sábado, 30 de junio de 2012

No te olvides, Señor, de nosotros


La petición del centurión deja en evidencia que ve en Jesús un poder divino. No como un curandero. Nuestro Señor Jesús ve en el centurión: afecto, amor, fe, confianza y humildad; a continuación nos habla sobre la resurrección no solo para los judíos sino también para los gentiles y paganos. Pero también condena a los hijos de Abraham que pensaban que, debido a los méritos del padre, ninguno de ellos se perdería. (cf. Lc. 5,8; Lc. 13, 29)

“los hijos del Reino”. Es el momento de pensar en nosotros los católicos (iglesia universal), nuevos “herederos del Reino”, pero muchos de los cuales hoy lo están perdiendo.
No es suficiente ser hijos de padres creyentes, sino que cada uno ha de buscar y volver a encontrar la presencia amante de Dios a la luz de sus palabras y consecuentes con lo que nos ordena nuestro Señor Jesús. Cuando no maduramos en la fe, tampoco somos buenos formadores y a unos y a otros nos entra cualquier cuento y nos desviamos del camino que contiene la luz. El individualismo soberbio es un fenómeno avasallador contra los “hijos del Reino” solo en unión podremos enfrentar las tentaciones, podremos permanecer y perseverar. (cf. Lc. 13, 28)

Expulso espíritus malos y sano enfermos, cuanto requerimiento tenemos nosotros también para que el Señor expulse espíritus y nos sane. Espíritus que buscan donde descansar y enfermedades causadas por el mismo hombre. Debemos confiar mas en el Señor quien “nosotros lo creíamos azotado por Dios, castigado y humillado. Sin embargo, eran nuestras dolencias las que él llevaba, eran nuestros dolores los que le pesaban.” (Is. 53,4) .. ”el Cordero de Dios, el que carga con el pecado del mundo.” (Jn.1,29). ¡Santa María, Virgen y Madre!, maestra de fe, de esperanza y de amor solícito, enséñanos a orar como conviene para conseguir del Señor todo cuanto necesitamos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario