La batalla ha de ser por pertenecer del todo a Jesucristo y su Iglesia, verdadera patria espiritual, que está aquí en la tierra y que traspasa la barrera del espacio y del tiempo para llevarnos a la tierra prometida, a la patria definitiva del cielo.


jueves, 12 de julio de 2012

Confío, Señor, en tu misericordia


Como buenos discípulos del Señor debemos ser conscientes que los frutos de la misión no se debe a nuestro esfuerzo, por mas que hablemos, por mas que nos esforcemos, el fruto surge es por la gracia. Pero esta fluye cuando el misionero tiene en si el sentimiento profundo por la salvación de las almas, quien en primera medida debe ser templo vivo de la divinidad y con docilidad recibir la inspiración por el Espíritu Santo; sin preocuparse de lo demás. Nuestro Señor Jesús insiste en no llevar mas de lo necesario para la misión, como una manera de predicar con el ejemplo la confianza en el Padre: porque su Reino esta cerca, y él cuida de sus mensajeros. La misión se caracteriza, como la de Jesús, por la urgencia y la gratuidad. No debe haber una paga directa, pero si es necesaria la cooperación para que otros reciban la misión, el mismo beneficio. Es penoso y motivo de juicio, oponernos a la voluntad santa de Dios.

Al asistir a una misa donde se leía el santo Evangelio de hoy, san Francisco entendió cual era su misión encomendada por Dios; comenta san Buenaventura: “Francisco, tan pronto como oyó estas palabras y comprendió su alcance, el enamorado de la pobreza evangélica se esforzó por grabarlas en su memoria, y lleno de indecible alegría exclamó: “Esto es lo que quiero, esto lo que de todo corazón ansío”. Y al momento se quita el calzado de sus pies, arroja el bastón, detesta la alforja y el dinero y, contento con una sola y corta túnica, se desprende la correa, y en su lugar se ciñe con una cuerda, poniendo toda su solicitud en llevar a cabo lo que había oído y en ajustarse completamente a la forma de vida apostólica.

Desde entonces, el varón de Dios, fiel a la inspiración divina, comenzó a plasmar en sí la perfección evangélica y a invitar a los demás a penitencia. Sus palabras no eran vacías ni objeto de risa, sino llenas de la fuerza del Espíritu Santo, calaban muy hondo en el corazón, de modo que los oyentes se sentían profundamente impresionados. Al comienzo de todas sus predicaciones saludaba al pueblo, anunciándole la paz con estas palabras: “¡El Señor os dé la paz!” Tal saludo lo aprendió por revelación divina, como él mismo lo confesó más tarde... Así, pues, tan pronto como llegó a oídos de muchos la noticia de la verdad, tanto de la sencilla doctrina como de la vida del varón de Dios, algunos hombres, impresionados con su ejemplo, comenzaron a animarse a hacer penitencia, y, abandonadas todas las cosas, se unieron a él, acomodándose a su vestido y vida.”

miércoles, 11 de julio de 2012

¡El Reino de los Cielos está ahora cerca!


El corazón dividido del hombre, su actitud dividida del hombre ha causado estragos en si mismo y en su hábitat. Hoy con mayores motivos se desparrama la creatura, la ciencia y la tecnología sumada a muchas tendencias filosóficas y políticas lo apartan de Dios. Pero lo grave es que todo esto lo lleva a la destrucción, va por el camino amplio pero oscuro y en cualquier momento cae al abismo; se aparta del camino angosto y con obstáculos pero con luz, donde se camina con seguridad y protección, el camino dispuesto por Dios para tener vida eterna.

Nuestro Señor Jesús toma a doce, este número significa el pueblo escogido por Dios, su nuevo plan para salvar al mundo y después de la venida del Señor lo hizo extensivo para todos en el tiempo. ¡Y les dio poder! El poder que proviene de Dios no es el poder que da la fama, o el dinero, ni el tener, todo esto es efímero. Y cabria lo que san Pablo nos dice: “Lleven con ustedes todas las armas de Dios para que puedan resistir las maniobras del diablo. Pues no nos estamos enfrentando a fuerzas humanas, sino a los poderes y autoridades que dirigen este mundo y sus fuerzas oscuras, los espíritus y fuerzas malas” (Gl. 6, 11-12)

Nuestro Señor Jesús proyecta su Iglesia con sus testigos y para este fin les enseña, los forma en un vivir y convivir como modelo para el futuro de su comunidad santa, su Iglesia. Observamos que la misión de los discípulos del Señor no obra por criterios propios, tampoco con capacidades individuales; es motivo de darnos cuenta que es con el poder de Dios como se puede llegar a la salvación y para poder ayudar a otros a que también se salven.

También el Señor les da autoridad para sanar a los enfermos, hoy día le llamamos carismas, son regalos de Dios para el servicio de la comunidad. Se ofrece aquí un modelo para todas las ocasiones en que la Iglesia quiera volver a la fuente: es una comunidad reunida por Jesús y alrededor de él, donde los hombres reciben la Palabra de Dios y son liberados de la esclavitud del demonio y sanados de sus dolencias. Esta fuente esta viva pero si no se manifiesta hoy es porque estamos apagados no queremos ser “enviados” ni queremos llevar el “envío”; estamos sin fe madura, sin querer hacer el trabajo necesario para la salvación y sin la obra para que otros se salven, carecemos del ardor en el corazón por la decisión del sumo bien. Lejos de parecernos a Cristo el enviado por el Padre.


martes, 10 de julio de 2012

Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio


La Palabra que nos transmite el Evangelio nos muestra una imagen donde el Señor lleno de misericordia quiere la salvación, la sanación y la liberación de las almas; pero la incredulidad se hace presente infundada por la complacencia a lo que se ve cotidianamente, y que impide una fe madura, impide ver la salvación que es una obra de Dios, mas basta, larga y profunda que las curaciones.

Nuestro Señor ve que en el mundo estamos como ovejas sin pastor. Véanse Núm 27,17; Ez 34,5; Za 10,2; Jn 4,35; Mc 6,34; y Lc 10,2.
Muy interesante y muy necesarios los carismas pero se necesita el despertar de la misión encomendada. Rueguen, dice nuestro Señor Jesús, como cristianos debemos pedir a Dios que se multipliquen los obreros. Y para que a los obreros vivan una conversión permanente, para ser verdaderos discípulos; para que sean consecuentes con la palabra comunidad; y para que cumplan su misión humilde con “ardor”, deseos decididos por la salvación de las almas, decisión amorosa de hacer la divina voluntad de Dios. Con una condición inseparable, la intercesión de la santísima Virgen para que ella ponga a todos en las manos del Espíritu Santo, quien obra en nosotros y en los demás, para que seamos todos templos vivos de su divina presencia y acción. «El alimento que debo comer, ustedes no lo conocen.» (Jn. 4,32)

La gente de hoy es más necesitada que antes, aunque tengan muchas cosas, aunque riamos como payasos, aunque la ciencia y la tecnología faciliten y acelere los procesos. “El hombre no vive solamente de pan, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” (Mt. 4,3-4). Porque Dios nos ha dotado de facultades humanas y divinas. Nosotros todos tenemos ahora la misma necesidad de los discípulos de Jesús, dejarnos formar por las enseñanzas del Maestro; para algún día poder decir como san Pablo “ahora no vivo yo, es Cristo quien vive en mí..(Gl.2,20). Puesto que el Señor nos dice: «¡Levantad los ojos y mirad!”. Mirar a nuestro alrededor para ver los acontecimientos y la historia; y esta mirada a otra cita “En la casa de mi Padre hay muchas habitaciones…”(Jn.14,2) muchas habitaciones vacías y es preciso collevar almas para que las habiten.


lunes, 9 de julio de 2012

Perdona a tu pueblo, Señor


Llegamos a un momento cumbre con este doble episodio de la mujer de edad que es curada y de la joven resucitada. Es la divina providencia de Dios.

Un doble acto de fe, que no es la fe en un credo o la fidelidad a prácticas religiosas; es la certeza íntima de que se recibirá lo que otros no se atreven a pedir o que se obtendrá pasando por encima de las normas religiosas.

La mujer tiene hemorragias y por lo tanto es impura (Lev 15,19) y hace impuros a quienes la toquen; debía por tanto abstenerse de mezclarse con un grupo. Pero su fe la lleva a violar algo más sagrado todavía; los flecos del manto eran un recuerdo de Dios y de su ley, y tocarlos estando «impura» era un sacrilegio. Se atrevió sin embargo, y Jesús le dice: Tu fe te ha salvado.

Respecto al padre que había ido a pedir la curación de su hija, ciertamente habría renunciado si Jesús mismo no lo hubiera animado. Parece que ninguna religión haya pretendido resucitar los muertos, y tampoco la de la Biblia. Y si nadie lo pide, no es sólo porque se crea que es imposible sino porque se intuye que se transgrediría el límite fijado por Dios, dueño de la vida y de la muerte.

"La fe, es lo que hace que creamos desde el fondo del alma... todas las verdades que la religión nos enseña, es decir, el contenido de la Escritura Santa y todas enseñanzas del Evangelio; en fin, todo lo que nos es propuesto por la Iglesia. El justo verdaderamente vive de esta fe (Rm 1,17), porque reemplaza a la inmensa mayoría de los sentidos de la naturaleza. Transforma tanto todas las cosas que apenas los sentidos pueden servirle al alma; por ellos sólo percibe apariencias engañosas; la fe le muestra las realidades"


sábado, 7 de julio de 2012

Escucharé las palabras del Señor


De todas maneras el hombre se fija en lo material y de allí surgen dudas y motivos para la incredulidad. Por mas que analicemos, por mas que tratemos de escudriñar los misterios divinos siempre habrá limitación que solo por la fe, obediencia y humildad podremos superar. El ayuno y todas las practicas religiosas son y serán importantes para mortificar la carne y que sea nuestro espíritu quien se fortalezca; pero el Señor quiere establecer las prioridades, en ese momento es mas importante la persona de Dios y sus enseñanzas que las practicas religiosas de otros momentos. El ayuno era, y es, una praxis penitencial que contribuye a «adquirir el dominio sobre nuestros instintos y la libertad del corazón” (Catecismo de la Iglesia, 2043) -- (cf. Mt 11,18; Lc 18,12)

El novio. El pueblo de Dios era la novia, y Yavé estaba para venir como el esposo. Dios-Hijo venido a los hombres. Es la manifestación del Verbo encarnado, el Hijo de Dios hecho hombre para salvar al hombre. Ejemplo supremo de obediencia al Padre y de humildad, no quiso hacer alarde de su grandeza y su compostura fue como hombre al servicio de la dignidad del hombre.

Toda persona que con las prácticas religiosas se va dejando renovar para dejar las privaciones e individualismo para llegar a unirse en la comunidad para dejarse modelar del Maestro, es el camino de la nueva religiosidad. De esta manera se le encuentra sentido a la vida y a la misión por los necesitados de Dios. En orden a las prioridades es mas importante la practica de la caridad en comunidad. Es mas importante llegar a la intimidad con Dios para recibir de El la gracia para la vida en comunidad y en fraternidad como testimonio de Cristo vivo en medio de nosotros. (cf. Rom 7,6; 2Cor 5,17)


viernes, 6 de julio de 2012

Enviaré hambre, no de pan, sino de escuchar la palabra del Señor


El hecho de que Jesús haya llamado a Leví cuando estaba en su puesto de pago es algo poco común. En cambio es muy comprensible que los maestros de la Ley se sintieran mal en casa de un impuro y se pusieran aparte de sus vecinos de mesa. Jesús, sin embargo, les enseña que sólo encontrarán a Dios Padre si están dispuestos a aceptar a los pecadores.

Una de las novedades que trae Jesús es la supresión de las barreras sociales. Siendo las mas fuertes las del orden económico, político y religioso, y de ahí proceden los comportamientos sectarios. (cf.Mt 11,19; Lc 15,1; Lc 19,7)

"enfermo" pero esta en actividad como opresor al servicio del Imperio Romano. Y nuestro Señor Jesús lo llama "enfermo". No quiere destruirlo sino reconstruirlo. “Dios lo hace con pincel o con cincel” Jesús quiere que nosotros sepamos, que la primera víctima de la crueldad o de la opresión es el mismo cruel opresor, y por eso le trata de "enfermo". (cf. 1 Tim. 1, 15; Mt 12,7; Os 6,6)

Las palabras enriquecedoras del Evangelio de hoy son de actualidad. Jesús continúa invitándonos a que le sigamos, cada uno según su estado y profesión. Ir en pos del Señor implica dejar pasiones desordenadas, la atrampa, la codicia, la ilegalidad, mal comportamiento familiar, pérdida de tiempo, las discriminaciones, para asistir al banquete eucarístico, porque allí retomaremos la misión que Dios tenia preparada para cada uno nosotros desde nuestra creación; nos volvemos sensibles a los susurros de divinos y humildes para vivir la voluntad de Dios. «Un cristiano no es dueño de sí mismo, sino que está entregado al servicio de Dios» (San Ignacio de Antioquía).


jueves, 5 de julio de 2012

Confío, Señor, en tu misericordia


Con este milagro del paralítico perdonado y sanado, Jesús da tres respuestas a la vez: al enfermo, a sus amigos y a los fariseos.
Al ver la fe de aquella gente. Son los amigos del paralítico quienes habían convencido a su compañero de que debía ir donde Jesús. Y Jesús premia su fe.

Se te perdonan tus pecados. ¡Qué palabras tan extrañas! ¿Cómo podría perdonar Jesús los pecados si el hombre no es consciente de falta alguna y si, al mismo tiempo, no está arrepentido y en espera del perdón? Seguramente hay algo que el Evangelio no dice, pero muchos textos del Antiguo Testamento destacan las relaciones complejas entre el pecado y la enfermedad. A menudo la enfermedad hace tomar conciencia de nuestra situación de pecadores. Jesús actuó como Dios: miró al pecador, le quitó sus complejos de culpabilidad y le perdonó antes de sanarlo.

Los fariseos se escandalizan por las palabras de Jesús; por supuesto que sólo Dios puede perdonar los pecados. La gente sencilla no reaccionó, pero la indignación de los maestros de la Ley está muy justificada, ya que ni ellos ni los mismos discípulos de Jesús entienden quién es él. Jesús, sin embargo, los deja callados: si yo doy la salud como lo hace Dios, ¿por qué no voy a perdonar también como lo hace él?
Estas palabras de Jesús revelan quién es su persona y también manifiestan una manera nueva de actuar. Los que tienen el don de sanar las enfermedades piden siempre ante todo la reconciliación con Dios, con los demás y consigo mismo.

¡Feliz el que recibe la certeza de su perdón por la mirada y las palabras de algún hermano! Jesús perdona el pecado porque es el Hijo del Hombre (Jn 5,27) y desea que recibamos el perdón de Dios y de los hombres dentro de la comunidad cristiana.

Alabó a Dios por haber dado tal poder a los hombres”. Esta frase es un poco oscura. La muchedumbre se asombra al ver cómo el poder salvador de Dios se ha manifestado entre los hombres y por medio de un hombre, Jesús. Los ministros de la Iglesia tienen autoridad para perdonar, pero la gracia de Dios pasa también por muchos otros canales (1Cor 5,3-5; 2Cor 2,5-11). Aceptando humildemente la corrección fraterna, con el perdón mutuo. Cristo es el que perdona, y lo perdonado en la tierra es perdonado en el cielo (ver Mt 18,18). «Es una gran miseria el hombre orgulloso, pero más grande es la misericordia de Dios humilde». San Agustín,


martes, 3 de julio de 2012

Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio


Hoy, la Iglesia celebra la fiesta de santo Tomás. El católico no practicante anda como “Vicente por donde va la gente” tratando de hacer actos buenos y una asistencia por simpatía, sin compromiso, dando complacencia a sus sentidos y sin que se a el espíritu y su alma sea quien domine, sino el cuerpo. Su vida esta dominada por las certezas que provienen de las experiencias sensoriales. (cf.1 Co.9,1; 1 Jn. 1,1))

Tomás tiene el encuentro personal con el Señor después de su resurrección y desaparece toda su desconfianza; se llena de una fe sincera y madura y reconoce todo el amor que debe a Dios, exclama: “¡Señor mío y Dios mío!”. Es lo que ocurre con el convertido cuando decide regresar del rumbo desobediente que llevaba por el camino de la perdición, el camino a la oscuridad y muerte. (cf.Mc.16

“Este es el ejército seducido por el Señor; estos son los hijos de la piscina bautismal, las obras de la gracia, la cosecha del Espíritu. Han seguido a Cristo sin haberle visto, le han buscado y han creído. Le han reconocido con los ojos de la fe, no con los del cuerpo. No han puesto su dedo en las marcas de los clavos, sino que se han unido a su cruz y han abrazado sus sufrimientos. No han visto el costado abierto del Señor, pero por la gracia han llegado a ser miembros de su cuerpo y han hecho suya su palabra: “¡Dichosos los que crean sin haber visto!”.(cf.Lc.24,25; Mt.28,18)