sábado, 31 de marzo de 2012

Renueven su corazón y su espíritu

Los acontecimientos de la vuelta a la vida terrena de Lázaro, apresura en los que sentían complejos de inferioridad, el deseo de acabar con el Señor Jesús, veían en él un adversario peligroso para su estabilidad política y religiosa. Era una visión exterior como nos ocurre nosotros casi siempre, solo miramos lo que se puede palpar o razonar por medio de los sentidos; lejos de poder ver lo que el alma y el espíritu valen para Dios, y lo que verdaderamente tiene valor en nosotros.

Las palabras de Caifás, puede interpretarse de dos maneras. Acopladas al momento, pero también de acuerdo a lo que estaba en las Escrituras, para reunir a los hijos de Dios que estaban dispersos. Por obra de Dios aquella sentencia malévola seria convertida en una obra de amor redentora y atrayente y esta congregación sería el efecto de la resurrección de Jesús: “y yo, cuando haya sido levantado de la tierra, atraeré todo.» (Jn 12,32). Precisamente estamos en el tiempo en que debemos congregarnos en torno a nuestro Señor Jesús como cabeza y nosotros su cuerpo, es decir su comunidad universal. La próxima semana, se conmemora el sacrificio perpetuo del Señor.

Esta próxima semana debemos vivirla como la primera vez, para nosotros existe el trascurrir del tiempo y el espacio, pero para Dios no es lo mismo, es un eterno presente; El Señor Jesús por su esencia de amor, vive en permanente reparación por todo lo que hacen las criaturas en todos los tiempos; los misterios de su santa pasión son un eterno reparar por los que lo acogen, se hace victima ante el Padre por nosotros, para que tengamos vida, para restaurar nuestra amistad eterna con Dios. Nuestro deber es aceptar la invitación del Señor a unirnos en torno a Él. Es deber nuestro procurar que otros también se congreguen, «Id y enseñad a todas las gentes» (Mt 28,19).

El Señor está dispuesto para todos, de manera bondadosa y sin igual, anonadado, pequeñito no le podemos ver pero sabemos que está con nosotros, que vive en nosotros y de manera particular en las especies del pan y el vino transformados en su cuerpo y su sangre como alimento único y especial, agua viva que “salta hasta la vida eterna” Jn. 4,14). Es tempo propicio para agradecerle en forma particular en intimidad de amor y reconocerle todo lo que El padece por nuestra redención. Y dentro de ochos días cantaremos « ¡Qué asombroso beneficio de tu amor por nosotros! ¡Qué incomparable ternura y caridad! ¡Oh feliz culpa que mereció tal Redentor!». – “¡Qué victoria tan grande! La muerte ha sido devorada. ¿Dónde está, oh muerte, tu victoria? ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? (1 Cor.15, 54-55)- (http://cantoscamino.wepes.com/cantos/ohmuerte.htm).

viernes, 30 de marzo de 2012

Señor, tú eres mi fuerza y mi refugio



La misma ley contemplaba llamarse dios, sin embargo por cuestión de egoísmo infundado los coterráneos no le permitieron ese calificativo como hombre, pero era Dios que se había hecho hombre, contemplado en las profecías, el Dios anterior a sus memorias. Pero la oscuridad causada por la esclavitud del pecado no permitió ver la persona de Cristo como Dios. Jesús no se proclamaba Hijo de Dios, sino que se define con más fuerza diciendo: “el Padre está en mí y yo en el Padre” a la vez nos define un solo Dios y tres personas. Define también, ¡Qué extraordinario es que Dios les haya dirigido su palabra!, no lo merecíamos.

Para nosotros es igual, o también creemos que existe Dios; le creemos a Dios, pero no obedecemos a Dios. De una parte porque toda la Palabra de Dios no cuadra con nuestros antojos y por otra por nuestra debilidad espiritual. De manera que es primordial la conversión permanente sin dejar de mirar a Cristo y cumplir con la tarea encomendada por el Señor, mediante su gracia; la tarea no es para vanagloriarnos sino para hacer la obra que nos dignifica y que con ella demostramos nuestra adhesión a Cristo, quien a la vez nos ayuda a llevar nuestra cruz.

jueves, 29 de marzo de 2012

“No endurezcan su corazón”



“no morirá para siempre” igual “no morirá jamás”. Quien acepta plenamente el testimonio de Jesús sobre el misterio de Dios y lo que espera de nosotros, desde ya , además de ser una actitud para dar testimonio, es también algo nuevo que ha tomado posesión de su alma lo cual son albores de la vida eterna. Pero también debemos ser consientes que estamos en la tierra y si descuidamos la relación con Dios, el enemigo está al asecho para hacernos caer y lo podemos perder todo. También implica compromiso y acción, lo que Dios nos da gratis lo debemos dar gratis y hay muchos que con nuestra ayuda, iluminada por el Espíritu Santo, podrán ir a la vida.

Preexistente desde la eternidad “YO SOY” declaración de su divinidad, el nombre que Dios reveló a Moisés; parte del tetragrama (nombre compuesto) santo Yahveh - formado por cuatro consonantes hebreas —Y (iod), H (hei), V (vav) y H (hei). Es la séptima vez que aparece en este capítulo.
Yo soy la luz. _ “morirán en sus pecados” (8,24), ustedes dicen: “Vemos”, y ésa es la prueba de su pecado.» (Jn.9, 41). Las palabras del Señor derriban posicionamientos sociales y creencias.
Los que escuchaban al Señor, desconocían y nosotros también desconocemos hasta qué punto llega la luz de Dios. Solo cuando Dios quiere dar algunos adelantos manifiestos en algunos de acuerdo a su comportamiento e intención y cuando nos pase de esta vida terrena a la eterna se aclararan todas nuestra dudas; mientras tanto lo importante pasar de lo superficial y convencional a lo trascendente y sobrenatural para mantenernos en la fidelidad que le debemos al único que nos podrá conducir a la vida.


miércoles, 28 de marzo de 2012

Señor, haz que seamos fieles a tu palabra

“La verdad los hará libres” dice el Señor, quien vive en la verdad, aunque duela, se siente libre. Es la verdad la garantía de la libertad; si se vive en la verdad del Evangelio, entendida como la manera correcta de nuestro proceder, se recibe por don la libertad que produce gozo. Lo que propone el mundo se enmarca en la tenencia, el poder y la fama que nos facilita la manera incorrecta, es lo que causa libertinaje que esclaviza y por ende es causante de injusticia, violencia, menosprecio e indiferencia. Quien está en vida de pecado se hace servidor del diablo, su condición lo limita para mamar, ha retirado, por su desobediencia, a Dios de su corazón; no siente paz en su conciencia y esta intranquilidad y desasosiego enceguece y le incita a ahondar más en la oscuridad y al abismo.

Por falta de libertad y de la verdad, en nuestro medio hablamos mucho de la paz, pero también nuestro medio está viciado por el engaño, la mentira, la manipulación y la corrupción, lo cual lleva a la ilegalidad. Y lo peor, somos permisivos, por lo tanto el ambiente atrapante nos mueve solo a criticar pero sin denunciar, débiles para fomentar las virtudes y frágiles para escuchar a cualquier cuentero.

Nos dice nuestro Señor Jesús, que cada uno valemos por lo que somos de cara a la vista de Dios. Quien quiera ir en pos del único que nos puede conducir al Padre, requiere de una conversión permanente, un examen diario y de rectificación al instante; todos somos pecadores, pero el Señor nos dio los medios para rectificar y huir del pecado, para comportarnos como verdaderos hijos de Dios.


martes, 27 de marzo de 2012

La semilla es la palabra de Dios

“Morirán en su pecado”. Esto significa que habrán pasado al lado de la reconciliación, de la amistad con Dios que es personificada por Jesús. “Ustedes me buscarán”. Por un momento pensemos que ocurrió en los primeros días de la muerte del Señor, cuál sería el pensamiento de los que lograron entender quien era el Señor Jesús, después de haberlo rechazado. Al menos hoy tenemos los medios de la reconciliación, la manera de rectificar la cual la instituyo el mismo Señor Jesús. Pero también, ¿qué va a pasar cuando ya no haya quien nos administre los sacramentos?

El Señor Jesús viene a ser para nosotros, la verdad, camino y vida; y fue levantado para que no quitemos la mirada del que “Yo Soy” Él es alfa y omega, principio y fin. Somos conscientes que nos ha mordido la serpiente (el astuto). No tenemos otra posibilidad, para salvarnos, solo mirar a Cristo. Pero también no faltara que muchos crean en impostores, porque el enemigo no descansa, quiere nuestra perdición. El diablo fue el primer crucificado por Moisés como justicia, en un palo que representa el árbol del mal. Luego el Señor Jesús para redimirnos a la vida es levantado en un madero que representa el árbol del bien.

De abajo y de arriba. Jesús expresa la imposibilidad de franquear la existencia de un abismo, como no lo narro en la parábola, ”el rico epulón y lázaro”(Lc. 16, 26) Dicho de otra manera, “Ustedes juzgan con criterios humanos” (Jn. 8, 15) es decir estamos opacados a los criterios del Espíritu Santo. A una persona limitada de la vista es imposible darle pruebas de la variedad y la existencia de los colores. Puesto que no consiste en el raciocinio de algo justificable, sino que es una verdad espiritual que da a las cosas un sentido nuevo. De manera que la experiencia nueva y trascendente consiste en no quitar la mirada en Cristo y hacer la divina voluntad de Dios, por amor, no por criterios humanos.

lunes, 26 de marzo de 2012

Cúmplase en mí lo que me has dicho

Las profecías afirmaban que Dios sería acogido por la virgen de Israel. Encontramos a menudo en la Biblia la imagen del matrimonio de Dios con su pueblo. María es la Virgen pura y su Hijo será Dios-con nosotros, tal como se lee en (Is 7,14). Esta virginidad es como una garantía de la alianza nueva que Dios pacta con la humanidad. 

Vemos como la actitud de María es de aceptación incondicional, contrapuesta a la actitud de Zacarías. Sin embargo se complementan para destacar dos sobrenaturales características de Dios: la fidelidad y la gracia. La falta de fe de Zacarías en ese momento no quita que haya sido un sacerdote fiel, y Dios, siempre fiel, quiso valerse de él para coronar la larga espera de un pueblo que perseveró en la oración y en la observancia de la Ley. En cambio, en el llamado a María nada se dice de su vida anterior, Dios la eligió entre todas; la gracia de Dios la sitúa inmediatamente en un plano con el cual nadie jamás soñó.

Su concepción en María es el fruto del acto de fe en el que ella se comprometió por entero, Jesús es el Hijo, nacido de Dios en la eternidad; también es en toda su persona el hijo de María y el portador de su herencia humana, que desborda el campo de la carne, de la sangre y de los cromosomas.

María ya está comprometida con José, lo que, según la ley judía, le daba todos los derechos del matrimonio (Mt 1,20). Prometida a José, pero quedando bajo el techo paterno, lo que para nosotros es el noviazgo. A raíz del matrimonio José “la llevaría a su casa” (Mt 1,24) y dependería legalmente de él.

Únicamente María podía comunicar a la Iglesia primitiva el secreto de la concepción de Jesús. El Arcángel Gabriel ha sido enviado, es embajador de Dios se presenta ante María para honrarla de parte de Dios, muestra y dice lo que Dios está realizando en el alma de María. Alégrate. Es el llamado gozoso que los profetas dirigían a la “hija de Sión”, los humildes que se mantenían a la espera de la salvación (So 3,14; Za 9,9).

Llena de gracia. Este calificativo pasa a ser el nuevo nombre de María. Teniendo en cuenta el contexto. Llamamos gracia lo que se origina en el Dios viviente pero que ha de germinar en las alamas. María es llena de gracia ya que Jesús ha de nacer de ella como nace del Padre.

El ángel revela a María la identidad y la misión del hijo que va a concebir. Luego, cuando contesta a María, declara el misterio de Dios Trinidad. Concebirás en tu seno: al Emmanuel, es decir, al Dios con nosotros. María lo llamará Jesús, que quiere decir Salvador. El ángel señala la grandeza del Mesías, hijo de Dios: será grande, sin más, y no grande ante Dios como se dice de Juan Bautista (1,15). Gobernará al pueblo de Jacob, o sea, de Israel: (cf. Is 7,16; 9,6; Mi 5,2).

“Cómo puede ser esto si no conozco varón”. Conocer tiene aquí el sentido de tener relaciones. Para María las palabras del ángel significan que va a concebir inmediatamente, y ahí es cuando adquiere todo su sentido el título de virgen. Ella concibió en ese mismo momento por el Espíritu de Dios.

«Nada es imposible para Dios» Respecto de la virginidad de María después de la concepción de Jesús, cabe recordar que “María siempre virgen” es una afirmación constante en la tradición cristiana, que no ha hecho más que profundizar la Escritura. “¿Cómo podría ser que después de haber sido amada en forma tan singular y visitada por Dios para que en ella se realizase su alianza definitiva con los hombres, María volviera atrás hacia un amor humano y se diera a otro, aun cuando fuera José, un perfecto siervo de Dios?” El ángel expresa la personalidad de Jesús y lo sitúa dentro del misterio de Dios, como el Hijo único de Dios. El Poder del Altísimo es otra forma de designar al Espíritu que es el “Soplo”, portador de las energías divinas.

María expresa su disponibilidad como “servidora”. Y de ella nacerá quien es a la vez el “siervo” anunciado por los profetas (Is 42,1; 50,1; 52,13) y el Hijo (Heb 1). Dios ama a sus servidores. La “madre del Señor” es la primera amada y sobre ella desciende el Espíritu en los comienzos de una obra de gracia y que en todo procederá del amor de Dios.

sábado, 24 de marzo de 2012

Alabaré al Señor por su justicia

Discusión sobre el origen de Cristo.
Al ver la señal que Jesús había hecho, los hombres decían: «Este es sin duda el Profeta que había de venir al mundo” (Jn.6, 14). "Pero tú, Belén Efrata…, me darás a aquel que debe gobernar a Israel" (cf. Mq. (5,1) O sea que el Mesías saldrá de la familia de David, cuyas raíces estaban en Belén. No cabe duda que aquella que debe dar a luz es la misma que es llamada “la joven” en la profecía de Isaías (cf. 7,14). En la sentencia al astuto, Dios le dice “mujer” en (Gn. 3, 15). “Dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron: «En Belén de Judá, pues así lo escribió el profeta” Mt. 2,5). Le desprecian y le persiguen quedan confundidos, "el Amor no es amado” (San Francisco de Asís), pero posteriormente, muchos entendieron que era el Mesías que debía nacer en Belén: (cf. Jn 7,42 y Mt 2,6).

Al leer en el A/T. la infancia de los héroes de la Biblia, Abraham y de Moisés. Una estrella, se decía, había advertido al Faraón del nacimiento del salvador de los hebreos, y por eso había decidido dar muerte a todos los niños, pero Moisés se había salvado. San Mateo cita y agrega: “así había de cumplirse”. Con esta frase invita a pasearse por los textos antiguos, al mismo tiempo anuncia a Jesús con una analogía maravillosa, quien debía rehacer las experiencias de su pueblo: marchas, exilio, penas, pero finalmente todo adquiriría un sentido nuevo. La Biblia nos habla de la alegría prometida como consecuencia de una visita de Dios: Mc 5,7; 13,21; 13,4; Mt. 13, 44; 25,21; 28,5 s; Lc 1,28 s; 1,19; 2,10; 10,20; 13,17; 15,32; 19,6; 24,52.

«Nunca hombre alguno ha hablado como éste» es indiscutible la confusión para la gente en el momento en que vivió Cristo como hombre, pero lo que uno ve inadmisible es que para nuestro tiempo haya tanta gente que se deja confundir, que pretende considerarse como un animalito; tanto ellos como nosotros somos parte de la creación pero a nosotros nos dio como heredad alma y espíritu para ser hijos de Dios, lo cual implica unos derechos pero también unas responsabilidades. Dios nos creo por amor, su esencia su naturaleza y este es mas fuerte que la filosofía, aunque esta condene el amor. El amor siempre se renovara en el alma para que entendamos que tenemos tales atributos como don de Dios.

viernes, 23 de marzo de 2012

El Señor no está lejos de sus fieles

Estos judíos creían conocer las Escrituras; la Palabra de Dios, contienen algo que trastorna a quienes no sabemos escuchar. Ellos no sabían que Jesús había nacido en Belén y que era descendiente legítimo de David. Jesús habla pública y abiertamente, cuestiona la falsedad de la estructura religiosa, ideológica, política y económica. Ha cuestionado la legitimidad y la idoneidad de sus dirigentes. Por eso lo buscan para eliminarlo. Como sucedió en el pasado con los profetas, Jesús, como auténtico profeta y Mesías, se ha convertido en una persona discordante, fastidiosa y molesta para los intereses de los jefes del pueblo. Es urgente que ese tipo desaparezca, no sea que la gente tome conciencia y provoque una revuelta que sería lamentable. “No conocen los secretos de Dios. No esperan la recompensa de una vida santa, ni creen que las almas puras tendrán su paga” (Sb-2, 21-22).

Como ayer, los que defienden la dignidad de la persona humana, y que denuncian la corrupción; para los políticos y económicos y toda persona que obre mal, son para ellos una piedra en el zapato, estorban y procuran por todos los medios apartarlos de su vista y de sus acciones. La vida cristiana esta expuesta a la persecución, el destierro y el martirio. El amor de los buenos es contradictorio para los malos. El permanecer y el perseverar en forma radical, demanda un alto precio; pero ahí se pone a prueba la firmeza de la propuesta evangélica de Jesús.

El Señor Jesús pide que le escuchemos, da testimonio de Dios Padre, nos ofrece la salvación eterna, la vida, el mejor premio. Pero engreídos por el mundo preferimos la muerte; preferimos dar complacencia a nuestros sentimientos, “comamos y bebamos que mañana moriremos” y en el mejor de los casos: unas veces sí y otras no, de acuerdo a la conveniencia; con una mano pedimos y con la otra tiramos piedra. “Conozco tus obras: no eres ni frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! Pero porque eres tibio y no frío o caliente, voy a vomitarte de mi boca”(Ap.3, 15-16)

jueves, 22 de marzo de 2012

Yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo


Si yo diera testimonio de mí mismo, mi testimonio no valdría. Nuestro Señor Jesús habla del testimonio. Significa hablar, dar constancia, certificar a favor de alguien, confirmar la veracidad de la otra persona. Nosotros, cuerpo de Cristo Jesús, partícipes de su pascua, también deberíamos ser trasparencia del mismo Dios. Que nuestra conversión autentica y nuestro acontecer esté embebido de la presencia de Dios. “Les he dado a conocer todo lo que aprendí de mi Padre” (Jn.15, 15), “Porque yo no he hablado por mi propia cuenta, sino que el Padre, al enviarme, me ha mandado lo que debo decir y cómo lo debo decir” (Jn. 12,49). Jesucristo reprocha a los que le escuchaban en su momento, pero eso tiene que ver con el presente, porque el permanece con nosotros por siempre. Nos impide su reconocimiento como el Mesías Hijo de Dios: la falta de amor a Dios; la ausencia de rectitud de intención y la interpretación de las Escrituras por interés.

En la primera lectura, Dios Padre nos hace una reclamación fuerte porque el hombre actual es necio como los hombres peregrinos conducidos por Moisés en el desierto. Miraron las nubes y vieron la apariencia de becerro y como tal lo hicieron en metal para adorarlo (cf. Ex.32). “Cambiaron al Dios que era su gloria por la imagen de un buey que come pasto” (Sal. 105) Nosotros cambiamos a Dios por cuanto agüero aparezca o nos dejamos engañar por cualquier cuentero. El hombre de hoy no es muy diferente su comportamiento idolatra. Moisés intercedió por su pueblo en ese caso y hoy quien nos defiende es nuestro Señor Jesús. Si el final de los tiempos se posterga no es que el mundo se haya arrepentido de sus maldades sino que Dios escucha nuestra oración y ve nuestra intensión, de unos por querer salvarse y de otros, muy pocos, por amor donado e interpretando el querer de Dios, trabajan por la salvación de todos.

miércoles, 21 de marzo de 2012

Yo soy la resurrección y la vida, dice el Señor


Aunque hubiera una madre que se olvidara, yo nunca me olvidaré de ti”. Mi Padre sigue trabajando. Podemos interpretar que Dios continuamente trabaja en la creación y en el sostén de su obra, no se puede pensar que Dios trabajo siete días lo creo todo y puso un piloto automático para que el mundo siguiera su curso. En crear, salvar y santificar se comprende la manifestación del amor de Dios. Los hombres debemos descansar, hacer un alto en el día domingo para hacer homenaje a Dios, para glorificarlo; Él no descansa y no han cesado sus atenciones para con las personas. El Señor Jesús es censurado y aprovecha estas críticas para manifestar su condición de Hijo de Dios y, por tanto, Señor del sábado – domingo para nosotros.

Jesús es igual al Padre; a pesar de ser el Hijo, no es un rival y tampoco hay dos dioses, porque él, que lo ha recibido todo, le devuelve todo lo que es. (cf. Fil 2,6). Jesús afirma que no vino para reformar la religión sino para acabar la obra de su Padre en el mundo, para que todos tengamos vida y resucitar es mucho más que “volver a la vida”. Jesús había hecho referencias al Padre, pero siempre marcando una distinción: la Paternidad de Dios es diferente si se trata de Cristo o de los hombres. La filiación que reclama para Él mismo es una filiación natural. Jesús afirma que su naturaleza y la del Padre son iguales, aun siendo personas distintas. Manifiesta de esta manera su divinidad.

El testimonio. Al darse a conocer a los discípulos de Jesús, Dios se propone ante todo conseguir y desarrollar con ellos una comunicación mutua. Y la base de esas relaciones son la fe y la confianza mutua. El hombre exige razones, la fe pide testimonios, y por eso la evangelización se hace con testimonios, y así también se construye la vida cristiana. Quien sistemáticamente pone en duda todo testimonio no está dispuesto para la vocación cristiana, y es lo que Jesús trata de hacer entender a sus oyentes.

martes, 20 de marzo de 2012

Crea en mí, Señor, un corazón puro

La piscina de Betesda estaba dedicada a “Esculapio”, dios griego de la salud. El Señor Jesús nos indica que es en las aguas del bautismo de la Santísima Trinidad; que no es en esa piscina sino por su poder, por El fue hecho todo cuanto existe, incluido el hombre. Es Él quien sana y libera.

"¿Quieres curarte?": estamos en tiempo de la cuaresma que conduce a los catecúmenos a la piscina del bautismo, a la reconciliación con Dios. El número cuarenta, tiene un valor simbólico, ligado al misterio de nuestra salvación. En efecto, cuando la maldad de invadió la humanidad, durante cuarenta días Dios mando el diluvio (Gn 7), la lluvia cayó para purificar el mundo. Ahora, durante los cuarenta días de la cuaresma, es ofrecida la misericordia a los hombres para que se purifiquen... tiempo en que es Dios quien nos invita a entrar en la arca, su iglesia. La invitación es para todos, a refugiarse en este santuario.

Jesús siempre está en medio. Allí donde haya algo para “liberar”, para hacer feliz a la gente, allí está Él. Los fariseos y muchos en nuestro tiempo, en cambio, sólo se piensa en si es tiempo o de quien se trata. Su mala fe mata el espíritu. El Señor nos está diciendo hoy: «¿Quieres curarte?”, todo será nuevo a partir del momento en que el Señor nos levante de nuestra parálisis causado por nuestra costumbre de pecar, que paraliza el alma.

Pues no se trata de logros humanos sino de la gracia providente del amor que nos anima a ser superiores en la humildad para amar y para superarnos; de manera que es preciso sumergirnos en el agua de la oración, pera que por gracia nos podamos sumergir en el agua de la reconciliación con la ayuda del Espíritu Santo, quien nos permite ver dónde está el torrente.

viernes, 16 de marzo de 2012

Señor, ten piedad de mí porque soy un pecador

yo quiero misericordia y no sacrificios, conocimiento de Dios, más que holocaustos”. Jesús habla de la oración, con esa actitud profunda que da sentido a nuestra plegaria. Al contario del fariseo que da gracias a Dios pero más aún se felicita a sí mismo, el publicano sólo piensa en pedir perdón por su condición, y que por lo cual se avergüenza.

Muchos nos sentimos hoy justos, concordantes con el versículo 9, es decir, personas que no tenemos nada que reprocharnos ante Dios. El giro que da el Señor a la palabra “justicia” en el versículo 14, queda justificado, por su actitud humilde y arrepentida; entendamos esa palabra en el sentido cristiano, el reconocimiento del pecado, la contrición de corazón, el propósito de reconciliación, es decir el acto de amor por amor a Dios, restablece la relación y la gracia de Dios. Nuestro señor Jesús nos quita la aureola a los que nos consideramos “justos” y nos invita a ponernos en el último lugar si queremos que Dios se interese por nosotros.

No es casualidad que el demonio quiera elevar nuestro ego, tanto a las personas como a los grupos cristianos. Solemos compararnos unos a otros y terminamos sintiéndonos mejores que los demás, lo cual divide; aparece el individualismo, querer ser dioses, contrario a lo que Dios quiere que es la permanencia en la adhesión a Cristo, por medio de nuestra obediencia, oración y aceptación de su divina voluntad; pues no se trata de logros humanos sino de la gracia providente del amor que nos anima a ser superiores en la humildad para amar. Solo así podremos obtener la iluminación de la conciencia que nos lleva a reconocernos tal como somos.

Yo soy tu Dios, escúchame

El maestro de la Ley plantea una pregunta bastante común en esa época. Se listaban entonces seiscientos trece preceptos en total, pero Jesús les prepone otro que no hacía parte de ese conjunto.

Porque el decálogo sólo exige servir a Dios, y por otra parte, cuando el Deuteronomio habla de amar a Dios (6,12; 13,4; 30,15...), se está dirigiendo al pueblo de Israel como un todo y lo hace para exhortarlo a no tener otro Dios fuera de Yavé. Al poner Jesús el acento en todo tu corazón, toda tu alma, cambia el sentido del tú, pues ahora le toca a cada uno llenar su vida con ese precepto.

Con todo tu corazón. Habría que traducirlo por: “con toda tu inteligencia”. Con toda tu alma: es decir, toda tu capacidad de amar y de apasionarte. Con toda tu fuerza. No se trata de una voluntad que todo lo quiere solucionar, sino más bien de la decisión tranquila. Es la expresión vocal y la perseverancia y el dinamismo espiritual, que se remueva y recrea en el amar. Con toda tu inteligencia... “corazón, alma, fuerza”.

Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. El culto que me rinden de nada sirve; las doctrinas que enseñan no son más que mandatos de hombres.” (Mc. 7, 6-7) “¿De qué le sirve a uno si ha ganado el mundo entero, pero se ha destruido a sí mismo?” (Mc.8, 36) Debemos consignar en el cielo, cuando se consigna solo en la tierra, se corre gran riesgo e condenación eterna.

Jesucristo encuentra toda su felicidad en reinar sobre nuestros corazones; voluntariamente lo quiso conquistar por su muerte en la cruz: "Lleva a hombros el principado" (Is 9,5). Por estas palabras, se entiende la cruz que nuestro divino Redentor llevó sobre sus hombros. Jesús, el Rey del cielo, toma sobre sí todo el peso de nuestros pecados para rescatarnos de la esclavitud y alivianar las cargas que nos aplastan por imposición del enemigo."Si supieras el don de Dios, decía Jesús a la Samaritana, y quién es el que te dice: ' Dame de beber ' " (Jn 4,10). Es decir: si supieras la grandeza de la gracia que recibes de Dios. Si el alma comprendiera qué gracia tan extraordinaria le hace Dios cuando reclama su amor en estos términos: "Amarás al Señor tu Dios".

jueves, 15 de marzo de 2012

Yo soy la salvación de mi pueblo, dice el Señor


“No endurezcan su corazón, como el día de la rebelión en el desierto, cuando sus padres dudaron de mí, aunque habían visto mis obras” incrédulos y dispersos, hemos visto sus obras y su poder; sin embargo dudamos del Reino de Dios. Pero nos hace caer en la cuenta que el enemigo no está dividido, está unido con sus secuaces para aumentar sus servidores. Nosotros en cambio, somos dispersos, andamos como ruedas sueltas, tanto en la vida cotidiana, pero en especial en todo lo que toca con lo espiritual, por nuestra sordera y ceguera. Ninguna batalla se puede ganar en el individualismo, se requiere del poder de Dios.

Los judíos creían que los espíritus malos vivían preferentemente en el desierto o más bien que Dios los relegaba en esos lugares (Tob 8,3). Hoy nosotros podemos pensar incluso que el demonio es inocuo, que no existe o que no vive en el cuerpo humano cundo este se lo permite.  Cuando la persona se hace fuerte con las armas de Dios, protege su casa que ha de ser templo del Espíritu Santo y estará seguro. Pero si descuidamos la oración, la entrega a Dios, el sacrificio, la obra, la vida sacramental, la obediencia, la renuncia al maligno y sus obras; esta dejación ensucia este aposento, desaparece la luz de Dios; entonces acontece que el enemigo que es entrometido, llegara y nos quitara las pocas armas que aún nos quedan y en las que confiábamos y destruirá todo nuestro ser, para ponernos a su servicio como esclavos.

Que nuestra Madre celestial nos ayude a permanecer y a perseverar de lado de su Hijo nuestro Señor, unirnos a Él para vencer la fuerza del mal, con El podemos trabajar por nuestra salvación y la de los que nos rodean. NO podemos descuidar la conversión permanente, el examen diario, para que la Luz de Dios no se apague en nosotros. Debemos confiar en el Señor de la vida quien tiene poder; el pecado imperdonable es creer que Dios no tiene poder. El enemigo es un “copietas” y entrometido, cuando nos descuidamos permitimos su accionar. El demonio en su desgracia busca donde descansar.  (cf.Mc.5,12), (cf. Mt.12, 43 s)


miércoles, 14 de marzo de 2012

Haz, Señor, que siga con firmeza tu palabra


Nuestro Señor Jesús en cumplimiento del deseo de Dios de acercarse al hombre nos dice: «No he venido a suprimir la Ley sino a darle plenitud.» Jesús vino para inaugurar la reconciliación definitiva de la humanidad con Dios. Dios disponer armoniosamente todas las cosas... Antes, el dedo de Dios había grabado sus leyes sobre tablas de piedra (cf Ex 24,12; Hch 2,1s); ahora la ha escrito en los corazones de los hombres (2Cor 3,3). Antes, la Ley inspiraba miedo; ahora, nos fue dada interiormente para hacernos libres y llenarnos de paz. La plenitud de la Ley es el amor (Rm 13, 10). Este amor ha sido «derramado en vuestros corazones por el Espíritu Santo que se nos ha dado.» (Rm 5,5) “Dios desea acercarse al hombre, Dios quiere dirigirle sus palabras, mostrarle su rostro porque busca la intimidad con él (Juan Pablo II).

Jesús advierte contra la tentación de lo fácil. Muchos pensamos que la religión es fácil porque Jesús ya lo hizo todo por nosotros. Pero nuestro Señor Jesús precisa: “el que ignore el último de esos mandamientos y enseñe a los demás a hacer lo mismo, será el más pequeño en el Reino de los Cielos”. Faltarle al respeto, a la obediencia o menospreciar las indicaciones de Dios, por insignificantes que sean, comporta un conocimiento raquítico de Dios y, por eso, uno será tenido por pequeño en el Reino del Cielo. «Dios es visto por los que pueden verle; sólo necesitan tener abiertos los ojos del espíritu (...), pero algunos hombres los tienen empañados» (san Teófilo de Antioquía)

Acudamos al Autor de la verdadera Ley (expresiones del amor autentico), para que nos conceda la necesaria fidelidad, nos abra el oído a sus mandatos, nos abra la visión para verlo como es, nos conceda la humildad para reconocerle y adorarlo, para que acojamos su amistad, para que nos dejemos instruir y guiar para la vida.

martes, 13 de marzo de 2012

Todavía es tiempo, dice el Señor

Perdonar de todo corazón al que se ha dejado engañar para practicar la ofensa; primero porque Dios así lo quiso sabiendo porque; pero sin duda, quien ofende se deja llevar por la tentación, es víctima porque esta ensuciando su alma y con la ofensa se hace servidor del maligno, para que nosotros también caigamos en la trama. Oremos por los que nos hacen daño.

“setenta veces siete”, se contrapone a los deseos de venganza en (Gén 4,24). “Cuídense ustedes mismos. Si tu hermano te ofende, repréndelo; y si se arrepiente, perdónalo” (Lc.17,3). Esta vez el Señor aclara el sentido del perdón, el dialogo evangelizador que debe haber con el culpable, en este caso se trata de llevar al otro a que haga una reparación a la medida de sus posibilidades, de lo contrario sería una resignación frente al mal y una negación de la justicia. El perdón se contrapone al odio, la soberbia, la prepotencia, a los conflictos; todo esto lleva la violencia, la agresividad, la venganza; mientras que el perdón lleva a la paz.

Es primordial relacionar el perdón con los estrechos lazos que nos deben unir con la eternidad, lo cual conocemos tan mal. ¿No debías tú también haber tenido compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti? Nuestro Señor Jesús dice: Lo mismo hará con ustedes, para darse a entender, pero en realidad no es Dios quien castiga, somos nosotros los que hemos destruido voluntariamente algo irreparable y que es solo Dios quien lo puede reparar. Necesitamos aprender y enseñar a perdonar, miremos con detenimiento todo lo que Dios nos perdona, nosotros nos atrevemos a contabilizar el perdón, Dios no; de cierta manera pasamos desapercibida la misericordia de Dios, porque respeta nuestra libertad, de la cual abusamos tanto. Perdonar significa aceptar, acoger, comprender. ¡Cuánta urgencia tiene nuestro mundo de un “auténtico perdón” para hallar la paz.

lunes, 12 de marzo de 2012

Aclamen al Señor, todos los pueblos

En un primer tiempo Jesús predico en las sinagogas; casa de oración de los judíos. En ella se reúnen el sábado para el canto de los Salmos y la lectura de la Biblia. Allí en Nazaret nuestro Señor Jesús proclama su misión, expone públicamente que en él mismo la ley y los profetas han llegado a su plena realización. En esta ocasión Jesús se da a conocer; habla con autoridad: «En verdad les digo...» El señor conocía el pensamientos y se da cuenta que no es bien acogido.

Tampoco nosotros le acogemos hoy, aunque el Señor se abaje de tal manera que nos dice aunque sea con un vaso de agua fresca podemos comprar el cielo, (Mt 10,42)... no es que el cielo sea barato o que Dios se deje comprar, es la misericordia y bondad de Dios la que se manifiesta.

Viene a mi mente la deshumanización que existe en el mundo, el desprecio que hay para los marginados y necesitados, los hambrientos, los ignorantes. Y por otro lado la manipulación, el sometimiento, el hedonismo (satisfacción del placer), el consumismo, el subjetivismo (realidades vanas creadas en la mente), Relativismo, el afán por el dinero, la fama y el poder, que deteriorar cada día más la dignidad humana y vuelven al mundo invivible.

Una viuda, con pobreza extrema, le dio hospitalidad a Elías (1R 17,9s): su indigencia no le impidió acogerlo y servirle. Este gesto es recompensado por Dios, con gran significado. "Cada vez que lo hicisteis a uno de estos pequeños que son mis hermanos, a mí me lo hicisteis" (Mt 25,40). La fe y la esperanza llevan a Naamán, el sirio a acoger la misericordia de Dios.

“Ningún profeta es bien recibido en su patria” Esta frase denuncia la ceguedad y la sordera de muchos, pero a la vez es para nosotros una advertencia, un reto para que no dejemos de cumplir la misión, empezando por los nuestros, los que están de una manera o de otra en nuestro entorno.

sábado, 10 de marzo de 2012

El Señor perdona tus pecados

A nosotros nos está pasando que muy poco reconocemos a Dios como Padre, sus mandatos nos caen importunados, queremos vivir sin compromisos y nuestra herencia religiosa con valor la malgastamos no sabemos apreciarla.

Si te has decidido a servir al Señor, prepárate para la prueba” (Sir.2, 1). La fe se hace realidad al permanecer y al perseverar. Las pruebas nos hacen volver a la realidad; nuestra alma siente necesidad de Dios, y es entonces cuando Dios sale al encuentro “aplasta nuestras iniquidades, arroja a lo hondo del mar nuestros delitos”, la misericordia del Padre impone victoria sobre la incomprensión y las hostilidades. Aunque también muchos al sentir esa necesidad de su alama, tratan de llenar ese vacío con las cosas del mundo que contaminan, nos vuelve egoístas soberbios, desparraman y desesperan.

Dios nos levanta, y revela nuestra propia dignidad y toda la corte celestial festeja, porque la oveja perdida ha vuelto a la vida, al mundo auténtico con la gracia y la paz de Dios. Todo se ha olvidado, hasta la herencia derrochada.

Dios conoce nuestra debilidad y el mal que nos acecha, respeta nuestra libertad y espera que nuestra relación con El sea por amor, que le reconozcamos como Padre. Que manifestemos nuestro arrepentimiento, que hagamos real y radical nuestra conversión, por eso la expresión: “He pecado contra Dios y ante ti” Padre.

Padre con dos brazos dispuestos con amor, uno como Dios y otro como Padre, pero sin darnos cuenta es nuestra Madre celestial quien ha propiciado ese dichoso encuentro. De Dios viene la dignidad, la autoridad, la misericordia y endereza nuestro vivir terreno, que debe ser escolaridad para la eternidad. Nuestra vida gira en órbita para llegar algún día a punto de partida, para decirle a Dios: “Padre Nuestro”

viernes, 9 de marzo de 2012

Recordemos las maravillas que hizo el Señor

La parábola de nuestro Señor Jesús, devela porque se extendió el Reino de Dios a todos los pueblos. A toda la descendencia de Abraham se les había confiado el Reino de Dios, pero han malversado la heredad. Motivo por el cual fuimos incluidos en su heredad y para ello instituyo el bautismo que nos hace hijos y herederos del cielo. “la piedra que fue rechazada llegó a ser la piedra angular”. Es la fundación con un nuevo pueblo y de un nuevo templo que es la Iglesia; iniciada con los judíos que tuvieron fe en el Hijo. Nuestro Señor Jesús vino para revelar la grandeza y la profundidad del misterio de Dios, manifiesta su gran voluntad de salvación para todos sin distinción; al respecto nos dejo entrever que existe solo una diferencia y es, entre vivos y muertos. Vivos por la gracia de Dios y muertos por el pecado.

Por lo tanto nuestro Señor Jesús, el mediador de la Nueva Alianza, congregará a su alrededor a los doce Apóstoles, símbolo del “nuevo” Israel, llamado a dar frutos de vida eterna y a anunciar a todos los pueblos la salvación. De tal manera que no podemos hacer oídos sordos, debemos actuar diligentemente a fin de producir frutos para el Reino de nuestro Creador, tarea que no es por nuestras propias fuerzas sino que es con la gracia de Dios, con el poder de Dios, mediante nuestra voluntad, entrega, ejemplo de vida y amor.

Es preciso concientizarnos del mandato divino “Vayan, pues, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos.” (Mt. 18, 19), la tarea es dada a nosotros, si no la acogemos le será dada a otros, de manera que debemos cumplir nuestra misión, continuar su obra como trabajadores que hagan producir frutos, almas para el Reino de Dios; en medio del desorden y la ocupación de los engañados por el maligno.

jueves, 8 de marzo de 2012

Señor, condúceme por el camino recto

¿Con cuál de los dos personajes nos podemos identificar tu y yo? Seguramente hemos tenido momentos de parecernos al uno y al otro. Cuando nuestra actitud es generosa, amable, cuando practicamos las obras de discordia, cuando sacrificamos nuestros propios intereses para ponerlos en el necesitado, cuando hacemos el bien sin mirar a quien, cuando aceptamos la voluntad de Dios, cuando vivimos los sacramentos, cuando nuestro pensamiento es puro y nuestra obra es por amor. Estaremos de una parte. Pero también al mismo tiempo quizá con matices del otro, cuando contribuimos con la corrupción, cuando nos volvemos permisivos del mal, cundo no nos dice nada la injusticia, cuando cometemos el pecado de omisión.

La ruta natural que traza el dinero lleva al rico a vivir apartado, indiferente y ciego. La diferencia entre ricos y pobres es cada vez más grande, plan trazado por la masonería. Que contrapone al equilibrio, la justicia, la solidaridad propuesta del Señor. El vivir para el dinero forma un muro separador y un caos infranqueable que repercute hasta después de la muerte. Nuestro Señor Jesús deja clara la existencia del infierno y describe algunas de sus características. La voluntad puesta solo en el dinero Impide ver y acercarse para apoyar a tantos lázaros que existen. El dinero sucio mancha las conciencias, es causante de odio, violencia y muerte. Pero en si la culpa no es del todo el dinero por si mismo, sino por la sumisión y entrega de cada persona a la ansiedad del dinero, la complacencia de los sentidos y de las pasiones. Cuando bien se pudiera poner el dinero al servicio de los demás, para construir dignidad, mitigar la iniquidad y fomentar el trabajo sano.

El cambio, la conversión es difícil y es propio de cada quien, se requiere esfuerzos, abstinencia, renuncia y purificar el pensamiento para lograr cambiar el modo de vivir. «Si no escuchan a Moisés y a los profetas, aunque resucite uno de entre los muertos, no se convencerán.» cuando uno está ciego y sordo aunque Cristo hay venido a pagar con su sangre nuestro rescate y haya resucitado para mostrarnos el camino, no lo podemos oír ni ver. Solo Dios es quien puede devolvernos la vista y abrir nuestros oídos, es solo poniendo a Dios en nuestro corazón, como hallaremos la paz interior que nos lleva a construir un mundo de justicia y con amor. Dejándonos transformar para la vida desde ya, no podemos esperar hasta el ultimo día, no quedaría tiempo para educarnos para la vida y manchados con pecado no podremos llegar a donde Dios quiere y nosotros por nuestra propia voluntad de acuerdo al comportamiento nos iremos para donde quiere el maligno.

miércoles, 7 de marzo de 2012

Señor, no me abandones, no te me alejes



El Señor Jesús ratifica lo que va a acontecer, con una descripción de su martirio desastroso, pero fue aun mayor de lo que nos narra la Sagrada Escritura; ratifica a sus Apóstoles lo que debía acontecer para el rescate de la humanidad. Pero en la mente de los suyos estaba el deseo de un rey que fuera capaz de acabar con la dependencia extranjera, y no un Rey que fuera capaz de restarnos de las garras del demonio. Querían sentarse con Él en un trono terreno, mientras que su oferta es un lugar privilegiado en el cielo. Los profetas ya habían anunciado este camino de sufrimiento de Cristo, y los que le escuchaban no comprendían que en la cruz está la salvación, la victoria; Dios lo quiso así. El dolor y sufrimiento son inherentes a la redención que va del misterio de la cena a la ingratitud, la falta de comprensión, el suplicio y su resurrección. Sabiduría de Dios, bien diferente del loco saber del mundo (1Co 1,20).

Pero no será así entre ustedes” 26. Serán grandes en el cielo si en la tierra sirven para la vida (Mt. 23, 11) “Si alguno quiere ser el primero, que se haga el último y el servidor de todos.” (Mc. 9,35) La lógica de Dios es diferente al razonar que el mundo nos brinda. Debido a esto es muy difícil que en la opulencia, con el poder o con la fama se pueda transitar por el camino al cielo. De por medio estará el egoísmo, la soberbia, la falta de justicia, de caridad y se abusara de la libertad y de la dignidad humana. Se tendrá tiempo para atender lo del mundo mas no para prepararse y armarse contra las asechanzas del maligno quien siempre trata de impedir la amistad con Dios.

martes, 6 de marzo de 2012

«Quien se humilla, será ensalzado.»

¿Por qué citas mis preceptos y hablas a toda hora de mi pacto, tú que detestas la obediencia y echas en saco roto mis mandatos?

La iglesia nos invita a vivir la celebración de la cuaresma que culmina con el sacrificio de Cristo y su resurrección; sin embargo, Dios puede reprochar nuestra actitud, al continuar en aprobación de una cultura que hunde a los débiles; participando en estas condiciones de pecado y sin enmienda, sin un deseo verdadero de cambio, son una mentira (Sal 40,7 y 50,16; también, Mt 5,23).

Algunos procuraran la asistencia a grandes ceremonias, otras con sus propias devociones y rezos y otras se sentirán bien haciendo obras filantrópicas. Con eso, en muchos casos, se trata de responder a la conciencia, es posible que estemos disimulando las injusticias, la falta de amor al próximo, o nuestras propias filacterias, el egoísmo y los placeres.

Este tiempo es propicio para la reflexión, para el reconocimiento de nuestra realidad humana y de la grandeza de Dios amor, orar para que el Espíritu Santo inspire nuestra alama, pues es tiempo de recogimiento, de humildad frente a nuestro Creador, tiempo de agradecer, de pedir perdón, de cambio de vida, de compromiso verdadero y cotidiano frente a Dios; tiempo también, de hacer el bien y evitar el mal, de practicar las obras de misericordia por amor, por el deseo de elevar la dignidad humana y de salvación de las almas. Dejándonos instruir por el único Maestro; aceptando la voluntad de nuestro único Padre; y dejándonos guiar por Jesucristo nuestro único Doctor.

lunes, 5 de marzo de 2012

Marzo lunes 05

«Con amor eterno te he amado, por eso prolongaré mi cariño hacia ti” (Je. 31,3) no hay quien le gane en misericordia a Dios. Pero si amamos nos pareceremos a Él. «Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso»

Por haber caído en pecado nos volvimos imperfectos, se nos hace difícil amar y en cabio si fácil juzgar, pero el juzgar es muy grave, interfiere la acción altruista, le damos a Dios la medida con la que él nos juzgará.

Esta medida consiste en que si amamos, Dios nos seguirá amando, pues nos ha amado desde antes de nacer y nos amara hasta nuestro regreso a la casa del Padre. (cf. El hijo prodigo Lc. 15,11 s), En la cátedra el Señor nos hace ver que amando, siendo misericordiosos, si procuramos por todos los medios la salvación de las alamas, “No seréis juzgados” - “No seréis condenados” – “seréis perdonados” – “Dad y se os dará” – “Recibirán una medida buena, bien sacudida, apretada y rebosante”. Aunque nos debe mover es el amor, el amar al Amor.

Misericordia, mansedumbre, generosidad, compasión. Significa asumir la deprimente realidad del próximo para comprender su situación y aunque haya que sacrificar lo nuestro, ayudarle a salir de ella. Dando para saciar la necesidad humana pero sobre todo enseñándole a aceptar el dolor como medio para aceptar la cruz camino de salvación; que la fe no es precisamente para evitar el dolor sino para saberlo asumir unido al sacrificio redentor de Cristo, como valor supremo.

Doctrina que debemos ponerla por vida; es haciendo, es practicando como se puede progresar en el amor; sin olvidar que tenemos responsabilidad frente al próximo, a la familia, a la sociedad, la cultura que estemos fomentando, al medio donde vivimos, a los destinos de nuestra patria y al del mundo entero.

sábado, 3 de marzo de 2012

Marzo sábado 03

Cada uno de los mandatos de Dios nos promueve a una transformación personal, a una superación de la mezquindad, del temor, de los prejuicios, la indiferencia y la dejación. El que los cumple se elevará a una visión del mundo y de los hombres que lo hará cada vez más capaz de entrar en la ciencia y la sabiduría del Padre.

El amor a los enemigos: Mc 12,31; Lc 10,27; Rom 13,9; Gál 5,14; Stgo 2,8; Rom 12,20; Lc 23,34; He 7,60; Rom 12,14; 1Co 4,12; Ef 5,1. Con el Evangelio aprendemos a amar a las personas así como Dios los reconoce y los ama. Fuera de los caminos de Dios es una práctica ignorada.

Para que así sean hijos de su Padre que está en los Cielos. Porque él hace brillar su sol sobre malos y buenos, y envía la lluvia sobre justos y pecadores” (Mc.5, 45). Seremos hijos del Padre Dios, si en obediencia amamos, hacemos el bien a todos y rogamos a Dios por los que no nos aman. Cuando se llega a comprender que cada persona tiene su lugar en este mundo y que Dios dirige todo para el bien de todos, entonces vemos como Dios y somos perfectos como el Padre es perfecto. Si queremos gozar de todos los dones de Dios, debemos comportarnos como sus hijos, todo hijo obediente hace lo que el papá le dice. El Señor Jesús nos dice que solo la lógica del amor, del diálogo abierto, del perdón y la reconciliación logrará instaurar un orden nuevo en la paz y la justicia.

viernes, 2 de marzo de 2012

Marzo viernes 02

“¿Acaso quiero yo la muerte del pecador, dice el Señor, y no más bien que enmiende su conducta y viva? _. Cuando el pecador se arrepiente del mal que hizo y practica la rectitud y la justicia, él mismo salva su vida. Si recapacita y se aparta de los delitos cometidos, ciertamente vivirá y no morirá” (cf, Ez. 18).

Hoy el Señor nos amonesta frete a los siete mandamientos relacionados con el amor al prójimo para una buena conversión; nos hace ver la exigencia y la radicalidad de la práctica de los mandamientos, por pequeña que se la falta contra el prójimo seremos juzgados. Frente al enojo es conveniente dar el primer paso orar por los que nos ofenden, para llegar a la reconciliación, «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.» (Lc.23, 34), “Si uno dice «Yo amo a Dios», y odia a su hermano, es un mentiroso. Si no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios, a quien no ve” (1 Jn. 4, 20), así uno mismo sea el que ha recibió la ofensa, también cabe la misericordia. Es compleja la legalidad, por eso es necesario interiorizar y practicarla al mínimo.

Frente a la ofensa es mejor el silencio, la prudencia, consideremos que quien procura ofender está siendo servidor del autor del mal, porque éste quiere que el agresor y el ofendido, por falta de amor y de justicia, se desvíen de los caminos para llegar a Dos. Frente a la violencia y el abuso están los tribunales terrenos para mediar y reprimir, pero el juzgar no nos corresponde a nosotros. El Tribunal divino esta dado en justicia y rectitud, allí no hay lugar a componendas ni excusas.

Se nos hace difícil esta manera de obrar porque nuestra cultura esta forjada en la injusticia y las componendas terrenas, las leyes y los tribunales juzgan de acuerdo a conveniencias. Por eso se nos hace común ver el abuso, la corrupción, la violencia y la ilegalidad, ya para el común de las gentes este tipo de conducta no les dice nada, no dicen nada, no hacen nada; pero que son causantes de retroceso, destrucción y confusión.

«si queremos presentaros ante Él, también debemos ponernos en camino para ir al encuentro unos de otros. Por eso, es necesario aprender la gran lección del perdón: no dejar que se insinúe en el corazón la polilla del resentimiento, sino abrir el corazón a la magnanimidad de la escucha del otro, abrir el corazón a la comprensión, a la posible aceptación de sus disculpas y al generoso ofrecimiento de las propias» (Benedicto XVI)

jueves, 1 de marzo de 2012

Marzo jueves 01

Sabemos de nuestros antepasados y desde el antiguo testamento que la humanidad siempre ha orado y que la oración es escuchada por Dios; luego, el Señor Jesús nos da ejemplo de oración, siempre en dialogo con el Padre.

Nos muestra que Dios está en nuestro interior y que podemos hablar con nuestro Creador permanentemente, para expresarle nuestra confianza y recibir su misericordia, podemos decirle lo que queramos de manera íntima, reconocerle por lo que es y agradecerle, hablarle de nuestras penas, sufrimientos, esperanzas, alegrías, de nuestro pecado, ingratitud, (...). Si hacemos silencio a nuestro bullicio también por su don podremos escuchar su voz; me parece maravilloso escuchar al dueño de todo, a quien todo lo puede y a quien es solo amor, a quien quiere lo mejor para cada uno de nosotros.

Pero también necesitamos el apoyo de las plegarias establecidas e imágenes que ha tomado forma el encuentro con Dios, a lo largo de la historia de su Iglesia; de lo contrario nuestra oración personal y nuestra imagen de Dios, pueden hacerse subjetivas y terminan por reflejar más a la persona que al Dios vivo; recordemos que el maligno puede perturbarnos y puede hacernos decaer en la equivocación; siempre su deseo es que quitemos la mirada a Dios.

No puede haber progreso personal ni espiritual sin la oración, sin hablar con Dios. Somos seres espirituales y por falta de oración decaemos y podemos volver como animalitos. En vez de evolucionar y crecer, decrecemos. “Desde el abismo clamo a ti, Señor, ¡Señor, escucha mi voz! … mi alma cuenta con el Señor, más que con la aurora el centinela.” (Sl.130)

Pero la oración también nos lleva a la acción, “Pidan; busquen; toquen” no es solamente deme y quedarme con los brazos en el descanso. “Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que toca, se le abre.” Dios lo sabe todo, conoce nuestra intención, sabe si somos aptos para hacer su divina Voluntad, si obramos consecuentemente con el mandamiento del amor.